Buenas...

Nueva historia, un Draco&Hermione recién salido del horno, bueno ¿ya? Vale.

IMPORTANTE: Para no hacer un epílogo, lo resumo aquí todo. Harry acabó con Voldemort, pero aún hay mortífagos. Todos nuestros chicos son aurores, menos Hermione, que trabaja en el departamento de Misterios. Lucius Malfoy a muerto, Bel·latrix Lestrange está en Azkaban y nuestros queridos Sirius y Dumbeldore, tambien. (

Bueno, pues diría que ya está, así que a leer.


- No me puedo creer que vayas a casarte, Lisey. De verdad, y menos con Adam.- dijo Hermione negando con la cabeza mientras bajaba las escaleras.

- Ya ves, Herms. Nunca pensé que pasaría por el altar con tan solo veintitrés años, es que Adam es tan romántico.- dijo una voz femenina detrás del teléfono.

Hermione bajaba las escaleras de su casa con el pantalón de un chándal gris y una camiseta roja. Entró a la cocina y encendió la cafetera. Hermione era una bella chica de veintitrés años, con sus respectivas curvas en su lugar correspondiente. Tenía una estatura adecuada para una persona de su edad, aunque era más baja que sus amigos. Tenía el mismo pelo enmarañado de antes, pero, con un simple conjuro por las mañanas, le quedaba domable por el resto del día.

- Es que aún me cuesta creer que te vayas a casar en septiembre.- dijo Hermione hablando por el móvil mientras esperaba a que la cafetera se calentara.

- Yo tampoco. Por cierto, Herms, quiero que vengas a la boda con tu novio.- dijo la tal Lisey con una voz pícara.

- ¿Cuantas veces te lo tengo que decir, Lis? No salgo con nadie, estoy libre y sin compromisos.- dijo Hermione sonriendo y cogiendo una taza.

- Pues más te vale que en septiembre tengas compromisos, porque no tengo ganas de invitar a Axel.- dijo Lisey.

- Pobre Axel¿Qué te ha hecho?- le preguntó Hermione sonriendo mientras apretaba el botón del café.

- A mi nada, pero dejó a Alice cuando se murió su abuela.- dijo ella con voz ofendida.

Hermione rodó los ojos.

-Lis… teníamos quince años.- dijo Hermione mientras el café caía a la taza.

- ¡Fue muy duro para ella!- le dijo Lisey.

Una lechuza picó con el pico en la ventana de Hermione, ella la miró fijamente. Pulsó el botón para que el café dejara de salir y dejó la taza en la encimera del lado.

- Ahora no puedo hablar, Lis. Nos vemos esta tarde.- dijo ella, y sin darle tiempo a despedirse a Lisey, colgó el móvil y lo dejó encima de la mesa.

Abrió la ventana y dejó entrar a la lechuza negra, la cual se puso encima del respaldo de la silla. Ella se acercó a la carta y la miró. Su nombre estaba escrito en una caligrafía elegante, una caligrafía que ella misma se había prometido olvidar…

El pulso se le aceleró y su respiración se hizo más fuerte. Abrió la carta rápidamente y se puso a leerla.

Princesa

Aún recuerdas lo nuestro ¿verdad¿Cómo has estado tanto tiempo sin mi, preciosa?

¿Aún recuerdas tu promesa? "Te debo una, cuando lo necesites, pídeme ayuda." Bien, pues ahora necesito tu ayuda.

Te espero en Knockturn Alley esa tarde, a las cuatro y media. Ve sola, y ya sabes las normas.

Att.

D. Malfoy

Hermione dejó la carta encima de mesa y se sentó a la silla abatida. Su pulso debía de estar por unos puntos encima de lo normal y su respiración estaba agitada. Cogió el teléfono móvil y marcó rápidamente el número de Lisey.

- ¿Lis?- preguntó ella al sentir respiración al otro lado de la línea.

- Si, soy yo¿pasa algo, Herms?- preguntó ella al sentir la respiración de su amiga algo agitada.

- Me ha surgido un imprevisto y no puedo quedar hoy.- le dijo Hermione mirando la carta.

-Está bien, Herms. ¿Pero que pasa?- preguntó ella un poco preocupada por el cambio de opinión de Hermione.

