Traducción del fanfic de "flamingo1325" los personajes son de Stephenie Meyer y la historia de ella, nada me pertenece salvo la traducción. He decidido traducir este fanfic porque realmente me gusta mucho y además creo que es una idea muy original, espero que os guste. Si dejáis algún review procuraré traducirlo para la autora :)

Capítulo 1: Empezando de nuevo

He pasado los últimos 67 años casada con Edward, como una igual, como un vampiro. Han sido los mejores años de mi vida; cada día es tan asombroso y excitante como el anterior. Tuvimos una boda asombrosa, a pesar de tener algunos asuntos nuestra noche de bodas.

Edward hizo un gran trabajo manteniendo su control, como siempre. Yo, sin embargo, no. Me moví un poco pronto y deprisa, y le tenté demasiado. Él me alejo por un momento, pero le convencí para intentarlo otra vez. Esa vez, fue perfecta.

Decidí que realmente no quería irme de viaje de luna de miel; simplemente quería ser transformada. Estaba preparada para pasar mi vida con él, como su igual. Por lo que, dos días después de la boda, dije mi ultimo adiós a Charlie, Renee y Phil y nos mudamos a Alaska. Vivimos cerca del aquelarre de Denali para que me pudieran ayudar como neófita si así lo necesitáramos.

Edward no me quitó nunca el ojo de encima, tampoco me molestaba. Incluso Emmett y Jasper se aseguraban de que no estuviera nunca completamente sola. Esto me molestó por un tiempo, pero cuando tenía una llamada de un humano, lo agradecía.

Jasper y yo nos habíamos hecho más amigos desde que fui transformada; él no tuvo que volver a preocuparse por hacerme daño. Además yo tenía un poder similar al suyo; no puedo sentir las emociones de las personas de la misma manera que él, pero "pillo" las cosas mucho más fácilmente. Edward siempre dijo que yo era mucho más perceptiva de lo que él creía, y eso por su puesto tuvo sus implicaciones.

Me doy cuenta de las pequeñas cosas que hace la gente; puedo interpretar sus gestos, emociones y reacciones y como resultado soy capaz de saber más o menos qué es lo que están pensando. Esto ayuda a Jasper, saber que alguien más puede sentir las mismas cosas que tú. Tengo que estar cerca de la persona para que funcione, de todas maneras, tengo mucha más paz que él.

Tuve algunas llamadas de familiares, pero afortunadamente mi familia me ha hecho moderarme para no atacar nunca a un humano. Mi record actualmente es sin macula (ninguno), por mucho que le moleste a mis hermanos. Jasper y Emmett, por supuesto, apostaron cuantas veces la cagaría en mi primer año- los sorprendí a ambos. Entonces prolongaron la apuesta a los siguientes años, pero por el momento, he arruinado todas sus apuestas.

Después de unos 12 años, más o menos, tuve el suficiente control para empezar a estar cerca de humanos de nuevo. Con su ayuda me fui aclimatando lentamente a ellos, y después de unos pocos años más fui capaz de empezar a ir de nuevo al instituto. No estaba tremendamente excitada con aquella idea, pero quería hacer más fácil a la familia el poder encajar. Además, Carlisle y Esme hicieron a Edward volver al colegio mucho antes que a mí y los días sin él eran muy tristes.

De cualquier forma han sido unos asombrosos 67 años. Cada día al amanecer, Edward me recuerda cuanto me ama, lo guapa que él cree que soy, y lo contento que está de tenerme en su vida. Es una forma genial de empezar cada día.

Nos acabábamos de mudar de nuevo después de que algunas personas empezaran a sospechar sobre nosotros. No tenía nada que ver con que pensaran que no éramos humanos, simplemente pensaron que había algo raro con que Carlisle y Esme tuvieran tantos hijos "adoptados", y que todos estuvieran emparejados entre sí.

Así que, ahora estamos en una pequeña ciudad al norte de California, a punto de empezar en un nuevo instituto. La historia ahora es que Edward fue el primer adoptado cuando sus padres murieron, después Rosalie y Jasper Hale, luego Emmett y yo, que éramos hermanos (a pesar de la enorme diferencia de altura), y por último Alice. Jasper, Rosalie y Emmett empezaban como sénior, y el resto de nosotros como junior.

En España no hay un semejante a esto como no sea secundaria y bachillerato, pero supongo que os hacéis a la idea.

