Wao, qué buena acogida ha tenido el fic, no me lo esperaba XD. Me alegra que esta pareja le guste a alguien más y no sólo a mí n.n.

medea-chan: Jeje, pues yo cuando pienso en Kankurô lo veo con Sakura pero de calle XD. Aunque claro, es una pareja crack, sé que es imposible XD. Besotes y que te lo pases chuli en esta página n.n

Gabiuti: Jujurjurju, pues si contiene lemon...no te lo digo XD. Hay muy poquitos de esta pareja, cosa normal siendo una pareja tan crack Ó.Ò XD. Weno, puede que el otro que leyeras fuera "Amorío", de KokoroDoki, que es buenísimo. Muchos besotes non.

Sharpey-00: Hay otro fic Kankurô x Sakura, es el que digo arriba, Amorío n.n. Grácias por el comentario. Chû.

rossmery: Pobre mi Kanku TTwTT. Tengo una tendéncia increíble para hacer sufrir a mis prefes Ó.Ò XD. Pues yo sólo he leído otro O.O, al menos en español XD. Besitos n.n

Harlett: Jeje, el SuiSaku aún...pero el JuugoSaku?? O.OU. Diós, sí que hay parejas crack, sí XD. Claro que sí, si Kanku-chan es wapíximo sin pinturas (a mí al menos me lo parece n.n XD). Grácias por leer y te mando besossss!

RyogaSkywalker: XD, otro seguidor del clan Uzumaki XD. Weno, a ver si lo sigo prontito que ya tardo ¬¬. Wao, en serio te ha gustado? XD. Espero que el segundo cap no decepcione -.-U. Gaxias n.n

merlina la brujita: Jeje, te agradezco el entusiasmo XD. Es raro ver fans de esta pareja (por desgrácia ¬¬U). Me alegra que te guste tanto, espero no defraudar non. Besos!

kunoichivagabond: Wao, eres la primera que conozco a la que le guste Genma (a mí también n.n). Pero lo más raro es que Kankuro sea uno de tus favoritos O.o. No es un personaje que suela gustar mucho, pero a mí me chifla /// . Ya, la pareja prototipo suele ser Tenten, pero yo le veo más con Sakura XD (cosas raras XD). Este fic es cortito, pero dado que es una pareja que me encanta, en el futuro escribiré más de ellos (kyya XD). Besotes non.

samantha weasley: Sip, agradezco mucho que te gustara. Estas parejas tan raras nunca sabes si van a tener buen resultado... -.-U XD. Besitos n.n

Megamichan-: XD, tengo pensado escribir un lemon de continuación de este fic muy pronto, así que trankis que si este cap no os complace, no os quedaréis por las ganas. XD, me alegra que te gustara mucho el fic non. Besotes enormes!

Capítulo 2. Papel mojado. Amor hacia el desierto

El viento del desierto era cambiante, rudo, maleable. Como sus gentes.

Como Kankurô.

Sakura tuvo esa certeza cuando llegó a la puerta de la habitación que le habían indicado Gaara y Temari y miró a dentro con precaución, cosa fácil dado que la puerta estaba entreabierta. Una fría brisa nocturna penetraba por la ventana abierta, arrastrando consigo pequeños y casi inapreciables granos de arena.

Kankurô estaba sentado en el alfeizar, con una rodilla flexionada y la otra colgando sin fuerza arrás del suelo. Apoyaba su barbilla en la mano cuyo codo se sustentaba en la rodilla. La corriente del desierto removía sus cortos cabellos pardos. En sus ojos azabache con reflejos verdes podía verse una extraña nostálgia, tan lejana que parecía imposible de alcanzar.

Sakura se sintió súbitamente cautivada por aquella mirada. Jamás antes había notado nada más que prepoténcia y orgullo en los ojos de aquel jounin.

De pronto, Kankurô notó que estaba allí. Por segunda vez en poco tiempo, le había pasado desapercibida la preséncia de aquella chica. Giró levemente la cabeza y la miró fijamente.

Una lágrima rodó por la piel morena del marionetista, hasta que murió limpiamente entre sus labios.

La kunoichi, sintiéndose insegura, dio un paso al frente, acostumbrando sus ojos a la oscuridad.

- ¿Estás bien, Kankurô-san...? -dejó ir en un susurro.

El chico la miró por unos instantes con desconcierto, pero luego le apartó la mirada y hundió de nuevo la cabeza entre las rodillas, cogiéndose unos mechones pardos con más fuerza de la que podía considerarse justa.

- No lo sé... -admitió. Su voz denotaba cierto aturdimiento- Puede que me haya pasado de la raya...

