EL DESPERTAR DE UN ANTIGUO ENEMIGO

Advertencia: pequeña reseña para saber leer este finc

"…" lo que está escrito son los pensamientos

-- las rayas sirven para hacer los cambios de escena

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Capítulo 6. Solos, tú y yo

Era un noche perfecta de verano… una suave brisa se dejaba correr por el hermoso paraje… y hacía pequeños dibujos en la superficie pulida y cristalina del río, el cual quedaba justo debajo de esa pequeña colina cubierta de verde hierba, en la que se hallaban tumbados nuestro protagonistas… al fin con todo dicho…

Inuyasha con la espalda recostada en la hierba y Kagome encima de él, con su cabeza apoyada en su pecho, aún con algunos resquicios de las lágrimas derramadas y siendo rodeada por los fuertes y protectores brazos del hanyon…

Pero el ojidorado, aunque sabía que sus lágrimas demostraban su felicidad… no podía evitar que un sentimiento amargo viniera a él, al ver ese líquido salir de los ojos de la persona a quien amaba…

- Kagome… vamos… por favor, no llores más… sabes que nunca me gustó verte llorar…- le rogó mientras la veía dulcemente

Al parecer sus palabras la calmaron un poco, mas no dijo palabra alguna… Extrañado, el joven de cabellos platinos iba a preguntar el porque de su silencio… cuando en un rápido movimiento, ella impidió que cualquier sonido abandonara su garganta…

Kagome se había alzado, sin dejar tiempo a Inuyasha para impedírselo, y se hizo dueña y señora de sus labios, sorprendiéndolo en su acción, pero no por eso se rehusó a corresponderle…

Su lengua se abrió paso para encontrarse nuevamente con la de ella… juntas danzaron en un baile que solo ellas conocían… y dejaron a sus dueños, deleitarse con la dulce esencia que formaban a su paso… Un gesto que tranquilizaba el alma de los realizadores… un gesto que llenaba su cuerpo… un gesto que hacía saltar a sus corazones… un gesto que se fue haciendo más intenso… más pasional… a cada segundo que pasaba… y que iba encendiendo un deseo por todo su cuerpo… mientras consumía el aire que quedaba…

Sin querer, aunque sin tener más remedio, tuvieron que separar sus labios… pero no quisieron hacer lo mismo con sus rostros, y los dejaron muy cerquita… creando con sus alientos un cálido ambiente a su alrededor y haciendo con esto, que sus mejillas tomaran una tonalidad rosada…

- Lo siento… pero es que no puedo evitarlo…- aún algunas lágrimas se asomaban por sus orbes- Es tan grande la felicidad que me embarga en este momento… que no puedo…- unas lágrimas abandonaron sus ojos y cayeron sobre las mejillas del hanyon

Pero este se encargó de arreglarlo… alargó su mano hasta el rostro de la joven y la posó sobre la mejilla… limpiando cualquier otro rastro de tristeza o felicidad que reflejasen las lágrimas con su pulgar…

- Inuyasha…- ella cogió dicha mano con la suya y dejó correr la última lágrima, libre por sus mejillas

Bajó su rostro hacia el suyo, pero en vez de besar sus labios, como este se esperaba… rozó su nariz con la suya y dejó un fugaz beso en sus mejillas…

Un poco sorprendido él, comprendió la pureza y la inocencia del gesto… pero digamos, que su amor puede incluso ser más fuerte que eso… Se las ingenió para cambiar los papeles, siendo ahora Kagome quien estuviese de espaldas al suelo… y tampoco ella hizo nada por impedir esto, pues Inuyasha, con una sonrisa, si besó sus labios, deseoso de probarlos de nuevo, y gracias a esto… ella se entregó plenamente a él, y él pudo hacer lo que quería con ella…

Se besaban como si no hubiera mañana alguno que precediera a esa noche… moviendo los labios a un mismo ritmo… y experimentando esa sensación agradable y a la vez desconocida que ya antes sintieron… pero esta vez… encendiendo algo más que su corazón… encendiendo su deseo mutuo…

