Bueno se me ocurrió esta historia una noche antes de quedarme dormida, estaba aburrida así que me dije " piensa en una historia de Gaara " y así surgió un nuevo cuento de amor real, puro o las cosas que nosotros creemos que es el amor. Me gustaría que las personas que pasen a leerlo me dejen comentarios Por favor, en serio si no me llegan si les gusto y el porqué no se qué exactamente les agrada; al igual en el caso contrario si solo pasan y dicen que feo y no dicen por que nunca podré mejorar de ninguna forma. No es la primera historia que escribo, aun así pido que no tengan piedad, digan lo que piensen, lo que les parece, la trama , la idea general de los personajes, su personalidad, la calidad ortográfica ( porque si yo lo veo en otro fic es m mi deber comentarlo), las emociones, diálogos… un montonal de cosas.. Bueno creo que ya me pase con mi aclaración.
Esta es una historia corta cuando mucho tendrá cuatro capítulos, todos los tengo ya bien pensados, solo falta redactarlos; la idea de mi trama es la de una muchacha que llega a trabajar con el Kazekage cuando recién es nombrado por el consejo y la mayoría de las personas de la aldea aun no confían plenamente en el, solo es su ayudante, nada mas… Se repite…
Capitulo 1 nuevo trabajo
Era un día como cualquiera la luz intensa del sol madrugador asomaba por cada una de las ventanas de Suna, invitando a los dormilones a salir de su cómodo sueño, ya que la vida cotidiana de la aldea comenzaba pocos minutos después del rojizo amanecer que se asoma por las doradas columnas de arena, para mi gusto, creando la ilusión parecida a un caramelo de mantequilla. Una linda chica se preparaba para su gran día, su primera entrevista de un trabajo "decente", no como el de aquella cafetería donde se pasaba restregando cualquier cosa del suelo, muchas con un aspecto dudoso pues su jefe quería que el lugar se conservara lo más limpio posible, sin embargo ese hombre era muy sucio en su persona; quería, no, necesitaba que suerte cambiara, tal vez ese nuevo empleo la ayudaría a cumplir su objetivo. Así que tomo su gastada falda color negra que con esfuerzo llegaba unos centímetros arriba de las rodillas, una blusa rosa que dejaba al descubierto su vientre se detuvo frente al espejo a admirarse:
Con tristeza dijo en voz alta – creo que debería bajar de peso – toco ese estomago que se le parecía que esparcía de manera grotesca hacia ambos lados – mejor me pondré algo encima – así mismo tomo una blusa dos tallas más grande de color negro, se puso unas mallas y unos botines a juego, porque no le gustaba que la gente, en especial los hombres, la observaran, le gustaba pasar desapercibida en todos los sentidos posibles; recogió sus largos cabellos castaños y se coloco sus lentes, ya que necesitaba aparentar la edad que tenia. A las siete de la mañana comenzó a caminar por la calles arenosas de la cuidad, no quería que por algún imprevisto se le hiciera tarde aunque había exagerado esta vez, pues la cita era las 8:00 am, su casa estaba en una de las orillas y calculo que llegaría con tiempo de sobra. Llego al edificio principal poco antes de la hora señalada, su sorpresa fue muy grande al ver a varias decenas de personas haciendo fila para la entrevista.
- Demonios, no creí que tantas personas vinieran a esto – empezó a respirar a agitadamente, tal vez un ataque de pánico – Tranquilízate, tu puedes… tendré confianza en mis conocimientos y... - asumía que darse ánimos la ayudaría a obtener lo que buscaba, pues entre los aspirantes había muchos ninjas de ambos sexos con una apariencia muy profesional, comparándose con ellos, no tenía nada que ofrecer, sin embargo la opción de rendirse no estaba en sus planes.
Paso alrededor de una hora más antes de que recogieran las cartas de presentación , a partí de ahí comenzó la masacre, uno a uno los candidatos debían pasar a responder las preguntas del los ancianos que tomaban en cuenta la forma de ser, motivación, ganas de trabajar en equipo, habilidades ninja , la ultima era una cosa que aquella mujercita de cabellos castaños rojizos no podía hacer. Era la única que no intento socializar con las demás personas de la fila, sentándose apartadamente mirando el cielo azul, recordando una a una las cosas que sabía que habían preguntado a sus demás contendientes también ensayando su cara más amigable , cariñosa y bondadosa que se pudiera fingir con éxito. Ya casi era la hora de almorzar, solo quedaba ella al final, algunos se retiraron al ver la alata probabilidad de rechazo y otros de tanto esperar… ella, simplemente esperaba que dijeran su nombre para terminar con la interminable incertidumbre.
