Kyaaaa! es el primer fict de bleach que escribo y conincide con el primero que publico en esta página, espero les guste, dejen comentarios y no se molesten si tardo mucho en continuar... por cierto, les recuerdo ke los personajes de bleach usados en este fict no me pertenecen y los uso sin fin de lucro y son derechos reservados de su autor... sin mas que decir los dejo con mi fict titulado...
LLENANDO EL VACÍO
Capítulo 1. Los sentimientos de él…
Era una noche tranquila, llena de paz… por primera vez en mucho tiempo, en la soul society reinaba la paz… Ranjiku Matsumoto, de pie frente a la ventana del despacho, observaba el recorrido pasivo de la luna… no pudo evitar recordar, al ver ese blanco resplandor, el rostro del hombre que había amado con todo el corazón… podía verlo, a través del cristal, como reflejándose en la luna, a su querido y amado Ichimaru Gin…
-Tonto… fuiste un tonto…
Pensó irremediablemente, cerrando con fuerza los ojos, tratando de contener las gruesas lágrimas que estaban por brotar. Lo extrañaba. Más de lo que siempre hubiera querido.
-Matsumoto… mi querida Matsumoto…
Sí, incluso podía llegar a escuchar su voz… él siempre la había querido, aunque en muy pocas ocasiones lo expresara, ella lo sabía a la perfección… sí, aún en la distancia podía escuchar aquella voz…
-Matsumoto… ¿te sientes bien?
Dando un respingo, la joven de rubia cabellera apartó de golpe aquellos recuerdos y se giró sintiendo un suave tacto en sus manos, un poco sorprendida, pero fingiendo calma, le sonrió con dulzura al joven que la había llamado…
-Taicho… sí, me encuentro bien… sólo meditaba un poco. Espero no le moleste que haya dejado los deberes, pero necesitaba despejarme…
-Sí, esta bien… además, ya es muy tarde para que sigas todavía aquí… pensé que te habías marchado hace horas, pero cuando pase por los dormitorios y encontré tu puerta abierta me preocupe…
De pronto, se hizo un completo silencio… tras intercambiar un tanto las miradas, Hitsugaya Toushiro había bajado la vista. Parecía a simple vista ligeramente sonrojado, Matsumoto se sorprendió. Conocía al capitán ya desde hacía un tiempo, y nunca lo había visto actuar de aquella manera, nunca parecía preocupado por ella…
-Estoy bien, no debe preocuparse…- dijo al instante, dibujando una ligera sonrisa en su hermoso rostro, el chico, asintiendo, le dio la espalda.
-Vamos, te acompañaré a tu cuarto,- Matsumoto suspiró, aquello era una orden, no una petición. Echando una última mirada a través de la ventana, no pudo evitar pensar que Gin y Hitsugaya quizás tenían algo más en común además de esa cabellera plateada…
A la mañana siguiente, cuando Matsumoto se presentó en las oficinas centrales del 10° escuadrón, se sorprendió un poco al encontrarse con todos los papeles terminados, la pila de documentos que día a día se le acumulaban, ya no estaban más en aquel lugar. Intrigada, busco a su capitán por todas las instalaciones, pero nadie supo darle una adecuada información, algunos decían haberlo visto pasar hacia las oficinas, y otros decían que ni siquiera se había aparecido por el lugar, muy pocos confirmaban la intromisión de un miembro de otro escuadrón que se había llevado todos los papeles… Con tales declaraciones, Matsumoto no podía menos que preocuparse…Una cosa era ser floja e irresponsable, y otra muy distinta una desobligada y despreocupada…
-¡Teniente Matsumoto, teniente Matsumoto!- gritó de pronto alguien tras de ella, una subordinada del escuadrón se acercaba corriendo a toda velocidad, pensando lo peor, la joven se apresuró a alcanzarla
-¿Qué pasa? – cuestionó con total seriedad, la subordinada se detuvo para recuperar un tanto la respiración, después, le entregó un rollo sellado con una cinta morada: era un mensaje del capitán Hitsugaya. Sin decir ni una sola palabra, con premura, Matsumoto soltó el listón y se puso a leer el mensaje del capitán…
Hitsugaya Toushirou… el siempre llamado niño prodigio… aquella hermosa mañana, observando pasivo el paisaje desde afuera de las habitaciones de los tenientes, no pudo evitar suspirar… Estaba cansado. Tras varios minutos meditando, el más joven de los 13 capitanes giró la cabeza hacia una de las habitaciones de la que el capitán del 13° escuadrón, Ukitake apenas salía con tranquilidad.
-¿Aún no despierta?- cuestionó casi sin interés, día a día, visitaba aquel lugar, con la esperanza de que una de sus mejores amigas, despertara del shock que le había causado la traición de Aizen. Habían pasado meses, y podrían pasar fácilmente años, pero él, él comenzaba a cansarse de esperar...