Solo llevada por el momento… Kagome subió sus brazos hasta la cabeza del hanyon y pasó delicadamente por sus manos las hebras brillantes como la plata, muy intensamente, pues eran iluminadas por el brillo de la luna arriba en el firmamento… provocándole una sonrisa a Inuyasha entre el beso… Terminó de peinar al joven de rojas ropas y elevó aún más sus manos, hasta que alcanzó su objetivo… las orejitas suaves y peluditas en plata del hanyon… comenzando a masajearlas lentamente, ahora sí, provocando aún más a Inuyasha…

Ardiendo más en su propia lujuria, pues eso era lo que aumentaba por momentos en el cuerpo del ojidorado, nublándole la mente e impidiendo que pensara con claridad… aventuró a sus manos a ir por debajo de la camiseta lavanda del pijama, que la joven vestía en esos momentos, y acarició su piel delicadamente, por miedo a arañarla en algún momento con sus garras…

Pequeñas cosquillas le provocaron las manos de su amor en su estómago… que fueron sustituidas por una sensación de ardor, como si su simple roce le quemara la piel a su paso… cuando Inuyasha las subió aún más y se encontró con sus pechos…

El descubrir que esa noche, Kagome no llevaba esa extraña prenda de raro cierre, usualmente beige o rosa, cubriendo sus senos, lo encendió aún más… y esta vez su cuerpo lo demostró… Rápidamente se apoderó de ellos, y comenzó a masajearlos muy despacio, como disfrutando de cada movimiento que daba…

La miko esta vez no pudo soportarlo, soltó las orejitas de Inuyasha y tuvo que separarse del cuarto beso que compartían desde que él la puso sobre el suelo, para dejar escapar un pequeño gemido de placer de sus labios… un gemido que se adentró en el cerebro del joven causante de ello, y que lo trajeron de un golpe a la realidad, horrorizándolo por lo que estaba a punto de hacer…

La mujer bajo él tenía las mejillas tan sonrojadas en un color carmín intenso, que bien parecía que hubiese estado corriendo… jadeaba insistentemente para recuperar el aire de los fogosos besos… su cabello se hallaba algo desarreglado… tenía una imagen muy dócil… tanto, que al bajar la vista hacia sus manos, se horrorizó aún más… La camiseta violeta de ella estaba levantada y dejaba ver como sus manos aprisionaban los pechos de la joven…

"Yo… yo… ¡¡DIOS QUE ESTUVE A PUNTO DE HACER!! ¡¡CASI LA VIOLO!! Oh Dios… no merezco ni que ella me mire… Si su gemido no me llega a devolver la cordura… no sé hasta donde hubiera llegado… Oh Kagome… traicioné tu confianza…"

Apartó la vista de ella, ocultando sus ojos entre sus flequillos… se avergonzaba de si mismo… no se sentía digno ni de tan siquiera mantenerle la mirada…

- Yo… yo… Kagome… lo siento… yo… no quería… yo…- pero entonces unas suaves manos agarraron su rostro, y lo obligaron a llevarlo de nuevo hacia el de la joven

Pero aún así, él esquivaba su mirada…

- Inuyasha…- le llamó suavemente, mas este no quería mirarla a los ojos- Inuyasha… mírame… por favor…- le suplicó

Vencido por esa voz suplicante, roló sus orbes amieladas hacia el rostro de la joven, y vio con sorpresa, como sus labios estaban curvados en una sonrisa, y no denotaban una expresión de reproche ni repulsión hacia él…

- Inu… no tengas miedo…- le pidió- yo no lo tengo… jamás lo tendría de ti…- acarició suavemente con su pulgar los labios de su amado- no has hecho nada malo…

- Pero… Kagome yo…- seguía con su martirio mental

- Shh…- lo mandó callar- si yo no hubiera querido… te habría detenido…

- Kagome…- estaba abrumado por las palabras de ella, jamás se lo esperó

- Solo… ve despacio…- sus expresivos ojos chocolates no mentían… ella también lo quería… y por eso… no lo había detenido…