Sus hombros se estremecieron, como si un frío profundo e hiriente recorriera su espalda. Sakura sabía que eso era imposible. Le había visto correr a través del gélido desierto nocturno sin nada más que una capa de tela negra.

Miró alrededor. La habitación no era precisamente acogedora. Quizás el cuarto de todos los marionetistas era semejante... Por las paredes colgaban decenas de piezas de madera, brazos y piernas articulados, cabezas que sabía que estarían repletas de armas. A un lado, una mesa de trabajo llena de herramientas de montaje y varios recipientes de química, donde en muchas ocasiones entreveía distintos venenos, algunos a medio elaborar. Acercó una silla de un rincón y se sentó al lado del chico, dejando que la luna esférica le diera en pleno rostro.

- Si necesitas hablar con alguien, cuenta conmigo, Kankurô-san -aseguró en un murmullo, recostando una mano en la rodilla del mayor.

El jounin levantó levemente la vista y le dirigió una perdida mirada oscura. Sakura inspiró un poco, tratando de relajarse. Estaba harta de relacionar constantemente a Kankurô con Sasuke, pero era algo instintivo, no podía evitarlo. Quizás fuera porqué ambos tenían un color azabache profundo y sin brillo aparente...

El chico suspiró con pesadez y levantó levemente la cabeza.

- Vaya numerito he montado... Soy un idiota -soltó de pronto, como recriminándose- Sé perfectamente que el problema no es suyo, es mío... Tengo toda la culpa... -entornó levemente la mirada.

- ¿Por qué dices eso...? -quiso saber la chica, haciéndose un poco hacia delante.

Kankurô pensó mucho su respuesta, pero al final suspiró y apoyó la espalda en el marco de la ventana. Se llevó una mano a las sienes doloridas, masajeándolas.

- Me estoy volviendo un poco egoísta... Es como si no quisiera dejarles marchar... -sentenció- A Gaara y Temari, me refiero... Es verdad que Temari es la mayor y nos mandaba a ambos, pero yo me ocupaba casi siempre de Gaara... Le ví crecer, hacerse fuerte y convertirse en... -se le quebró levemente la voz- un monstruo... Fue entonces cuando Temari y yo nos unimos más que nunca... Nos apoyábamos mútuamente en el miedo que sentíamos hacia Gaara... Al cabo de unos años, él volvió a ser "normal"... Volvímos a ser una família completa...

Su mirada empezaba a parecer perdida, como si no mirara nada en concreto.

- Pero... desde hace unos años, todo ha cambiado... Gaara está muy ocupado con sus deberes de Kazekage y ahora encima tiene novia... Y Temari...hace tiempo que nos dejó... Apenas viene por casa y siempre que tiene un rato libre se va con Shikamaru... -denotó una expresión de pena- Es como si...me hubieran apartado de sus vidas... y no me dejaran volver...

De nuevo dejó caer la cabeza sobre el pecho en señal de abatimiento.

- Me siento muy solo... -admitió, con la voz quebrada.

Sakura se sintió embargada por un instinto protector superior a sus límites. Sin consultar con su cerebro, su cuerpo se movió solo y se encontró abrazando al chico con calidez, acariciando sus cabellos pardos como si de un niño pequeño se tratase. Kankurô, sin embargo, lejos de debatirse, entornó los ojos y acurrucó la cabeza. Se sentía arropado por primera vez en muchos años. Era una sensación que posiblemente no olvidara nunca.

Sakura no podía decir que aquel sentimiento de impoténcia le fuera desconocido. Sasuke la había expulsado violentamente de su vida hacia varios años, cuando la dejó aturdida en un banco de la villa de la Hoja. Ni siquiera miró atrás al marcharse. Aunque, incluso para ella, aquella sensación no era comparable a la de sentirse distanciado de una família. Eran situaciones distintas.

Al cabo de unos minutos de permanecer en aquella posición, Kankurô sonrió y levantó la cabeza. Parecía un poco avergonzado por su comportamiento.

- Grácias, Sakura-san... -le otorgó- Me siento mucho mejor ahora...

Pero Sakura no parecía escucharle. Le miraba con los ojos agrandados, la luz de la luna danzando en sus pupilas verdes. Un fugaz pensamiento cruzó la mente de Kankurô.

"Qué hermosa es... Qué belleza tan...salvaje..."

Tragó saliva. Notó un subtancial aumento de la temperatura en sus mejillas. Diós, se estaba ruborizando... Quiso apartar la mirada y evitar que se le notara, pero Sakura actuó antes. Posó suavemente las manos a ambos lados de la cara del marionetista y le obligó a mirarla.

