Disclaimer: Nada de esto es mío. Todo es de J.K.Rowling porque tiene más dinero y posiblemente su propio código postal.

¿Ven? Actualicé más rápido de lo que me esperaba, el capítulo lo terminé hoy y no voy a decir que lloré, pero que si estoy algo deprimida porque esta historia ha llegado a su fin y ¡Al diablo! Le había tomado mucho cariño.

Miles de gracias a todas (y todos, si hay alguno) las/os que me apoyaron en esta historia, juro que yo no sería lo que soy si no fuera por ustedes.

Otra cosa, antes de que se me olvide, agradecer a mi hermana por cumplir la tarea de ser mi beta y ayudarme con todo esto, sin ella esto no existiría, así que si les gustó esta historia, agradézcanle también a ella.

Ahora si, me despido.

Miles de besos.

Y disfrúten, porque es el último.

R.S.Black


V. Quinta fase: Amor

(O la manera en que me di cuenta de que Lily Evans era lo más importante en mi vida)

Chocolate

Si, algún día, me preguntaran que es lo que más me gusta de Lily Evans sinceramente no sabría qué responder. Ni yo mismo lo sé. No puedo decir que me cautivó la primera vez que la vi porque para ser francos solo teníamos once años y, aquí entre nos, Lily no era la más hermosa de mi clase-acéptalo, Cornamenta, Lily era un completo adefesio a los once años-.

Cuando la vi por primera vez en el tren, estaba sentada junto a Quejicus, hablando de lo más tranquila con él como si fuera lo más normal del mundo hacer eso. En serio, antes de conocerla más profundamente-y volverte un completo idiota, hablando con sinceridad.-pensé que tenía algún problema psicológico o algo por el estilo, porque para ser sinceros, no es de gente cuerda entablar conversación con un chico que no conoce lo que es el significado de una buena marca de shampoo ¿O si? No, claro que no.

En segundo las cosas cambiaron un poco de rumbo. Lily seguía estando igual que a los once años, pero llegó estando más alta y con un brillo diferente en los ojos-¿Brillo?¿Qué brillo?¿Tú ves algún brillo, Lupin?-hasta ahí todo bien. Segundo pasó normalmente con nuestras discusiones diarias y todo a lo que eso refiere. Bien, extremadamente bien.

Cuando entramos en tercero, todo estuvo muy tranquilo, excesivamente tranquilo en mi opinión. Lily Evans me odiaba y yo a ella ¿Tengo que decir algo más? Yo creo que no. Lily decía que era un completo inmaduro al burlarme de la gente porque sí y principalmente por hacerle esas cosas tan crueles a Snape. Nunca la escuché, en realidad, estaba lo suficientemente ocupado encantando a Quejicus coma para hacerle caso a una niña de trece años que se creía la mujer maravilla.

Ya en cuarto, las cosas se complicaron más de la cuenta. Lily había crecido-¿Sólo crecido? Llegó buenísima, Jimmy.-juro por mi escoba y mi libro de Quidditch a través de los tiempos, que la hubiera invitado a salir si ella no me odiara con todo su ser en ese momento. Yo en serio me preguntaba qué clase de persona amargada podía odiarme, yo era sencillamente encantador-sin comentarios, James.-le atribuí todas esas estupideces a las hormonas-¿Ya las quieres tanto como yo?-y no le presté más atención de la estrictamente necesaria.

Pero les voy a decir algo, los eres un idiota, Potter y los madura de una buena vez me empezaron a doler mucho más que otros años en los que yo era feliz con mi escoba, mi snith de la suerte y las bromas a media noche.

Bien, lo más patético de todo este asunto, empezó después de esa caída al lago, después de la cachetada y del sujetador blanco que quedó grabado en mi memoria-tampoco es que lo quieras olvidar, yo tampoco lo olvidaría.-después de eso, ya no me reía cuando Lily se enojaba conmigo y, en cambio, llegaba a un punto de confusión bastante alto. Las chicas ya no me interesaban tanto como antes y las revistas quedaron olvidadas bajo el colchón de la cama de Sirius-¿Olvidadas? Habla por ti, Cornamenta-.

Las bromas hacia Quejicus aumentaron más de la cuenta porque, y aunque nadie más que yo lo sabía, me ponía enfermo saber que ese idiota podía estar cerca de Lily sin recibir un golpe a cambio-hasta que pasó el incidente en el lago ¿Recuerdas? Oh Merlín, la imagen de Quejicus en calzoncillos les va a hacer mucha gracia a mis nietos. Bueno, a los tuyos, pero el tío Sirius les va a hacer la vida más llevadera.-además Lily empezó a tratarme peor ese año-si es que eso es posible-.

Tiempo después pasó lo inimaginable. Lily hablaba y se reía conmigo después de lo que pasó en la biblioteca con Remus. Dejó de tratarme como un inmaduro y creo que nunca en mi vida me había sentido tan realizado. Me curaba las heridas que me hacía en las noches de luna llena y se despedía de mí con un beso en la mejilla que me aceleraba el corazón cada vez más a medida que lo hacía. Incluso pensé en hacerme heridas a propósito para que me siguiera riñendo y después de todo me besara de nuevo-que Merlín te ampare, James-.

