-Yo no creo que Light sea Kira- dijo Ryuuzaki mientras añadía unos cuantos terrones de azúcar a su café y lo agitaba con calma.

Todos los detectives en la habitación lo miraban con atención. Light lo miraba con un poco de desprecio, mientras que Ryuk, siempre a su lado, observaba al detective más famoso del mundo con atención.

-Pero si lo fuera, estaría en un dilema- continuó Ryuuzaki- ya que Light es... el primer amigo que he tenido...-

-¡Wow!- exclamó Ryuk, pero solo Light pudo escucharlo.

-Bueno... yo también pienso que eres un amigo irreemplazable- dijo Light tras una breve pausa causada por la impresión.

-Gracias- murmuró Ryuuzaki en voz baja.

En esos minutos de silencio, ni Light ni ninguno otro de los presentes se pudo imaginar siquiera lo que pasaba por la mente de Ryuuzaki. La voz de Light interrumpió sus pensamientos.

-Últimamente está aburrido aquello, desde que no vienes a clases se te echa de menos- continuó Light- espero que podamos jugar al tenis otra vez-

-Sí, claro- respondió Ryuuzaki.

Pronto Light se retiró, y los detectives fueron haciendo lo mismo, al punto que solo quedó Matsuda ayudándole a mover algunos videos que tenía todos desparramados por la habitación para guardarlos y clasificarlos en cajas. Matsuda no soportó mucho el cansancio y se quedó dormido en el suelo, abrazado de una de las cajas.

Ryuuzaki sonrió levemente al verlo, y se sentó de nuevo frente a su computadora. Iba a comenzar a escribir algo cuando Watari lo interrumpió.

-Ryuuzaki- dijo una voz que surgía del ordenador, en cuya pantalla había aparecido la letra "W".

-¿Qué sucede, Watari?- preguntó Ryuuzaki.

-Solo un comentario- le dijo Watari- ¿estás solo?-

-No, está Matsuda, pero está dormido- le respondió Ryuuzaki- ¿qué querías decirme?-

-Sobre lo que le dijiste a Yagami Light hace un rato- dijo Watari- sabes que no es el primer amigo que has tenido...-

-No digas tonterías, Watari- le dijo Ryuuzaki- tú conoces toda mi vida, sabes bien que yo nunca...-

-¿Y que hay de ella?- lo interrumpió Watari.

-¿Ella?- dijo Ryuuzaki- no, Watari, ella no fue mi amiga...-

-¿Ah, no?- dijo Watari- ¿entonces?-

-Ella fue algo aún más especial que eso- dijo Ryuuzaki- ¿sabes algo, Watari? Desde que tomé este caso de Kira y decidí mostrar mi rostro...-

-Algo que por cierto me sorprendió mucho...- añadió Watari.

-Sí, lo sé- dijo Ryuuzaki. Suspiró- le he dado muchas vueltas, y me he dado cuenta que ya no temo morir...-

-¿Estás seguro, Ryuuzaki?- dijo Watari- sabes que aún tienes una responsabilidad, con Mello y -hizo una pausa- con Near...-

-No digas eso, Watari- dijo Ryuuzaki- sabes que no podemos hablar de ellos aquí...-

-Como quieras- dijo Watari, y desconectó la comunicación.

Ryuuzaki suspiró y metió su mano al bolsillo. De él sacó un papel delicadamente doblado. Lo desdobló. El papel tenía pegado sobre él un trozo de otro papel en la parte de arriba, que parecía arrancado de algún libro. En la parte inferior del papel había un dibujo de Ryuuzaki hecho a lápiz, y unas palabras escritas con pluma azul junto al dibujo.

-¿Qué sucede, Ryuuzaki?- preguntó de pronto Matsuda en tono somnoliento.

-Nada importante, Matsuda, vuelve a dormir- dijo Ryuuzaki. Matsuda no se movió de su sitio, tomó un cojín del sillón más próximo y se volvió a dormir.