Un fastidiado hombrecillo salió a la puerta pronunciando varias veces un nombre – Kamura, Kamura Matsuri. Adelante señorita – al instante apareció la chiquilla, que realmente parecía un chiste, de un metro sesenta y tantos contra ese hombre de casi dos metros, visiblemente incomodo al ver que la aspirante era una pequeña niña - pase por favor .
La habitación era amplia con una mesa para siete personas, hombres de edad avanzada, una sola mujer media dormida en la esquina de esta, el de en medio observaba los papeles con detenimiento tratando de encontrar algún fallo.
- Veo que usted señorita tiene quince años ¿es eso correcto?- la pregunta iba formulada pues su apariencia de niña de por mucho 12 años , era un tanto perturbadora.
La pregunta la ofendió y todo lo ensayado se fue por el escusado – Si- contesto de mala gana.
- A ver dígame las razones por la cual usted es la indicada para este empleo- la incitaba con el dedo anulara hablar con rapidez
- Conozco perfectamente la geografía del país, además de tener una dominación amplia de los clanes de este conociendo los jutsus que manejan... – el anciano la interrumpió con otra pregunta.
- ¿Cuáles son sus metas en este trabajo? - sonrió maliciosamente, la respuesta de todos los aspirantes había sido diferente, pero en sus ojos se asomaba un sonrisa retorcida que daba a entender que sólo existía una respuesta correcta.
- Bueno, en lo personal. Hacer que la Aldea oculta de arena tenga mayor apoyo del señor feudal y rendir un servicio a mi patria…. – dijo millones de cosas que les dieron a entender el gran dominio de la política del país así como la de fuera, a pesar de que en realidad ella una extranjera consideraba a la aldea oculta de la arena su lugar. No un hogar, sino un espacio donde podría estar tranquila algunos años de su vida.
- Bueno eso es todo – dijo al mismo tiempo que otra le daban papelito con una dirección y hora que seguramente seria del examen de clasificación. Salió apresuradamente de allí sintiéndose muy feliz, porque estaba un paso más cerca de lograr esa aspiración, la meta que se impuso…. Corría desenfrenadamente hacia una callecita aledaña, donde un lugar oscuro y bastante popular entre los jóvenes se encontraba.
- Llegas tarde kamura, tendré que descontártelo – dijo un hombre cuarenta con escasez de cabello, panza prominente, que en vez de demostrar amabilidad, solo hastío y enojo podían observarse.
- Lo siento señor, no volverá a suceder, es que yo… bueno tuve muchas cosa que hacer y …- sabia que sacar una excusa no le ayudaría en nada, lo malo de vivir en una villa donde el principal trabajo es ser ninja es que no existían muchos trabajos para las personas "normales" y aun peor si ni siquiera poseías esa nacionalidad.
- La verdad no me interesa que estabas haciendo, te lo voy a descontar. Pero si otro día llegas tarde mejor ni te aparezcas- puntualizo antes de continuar - ponte a trabajar hay gente esperando – le aventó una mandil crema con algo de fuerza.
La chica no dijo nada mas, no tenia caso, aun no estaba segura de que le dieran el otro trabajo, así que no poda darse el lujo de decirle a ese arremedo de hombre lo que merecía. Se acerco a una de las mesas, por un segundo se quedo muda al ver, que se asomaba un abanico gigante detrás de la silla, era raro que el café- bar ver a los hijos de antiguo kazekage, pues ellos podían tener lo que desearan de parte del gobierno y aparte cada uno de ellos contaba con un muy bueno sueldo, pues sus misiones siempre eran de las más peligrosas, fácilmente podrían divertirse en un sito mucho más elegante; era muy sencillo reconocerlos, principalmente a Temari pues todos en la aldea envidiaban su extraordinaria belleza y su fuerza. " Tal vez me den una buena propina, un día de suerte sin duda" pensó la chica.
- Buenas noches- mientras depositaba tres cartas en los ligares correspondientes– una gran sonrisa se dibujo en su rostro para añadir –tendré el gusto de atenderlos, ¿Puedo ofrecerles agua o café? El primero va por la casa.- Po eso era tan popular entres los jóvenes, buenas promociones, un lugar bohemio, bellas chicas atendiéndolo.
- Dos, parece ser que este pequeño necio no quiere nada… – se empezó a acomodar el cabello rubio que se escapo caprichosamente de una de sus coletas.
-Vamos hermano, no quieres celebrar, ha pasado una semana… – añadía un chico que ridículamente se pinto la cara.