Bajo la luz cristalina de la luna desértica, Sakura pudo entrever un brillo verdeazulado en los ojos de Kankurô, más allá del negro uniforme que sus iris azabache.

Sonrió para sí.

"Sus ojos...no son igual que los de Sasuke..."

Sakura sentía que por fin era libre para elegir a quien amar. En los últimos años, se había sentido irremediablemente atada al recuerdo del Uchiha. Pero ya no iba a sufrir más...

Su corazón era capaz de enamorarse de nuevo.

Sin dejarle tiempo a reaccionar, Sakura se hizo un poco hacia delante, quedando sentada en el alfeizar, junto a él, rodéandole con los brazos y fundiendo sus bocas en un suave y casto beso.

Aquella actitud tomó por sorpresa al chico, pero ni siquiera trató de evitarla. Al contrário, la asió hasta sus brazos y hundió sus caderas entre sus rodillas, abrazándola hasta que la distáncia entre ambos fue nula.

Se besaron durante minutos, ajenos al mundo helado que les rodeaba, intercambiando saliva caliente que se mezclaba en sus bocas, al mismo tiempo que sus alientos. Pronto llegaron los leves jadeos, reprimidos por el sentido de la decéncia de ambos jovenes. Las respiraciones, entrecortadas, ascendiendo en el aire helado como las aves de pájaros liberados de su jaula.

Y al separarse, sedientos de amor y a la par complacidos de cariño, se miraron a los ojos, sintiendo esa conexión especial de la que siempre habían oído hablar pero que nunca habían experimentado.

Sakura le regaló una sonrisa llena de ternura, mientras se inclinaba y besaba su clavícula izquierda con generosidad.

- ¿Sabes qué? Empieza a gustarme el desierto...

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Shikamaru hacía ya horas que roncaba ruidosamente en el sofá, abrazado sin querer a un rollo de pergamino que tirara Kankurô hacía horas. Matsuri acababa de irse y tanto Temari como Gaara habían quedado sumidos en un silencio incómodo y asfixiante.

Se sentían culpables, culpables por haber atacado de aquel modo a su hermano. Sabían que la culpa era de ambos bandos, pero no habían sido tan comprensivos con Kankurô como deberían haberlo sido. Después de todo, era un chico de trato difícil y carácter diferente. Y ellos debían saberlo después de tantos años conviviendo con él.

Temari recordó casi sin querer la vez que, en plena noche, vio a Kankurô meciendo a Gaara en sus brazos para que parara de llorar. Así mismo, el menor de los hermanos Sabaku rememoró las veces en las que Kankurô y él jugaban a esconderse entre los callejones de la villa de los jounin que les cuidaban.

Qué recuerdos...

Como si se pusieran mentalmente de acuerdo, ambos se miraron de reojo. Temari arqueó las cejas y frunció los labios.

- Gaara... Puede que nos hayamos pasado un poco...

- Lo mismo pienso yo... -admitió el Kazekage, agachando levemente la cabeza.

Temari apartó la silla, con cuidado de no despertar a Shikamaru con el ruido, poniéndose en pie y estirando los brazos para desentumecerse. Gaara le imitó, aunque con mayor discreción.

- Vamos a decirle algo a ese béstia... -dijo Temari con una sonrisa maliciosa, ascendiendo por la escalera.

Anduvieron en la penumbra del primer piso, pasando enfrente de varias habitaciones hasta llegar a la cuarta. Temari inspiró profundamente y posó la mano en el pomo de la puerta, haciéndolo girar y empujando levemente. Una vez el rayo de luz provinente de la bombilla del pasillo iluminó la habitación...

...el grito de Temari hizo temblar la villa entera.

- ¡¡¡La madre que te...!!! -bramó la rubia fuera de sus casillas.

Gaara puso una cara de susto imposible de describir. Impresionado, se acercó al marco de la puerta y miró adentro. Si no fuera por su excelente autocontrol, hubiera terminado en el mismo estado que su hermana.

Kankurô estaba dormido, metido en su cama y con una expresión de bienestar absoluto. Sin embargo, ello hubiera sido completamente normal de no ser por el hecho de que...Sakura estaba también metida en el lecho, con la cara apoyada en el pecho del jounin y los brazos rodeando su trabajado abdomen. De vez en cuando, los dos jounin exhalaban suspiros de calma.

- Mmh...Kankurô-san... -musitó Sakura entre sueños.

En un arrebato emocional, Temari se acercó a su hermano y, con toda la mala leche, le estampó su puño cerrado en la cabeza. El castaño se despertó bruscamente, balbuceando palabras incoherentes y mirando a todos lados como enloquecido. Terminó de despejarse del todo cuando el golpe de su hermana se repitió, justamente en el mismo sitio. Se llevó las manos a la cabeza, dolorido.