Ya estaba preparada para ir al instituto cuando oí a alguien llamando a la puerta del baño suavemente. Me giré para ver a mi ángel ahí parado, sin camiseta. Incluso después de varias décadas, aquella visión me quitó el aliento.

"Buenos días mi amor," dijo Edward a la vez que me envolvía con sus brazos y me acercaba a él.

"Buenos días a ti, también," le contesté poniéndome de puntillas para besarle.

"Te amo," me dijo devolviéndome el beso.

"Yo también te amo."

"Eres tan guapa, sobre todo con ese conjunto. Dejas a las diosas a la altura de tus zapatos." Me dijo mientras besaba mi cuello.

Moví la cabeza hacia un lado, para permitirle un mejor acceso a mi cuello y puse mis manos en su perfectamente esculpido torso.

"Soy el hombre más afortunado del planeta, porque tú eres mía. Estoy tan contento de que después de todos estos años, aún estés conmigo." Ahora él estaba besando mis clavículas.

"Edward," dije, sabiendo a donde nos llevaría esto.

"Mmmhmm?"

"Ahora mismo no podemos. Tenemos que salir hacia el instituto en unos 20 minutos."

"¿Y…?" Preguntó, intentando seducirme con aquellos ojos de color topacio.

"…Y tú sabes que si arrugo este conjunto, Alice nos cortará el cuello a los dos."

Él rió entre dientes antes de besarme en los labios.

"Como quieras. Pero después del instituto, me lo debes," dijo mientras caminaba hacían nuestra habitación.

Sonreí y terminé de arreglarme el pelo. Fui a la habitación y cogí un par de zapatos antes de bajar por las escaleras donde se encontraba toda mi familia esperando. Esme abrazó a cada uno de nosotros y salimos de casa hacia nuestros coches.

Edward me abrió la puerta de su nuevo Volvo, mientras Jasper y Alice se montaban en la parte de atrás. Rosalie y Emmett iban en el último BMW convertible. Este último, al menos era de color azul oscuro en vez de rojo, permitiendo que no llamáramos tanto la atención.

Cuando llegamos al instituo nuestros coches nuestros coches llamaron la atención. Me acordé de aquellos años atrás, en el instituto de Forks, donde el Volvo de Edward era el mejor coche de todos. Sonreí recordando mis pensamientos sobre Edward, " el estúpido dueño del Volvo plateado".

Como esperábamos, todos los estudiantes nos observaron mientras bajábamos de los coches y nos dirigíamos a la oficina a por nuestros papeles. Edward dejó escapas algunos pequeños gruñidos, y supe que había gente hablando sobre mí. No nos llevó mucho tiempo encontrar la oficina donde había una mujer mayor colocando unos papeles.

Abrió aún más sus ojos cuando nos miró, y una sonrisa se asomó a mis labios mientras miraba sus movimientos. Podría decir que ella estaba sorprendida del tamaño de Emmett, e intimidada por Rosalie. También podía decir que ella tenía algunos censurables pensamientos sobre Jasper y Edward. Sonriendo acerqué mi cuerpo aún más al de Edward.

"Somos los Cullens, McCartys, y los Hales." Dijo Alice, con una gran sonrisa.

"Ahh sí. Dejadme ver, bien… aquí tenéis un mapa del instituto para cada uno de vosotros, con vuestros horarios. Vuestros profesores deberían teneros ya en sus listas de alumnos pero si no es así, volved aquí después de las clases y veremos qué hacer. ¿Queréis que alguien os enseñe el instituto?".

"No gracias, podemos manejarnos nosotros solos." Contestó Alice felizmente mientras nos pasaba nuestros horarios.

"Todo bien entonces. ¡Qué tengáis un buen primer día!" Dijo con un falso tono de ánimo antes de volver a ponerse con lo que fuera que estuviera haciendo antes de que nosotros llegásemos. Me di cuenta de que aún nos observaba cuando sentí que dirigía varias miradas a los culos de Edward y Jasper. Sonriendo, bajé mi mano de la espalda de Edward hasta llegar cerca de su culo. Él me guiño un ojo conociendo mis intenciones y sonriéndome.

"Todos tenemos la comida a la misma hora, por supuesto. ¡Y todos estamos en la misma clase de gimnasia! Dijo Alice mirando un poco por encima todos nuestros horarios.

A primera hora tenía Latín con Jasper. El resto de mis "hermanos" habían cogido Francés o Alemán. A segunda hora tenía Inglés con Edward, seguido por Historia con Alice y Edward, a cuarta hora gimnasia y después la comida. Luego a sexta hora tenía Gobierno yo sola y por terminaba el día con Biología, otra vez con Alice.