-Watari- dijo Ryuuzaki- hay un archivo que quiero que anexes a los de seguridad...-

-Por supuesto- respondió Watari- ¿qué archivo?-

-Apenas lo voy a hacer- dijo Ryuuzaki- cuando termine te lo enviaré...-

Y Ryuuzaki comenzó a teclear.

x-x-x


LA RECETA PARA UN DETECTIVE

Capítulo 1

Disclaimer: Death Note no me pertenece...desafortunadamente...


-¡Atrapen a ese!- exclamó el niño más grande del orfanato.

Ryuuzaki se dio cuenta que era él el niño señalado, y se echó a correr en el vasto patio del orfanato. Los niños lo seguían muy de cerca, pero él era más rápido. Así había sido como se había salvado del incendio que acabó con su familia.

Ryuuzaki era apenas un niño de 7 años, y aún no llevaba ese nombre. El único nombre por el que lo llamaban en el orfanato donde vivía era L. Desde que llegó, había sido atormentado por todos, niños y adultos por igual. Ninguno se había preocupado por darle bienvenida alguna. Y los superiores del orfanato no hacían nada para frenar las injusticias de las que era víctima.

Ryuuzaki se internó entre los árboles que se encontraban muy cerca de la barda que separaba el patio del orfanato de la calle y, sin pensarlo dos veces, trepó a uno de ellos.

Esperó escondido entre las ramas y sin hacer ningún movimiento a que el resto de los niños le dieran alcance. Sin embargo, ninguno se imaginó que Ryuuzaki había subido al árbol. El niño de cabellos negros desaliñados se mantuvo escondido entre las hojas y no se movió para impedir que lo localizaran.

Por fin, el líder de la pandilla del orfanato se fue y todos lo siguieron. El niño suspiró y se preparó para bajar del árbol cuando se hubieran alejado lo suficiente, pero algo lo detuvo.

Una risa femenina que provenía de la calle. El niño se volvió hacia la calle, y vio que sobre la banqueta iba caminando una niña pelirroja de su misma edad, acompañada de un hombre mayor.

-Tío¿porqué tengo que ir a la escuela, si tú me das clases en las tardes?- preguntó la niña.

-Ya te lo dije, pequeña- respondió el hombre que iba con ella- tienes que ir a aprender. Hay muchos niños, como los que viven en este orfanato, que no tienen esa oportunidad. Además, para ser grande hay que estudiar...-

-Ya veo- dijo ella, tomando con sus dos manos la falda de su vestido azul y moviéndolo mientras caminaba.

De pronto, la niña volvió sus ojos azules hacia el árbol donde se encontraba escondido Ryuuzaki. Al verlo, la niña se sorprendió y abrió mucho los ojos, pero su sorpresa pasó pronto, y le sonrió. Ryuuzaki, por su parte, quien llevaba desde la muerte de sus padres y su hermano hacía varios meses sin sonreír, imitó el gesto de la niña.

-¿Qué ves, pequeña?- preguntó el hombre mayor, acomodándose las gafas y sacudiendo su bigote.

Ryuuzaki, que no sabía si tenía permitido estar ahí arriba, se escondió entre las ramas, de modo que el anciano no pudo verlo.

-Nada, tío- respondió la niña- hace un bonito día...-

El anciano sonrió y asintió.

-Así es- dijo él- ahora vamos a la escuela antes de que se haga tarde-

-Sí- dijo ella, y siguió a su tío. Antes de que se perdiera de vista, Ryuuzaki se estiró un poco para alcanzarla a ver. Ella se volvió hacia él y se despidió con la mano. Después de eso doblaron la esquina y desaparecieron de la vista del niño.

x-x-x

Desde aquel día, Ryuuzaki subía todas las mañanas y tardes para ver a la niña ir o venir de la escuela. Y todos los días, la niña le dedicaba una sonrisa y se despedía de él con la mano mientras caminaba junto a su tío. El resto del tiempo, Ryuuzaki la pasaba en la pequeña biblioteca del orfanato, leyendo cuanto podía, pues recordaba las palabras que había dicho el tío de la niña la primera vez que la vio.