Ambos muchachos se dirigían a su otro acompañante que no dejaba ver bien su rostro, invitándolo de forma insistente. Mientras la mesera observaba la escena con envidia, a le hubiera gustado tener hermanos tan siquiera podría pelearse con ellos, se veía a leguas que se querían.
- Si no es mucha molestia entrometerme, podría preguntar…
- Adelante no hay ningún problema - dijeron a unisono Temari y Kankuro
- Si están celebrando algo, como su cumpleaños, lo que pida el festejado es gratis – no era completamente cierto, sólo era el postre pero en fin con la indecisión de ellos se comenzaba a desesperar, los clientes empezaban a abarrotar el lugar.
- No, no es eso, celebramos que ascendieron a nuestro hermano menor – dijo alegremente el marionetista, mientras le daba un codazo al incógnito de la esquina.
- En ese caso… les recomiendo.. – La mesera se quedo callada unos momentos, parecía que había escuchado algo, eso parecía algo imposible pues ese trió de hermano se sentó lo mas lejos de los demás – No, no soy una niña de 12 años – dijo molesta retirándose de modo grosero, dejando a Temari y Kankuro extrañados, nadie había dicho nada, o al menos ellos no se percataron de ello.
- Otra mujer loca, de verdad que me cuesta entenderlas…- lo sabía bien pues vivía con una.
- A mi no me mires, no tengo idea de lo le paso; no por ser mujer las entiendo al 100 % - ella trataba de esquivar la pedrada, sino le hubiera dado un puñetazo.
- No es necesario esto, aunque el veredicto fue dado, no creo que a la gente le agrade… no me parece necesario celebrar- Pensaba que era su culpa que la muchacha se fuera, lo debió reconocer y sabia todo lo que había hecho, de seguro lo odiaba como el resto de las personas.
- Vamos Gaara, no seas pesimista, tú te ganaste el puesto de kazekage por que eres el mejor en todos los sentidos… - kankuro intentaba darle animo, conocía el dolor que poseía, el había ayudado a que fuera rechazado, jamás tuvo el valor de tratarlo como un hermano.
- Que no te importen los demás, hay mucha que gente que te estima aquí y en Konoha…. – Temari puntualizaba los hechos.
La cara del nuevo kazekague no cambio en lo absoluto, se veía preocupado por la reacción de la gente, faltaba una semana para el anuncio público, realmente él no era como los chicos de su edad, el obtuvo el grado de Jounin fácilmente y ahora era el encargado de la seguridad de su aldea, antes vivía para matar, definitivamente no era como la mayoría de los jóvenes de su edad. Los pensamientos de los tres ninjas fueron abruptamente interrumpidos por la chica que se había esfumado…
- Aquí tienen, un capuchino frió y dona glaseada gigante para usted señor – se refería a kankuro – Té verde y un pastelillo de fresa - eso fue puesto frente a Temari- un café negro doble – esto fue para el incógnito de la esquina que ni siquiera quería alzar los ojos – sin azúcar ¿verdad? – pero la preguntas más bien fue una picara afirmación, se acerco sutilmente a ese chico - las personas tiene miedo a lo desconocido, solo hace falta que lo lleguen a ver mas allá de la apariencia – termino diciendo la chica, ninguno de los hermanos recordaba haber ordenado, pero era lo que deseaban, raro. Por el tumulto de personas que llegaban, la chica no pudo recoger la cuenta, eso fue encargado a otra, mientras como siempre la regañaban.
Al regreso hacia la mansión kazekague, su humilde hogar, Gaara, se encontraba mucho más relajado, ya no le importaban lo que los demás pudieran decir su pasado, porque sabía que al final se darían cuenta de que cambio para bien, con esfuerzo, pero lo haría.
- Kamura, que demonios hiciste, no puedes ser más torpe – decía mientras lanzaba un trapeador para limpiar el desastre que hizo con dos botellas de sake - Eres muy entupida, esa botellas valían más que tu paga, te lo descontare, esta es la gota que derramo el vaso.
- Gomen – decía lloriqueando la pelicastaña, se había tropezado no había comido nada en todo el día y su cuerpo empezaba a cobrarle ese descuido. Su turno pasó si mas contratiempos, pero su sueldo era tan pequeño que tendría que conformarse con una bola de arroz de cena, llego a su morada aproximadamente a las cuatro de la madrugada a bañarse, descansar unas horas antes de ese examen. Miro la luna unos minutos que le daba tanta tranquilidad, en otro lado con la esperanza renovada un pelirrojo observaba el mismo astro, esperando comenzara el nuevo día.