- Kagome…

Apartó las manos de sus mejillas y se dirigió a sus labios para besarlos con vehemencia y ansias de ellos, echando su peso sobre Kagome, sin aplastarla…

Volvió a llevar sus manos hacia su anterior posición, pues las había usado para descender las manos de la joven de sus mejillas, y retomó su acción, esta vez con el mismo cuidado de antes, pero con el saber de que todo iría bien…

Los gemidos de ella fueron acallados por ese beso y no le quedó otro remedio que pasar sus brazos alrededor del cuello de él, para ahondar más el beso… El deseo volvía a ellos rápidamente, que concentrados en el beso, y en el caso de Inuyasha en darle placer a Kagome acariciando sus senos, lo notaban al aumentar la temperatura de sus cuerpos… y para no quedarse atrás, la joven aprovechó la posición de sus brazos y deslizó el haori rojizo y el kodose blanquecino por el pecho del hanyon, para dejarle libre acceso a la piel de sus bien formados pectorales…

El oxígeno llegó a su fin, y con este el beso de ambos… Se miraron durante unos segundos cuando se separaron y acto seguido Inuyasha acabó de sacar la rosada pieza del pijama que la cubría, para quedar perdida a un lado de ellos, junto con su haori y su kodose, de los que Kagome se hizo cargo…

Ahora, por primera vez sus pieles se rozaban… consiguiendo estremecerles con su tibio tacto… Era una sensación tan nueva… no es lo mismo curar a alguien de una herida mortal… que sentir como este todo lo que quiere es sentirse amado por ti…

Inuyasha volvió a bajar su cabeza, pero esta vez su destino no fueron ni los labios de la morena ni ninguna otra parte de su rostro, sino la cavidad de su cuello…

Besó cada parte de su níveo cuello, haciendo que a la joven la recorrieran unas sensaciones increíbles y nunca antes sentidas… A los besos le siguieron unos tiernos lametones… Inuyasha pasaba su lengua por su cuello, allá donde antes había depositado un beso… Mientras, una Kagome aguantando las ganas que tenía de gritar el nombre de aquel que le provocaba tal sensación de placer, solo sacando suspiros débiles de sus labios… se aventuró a llevar sus manos al pecho del hanyon, palpando sus duros pectorales moldeados de tantas batallas y en los cuales no había rastro de cicatriz alguna debido a lo que era, e hizo pequeños círculos con las yemas de sus dedos, sintiendo como la piel del peliplateado se erizaba bajo ellos…

El joven de orejas puntiagudas abandonó su cuello y bajó por el principio del valle de sus senos, hasta que paró en uno de ellos, cazándolo y comenzando a acariciarlo con su lengua, como antes había hecho con sus manos… A cada paso, su piel se convertía en una sustancia más embriagante que cualquier sake que hubiese probado, y con ello comprendió, que jamás se cansaría de todo lo que acababa de descubrir hoy… Se volvió adicto a tener su compañía nada más la vio… y ahora acababa de hacerse adicto a toda ella al completo… mientras recorría su piel con libre confianza…

Kagome tuvo que morderse el labio inferior para reprimir un gemido de puro y verdadero placer que quiso delatarles… pues sabían que los pequeños estaban durmiendo no demasiado lejos de allí, para ser más exactos a unos pocos metros más… y no era muy… adecuado… que los encontrasen así…

Terminó de lamer, succionar y pellizcar uno de los redondos y perfectos pechos de la joven de ojos brillantes y castaños, ahora reflejantes de amor y deseo por él, y le prestó la misma atención al otro… haciendo que Kagome todavía tuviera que hacer más esfuerzo para no gemir las sensaciones que la recorrían…

Aquel deseo que se extendía cual lenta llama corriendo por la mecha de un cartucho de dinamita, acabó de extenderse por todo su cuerpo y ya era incapaz de aguantarlo por más tiempo… Sus brazos, quienes hasta ahora se habían encontrado acariciando el pecho varonil del hombre mitad bestia, descendieron lentamente sin dejar su labor y se posaron en el nudo de su hakama escarlata, para tirar quedamente de él, hasta conseguir desabrocharlo y que la prenda descendiera un poco por sus piernas…