Un día, Ryuuzaki subió al árbol, como de costumbre, pero esta vez la niña iba caminando sola por la calle. Se detuvo y le buscó con la mirada, hasta que Ryuuzaki se dejó encontrar. La niña sonrió y rápidamente hurgó en su bolsillo hasta sacar un objeto redondo envuelto en un papel. Lo lanzó con todas sus fuerzas hacia donde se encontraba Ryuuzaki, y éste lo atrapó. Una vez que la niña vio que Ryuuzaki tenía lo que había lanzado en su poder, se apresuró a seguir su camino.

Ryuuzaki la miró alejarse, y una vez que desapareció, volvió su vista al objeto que tenía en la mano. Lo desenvolvió y se dio cuenta de que se trataba de una roja manzana. En el papel que había lanzado había unas palabras escritas.

"Hola. Hace mucho tiempo que nos vemos y aún no nos hemos presentado. Pero dice mi tío que es de mala educación que una mujer se presente, así que si me dices primero tu nombre estará bien. Quise mandarte una manzana del huerto de mi tía Eloísa, son deliciosas, espero que te guste.
Hasta pronto"

Ryuuzaki releyó el papel y sonrió. Probó la manzana y sí, en efecto estaba deliciosa. Nada que ver con las que le daban en el orfanato. Se la comió casi completa.

Pensando en que debería responder antes de que la niña volviera de la escuela, Ryuuzaki bajó del árbol a toda prisa y corrió a la biblioteca. La anciana que cuidaba de ella le obsequió una hoja de papel y una pluma, y el niño se puso a escribir.

"Hola. Tu tío tiene razón, en todos los libros que he leído, una dama siempre es presentada por un caballero, pero creo que en este caso, si me presento primero no habrá problema. Pues bien, mi nombre es L Lawliet. Es un secreto, pues solo tú y el director del orfanato sabrán mi nombre para cuando leas esto. Los demás me conocen solo como L.

Espero que ahora tú me digas tu nombre.
Eres una niña muy bonita.
Sinceramente, L Lawliet.

PD: Muchas gracias por la manzana, estaba deliciosa"


Una vez que terminó de escribir, corrió de nuevo hacia su árbol y esperó pacientemente a que la niña volviera. Como pensó que sería grosero lanzarle el papel con una roca, hizo un elaborado avión de papel.

No esperó mucho, pronto la niña volvía ya de la escuela. Ryuuzaki esperó a que ella se volviera hacia él y lanzó el avión. Llegó exactamente a los brazos de la niña. Ésta lo abrazó con fuerza y lo escondió en el bolsillo de su vestido, pues su tío iba caminando en esa dirección.

-Buenas tardes, pequeña- le dijo el tío- ¿lista para irnos?-

-Sí, tío- dijo la niña y, despidiéndose de Ryuuzaki con una sonrisa, siguió al anciano.

x-x-x

Ryuuzaki apenas pudo dormir esa noche. Quería que ya amaneciera para ir a aquel árbol. Cuando por fin estuvo entre las ramas, esperó lleno de impaciencia a que la niña pelirroja apareciera de nuevo. Cuando lo hizo, llevaba en su mano una hoja cuidadosamente doblada, atada a otra manzana, esta vez de color amarillo. La niña la lanzó con todas sus fuerzas y Ryuuzaki la atrapó.

Ryuuzaki esperó a que la niña desapareciera al voltear la esquina para desdoblar el papel.

Estaba escrito un poema, pero había dos palabras de éste que estaban borradas con un marcador, y era imposible saber cuales eran. El poema estaba en inglés, y decía lo siguiente:

"Prophet!" said I, "thing of evil

prophet still, if bird or devil!
By that Heaven that bends above us

by that God we both adore
Tell this soul with sorrow laden if, within the distant Aidenn,
It shall clasp a sainted maiden whom the angels name ------
Clasp a rare and radiant maiden whom the angels name ------."
Quoth the Raven, "Nevermore."

Ryuuzaki releyó el poema varias veces. Le sonaba familiar. Bajo el poema había algunas palabras escritas por la niña.

"Mi nombre está escrito en el espacio borrado. Confío en que lo podrás descubrir. Comienza igual que el tuyo"

Y era todo. Ni una sola palabra más.