-Lo siento, Lis. Pero no tengo tiempo, nos vemos mañana.- dijo Hermione sin darle explicaciones.

Y colgó. Se volvió a sentar a la silla, y cerró los ojos. Se había prometido a si misma olvidar a Draco y a todo lo relacionado a él. A Pansy, a Blaise, a Severus, a Cissy,… ¿Un momento¿Los había llamado a todos por los nombres¿Le había llamado Cissy a Narcissa? Sin duda, algo iba mal. Cogió aire, y lo expulsó, como si quisiera expulsar con él todos esos recuerdos.

Ding, dong.

Ella se sobresaltó¿acaso él…? No, sin duda era imposible. "Vamos, Hermione, relájate. ¿Cómo quieres que él llame el timbre de tu casa? Ni siquiera sabe como funciona, quizá sea la vecina o un viejo amigo muggle. No saques las cosas de quicio. Quizá es el cartero, que tiene que dejar un recado a la vecina y no se encuentra en casa. O alguna persona que estaba corriendo y se ha hecho daño. Hay miles de posibilidades¿Cómo va ser él?"

Ding, dong.

El timbre volvió a sonar, ella giró la cara hacia la puerta. Su corazón latía rápido, y su mente iba pasando imágenes una y otra vez, imágenes de su relación con Draco. Avanzó hacia la puerta y, con temor, la abrió.

Al ver quien estaba al otro lado de la puerta, su corazón volvió a latir como lo hacía normalmente y su pulso se calmó.

- ¿Cómo es que has tardado tanto en abrir la puerta? Ya iba a llamar a Ron para que me ayudara a derrumbarla…- dijo Harry sonriendo y entrando en casa de Herms.

-Hola a ti también, Harry.- dijo Hermione con sarcasmo.- ¿Qué haces aquí?

-¿Un amigo no puede ir a ver a su mejor amiga?- preguntó él sonriendo y besando a Hermione a la mejilla.

-Depende de que amigo vaya a ver a su mejor amiga.- dijo ella refiriéndose a Ron, cuando la semana pasada la vino a ver para que la ayudase con unos papeles del Ministerio.

-Herms, ya sabes como es Ron… no le reproches. ¿Por cierto, hoy no trabajas? – le preguntó él extrañado mientras iba hacia la cocina.

Hermione, al ver que se dirigía a la habitación dónde estaba la carta, fue casi corriendo a la cocina y cogió la carta. Harry la miró extrañado.

- No soy auror, y tengo horarios y días festivos.- dijo ella sonriendo.

-¿Qué es eso?- le preguntó Harry mirando la carta.

- Trabajo.- mintió Hermione, sabía que al decir "trabajo", ya no le hacían más preguntas, una ventaja de trabajar al Departamento de Misterios.

Harry levantó las manos, queriendo decir "inocente". Hermione sonrió al verle.

- ¿Y tu, no trabajas?- preguntó al notar que los aurores no tienen horarios.

- Soy el jefe de mi escuadrón, puedo llegar tarde si quiero, y más aún si tengo que visitar a mi amiga.- le dijo Harry sentándose encima de la mesa.

Hermione le dirigió una mirada de reproche.

-Herms, estamos preocupados por ti.- dijo Harry mirando a su amiga con cariño.

- ¿Y eso por…?- le preguntó Hermione mientras guardaba la carta con disimulo en un cajón.

- Hace mucho que no vienes a la Madriguera, ya no sales con Ginny, hace meses que no vienes a las reuniones de la Orden por "trabajo", no vienes a las reuniones familiares, no te vemos el pelo en el Ministerio y hace mucho que no estamos los tres juntos.- dijo Harry mirando a su amiga a los ojos.

- Harry…tengo mucho trabajo en el Ministerio, hace tres semanas se murió la supervisora del turno de tarde, estamos muy ocupados, tengo que cubrir sus horarios con una amiga mía. El jefe del departamento confía en mí para que escoge o ascienda a alguna persona para cubrir el horario de la supervisora de tarde, tengo mucho trabajo¿de verdad crees que puedo hacer todo lo que me gustaría hacer?- le preguntó Hermione dando vueltas por la cocina.