Bueno, después de informarle a Lily lo que en verdad sentía por ella y que me comportara como un completo idiota, empezó a evitarme de la mejor manera posible. Cuando yo llegaba al comedor y hacía el intento de sentarme con ella y con Remus, se levantaba sin dirigirme ni una sola mirada, se despedía de Remus con un beso en la mejilla y se iba.

Creo que nunca en mi vida me sentí tan mal.

Los días en la biblioteca se acabaron de un momento para otro. Yo no me atrevía a acercarme a ella porque no quería que su rechazo me doliera, por lo que empecé a entrenar más Quidditch, pero ni siquiera eso logró tranquilizarme-¡Oh por Dios!¡¿Qué te han hecho, Potter?!-.

El día en que me dí cuenta de lo importante que era Lily para mí, fue la mañana de Navidad de nuestro séptimo curso allá en Hogwarts.

Remus, Peter, Sirius y yo habíamos decidido quedarnos esas Navidades en el colegio. Ya estábamos en nuestro último año y queríamos quedarnos el mayor tiempo posible en Hogwarts para aprovechar el tiempo al máximo. Ahora les aclaro que si piensan que yo me quedé además porque me había enterado por las malas lenguas de que Lily también se quedaría, pues no, no fue por eso-la próxima vez que mientas, procura no rascarte la nariz, eso es algo típico que hacen las personas cuando mienten…¡ no me mires así!, esto es lo que pasa cuando tu mejor amigo está persiguiendo faldas y no tienes nada mejor que hacer que leer los libros de psicología de un hombre lobo-.

Bueno, o no solo por eso.

Esa noche del veinticuatro habíamos cenado en el Gran Comedor. En lugar de las cuatro mesas, una larga que llegaba hasta pocos metros antes de la puerta había sido utilizada y decorada para la ocasión. Pensé que Lily no se sentaría con nosotros por el simple hecho de que estaba yo, pero me equivoqué, se sentó, nos sonrió a todos y empezó a hablar con Remus sobre no se qué de la clase de Aritmancia-que cerebritos, definitivamente-.

Después de la cena, todos los de Gryffindor que nos quedamos ese año, estuvimos hablando en la Sala Común hasta que después de varias horas, solo quedamos nosotros cinco. Peter que tal parecía que se fuera caer del sillón por el sueño, Remus, que aún hablaba con Lily sobre las clases y Sirius que me molestaba cada cinco minutos por el gesto de mi cara-parece como si hubieras comido desecho de hipogrifo, Cornamenta.-pero la verdad sea dicha, me sentía mucho peor que si hubiera comido desecho de hipogrifo. Lily estaba ahí, pero no me hablaba ¡Ni siquiera me miraba! Creo que fue la pero Nochebuena que pasé en mi vida.

A la mañana siguiente, fui el primero de los cuatro en levantarse, no había dormido bien y los párpados me pesaban. Bajé a la Sala Común con una tableta de chocolate que le robé-robar no, James, tomar sin permiso.-a Remus de su caja fuerte-¿Caja fuerte?¡Guarda los putos dulces bajo su almohada, el muy cabrón!-y con una sábana extra grande que me tejió mi madre a los cinco años y que aún conservo. Me senté en el suelo frente a la chimenea e hice el amago de comer chocolate, pero una maldición hecha por lo bajo llamó mi atención y miré por uno de los costados del sillón para ver quién era la persona que había bajado a la estancia.

Tragué saliva al comprobar que, precisamente, Lily era la que había bajado las escaleras de caracol de la habitación de las chicas.

-Oh, James, no sabía que estabas aquí.-dijo al darse cuenta de que yo estaba ahí. La miré furibundamente y me acomodé enfurruñado en el suelo mientras comía del chocolate. Quería que me hablara, claro que si, pero me sentía molesto al ver que estaba tan campante después de tantos meses de evitarme.

Escuché como carraspeaba nerviosamente y se acercaba a mí con las manos entrelazadas en su estómago, no la miré y en cambio, mordí de nuevo la tableta.

-Yo… lo siento, James.-escuché que decía y mi pulso se aceleró al constatar que se sentaba a mi lado.

-Vaya, hasta que te dignas a mirarme.-dije lo más seco posible que pude. Creo que no me fue muy bien en eso, porque me salió un gallito-no tienes por qué pedir disculpas si no quieres, bastante me ha dolido que no me hablaras como para que ahora me tengas lástima.