Ryuuzaki la pasó pensando cual sería el nombre de seis letras que debía ir en ese espacio. Sabía un poco de inglés, pues su padre era originario de Inglaterra, y le había enseñado a hablarlo junto con su lengua materna antes de morir.

De pronto, Ryuuzaki sonrió al leer la palabra "Raven". Sabía que significaba "Cuervo", pero ése no fue el motivo de su sonrisa. Recordaba que su madre le había leído un poema con ese nombre.

Ryuuzaki bajó del árbol a toda prisa y corrió hacia la biblioteca.

-¡L!- exclamó la bibliotecaria, pues hasta ella se había acostumbrado a llamarlo por el apodo que le habían puesto los niños-ya te he dicho que la biblioteca no es un lugar para correr-

-Perdón, señorita Branden- dijo Ryuuzaki, apenado- ¡señorita¿Tiene un poema que se llama El Cuervo?-

-Pues... creo que sí, por aquí- dijo la señorita Branden, y comenzó a buscar entre sus libros. Por fin, sacó un libro un tanto viejo, en cuya portada venía escrito el nombre "Edgar Allan Poe" y se lo entregó.

-¿Es éste?- preguntó Ryuuzaki.

-Así es- dijo la bibliotecaria.

Ryuuzaki lo abrió impacientemente y buscó el poema. Por fin, en una de las últimas páginas lo encontró.


It shall clasp a sainted maiden whom the angels name Lenore
Clasp a rare and radiant maiden whom the angels name Lenore."
Quoth the Raven, "Nevermore."

-Lenore- dijo Ryuuzaki para sí mismo, con una gran sonrisa- se llama Lenore-

Agradeció a la bibliotecaria, devolvió el libro y salió con dirección al patio.

x-x-x

A Ryuuzaki le había quedado una hoja de papel que le había obsequiado la señorita Branden, y la utilizó para escribir una carta.

"Querida Lenore

Te escribo para decirte que tienes un nombre muy bonito.

Y muchas gracias por la manzana de tu tía Eloísa, estuvo deliciosa.

Sinceramente, L"

La carta fue enviada de la misma manera que la anterior. La niña la recibió con mucha alegría. Dejó sus cosas en el suelo y escribió algo en un trozo de hoja. Lenore hizo bolita el papel y lo lanzó sobre la barda, para después salir corriendo hacia su casa, abrazando la carta de Ryuuzaki contra su pecho.

Ryuuzaki, por su parte, bajó del árbol y buscó hasta encontrar el papel arrugado que Lenore le había lanzado. Lo desdobló y leyó su contenido.

"Gracias por lo que me dijiste, L. También pienso que eres un chico muy guapo. Quisiera hablar contigo pronto. Nos vemos!


Lenore"

Ryuuzaki sonrió ampliamente al leer esas palabras. Se iba a guardar el papel en el bolsillo de sus jeans cuando llegaron los otros niños del orfanato.

-Miren, es L- dijo el líder de la pandilla, señalándolo.

-Es el niño que no tiene amigos- dijo otro de los niños.

-¿Será porque no se pone de pie adecuadamente?- terció otro.

Ryuuzaki los ignoró. Siempre se habían burlado de él por el defecto que tenía en la espalda, así que solo se encogió de hombros. Apretó el papel en su mano con la esperanza que no lo vieran, pero no fue muy hábil.

-Oye¿qué tienes ahí?- le dijo el líder de la pandilla.

-Nada- respondió Ryuuzaki en tono desafiante.

-Eso ya lo veremos- respondió el otro niño- dame ese papel...-

-En tus sueños- dijo Ryuuzaki, y se echó a correr, seguido de toda la pandilla de niños.

Ryuuzaki se alejó lo más que pudo de su preciado árbol. No quería que ninguno descubriera su secreto. Así que su única esperanza era llegar a la biblioteca antes de que los niños le dieran alcance. Ryuuzaki corrió a toda velocidad hacia el edificio. Sin embargo, no fue lo suficientemente rápido, pues un niño le dio alcance y lo hizo caer. Los otros niños también lo alcanzaron y lo detuvieron. Ryuuzaki, por su parte, abrazaba su papel.