Dice que es clase de "governement"en España no hay pero lo traduzco tal cual.

Fuimos de camino al área de lenguas extranjeras, ignorando las miradas de los estudiantes. Edward dejó un brazo firme rodeando mi cintura, dirigiendo el camino. Me besó antes de que Jasper y yo entráramos en nuestra clase. Había unos pocos estudiantes dentro, para mi alivio. Caminamos hacia la profesora quien parecía tener alrededor de 40 años y parecía un poco extravagante.

"Vosotros debéis ser Bella y Jasper," dijo cuando llegamos a su mesa.

Cabeceé asintiendo.

"Si señora," dijo Jasper con su acento sureño. Podía decir que ella estaba luchando para no desmayarse, y forzó una sonrisa.

"Bueno, bienvenidos a la clase. Aquí están vuestros libros, podéis sentaros donde queráis."

Jasper cabeceó, cogiendo nuestros libros y llevándolos al final de la clase. Nos sentamos uno al lado del otro, hablando bajito, sabiendo que nadie podía oírnos.

"Le gustas pero mucho," le dije, pagada de mi misma.

Él gruñó. "Sí, lo sé. La lujuria que sale de ella me está poniendo enfermo. Aún me está lanzando miradas y puedo sentir la lujuria."

Me forcé para no soltar una carcajada. "Si, yo también lo sé. Está atrapada entre saber que no debería estar pensando así de un estudiante y aún así está deseando romper todas las reglas contigo. ¿Qué pensaría de esto tu esposa?"

Le miré y recibí un pequeño gruñido como respuesta.

En aquel momento algunos estudiantes más entraron a la clase. Por supuesto que ellos nos estaban mirando, incluso una chica le dijo a su amiga que parara de mirarnos porque la íbamos a pillar haciéndolo. Como siempre actuamos como si la situación no tuviera nada que ver con nosotros.

La clase estaba a punto de empezar cuando una chica algunos centímetros más alta que yo entró, y tropezó con el aire de camino a su sitio. Vi a Jasper reprimir la risa y le miré.

"Me recuerda a ti cuando eras humana," dijo susurrando, mientras intentaba no reírse.

"Oh cállate," dije, sintiéndolo por la chica. Ella se sonrojó mientras recogía sus cosas y seguía de camino a su sitio. Realmente me recordaba a mí en mi antigua forma. Podría decir que ella deseaba poder desaparecer, y ni siquiera se dio cuenta de que había dos nuevos estudiantes en la clase.

Una vez la chica se sentó, la profesora se levantó de su asiento.

"Clase, tenemos dos nuevos estudiantes con nosotros hoy, Jasper Hale y Bella McCarty."

Todo el mundo tuvo su oportunidad para poder mirarnos abiertamente, y supe que me habría puesto colorada si hubiera sido humana. Me di cuenta de que la chica que había tropezado nos miraba, pero no de la misma manera que todos los demás.

"¿Podrías vosotros dos contar algo a la clase sobre ustedes?"

Internamente gruñí mientras Jasper y yo nos levantábamos.

"Mi nombre es Jasper, soy sénior este año. Mi hermana Bella es junior. Nos acabamos de mudar aquí con nuestra familia, nuestro padre es el nuevo doctor."

"Si sois hermanos… ¿porqué tenéis apellidos distintos?" preguntó una chica. Era la típica chica mona de la clase que siempre piensa que es mejor que los demás.

"Somos adoptados, como el resto de nuestros hermanos."

"¿Cuántos sois?"

"6," dije notando como todos los ojos, de chicas y chicos, estaban mirando a Jasper. Podría decir que estaba alterando sus emociones y le lancé una furiosa mirada.

Hubo algunos murmullos, aproveché y le dije a Jasper que le hiciera sentir a la profesora un poco incómoda. Funcionó, pareció como si hubiera notado que nos sentíamos incómodos y nos dijo que nos sentáramos.

El resto de la clase fue bastante aburrido, Jasper y yo teníamos un latín bastante fluido. Sorprendimos a la profesora cada vez que nos llamaba la atención, o cuando contestábamos preguntas que ninguno de los otros estudiantes podría. Finalmente la campana sonó y nos encaminamos hacia la puerta.

Edward, por supuesto, estaba ya allí esperándome. Me besó incluso antes de que hubiera salido por completo de la clase, y podría decir que los otros estudiantes estaban o celosos o disgustados. Le aparté pronto y entrelacé los dedos de mi mano con la suya.

