El Copyright y la Marca Registrada del nombre de Ouran High School Host Club, de los demás nombres propios y personajes, así como todos los símbolos y elementos relacionados, son propiedad de Bisco Hatori. Así también del estudio de animación BONES 2006.
"Reflexiones de una despistada"
18 de Noviembre 2007: Chibi Haruhi se presenta
Okay, la verdad es que no sé cómo empezar esto… Algo así como un "Querido Diario" quedaría marcado en mi vida como el comienzo de una película de niñas donde la protagonista cuenta sus problemas amistosos y quizás amorosos en su escuela. Problemas que, cabe aclarar, no me pasan y no me interesa en lo más mínimo tener. La idea de nombrar a este cuadernillo se me hizo muy tentadora, pero luego de notar que mi imaginación sí tiene varios límites… Sólo se me venían nombres como: Son Gokū, no es que sea fanática de la mitología China, pero ver tantas series de anime de verdad me han marcado y hasta retorcido la mente; o simplemente Haruhi-chan, algo así como mi versión alter ego chibi… En fin. La idea fue pésima. No tengo el tiempo ni la originalidad de conseguir un nombre para que este estúpido cuadernillo sea más que un cuadernillo donde escribo divagaciones.
Uff, me cansé. Y de hecho releo lo que escribí arriba y me doy cuenta que estoy loca.
Creo que lo mejor para empezar es simplemente decir que voy a escribir aquí porque se me da la gana, aunque la real razón es que he terminado todas mis tareas y hay pocas clientas, y no tengo que pensar en películas de niñas ni menos en Son Gokū.
Bien, bien… Me siento de alguna forma como si tuviera que carraspear, suspirar, golpearme en los hombros dándome ánimos yo sola –lo que es bastante autista, por cierto- y doy un paso en un gran escenario donde un foco de luz potente me ilumina dejándome un poco ciega. Me repongo del impacto de la luz y me acercó al micrófono.
Y no sé por qué creo que de repente va a aparecer Renge en cualquier momento siendo un tipo de narrador en off y… Esto será usado para que el denominado "Rey de las sombras" haga ganancias de mis perturbadas divagaciones en un cuadernillo.
Por orden, Dios. En verdad me voy por las ramas… El punto era presentarme.
Aquí voy.
Me llamo Fujioka Haruhi, pero pocos me conocen por mi nombre en este maldito Instituto lleno de bastardos millonarios… Okay, eso no tenía por qué venir al caso, pero bueno… Tengo 16 años, nací un frío y nevado 4 de febrero y soy Acuario. No creo mucho en el horóscopo porque son puras bobadas –y en especial porque todo lo relacionado a artes de adivinación me lleva a las artes oscuras y termino pensando en el maldito gato títere Beelzenef-, pero igual lo pondré porque me estoy presentando. De todas formas, no creo que cuando conozca a cualquier desconocido le diga: 'Hola, me llamo Fujioka Haruhi, tengo 16 años, nací el 4 de febrero, me encanta comer cualquier cosa, pero mi mayor sueño es comer una gran bandeja de ootoro, y soy acuario'.
a) Me tomarían por loca y llamarían inmediatamente a mi padre a que me encarcele en una clínica. Pero pensándolo mejor… Si ven a mi padre, el asunto no sería mejor. Mi padre es un caso que explicaré más adelante.
b) Me ignorarían olímpicamente y saldrían corriendo de esta niña o niño, o mejor dicho: Saldrían huyendo de un espécimen raro que está loco, sin definición sexual por su apariencia física. Y sería reconocida como la transformista más grande de la historia. Gracias, ese es mi mayor sueño de vida ¬¬…
c) Llevarme la corriente y después darse cuenta que dentro de mi estructura mental desequilibrada hay cierta normalidad. Se harán mis amigos y se formarán indestructibles lazos de fiel amistad hasta el punto de comprarnos amuletos en los templos… Traducción: Amigos imaginarios o millonarios estúpidos que quieren saber más sobre mi indefinición física sexual.
d) Me amarían de inmediato, me abrazarían de tal forma que quedaría estrangulada, me harían bailes y me consentirían de ponerme trajecitos muy monos de conejito… En este punto sólo calzaría Senpai… Él es… raro.