-Vamos, L, dame ese papel y no te golpearemos...mucho- dijo el líder.

-Ya te dije que no te lo daré- dijo Ryuuzaki sin una pizca de miedo en su voz.

-Entonces ya verás- dijo el niño, golpeando a Ryuuzaki justo en la boca del estómago. Éste no tardó en reaccionar, y de una patada le hizo lo mismo. Esta vez, el líder de la pandilla cayó al suelo sin aire.

-¿Cómo te atreves...?- dijo otro niño- ahora mismo te daré tu merecido...-

-¡Alto!- exclamó la señorita Branden- ¿qué creen que hacen?-

-Fue L, él empezó- dijeron los niños.

-No es verdad- dijo Ryuuzaki, por su parte.

-Ambos están castigados- dijo la señorita Branden- y no quiero verlos pelear de nuevo, o tendrán problemas...-

El chico se levantó y Ryuuzaki hizo lo mismo. El líder de la pandilla le dio un golpe en el hombro con el suyo al pasar junto a él, pero al chico no le importó. Fue a su pequeña habitación a releer el mensaje de Lenore.

La cama de Ryuuzaki era la más alejada, en un rincón de la habitación, en la parte superior de la litera. El espacio entre su cama y el techo era tan pequeño que el niño apenas cabía cuando se sentaba o cuando se encontraba en cuclillas. A Ryuuzaki no le molestaba para nada, al contrario. Era su refugio.

Ryuuzaki abrió la carta de Lenore y la volvió a leer, para después sonreír. Era cierto que él quería hablar con ella también. Nunca se había sentido tan cerca de alguien. Nunca antes había tenido amigos o alguien que se preocupara por él. Y era una sensación extraña y cálida a la vez.

Más tarde, Ryuuzaki se fue a dormir, escondiendo la carta de Lenore junto con las anteriores, en una pequeña ranura en la orilla del colchón de su cama.

x-x-x

Los siguientes días fueron un infierno para Ryuuzaki. No solo era cruelmente fastidiado por sus compañeros del orfanato, aún más de lo acostumbrado, sino que ahora no importaba cuanto tiempo pasaba esperando en el mismo árbol de siempre. Lenore llevaba ya dos semanas sin pasar por ahí, y eso lo hacía sufrir terriblemente.

Ryuuzaki se sentía como el día que murieron sus padres. Sentía como si hubiera perdido a alguien de su familia, a alguien muy querido.

Esa tarde, Ryuuzaki se encontraba sentado en el patio, abrazando sus rodillas, cuando llegó en director y de un tirón lo levantó.

-Ven acá, muchachito indeseable- le dijo el director, tirando de él y obligándolo a seguirlo. Ryuuzaki no tuvo opción más que caminar junto a él, dando tropezones.

Los otros niños lo vieron, e intercambiaron murmullos de asombro. Ryuuzaki estaba algo asustado.

-¿Qué... que pasa, señor Marshall?- preguntó Ryuuzaki, sorprendido de la acción del director, quien ahora lo estaba llevando a su oficina.

-Silencio, Lawliet- dijo el director- hay una persona que quiere hablar contigo-

Ryuuzaki se sorprendió. ¿Quién sería esa persona¿Algún familiar¿Alguien que lo llevaría fuera de ese orfanato?

Cuando llegaron a la oficina del director, Ryuuzaki se llevó una sorpresa. La persona que lo esperaba era ni más ni menos que el tío de Lenore, el que siempre la acompañaba a la escuela. Sin saber porqué, Ryuuzaki comenzó a temblar. No sabía que estaba haciendo el tío de Lenore en el orfanato. ¿Sería acaso que descubrió a Lenore e iba a quejarse con el director? Si era eso, tendría grandes problemas.

-¿Será éste?- preguntó el director, haciendo que Ryuuzaki tomara asiento bruscamente junto al hombre, para después sentarse tras su escritorio.

-No lo sé- respondió el visitante, mirándolo fijamente- dime, pequeño¿tu nombre es L Lawliet?-

Sorprendido y un tanto lastimado de que Lenore haya dicho su nombre a su tío, Ryuuzaki asintió.