- ¡Temari, ¿qué haces...?! -exclamó, frotándose el chichón.

- ¡¡Degenerado...!! -bramó la rubia, con las manos en las caderas- ¡Nos montas esa escenita y después tu te...te...te ligas a Sakura-san!

- Temari, por favor... -musitó Gaara, avergonzado, llevándose una mano a la frente- No ha pasado nada...

La usuaria del viento no entendió aquello, pero después de estudiar con la mirada a su hermano y a la kunoichi...descubrió que no les faltaba ni una sola prenda. La cara de Temari era digna de fotografiar.

De pronto, Sakura empezó a estremecerse, haciendo temblar la cama. En un momento dado, estalló en una sonora carcajada que se elevó en la oscuridad del cuarto, relajando el ambiente. Se incorporó poco a poco, aguantándose el estómago a causa de la risa. Segundos después, el propio Kankurô estalló en carcajadas, riendo a pleno pulmón. Con lágrimas en los ojos y ante unos atónitos Temari y Gaara, ambos chocaron las manos en señal de complicidad.

- Ay...me muero... -dijo Sakura, sin poder parar de reír- No creía que se lo tragaran...

- Diós, como me arrepiento de no llevar cámara... -dijo Kankurô, divertido.

Temari estaba cada vez más roja, pero más que a la ira se debía a la vergüenza. Les señaló con dos dedos temblorosos.

- No puedo creer que nos hayas hecho esto, Kankurô... Seguro que esto es cosa tuya... -dijo, ruborizada- ¿Era todo mentira...? -sugirió, arqueando las cejas a más no poder.

Sakura detuvo sus carcajadas, dejando no obstante una leve sonrisa en su rostro. Miró de reojo al marionetista con una expresión soñadora. En un abrir y cerrar de ojos, estaba sentada en su regazo, con las manos rodeando su cuello. Los ojos verdes de la kunoichi miraron a Temari brevemente.

- No del todo... -admitió.

Acto seguido, sin importarle que los hermanos de Kankurô estubieran mirando, hundió sus labios en los del chico que le brindaba su abrazo. Cuando él, más tímidamente de lo que podría haberse esperado, le correpondió, Sakura se sintió la mujer más dichosa del mundo.

Definitivamente, Sasuke era papel mojado.

+º+º+º+º+º+º+º+º+º+º+º+º+º+

De nuevo aquel calor abrasador. Tenía la sensación de que las sandalias se le pegaban a la arena. No obstante, no era tan insoportable como las otras veces que había ido a Suna, y la razón era evidente.

A diferéncia de las otras ocasiones, un entusiasmo creciente la embargaba por el mero hecho de pensar que volvería a la Arena.

Se podía decir que Sakura había empezado a amar el desierto.

Alzó la vista, con el sudor deslizándose levemente por su frente. Su corazón vibró de emoción.

Una silueta negra, ajena a las agobiantes temperaturas, la esperaba de pie en el mismo sitio que dos meses atrás.

Poseída por unas fuerzas que no conocía, aceleró el paso y, sonriendo, se lanzó a los anchos brazos de la persona que había robado su corazón. Se besaron bajo la mirada del sol y del basto desierto, el que, a partir de aquel día, sería el hogar de ambos.

Kankurô sonrió con prepoténcia una vez se separaron, acariciando la curva de su mandíbula.

- ¿Y bien? ¿Cómo está usted, nueva embajadora de Konoha? -preguntó, burlón.

Sakura decidió seguirle el juego, así que levantó al barbilla con altanería.

- Dispuesta a vivir durante una laaaarga temporada en Suna... Ah, por cierto, Kankurô-dono -añadió- ¿Te parece si repetimos la broma de la otra vez?

- Por supuesto, no esperaba menos -aseguró él con una sonrisa maliciosa.

Un instante más tarde, encontró las manos de la chica aferradas al cuello de sus ropas negras. Al mismo tiempo, aquellos finos labios se desplazaban por el bronceado cuello del marionetista. Después de aquel furtivo y húmedo roce, los labios de Sakura se acercaron al oído de un ruborizado Kankurô.

- Aunque...quizás esta vez...vayamos más en serio... -dejó escapar la chica en un sensual ronroneo.

+º+º+º+º+º+º+º+º+º+º+º+º+

Sé que quereis matarme, descuartizarme, etc., etc., etc... Pero os aseguro que no será lo último que escribiré de esta fantástica pareja Ò.Ó.

Besotes y espero que os guste (sé que no XD). non