¿Dije que era loca? Me da una pereza enorme leer, pero si no lo dije antes, ahora lo informo.
Mmm, mi madre murió cuando era pequeña, así que tengo vagos recuerdos de su persona en mi vida. Aún así tengo grabadas pequeños momentos en los que mi madre me transmitió todas sus ganas de vivir, de usar todo su potencial para ser exitosa y siempre soñar en grande porque si de verdad me esfuerzo, alcanzaré mis metas con creces. Estas enseñanzas me han marcado profundamente en mi vida y es por eso que me concentré en dar lo mejor de mí misma para realizar mis propios sueños, aunque muchos luego me reten diciendo que soy un poco autosuficiente y eso no es bueno… La verdad es que no lo entiendo. ¿Qué hay de malo que yo sola haga lo que yo quiera porque son mis sueños, mi vida, mis metas y mis logros los que quiero alcanzar? Simplemente me cuesta entender un poco a la gente que me rodea: Mi padre, mis gemelos compañeros de clase y mis compañeros de… ¿trabajo? Sí, trabajo. Aunque la única persona que realmente debería ir aquí sería el "Rey" del Host Club. O Senpai, como le llamo. O como él mismo se hace llamar "El papá del Host". Este hombre es el único que me saca de quicio porque no entiende nada… y me persigue para ponerme trajes raros ¬¬.
Me salí del tema de nuevo. Estaba hablando de mí y ya mencioné a mi mamá.
… ¿De verdad tengo que hablar de mi papá?...
Es que él es un caso tan extremo que no puedo escribir de él ahora. En cualquier momento puede llegar cualquier chica a pedir mis servicios y no puedo estar ocupada escribiendo sobre el extraño comportamiento de mi padre. Sería un cambio muy brusco: Papá a chica que quiere tomar el té conmigo. Chica a papá. No hay compatibilidad mental en este momento para hablar de mi papá. Pero que quede claro que lo quiero mucho, me apoya en todas mis decisiones y estoy orgullosa de que se haya encargado de mí cuando mi madre falleció.
Además, este es mi cuadernillo y escribo de lo que quiera. ¡Ja! No tengo para qué dar explicaciones. ¿Entiendes maldito cuadernillo, alias Son Gokū?...
Dios, de verdad me siento como Senpai cuando tiene pequeños trances en los que su imaginación vuela y los mortales vemos su cara perturbadora, ojos blancos y sabemos que no es normal. ¡Me siento así de loca diciéndole a un maldito cuadernillo Son Gokū! Y no puedo creer que tenga esta vergüenza cuando nadie más a leer este cuadernillo, y sólo es para mí… Tengo vergüenza de mí misma de forma autista. Esto va de mal en peor.
Y continuando con mi presentación…
En la primaria y secundaria siempre me había ido muy bien. Me gusta mucho estudiar, así que en general tenía buenas calificaciones en todas las clases. Pero yo necesitaba algo más. Las enseñanzas de mi madre habían quedado tan caladas en mí que en un ataque de completa valentía me atreví a tomar el autobús, quedarme en el asiento esperando que llegara a la zona de familias acaudaladas y bastardas millonarias, bajarme en la Escuela Preparatoria Ouran y… Entrar. Quería solicitar una beca.
Ni sabes que bien iba preparada. Además de traer todos mis informes de calificaciones desde el kinder garden –donde obtenía muchas pegatinas de caritas felices por pintar sin salirme de la línea- hasta mi último año en secundaria, traía pañuelos desechables, una taza y un tarrito de café instantáneo por si me daban ganas, varios lápices, todos mis documentos personales, incluso el recibo de las dos manzanas que había comprado en el mercado –y que estaban muy ricas… sí, aún recuerdo esas dos manzanas del año pasado ¬¬-, toallitas higiénicas porque créelo o no: SOY MUJER. Y las emergencias siempre pasan. Una libreta, una foto de mi familia, un amuleto del templo cercano a casa para que me diera suerte y… Ya ni me acuerdo. En realidad traía tantas cosas en mi bolso que parecía que me iba a la guerra.