Se sobresaltó un poco al sentir como la tela bajaba, así que acabó con su seno, ya duro y erecto, denotando así la excitación casi al límite de la joven… Elevó sus ojos hasta los de ella para observarlos con una mirada penetrante… Sus mejillas con rubor carmesí la hacían ver adorable a sus ojos… sus labios de rojo intensificado y levemente hinchados por la pasión y la fuerza que usó para reprimir sus gemidos… y los jadeos que ahora salían de su boca, para tratar de regular su respiración… no podría aguantar mucho más… ni él tampoco… pues cierta parte de su cuerpo, ya le avisaba de que se acercaba aquello que había esperado demasiado tiempo…

Con una sonrisa seductora en sus labios, bajó hasta los labios de ella y los poseyó en su beso ferviente de lujuria, mientras sus manos se hacían cargo de arreglar aquello que se interponían entre el cuerpo de Kagome y él…

Los pantalones, también en color malva, junto con esa prenda blanca que cubría su intimidad, descendieron por las largas y esbeltas piernas de la morena, para acabar junto al resto de la ropa, perdida de sus pensamientos… Y Kagome, no quedándose atrás con respecto a él, bajó el hakama escarlata, para ver el grado de excitación al que ella había conseguido llevar a su amado hanyon… cuando el beso llegó a su fin…

Se sonrojó involuntariamente… jamás había estado con un hombre… esta era su primera vez…

Inuyasha sonrió descubriendo la causa de su rubor… Su cuerpo, virginal ante los ojos de cualquier varón… su inexperiencia… su inocencia… su pureza… todo… se lo había reservado a él… él sería el primero… él sería el único… ella sería suya… y de nadie más… como debió haber sido desde hacía mucho tiempo…

Acarició con mucha delicadeza sus piernas, quemándole lentamente, cual tortura de antaño, al contacto con su piel, y ahora, no pudo evitar soltar un pequeño, aunque audible suspiro placentero con el nombre de Inuyasha, cuando él se posicionó sobre ella, abriéndole delicadamente sus piernas, aún pidiendo permiso en ese gesto, y sintió su miembro erecto y excitado en la entrada a esa zona tan pura y escondida, donde nunca nadie había entrado aún…

- Inu…- jadeó al borde de la locura, haciendo que su aliento le diera a él en sus mejillas

- Tranquila… tendré cuidado…- sonrió dulcemente para ella- solo hazme parar si sientes dolor…

Y de un simple movimiento, atrapó sus labios en un beso salvaje, al mismo tiempo que se adentraba en ella con mucha cautela, pero atravesando de una sola vez, aquel impedimento que demostraba que hasta ese momento ella había conservado la pureza con la que había nacido… Recibió el mejor regalo que se puede de una mujer… se llevó consigo la barrera de su virginidad… y con ella… se aseguró de su pertenencia… Ella era solo suya… para toda la eternidad…

El grito de dolor fue ahogado en ese beso, pero una solitaria lágrima escapó de los ojos fuertemente cerrados de la joven… Inuyasha se paró momentáneamente, concentrándose solo en el beso, para que ella hiciera lo mismo, mientras su intromisión era aceptada…

El dolor desaparecía poco a poco… y eso el joven de largos cabellos plateados lo supo, cuando la morena movió sus caderas contra él… concediéndole el permiso que necesitaba para continuar con lo casi ya acabado empezado…

Al principio el ritmo se marcó lento… suave… Inuyasha no quería desenfrenarse, pues sabía lo sensible que ella era, y más siendo esta su primera vez… pero poco a poco, las embestidas se fueron acelerando, el ritmo aumento en esos movimientos perfectos y sincronizados de ellos… Ya esta cerca la culminación… lo sentían… sentían como algo pronto explotaría dentro de ellos… sin poder hacer algo al respecto…