-Entonces es él- dijo el visitante, pasando sus ojos de Ryuuzaki al director- entonces¿cerramos el trato?-

-Supongo- dijo el director de mal humor- al menos así me libraré de esta molestia, y haciéndolo ganaré algo de dinero...-

-Oh, si habla así de sus niños, no conseguirá que alguna familia adopte a alguno- le dijo el hombre- ¿me da unos minutos con él para explicarle la situación?-

-Por supuesto- dijo el director, saliendo de la oficina por unos minutos.

Ryuuzaki subió los pies al asiento, como acostumbraría hacerlo siempre más delante, y miró interrogante al hombre.

-Imagino que debes estar confundido- dijo el hombre, y alargó su mano para saludarlo- mi nombre es Quillsh Wammy, soy el fundador del orfanato Wammy House...-

Ryuuzaki le estrechó la mano sin pensarlo.

-Soy L Lawliet- dijo Ryuuzaki- pero usted ya sabía mi nombre-

-En efecto- dijo el hombre.

-¿Usted... es el inventor Quillsh Wammy?- preguntó Ryuuzaki, sorprendido.

-Ese mismo- dijo él- y también soy el tío de tu amiga Lenore-

Ryuuzaki se ruborizó, pero el hombre sonrió benévolamente.

-No tienes porqué ponerte así, L- dijo Quillsh Wammy- vengo a hacerte una oferta. Quiero que te traslades a mi orfanato y que estudies ahí. Te daré lecciones y te convertiré en una persona excepcional...-

Ryuuzaki miraba incrédulo al hombre.

-¿Lecciones?- dijo el niño- ¿porqué?-

-El otro día le confisqué a Lenore una hoja de papel que llevaba muy abrazada- dijo el hombre- y la obligué a decirme todo al respecto. No te ruborices- añadió, al ver que Ryuuzaki se encontraba completamente rojo- me sorprendió tu capacidad de deducción...-

-¿Mi qué?- dijo Ryuuzaki.

-Capacidad de deducción- dijo Quillsh Wammy- quiero que sepas que Lenore es excepcionalmente inteligente. Pero al ver el acertijo que ella te puso y lo fácilmente que lo resolviste me convenció de transferirte a mi orfanato-

Ryuuzaki lo miraba, dudoso.

-Si vas conmigo, Lenore y tú tomarán lecciones juntos, y quizá un día se conviertan en grandes investigadores- dijo Quillsh Wammy- ¿o acaso prefieres quedarte aquí?-

Ryuuzaki hizo una mueca. La idea era muy tentadora. Podía alejarse para siempre de ese orfanato y de los malos tratos que ahí sufría. Y sobre todo, podía estar con Lenore todo el tiempo.

-De acuerdo, iré con usted- dijo Ryuuzaki al fin.

-Menos mal- dijo el hombre- Lenore se pondría insoportable si te negaras...-

Ryuuzaki asomó una sonrisa, mientras el director entraba de nuevo.

-¿Y bien?- rugió el director.

-L se irá conmigo- dijo Quillsh Wammy antes de que Ryuuzaki respondiera.

-Menos mal que te irás de aquí- dijo el director bruscamente- ve inmediatamente a buscar tus cosas y luego vuelve-

-Una cosa más, señor director- dijo Quillsh Wammy antes de que Ryuuzaki se moviera- no quiero que quede ningún registro de su nombre o identidad aquí¿de acuerdo?-

-De acuerdo- dijo el director, y se volvió a Ryuuzaki- ¿qué demonios haces aquí¡Te dije que te fueras por tus cosas!-

Ryuuzaki obedeció. No tenía mucho que llevar, así que tomó la foto de su familia que había rescatado de su casa antes de que fuera destruida, las cartas de Lenore, su ropa y un par de libros que le había regalado la mujer de la biblioteca. Se puso un abrigo lleno de agujeros y parches, el único que tenía, y una bufanda, pues aquel día estaba nevado.

Se presentó en la puerta de la oficina del director, y alcanzó a escuchar parte de la conversación.