La finalidad de decir todo lo que traía y hasta de verificar que mi sexualidad sí es femenina, es que quedé en el Instituto. Me dieron la beca, mi padre se puso a llorar al saber que había hecho todos los trámites sola y bla, bla, bla…
El día anterior de entrar al Instituto, iba paseando por mi adorable -y sin vandalismo- barrio en donde jamás y repito jamás me habían atacado, apareció un estúpido niñito que si lo viera de nuevo le pegaría en cada centímetro de su piel goma de masticar a ver si le resulta lindo quedar calvo en todo su cuerpo… Cof, cof. Y me pegó goma de masticar en mi largo y lacio cabello. Me lo tuvieron que cortar y tuve toda una noche de charla femenina con mi papá –ya explicaré a mi papá después, cuando me dé la reverenda gana- que me ayudó a superar mi nueva apariencia nada femenina. Ese día fue el peor de mi vida. Antes de la goma de masticar, me dijeron que el uniforme del Instituto era un poco… caro… Traducción: El uniforme es la total estafa, porque a menos que la tela sea importada de Egipto y trabajada por las mismísimas manos de príncipes de Etiopía y sea la novena maravilla del mundo, que me sale más barato robar millones de dólares en un banco internacional, vivir de vaga toda mi vida y bañarme en champagne cada día hasta que tenga 80 años.
Gracias a esa charla me quedó claro que daba lo mismo si usaba el uniforme de Instituto o iba desnuda a clases, si tenía el pelo largo o tan corto que ni yo misma lo creía, o si tenía que aceptar el hecho de usar mis lentes ópticos una vez a la semana en vez de toda la semana mis lentes de contacto. Daba lo mismo porque yo había hecho todos los trámites de la beca, de la transferencia de estudios… porque quiero ser abogada, quiero entrar en la mejor universidad para estudiar Derecho y convertirme en una mujer que lucha las causas desesperadas del mundo y hace llegue la salvación a la raza humana… Ejem, ejem… Algo así.
Es así como la primera semana de clases todos mis compañeros daban por sentado que era un hombre, ya que usaba ropa no muy femenina ni me arreglaba mucho. Y para ser sincera, tampoco me importaba que los ricos hijitos de sus papás tuvieran una buena imagen de mí, porque no estaba aquí para hacer amistades ni conexiones valiosas comerciales… Si no, para estudiar. O simplemente me ignoraban porque mis padres no son dueños de una importante compañía, ni propietarios de terrenos en la playa de moda, ni dueños de fábricas ni tiendas comerciales importantes, ni dueños de nada. Es decir, que soy una pobre diabla que no tiene apellido importante ni el suficiente dinero para que los bastardos millonarios se fijaran en mí… Y como reiteré, no me importaba en lo más mínimo.
Okay, y la pregunta del millón es… ¿Cómo es que esta chica atienda a clientas y tiene una sexualidad indefinida a tiempos?
Todo empezó un día en el que Haruhi, o sea yo, quería repasar todas las fórmulas de Física en paz y tranquilidad. Pero los pajaritos cantores, el día soleado y el columpio en medio del bosque no llegaron nunca porque ni en la biblioteca los ricos bastardos podían estar en silencio. ¿Acaso también tenía que pagar por el silencio?... Todo tiene precio en ese lugar.
Después de perderme unas cinco veces en esta escuela que parece un laberinto, llegué a una sala de música desocupada. Creo que no debía haber nadie porque no había indicios de ricos bastardos por ahí, así que entré… Y allí empezó lo que definiría mi extraña conducta y tener que lidiar con personas un tanto… complejas.