-¡No es lástima!-exclamó nerviosa. Vi como cerraba los ojos y después me miraba más calmada-estaba asustada, James, nunca me habían dicho esas cosas y que precisamente tú me las dijeras hizo que me sintiera indefensa.-yo quise rebatir eso, pero me calló con un gesto de su mano-déjame hablar.-dijo y yo cerré la boca-eres James Potter ¿Entiendes? Todo el mundo te idolatra y te quiere. Todas quieren salir contigo y lo siento, pero no creo que yo pueda darte todo lo que tú quieres ¡No te gusto, James! Desde hace años que sales con chicas y nunca te habías fijado en mí, pienso que solo me dijiste todas esas cosas porque… ¡No sé! Te sentías agradecido o algo parecido, pero no me hagas más difíciles las cosas, por favor.

-¿Así que eso?¿No me crees?-dijo enojado unos minutos después-por Merlín, Lily, tengo diecisiete años y sé cuando me gusta alguien, no atraer, gustar ¿Entiendes? He salido con muchas chicas, pero te puedo asegurar que nunca me habían temblado las piernas cuando estaban cerca de mí, ni me había dado un vuelco en el corazón cuando me basaban en la mejilla.-bueno, creo que había hablado de más.

-Supongamos que te creo.-dijo al final y yo rodé los ojos cansado-¿Qué pasaría si te aburrieras?¿Ah? Lo siento, pero no pretendas que sea la chica que sufra por ti, he visto a muchas llorar porque no les prestas atención y…

-¡Puedes cerrar la boca un momento!-exclamé frustrado. Lily frunció el ceño y me miró indignada-Lily, por Merlín, escúchame por primera vez en tu vida, nunca he pretendido que sufras por mí, te quiero demasiado como para que hacerte algo malo y…

-¿Qué dijiste?-interrumpió mientras abría los ojos desmesuradamente. Yo la miré interrogante y suspiré.

-Que te quiero.-sonreí mirando un punto fijo de la chimenea y después, tomando valor, la miré y le tomé la cara con mis manos-Lily, eres importante para mí ¿Sabes? Desde cuarto que pienso que eres hermosa, en quinto pasó lo del sujetador y aún me duele de solo recordar la bofetada.-vi como reía y sonreí-después pasó lo de Remus, y juro por mi snitch de la suerte que nunca había conocido a una mujer tan valiente.-dije y suspiré-después vinieron los días en la biblioteca y las noches en que me curabas las heridas, no podría contar con mis dedos la cantidad de duchas frías que me di en las noches mientras pensaba en ti.-noté como se sonrojaba y seguí hablando, si no terminaba con ese asunto en ese momento, no podría dormir tranquilo-y después…

-Te dejé de hablar.-asentí y quité mis manos de sus mejillas acomodándome en el suelo-lo siento mucho, James.

-Ya lo dijiste, no tienes por qué repetirlo.

-Si tengo, me siento muy mal por todo esto, pero…-posó dubitativamente una de sus manos en mi barbilla y me obligó a mirarla-¿Creerías si te digo que yo también te quiero?-sonreí abiertamente y negué con la cabeza.

-Tienes que probarlo.-dijo divertido.

-¿Qué…?¡James!-me pegó en el brazo y se sonrojó. Reí por su gesto de indignación y le tomé la cara nuevamente.

-Te creo.-ahora les digo que estaba tan cerca que si no la besaba en ese momento moría de impotencia. Acerqué su rostro al mío y el roce, les digo amigos míos, fue lo mejor que me había pasado en toda mi vida.

-Sabes a chocolate.-me dijo y juro por todos los dioses que ese fue el mejor día de toda mi puta y asquerosa vida.

Ahora que lo he pensado, tal vez si me preguntan que es lo que más me gusta de Lily Evans, diría que tal vez no es la mujer más hermosa del mundo. Que a veces puede llegar a ser más terca que una mula y que se enoja con Sirius con mucha facilidad.

Pero creo que son los pequeños detalles como la manera en que dice "rodar" acentuando las r de manera algo basta. O la manera en que bromeó con Sirius una Navidad entera porque éste le dio un consolador de regalo-creo que lo necesitas mucho, Lily, pero si quieres lo puedes usar para batir la sopa.-tal vez también me gusta que me besara después de cada partido en Hogwarts cuando empezamos a salir aunque yo estuviera sudado y lleno de barro. Su manera de sonreír y de sacarme la lengua. Cuando se apresuraba a secarse las lágrimas para parecer fuerte aunque después siempre terminaba llorando abrazada a mí.

O quién sabe, tal vez sin darme cuenta, siempre me gusto su forma de ser.

Pero no importa cómo, no importa cuándo ni dónde, juro que Lily Evans siempre va a ser mi visa para poder llegar al cielo.


Esta historia ha llegado a su fin y creo que estoy más que feliz con el resultado. De nuevo, muchas gracias por su apoyo, y ya que estamos, dejen un reviwsito que me alegran el día y me hacen sonreír.

Por cierto, he estado pensando y, dependiendo de que si les gustó o no esta historia, estoy planeando escribir una historia con las mismas fases pero con POV Lily, no es nada seguro tengo que aclarar, pero si quieren algo como esto de nuevo y pueden soportarme una vez más, pedirles que me digan que les parece y que si quieren un poco más.

Ahora si, me despido

Muchos besos

R.S.Black