Prologo:
Gracia miraba por la ventana de su habitación sintiéndose de pronto algo molesta. ¿Por que Riza siempre tenia que ser así?
No era que no quisiera a su prima, la verdad es que la doraba el problema radicaba en que no le gustaba como era su prima en general, sobre todo con los jóvenes.
Ambas eran nietas del general Grumman, por diversos motivos había quedado a su cuidado y ahora vivían con el. Su abuelo era encantador, salvo por un pequeño problema, un pequeño problema que amargaba la joven vida de Gracia, no le permitía tener novio.
No es que ella estuviera desesperada por salir con alguien, pero simplemente deseaba tener la posibilidad de saber lo que era estar enamorada y lo estaba, de alguien que según su prima no era el adecuado.
Riza era una joven bastante agradable cuando deseaba serlo y para su desgracia se había convertido en el objeto de obsesión de varios jóvenes, entre ellos el secreto amor de Gracia, el problema era que a su prima no le interesa en lo mas mínimo salir con ningún chico y como Grumman estaba al tanto de eso, había contestado a los ruegos de Gracia prometiéndole que la dejaría salir con alguien solo cuando su querida y dulce Elizabeth también lo hiciera, eso significaba que se podrían descongelar los polos y ella seguiría de monja en su casa, como una solterona para toda la vida.
En ese momento vio al joven que hacia que su corazón latiera a toda prisa y salio corriendo de la casa, quería hablar con el antes de que Riza o su abuelo interrumpieran, en el caso de la primera porque Jean Havoc no le quitaba los ojos de encima a su prima y en el del general por que la mandaría a ella al cuarto si mostraba mucho interés en el .
Abrió la puerta con rapidez y se encontró frente a frente con Jean y con otro joven al que no conocía. Tampoco le presto atención.
-Hola Jean- lo saludo con una radiante sonrisa- ¿Vienes a ver a mi abuelo?- le pregunto ella mientras los dejaba pasar.
-Claro que si- le respondió el joven mientras buscaba a alguien con la mirada-. ¿Esta Riza en casa?
Las ilusiones de Gracia cayeron a sus pies, siempre era igual y para terminar de empeorar las cosas, su prima apareció en escena.
Gracia no podía negar que Riza era bonita. Tenia el cabello rubio y lacio casi hasta la cintura y unos lindos ojos ámbar con los cuales fulminaba con la mirada a sus audaces pretendientes. Hasta el momento ninguno había tenido suerte y Gracia dudaba que alguno lo tuviera.
-Riza- le dijo Jean con alegría-. Estas tan hermosa como siempre.
La joven lo miro arqueando las cejas y ni siquiera sonrió ante el comentario.
-¿Busca a mi abuelo teniente Havoc?- le preguntó en forma educada-. Le informare que esta aquí.
-Preferiría si pudiera hablar un momento contigo- le dijo el con evidente incomodidad-. A solas si es posible.
-A mi abuelo no le gusta que nos veamos con jóvenes en la casa, señor. Además, usted no es mi tipo.
Gracia recordó las innumerables veces que había oído aquella misma conversación. Jean se deshacía en cumplidos y obsequios para su prima, la mayoría de los cuales ella contestaba de forma mordaz y los regalos en la basura. En ese momento se fijo en el otro joven que la miraba con interés. Era alto y tenía el cabello negro, los ojos eran verdes y llevaba gafas, parecía agradable.
-Soy Gracia, la nieta del general- le dijo ella con una sonrisa-. Y ella es mi prima Elizabeth, es algo… complicada.
Maes pensó que la palabra complicada le quedaba corta a aquella muchacha, era un autentica arpía, una arpía muy bonita pero arpía al fin y al cabo, en cambio su prima era como un ángel caído del cielo. Definitivamente se había enamorado primera vista .
Maes contemplaba como Gracia le habla de algo mientras se reía, se había olvidado por complete la reunión con Grumman para informarle del traslado de su amigo al Este y mas aun de que Jean estaba a un paso de perder su orgullo suplicándole a Riza una oportunidad para tener una cita con ella.
La repentina aparición de Grumman, con evidente gesto de fastidio termino con las diluciones y con sus fantasías.
-Me alegra verlos aquí. Les dijo con rotundidad-. Pasemos a mi despacho, ahora.
Los dos jóvenes lo siguieron con sumisión y aceptaron el regaño en silencio. Luego pusieron a Grumman al tanto de la llegada del coronel Roy Mustang al día siguiente y se fueron del despacho casi enseguida, al salir se cruzaron en la puerta con ambos jóvenes. Riza le dedico una sonrisa falsamente cándida a Jean que sin embargo no era capas de notar el sarcasmo en su gesto, Gracia le sonrió a Maes y se encogió de hombros.
Una vez que salieron de la casa miro a Jean que iba como en las nubes.
-Esa joven, Elizabeth es bastan dura de convencer- le dijo Maes-. Deberías desistir.
-Nunca. Ya veras como dentro de unos cuantos meses es mi novia, no sale con ningún chico y será mía.
-¿Y su prima?- le pregunto Maes con curiosidad, no le había pasado desapercibido el interés que la joven mostraba en Jean.
-Gracia…ah, ella es muy agradable, ¿te gusto?- le pregunto con una sonrisa-. Si es así tendrás que resignarte entonces, porque Grumman no permite que nadie se acerque a ella a menos que Riza tenga novio. Si quieres salir con Gracia tendrás que conseguir antes que Riza salga conmigo.
-Eso es estupido- protestó Maes y vio la sonrisa en el rostro de Jean-.¿Es vedad?
-Claro que lo es. Una triste realidad.
Maes se maldijo por su mala suerte, el había pensado en intentar invitar salir a la joven pero si lo que Jean le contaba era cierto, seria un imposible. No quería desmoralizar a su amigo, pero al parecer Riza no lo tenia en muy alta estima, ¿que hacer?
Una idea cruzó por su cabeza y sonrió ante aquello ¿Como no lo había pensado antes? Roy llegaría al día siguiente a Ciudad del Este, y si el, que era el mayor conquistador de toda Central no lograba tener a Elizabeth Hawkeye comiendo de su mano no lo haría nadie. Solo debía pensar en como convencer a su amigo para que conquistara a esa joven.
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Ya chicas, nueva historia y espero les haya gustado, yo estoy muy emocionada porque es mi historia numero veinte publicada aquí. Bastante más de lo que pensaba. Agradezco de antemano a las que leen y nos leemos la próxima semana, ciao.