-Este trato te saldrá muy caro, Wammy- escuchó decir al director- ¿qué interés tienes en ese niño? Es un bueno para nada. No es buena idea tenerlo en tu orfanato, y menos cerca de tu sobrina-

-¿A qué te refieres?- le preguntó Quillsh Wammy, alzando las cejas. El director rió sin ningún disimulo.

-¿No has visto la pinta salvaje que tiene ese niño?- le dijo el director- es un peligro para los otros...-

-¿Es eso?- dijo Wammy sin inmutarse. Tomó unos papeles del escritorio del director y los leyó- por cierto¿cómo murieron sus padres?-

-Asesinados- dijo el director sin ninguna emoción- una organización perteneciente a la mafia quiso vengarse por el arresto de uno de sus líderes. Puso una bomba en la casa. Ahí murió el señor Lawliet, su esposa y su hijo mayor...-

A Ryuuzaki le dolió escuchar el relato sobre su familia de una manera tan fría. Wammy no se movió.

-¿Y entonces?- dijo Wammy con un evidente nudo en su voz.

-Los bomberos lo rescataron de la casa en llamas- continuó el director- siempre ha sido huraño y salvaje. No dirige la palabra a nadie, más que a la bibliotecaria, y eso en muy raras veces...-

Quillsh Wammy se aclaró la garganta.

-Ya veo- dijo el inventor.

Ryuuzaki tembló en esos momentos de tenso silencio. Tal vez con esos antecedentes, Quillsh Wammy desistiría en querer llevarlo a su orfanato. Lo mismo pensó el director.

-¿Eso no disminuye tus deseos de llevarlo?- dijo el director.

-Al contrario- dijo Quillsh Wammy- los aumenta...-

-¿Estás loco?- dijo el director Marshall- si es un salvaje, bueno para nada...-

-Yo no lo creo que sea así, Marshall- dijo Wammy pacientemente- ese niño tiene mucho potencial, y sería un desperdicio dejarlo aquí a que los otros brutos lo golpeen...-

-Como quieras- dijo el director, y se escuchó como si firmara un papel- toma, todo tuyo-

-Esperaré a que tenga lista sus cosas- dijo Wammy -por cierto¿cuál es su nombre completo¿Porqué se llama "L"?-

-Por supuesto que no se llama solo "L"- dijo el director- su nombre completo es Elle Lawliet. Pero como usted comprende,"Elle" se pronuncia igual que la letra L en inglés...-

-Entiendo- dijo Quillsh Wammy y sonrió, divertido sin duda por la travesura del nombre.

-¿Señor?- dijo Ryuuzaki, entrando tímidamente al despacho del director- ya tengo mis cosas-

-Bueno, entonces nos iremos de inmediato- dijo el hombre- gracias por tu tiempo, Marshall-

-De nada- dijo el director.

Ryuuzaki siguió a Quillsh Wammy hacia su auto, y subió al asiento trasero, mientras que Wammy tomaba el del copiloto y el chofer manejaba, alejándolos de aquel orfanato.

-¿Escuchaste la conversación que tuve con el director, verdad L?- preguntó el inventor desde el asiento del copiloto.

-Pues... sí, señor, una parte- dijo Ryuuzaki.

-Pues bien- dijo Quillsh Wammy- ese Marshall es un mentiroso...-

-¿Por...porque lo dice, señor?- le dijo Ryuuzaki.

-Tú no eres un bueno para nada como él dice- le dijo el inventor- esa es la mentira más vil que he escuchado en toda mi vida, y debes saber que mi vida ha sido larga...-

Ryuuzaki sonrió amargamente.

-Tal vez es porque no se espera mucho de mí...- dijo el niño tristemente.

-Al contrario, L- dijo el inventor- yo espero grandes cosas de ti. Y te ayudaré a alcanzarlas. Sí- añadió, volviéndose hacia el frente- sí, grandes cosas...-

Desde aquel momento, Quillsh Wammy se había ganado la completa confianza y la más profunda lealtad de L Lawliet.

x-x-x

CONTINUARÁ...