Una semana completa pasó, los peores temores del nuevo kazekague se fueron extinguiendo como las estrellas en el cielo al amanecer, las cosas no marchaban mal, una gran mayoría de personas apoyaban la decisión del consejo pues sabían del impactante cambio de asesino a camarada de Gaara. Todo marchaba a la perfección, aparentemente.
- kazekague -sama aquí están las nuevas misiones – dijo una la chica castaña con su característica voz semichillona dejando caer una docena de libros - ah, también hay que organizar los nuevos equipos– Otro libro se dejo caer en el escritorio de ninja.
Una diminuta gota de sudor salía de su frente – Gracias… ¿hay alguna cosa más?- No podía creer la cantidad de trabajo que le cargaban en su primera semana oficialmente.
La mujercita corrió de una lado a otro en un dos por tres - estos pergaminos son los reportes de las misiones desde… hace tres meses – un montón de rollitos de papel cayeron de nueva cuenta en aquel escritorio que se hacía cada vez más pequeño. Con tanto que hacer y sin la necesidad de dormir las horas pasaron rápidamente, tanto que la chica sentada junto a él, apenas podía mantener los ojos entre abiertos.
Su reloj no mentía, pasaban de la dos - Bueno, es hora de que vayas a descansar mañana continuaremos con esto - Con poco menos de la mitad del papeleo inicialmente, Gaara miro su patético intento por llevar a su lugar cada escrito – déjalo, yo lo acomodare - ordeno pasivamente.
- Gracias Kazekague-sama, hasta mañana- y la asistente se marcho a su casa lo cual le tomaría unos cuarenta minutos para llegar a hacer lo que de verdad le interesaba. Se acomodo en la azotea de su edificio para observar las estrellas con su telescopio, esperando que la suerte le sonriera solo esta vez.
- Matsuri, ¿qué haces despierta todavía? ¿No tienes que ir a trabajar a las ocho? – un adormilado muchacho de cabellos azulados, piel apiñonada y ojos color miel, preguntaba medio babeante.
- Hideki, llámame por mi apellido, sabes que no me gusta mi nombre – alegaba la muchacha
- Perdóname "kamura"… no, no me acostumbro parece que le hablo a un hombre- se rasco ligeramente la barbilla en señal de pena- Ni por que compartimos departamento- Aquel chico fue el primer amigo que hizo desde que comenzó el dolor, justo cuando llego a esa tierra extraña, se convirtió en su hermano.
- Discúlpame sabes que no me gusta que se preocupen por mi - una pena le invadió – tienes razón... No ¿ya las cuatro? No me dio tiempo de seguir leyendo – señalo un libro con el título de "misterios del mundo ninja"
Mientras tanto en la oficina Gaara acomodaba los papeles que ya estaban listos en un estante, su vida había cambiado tanto en el último año, su subconsciente a veces le atormentaban con preguntas, la sociedad a su alrededor esperaba la grandeza, o alguna pequeña falla para destituirlo; pero el deseaba conocer ese nexo que da la felicidad, alegría, tristeza, dolor hasta amor, no solo el de sus hermanos y amigos , tal vez algo mas por simple curiosidad "estúpidas ideas, enamorarse no es para alguien como yo" pensaba mientras observaba la destellante luna en el cielo preguntándose si alguien mas vería a ese astro con el mismo fervor que él.
Nota: llevaba unos dos años sin escribir nada en la página, pueden ver que no miento. Pero al empezar de nuevo comencé a revisar mis antiguas historias y realmente me espante al ver lo mal redactadas que estaban. Y me da muchísima pena porque ya he llevado muchísimos cursos de redacción, lo peor de todo es que esta en particular perdía mucho el sentido por la falta de cohesión que le di, supongo que decidí darle un formato parecido de las historias que había leído cuando me hice fan de Gaa-Matsu y si le añado la falta de inspiración de esos días pues la cosa se amoló mas. De verdad me da mucha pena por las personas que lo leyeron así de mal, una gran disculpa les pido.
Ya para terminar para los chicos y chicas que vuelvan a leer esta historia les quiero comentar que voy a revisar y cambiar errores de dedo, cohesión y coherencia en las historias que hagan falta, por lo mismo los exhorto a que las vayan revisando y me comenten de nuevo si les gusto o no la editada, pues me interesa mucho que se comprenda la intención que quise dar en esta historia.
Gracias por leer esto, y muchas gracias para las personas que se tomen la molestia de mandar un comentario/reviews por favor hacen falta para la inspiración.
Bye bye