-Y lo se, Hermione. Sólo que a veces tienes que sacar la cabeza del trabajo y ver a tu familia, a tus amigos. Tú verás lo que haces, sólo te digo eso: quieras o no quieras, la gente forma una familia a tu alrededor mientras estás en tu mundo, y te estás perdiendo la vida de los miembros.- dijo Harry mirándola a los ojos.

Hermione lo miró a los ojos fijamente, tenía razón. Harry se levantó de la mesa, se fue de la cocina, cruzó el pasillo y se fue.

Hermione suspiró y se pasó una mano por la cabeza. ¿Por qué todo se juntaba de golpe¡Maldita sea! Si se pasaba todo el día a la biblioteca porque se pasaba el día a la biblioteca, y se pasaba el día trabajando porque se pasaba el día trabajando¿es que acaso nunca estaban contentos con lo que hacía?

Entró a la cocina y miró el café, ya frío. Ya no tenía hambre. Después vendría Ron y le diría "Estás más delgada". ¡Como para no estarlo¡Si cada vez que venían le quitaban el hambre! Primero la carta de Draco y después la charla con Harry. ¿No estarán los dos sincronizados para amargarle la vida?

Ella iba a desayunar, después ordenaría la casa, más tarde comería e iría a tomar un café con Lisey, después cenaría fruta o un yogur y se iría a la cama. Pero no… ahora tendría que desayunar- pero le han quitado el hambre- luego pensaría en que coño puede ayudar a su exnovio, luego tomaría algo- más que nada porque no quería desmayarse a la "cita" con Draco- y después iría al encuentro – aunque estaría todo el día pensando que quiere Draco-, y después, como las citas con Draco siempre se alargan, seguramente sería venir y dormir- como si pudiera hacerlo-.

¿Algo normal, no?

Subió el piso de arriba y entró en el estudio. Cogió un libro que estaba encima de una mesa. Lo abrió por dónde estaba la marca y empezó a leer.

"…-Usted- dijo con voz clara, serena, cruel- es mi medio de expresión. Sus artículos, publicados en el periódico de la comunidad, transmiten mi mensaje. Bienvenido- hizo una pausa- a los parámetros de la pesadilla…"(N/A: Al calor del verano, de John Katzenbach)

Basta, ni eso funcionaba. ¿Es que acaso el mejor thriller de la historia no podía hacer desvanecer la inquietud del encuentro? Estaba claro que Dios, Merlín o quien fuera que estaba allí arriba no quería que olvidara a Draco. Lo había conseguido por casi tres años¿Por qué lo recordaba ahora, con la carta? Si tenía miles de fotos que se habían hecho juntos en el cajón de su mesita de noche. ¿Por qué con la carta lo recordaba? "… Porque le prometí que le ayudaría…"

¿Y porque había hecho esa promesa tan tonta? Conociendo a Draco, seguro que le pedía que le sacara unos documentos del Ministerio, o que defendiera a algunos de sus hombres en un juicio.

Ah sí… porque Pansy les había pillado a Draco y a ella besándose en el pasillo que da a las mazmorras. Y Draco convenció a Pansy, no sabe como- mejor no saberlo- y al final ella no dijo nada. Algo irónico… porque acabó convirtiéndose en una de sus mejores amigas, pero cuando cortó con Draco se distanció de todos sus amigos de Slytherin- Blasie y Pansy- y de la familia de Draco- Cissy y Severus-. La relación había durado casi cuatro años gracias a su cómplice: Viktor Krum. Porque si se llegaban a enterar los chicos de que su "hija" salía con una serpiente, Draco ya no seguiría vivo, y ella estaría en un internado femenino. Cada vez que Draco le regalaba algo, ella decía que era de Viktor, y sus "guardaespaldas" le preguntaban a él, y él decía que si. Siempre que e iba de vacaciones con Draco en la Mansión Malfoy, ella decía que se iba a casa de Viktor, y cuando sus "padres adoptivos" le preguntaban, él decía que sí. Ahora, Viktor y Hermione se habían convertido en grandes amigos.

Y dentro de unas horas se iba a ver con Draco.

Que Dios o Merlín reparta suerte.


¿Os a gustado? Eso espero, ya se que es corto, pero espero que os haya gustado.

Abrazos.

ECDP