-La capitana Unohana sigue ocupándose… lo siento tanto Hitsugaya… estoy seguro de que mañana…
-Basta- dijo tajantemente y casi sin importarle el parecer grosero, su vista volvió hacia el paisaje aunque su compañero no dejó de verlo fijamente.- No me trates más como un niño, que no lo soy… sé perfectamente que Hinamori no despertará mañana, y quizás no lo haga en la siguiente semana… no necesito excusas ni consuelos Ukitake, no soy un niño…
-… Sí, tienes razón… una vez mas me disculpo por mi torpeza… es sólo que…
-Está bien, ya no importa… tengo cosas que hacer, te veré mas tarde
Y sin decir más, el capitán del 10° escuadrón se marchó en silencio...
-¡Taichou¿se puede saber que significa esto?!- gritó la teniente Matsumoto Ranjiku entrando al despacho de Hitsugaya Toushiro mientras éste observaba a través de la ventana el azul del cielo, al voltear, vio a la joven llegar hasta su escritorio y golpear el mueble al tiempo que dejaba sobre éste la carta que había recibido unas horas atrás. Estaba demasiado seria, el joven contuvo su sonrisa.
-¿No te agrada la idea? Pensé que detestabas encargarte de tanto papeleo…
-Claro que me aburría tanto papel amontonado por aquí… ¡pero ahora no tengo nada que hacer Taichou! Le has entregado mis deberes a otro subordinado… ¿acaso quieres que yo…?
-De ninguna manera pretendo que me entregues tu dimisión Ranjiku- aclaró tajantemente el capitán poniéndose de pie y mirándola directamente a los ojos, la joven al instante se quedó sin palabras: el capitán parecía unos años mayor, sus facciones ya no parecían tanto a las de un niño, y parecía haber crecido unos centímetros más… ¿cuándo había ocurrido ese cambio en Hitsugaya…?- Si le entregué tus tareas a otra persona, fue para poder asignarte deberes más importantes…
-Pues pudo habérmelo avisado con anticipación- reclamó aún haciéndose la digna, aunque con toda franqueza, se sentía aliviada de saber que el capitán no quería que dimitiera. El joven, al admirar aquellas expresiones, finalmente se rindió ante la sonrisa que tanto le había costado reprimir, volvió a sentarse frente al escritorio y apoyó el mentón en su mano cuyo codo reposaba ya sobre el escritorio.
-Vamos, no es para tanto Ran…-y entonces la chica se quedó pasmada, su gesto que denotaba ligera indignación se quedó estático aunque cambiando progresivamente a uno mas sorprendido lleno de incredulidad¿Ran…¿Desde cuando el capitán la llamaba por su nombre y además abreviado…?
-Taichou…- lentamente, Matsumoto Ranjiku desvió la mirada hacia su capitán, como valorando si estaba frente al verdadero o un impostor, ciertamente, encontraba la actitud del joven de plateada cabellera algo diferente a la de siempre, había algo extraño y él pareció notarlo al mirarla entornar los ojos…
-Le prohíbo que dude de mi palabra teniente…
-Lo siento mucho Taichou… pero de alguna forma tengo que asegurarme… de que no es un truco de algún cómplice de los traidores como Aizen y…- y mientras iba diciendo esto, la teniente Matsumoto llevó una de sus manos al mango de su zampakutoh, el capitán del décimo escuadrón al instante endureció el gesto mientras también tomaba a su zampakutoh por el mango.
-Yo nunca sería capaz de traicionarte como Ichimaru Gin…
En ese instante, Matsumoto no supo realmente que era ese brillo en los ojos del capitán, sin embargo, al verlo tan decidido y seguro, se percató de que aquel no podía ser nadie más que su capitán: hasta ese momento, no se había dado cuenta de que ese gesto suyo de permanente enfado era lo que le hacía ver todavía infantil… El capitán Hitsugaya había crecido y madurado mucho desde que lo conociese, pero no se había dado cuenta de ello hasta entonces…
-…Con eso me basta…- susurró la teniente mientras esbozaba una sonrisa y soltaba su arma, se acercó a su capitán y con una ternura impropia de ella, trató de alisar el entrecejo que Hitsugaya siempre arrugaba. El chico de cabellera plateada de inmediato se sorprendió deshaciendo su gesto, y mirándola casi con la boca abierta quiso preguntar algo, sin embargo ella se le adelantó…- Ya no es un niño, Taichou… pero si sigue manteniendo ese gesto, todos seguirán pensando lo mismo de usted… si se relajara un poco más, todos notarían enseguida el cambio que tanto ha tratado de mostrar…
Los breves segundos que permanecieron en silencio, a Toushiro le parecieron una hermosa eternidad… con sus ojos fijos en los de ella, sintió una gran tranquilidad… ella lo entendía… ella comprendía que poco a poco había madurado… ella no se negaría cuando formulase aquella petición que desde hacía tiempo había querido hacer… ella le sonreía…
-Ranjiku…
-¿Sí… Taichou...?
-Yo… me gustaría mucho que tú… que yo… ¿podrías llamarme por mi nombre y olvidar por un momento que soy tu capitán…?- cuestionó de pronto muy nervioso, la joven siguió sonriendo de manera bondadosa, y apartando su mano del rostro de él, asintió.
-Si es lo que usted quiere…
-No me trates con tanto respeto Ranjiku…
-Entonces… ¿está bien que te llame Toushiro… o prefieres sólo Shiro…?
-Sí… Shiro está bien…