La verdad es que siendo esta mi historia, mi vida y mi maldito cuadernillo donde anoto mis reflexiones porque sí, no quiero contar lo que mi fraudulento destino hizo para que rompiera un maldito jarrón, del cual su valor se podría alimentar por un siglo a todos los habitantes de África, y terminara trabajando en un club tan vanguardista, como me dijo Senpai una vez, usando mi poca calidad femenina.
Empecé a ser el tipo junior que traía cafés y limpiaba el suelo hasta que descubrieron que podía tener potencial como Host. ¿Y qué no se daba cuenta el presidente del club que era una mujer? En fin, poco me importaba porque me parecía interesante el servicio de compañía que éstos chicos entregaban a sus compañeras. ¿Las millonarias tenían que pagara para estar con hombres? Era más fácil conseguirse novio, pero dentro de este Instituto las leyes del razonamiento humano no existen… ù.ú.
... ¡Wow! He escrito bastante. Más de lo que me propuse al tomar este cuadernillo, regalado por los gemelos, por cierto. Me pregunto si de verdad esto de escribir funciona para liberar tensiones y así no terminar en esos psicólogos caros. Y no es que encuentre mal ir a un psicólogo, creo que en este mundo falta gente que te escuche, pero estando en el Instituto en el que asisto, para ir a un psicólogo decente debería empezar por vender mis órganos a un precio estratosférico para empezar…
Creo que lo peor de esta situación es que me gusta estar en este club, me gusta la gente que está aquí, me gusta escuchar a las chicas hablar sus problemas y creo que me empiezo a acostumbrar a los ricos bastardos. Incluso me he acostumbrado a mi deuda inicial por el jarrón y que ya ni sé cuánto debo porque estoy habituada a que me suban la deuda por cualquier cosa. Y mi teoría es simple: Me gusta estar aquí porque siento que hago la diferencia.
Claro, soy mujer ¬¬… Oye, en serio, lo soy. Aunque el Instituto –con excepción de… 8 chicos- entero da por entendido que soy un hombre, que me encanta el café instantáneo y me importa un comino relacionarme amorosamente. ¡En serio! Soy una mujer. Diferente, pero mujer al fin y al cabo.
Soy mujer y al hablar de Son Gokū pienso de inmediato en cierta serie conocida de un niñito que viene de otro planeta, con cola de mono y tiene grandes poderes. Okay, pienso en algunas cosas que sólo son para hombres, pero eso no quita que sea mujer.
SOY MUJER. TENGO CROMOSOMAS X E Y. TENGO "COSAS" QUIZÁS NO MUY GRANDES, PERO QUE LOS HOMBRES CIERTAMENTE NO TIENEN.
…
Es mejor que concluya mi reflexión del día de hoy donde dejo en claro que soy mujer y no sé cuándo escribiré. Es realmente difícil encontrar tiempo, en especial si Hikaru me mira de una forma nada inocente y ve a Kaoru para tenderme una broma en algunos minutos…
De verdad, no sé cómo puedo ser la única mujer entre hombres inmaduros. ¿Por qué debo ser blanco de sus bromas?
Notas de la autora: Hola! La verdad no sé si este fic tendrá al menos un lector o un review, pero sinceramente no me importan mucho… Esta es una locura que me nació porque creo que Haruhi tiene mucho tema del que hablar siendo la única mujer del Host, siendo despistada como es, y simplemente siendo ella. Una mujer atípica. Quizás mucho de lo que escribí en este capítulo es de mi percepción de su vida al ver la serie, pero… Bah, no sé si estará bien o no.
No creo que deba aclararlo, pero cuando me referí a Son Gokū es sobre la leyenda mitológica China en la que se basó Dragon Ball y Dragon Ball Z (también GT, pero ahí el autor original no participó y etc.). Así que como es una serie shounen (dirigida a niños), supuestamente sólo a niños les gusta… Aunque yo también siendo mujer soy fanática de DB xD!
Me gustaría recibir su opinión en un review, por favor. Como sólo he escrito un fic de anime (otro que también es de Ouran) no estoy muy segura… Uff, pero estoy feliz con el resultado de este primer capítulo.
Que estén bien y hasta el siguiente capítulo, bye bye!