"¿Preparado para Inglés, mi amor?" Me preguntó Edward mientras bajábamos por el hall.

"Supongo," Contesté, mientras caminaba dada de la mano con mi marido. Encontramos la clase fácilmente y nos dirigimos al profesor. Era un hombre que parecía estar en torno a los 30 y pocos años, y que no tenía ningún reparo de mirarme de arriba abajo. Sentí como Edward se ponía tenso, y acaricié su mano con mi dedo.

"¿Qué puedo hacer por ti?" Preguntó el profesor, ignorando a Edward.

"Yo soy Edward Cullen, y ella es Bella McCarty. Somos nuevos," dijo Edward, con la voz ligeramente afilada en vez de su típica voz aterciopelada.

El profesor salió de su trance y sonrió a Edward.

"Por supuesto. Bienvenidos, soy el Sr. Perales." Dijo mientras se encaminaba a su mesa. Cogió algunos papeles de un cajón y nos los dio.

"Aquí tenéis una copia de la lista de los libros que necesitaréis, de acuerdo con las políticas de mis clases. Bella tu puedes sentarte en la segunda silla de la primera fila, y Edward tu puedes sentarte en el tercer asiento de la cuarta fila."

"Si no le importa, señor, Bella a veces tiene problemas para mantenerse atenta y sería de gran ayuda si yo estuviera cerca de ella para ayudarla a seguir el hilo de la clase. Además ella lo hace mucho mejor si se puede sentar algo más atrás," dijo Edward, con su voz perfectamente suave y tranquila.

El señor Perales me miró, y yo le devolví una mirada tímida y asentí con la cabeza.

"Oh, bien, no pasa nada. Edward tú puedes sentarte donde te dije y tú Bella, siéntate a su lado."

Satisfecho, Edward cogió los papeles de la mano del señor Perales y me guió a nuestros sitios, y por supuesto, podría decir que él estaba enfadado.

Como hacíamos normalmente, cogí un trocito de papel y le escribí una notita. Podíamos hablar sin que nadie fuera capaz de oírnos, pero esto nos recordaba a los primeros días de nuestra relación, cuando nos pasábamos notitas.

Te amo. ¿Estás bien?

Yo también te amo.

¿Estás bien?

No. Él no debería estar pensando lo que está pensando.

Lo sé. Puedo sentir la lujuria viniendo de él, y sus acciones me dicen lo que él querría hacer. Sé por qué él me quería a mí delante y a ti detrás.

Él es un profesor. Y tú eres mi esposa. Esto no está bien.

Lo sé. Pero yo te amo, así que no te preocupes. Sólo quiero el amor que venga de ti.

Vi como sonreía al leer la última parte y me sonrió.

Y es todo para ti, mi amor.

Sonreí e hice como que prestaba atención. Desafortunadamente el señor Perales me llamó la atención muchas más veces de las que debería haberlo hecho. Me estaba comenzando a enfadar, y sabía que eso no estaba ayudando a que Edward se calmase. Finalmente la campana sonó y Edward rápidamente cogió nuestras dos mochilas y me llevó hasta la puerta, asegurándose de bloquearle al señor Perales la vista (de mi).

Una vez estuvimos fuera Edward fue capaz de relajarse.

"¿Estás bien?" le pregunté de nuevo, sabiendo que él habría pasado gran parte de la clase teniendo que escuchar los inapropiados pensamientos que el señor Perales tenía sobre mí.

"Sí," dijo, mientras se masajeaba el puente de la nariz. Puse mi mano en su mejilla, y le sonreí.

"Te amo," le dije, intentando que se calmara completamente.

"Yo también te amo," me dijo y me dio un beso.

Fuimos hacia la clase de historia, donde encontramos a una exaltada Alice esperándonos fuera de la clase. Los tres entramos y encontramos a una mujer de veinte-muchos que era nuestra profesora. Genial, pensé, ahora tendré que hacer lo mismo que Edward acaba de hacer. Tan pronto como la profesora captó la mirada de Edward, un destello de lujuria brilló en sus ojos.

Me di cuenta de que le temblaron los labios, y echó los hombros hacia atrás para sacar un poco de pecho. Son cosas de las que la mayoría de las personas, y vampiros, no se darían cuenta. Pero yo, sin embargo, si lo noté. Puse los ojos en blanco y acerqué aún más mi cuerpo al de Edward.

"Hola, soy Bella McCarty, y ellos son Edward y Alice Cullen. Somos todos nuevos."