Y así fue… sintieron como una ola enorme de placer los golpeaba, llevándolos al mismo cielo, los dos al mismo tiempo… y como su grito de puro placer quedó acallado entre ese beso, que llegó a su fin justo a tiempo de ahogar los nombres de los amantes…

El clímax se hizo presente… Inuyasha embistió fuertemente contra Kagome, y derramó su semilla dentro de ella, haciéndola sentir ese líquido caliente por todo su interior… y terminó clavando sus incisivos y afilados colmillos, en una perfecta y precisa mordida en la cavidad del cuello de la joven, sin tocar ningún vaso sanguíneo… La firma que demostraba que ella era suya… la marca que correspondía a una alianza matrimonial… pues ella acababa de convertirse en su compañera para toda la vida…

El peliplateado se desplomó al lado de Kagome, exhausto por el acto de amor recién culminado, y atrajo a la joven hasta su cuerpo, rozando nuevamente sus pieles desnudas, estremeciéndoles nuevamente…

Trataron de regular sus respiraciones… desbocadas debido a los gemidos reprimidos y a la pasión desplegada… Intentaban coger el aire a grandes bocanadas… y por fin, encontraron la normalidad nuevamente…

Rodeándola con sus brazos, y teniendo su espalda rozando su pecho, la apegó más, si es que se podía, junto a él, y besó sus cabellos azabaches, húmedos por su demostración de amor…

- Kagome…- suspiró su nombre con amor y dulzura

- Inu…- acabaría por llamarlo siempre así, con su único y tierno apelativo cariñoso, pero solo a ella- te amo tanto…

- Kagome… yo si que te amo… más que a mi propia y miserable vida…

- Tu vida no es miserable… tú no eres miserable… tú eres el hombre… a quien yo amo…- susurró cerrando sus castaños ojos, acurrucándose en ese fornido pecho que tanta protección que proporcionaba- al único a quien amo… Inuyasha…

- Kagome…- esbozó una tierna sonrisa- dulces sueños… mi amor…

Alcanzó su olvidado haori de pelo de Inezumi, y lo extendió por encima de sus cuerpos desnudos y sudorosos aún de su acto, para cobijarlos del frío de la noche, aunque fuera de verano, pero corría algo de brisa… y escuchando con sus sensibles oídos el tranquilo respirar de su Kagome, se dejó envolver de la tranquilidad del ambiente, y fue cerrando lentamente sus orbes doradas, para caer preso del Dios del Sueño, Morfeo… y reunirse con su adorada mujer… en un mundo ideal… solo para ellos…

"Mi vida es tan insignificante… que solo se puede comparar…

Con lo grande que es mi amor por ti…"

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N.A: y por fin, con su retraso, el capítulo 6 de "El despertar de un antiguo enemigo"

De nuevo, GOMEN NASAI!! Ojalá me perdonen, pero ya expliqué mis razones, quería que este tan esperado capítulo, saliera el día de mi cumpleaños, por eso lo de esperar tanto para actualizar, aparte también, de la falta de tiempo y la incapacidad de ánimos.

Bueno, parece ser que por fin estos dos tuvieron su tiempo a solas, por fin, ya era hora no? Después de todo lo que pasaron... creo yo que se lo merecían (aunque podían haberse aguantado un poquito... mira que con los niños... ¬¬ jajaja!!)

En fin, no hay mucho más que decir, salvo lo romántico, pasional y meloso de este capítulo... por lo demás, aparte de que es de mi super estilo (esto es porque algunas veces escribo fic, en los que ni se me reconoce como la autora, por lo melancólicos o trágicos que son)

Vale pues, agradecer a todos los que leen el fic: Setsuna 17, Naori y aquellos que no dejasteis review pero lo leyeron y espero que les haya gustado, no tengo demasiado tiempo tampoco para pararme, hay que leer el libro de lectura de inglés -.-U

Nos vemos en el capítulo 7 "El viaje continua" de "El despertar de un antiguo enemigo"

Matta-ne

Kisa-chan-sohma

Psdt: esta vez puse título, veis que no soy tan mala?