La profesora pareció molesta cuando apartó su mirada de Edward y me miró a mí, Me sonrió y a Alice también.

"Yo soy la Srita. Cahill. Espero conoceros pronto a vosotros tres. Id al fondo y coged algunos asientos, ahí están los únicos libres."

Asentí y nos dirigimos al fondo de la clase. Por supuesto, los estudiantes nos observaron mientras nos sentábamos. Yo me senté entre ellos dos, y sonreí a Edward con satisfacción.

"Ella es mucho peor que el Sr. Perales," le dije a Edward.

"Si, me doy cuenta," me dijo él, con voz molesta.

Me reí, pero miré a la Srita. Cahill cuando ella llamó a la clase para que nos callásemos.

Ella siguió dirigiendo miradas a Edward durante toda la clase, y me puse muy contenta cuando por fin sonó la campana. Nos encaminamos a la clase de gimnasia, donde nos encontramos con nuestros otros "hermanos". El profesor, el entrenador Charles, no nos hizo cambiarnos de ropa para dar la clase. Nos sentamos en las gradas hablando entre nosotros, mientras "observábamos" a los otros alumnos jugar al voleibol.

Después fuimos a la cafetería para conseguir algo de comida que no nos íbamos a comer. Encontramos una mesa al fondo, lejos de los demás. Nos sentamos, hablando entre nosotros.

Por suerte, ninguno de los otros estudiantes vino para hablar con nosotros el primer día. Estaban demasiado intimidados por nosotros, y nosotros estábamos obviamente emparejados todos.

Edward me acompaño hasta la clase de gobierno, me dio un beso y se fue a su clase de biología. Suspiré, sabiendo que no le vería durante dos horas. Por lo menos tenía a Alice en mi siguiente clase.

Fui hacia el profesor, que era un hombre de unos 50 años, y me presenté. Él pareció ponerse nervioso al principio pero rápidamente se recuperó y no le dio mucha importancia a mi aspecto. Me sentó justo en medio de la clase, permitiendo que todos los estudiantes pudieran mirarme embobados.

Sentí a un chico teniendo el valor de venir para hablar conmigo en cuanto terminara la clase, pero tan pronto como la campana sonó, recogí todas mis cosas y salí de allí, de forma que difícilmente me hubiera podido seguir un humano.

Me fui a la clase de biología, esperando ver allí a Edward. Me quedé un poco sorprendida cuando no lo vi, ni tampoco en el camino desde su clase. Esperé fuera a Alice, preguntándome por que tardaba tanto. Su clase estaba aún más cerca que la mía.

Pronto, ella se unió a mí pero tenía un gesto de preocupación. Intenté interpretar sus expresiones y reacciones pero ella estaba protegiéndose de mi. Ni siquiera me miro antes de entrar a la clase. Fue hasta el profesor, que era un hombre de unos 40 años y yo nos presenté. Alice no dijo nada, simplemente me siguió a una mesa al fondo de la clase que ambas compartíamos. Me alivió mucho la idea de ser compañeras de laboratorio.

Una vez la clase comenzó intenté captar la atención de Alice. Ella estaba trabajando mucho para no mostrar sus sentimientos. Podría decir que estaba asustada por algo. Eventualmente, le escribí una notita.

¿Qué ha pasado?

Ella miró la notita, negó con la cabeza, y no me contestó.

Alice, dímelo. Intenté de nuevo.

No te preocupes.

Dejé escapar un suspiro de frustración. Ella me echó una mirada, y pude verlo en sus ojos. Era sobre Edward, y era algo malo.

¿Qué es lo que pasa con Edward?

Nada.

Estás mintiendo Alice. Sabes que no puedes esconderte de mí.

Déjame en paz ahora mismo.

Yo la miré, un poco shockeada. Esto no era propio de ella.

Había algo mal con Edward, y ella no me lo iba a decir. Cerré mis ojos e intenté pensar en otras cosas mientras pasaba el tiempo. No podía ser tan horrible si aún seguíamos sentadas en clase, traté de razonar conmigo misma. Sabía que no era cierto, pero era la única manera de que no saliera como un rayo por la puerta de la clase.

Finalmente, la campana sonó. Ignorando a Alice cogí mi mochila y corrí a la puerta. Casi volé por el parking, y supongo que el shock podía verse en mi cara cuando vi que el Volvo de Edward se había ido.

Inmediatamente supe que algo iba muy pero que muy mal.

Espero que os guste :)