Disclaimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen, son del señor Masashi Kishimoto, aunque Itachi y Deidara es oooootro tema Tabe se los rapta y los viola sádicamente.

Parejas: Este fic es enteramente ItaDei. También habrá KakuHida, PeinKonan, NaruSasu y un muuuuuuy leve toque ItaSasu. Si las parejas que te gustan no aparecen aquí no me vengas en el review diciendo si las habrá. Ya dije U.Ú

Notas: Le agradezco enormemente a Ibaia/Kaz-san por ayudarme a arreglar el fic y por convertirse en mi nueva beta. ¡¡Muchísimas gracias amor!!


Jugando con la muerte

By Tabe-chan

Primer Arte: Entre discusiones y malentendidos… ¿Mi admirador secreto?

El ser humano a veces comete muchísimos errores. Estos mayormente suelen ser sin relevancia, dando la posibilidad de reivindicarlos, pero otros simplemente golpean de forma dolorosa, provocando consecuencias irreversibles... Éste es mi caso. Siempre creí que pelear por las cosas que uno cree más importantes en su vida era lo correcto, esa era mi ideología... Que equivocado estaba.


Puedo sentir como cierra la puerta a nuestras espaldas para segundos después oír otro ruido. Puede que sea el pistillo de la puerta, no estoy seguro ya que mi cabeza da vueltas y vueltas por el alto grado de alcohol en mi organismo. ¡Joder! Nunca bebo... ¿Por que tuve que hacerlo justo ahora? Mi visión se nubla y pierdo la noción de la realidad, dejándome guiar por él.

Siento sus frías manos metiéndose por debajo de mi camisa. Toma mis labios con desesperación, claro que yo no le opongo resistencia. Lo deseo.

Un sonido me hace volver a la realidad. Intuyo que tira nuestras pertenencias por el pasillo, me siento más ligero.

- ¡Ahh!... ¡Joder!...- alcanzo a soltar al ver una oportunidad para tomar aire. Ahora un fuerte golpe en mi espalda. Puedo deducir que me acorrala contra la pared ya que siento como me recarga en esta para aferrarse con locura a mi cuello.

- ¿Un?- otro confuso ruido llega a mis oídos pero no puedo percibir de que se trata, intento agudizar al máximo mis sentidos pero es en vano.

- ¡Aah!...- un placentero gruñido sale de mi boca al sentir su lengua recorriendo toda la extensión de mi cuello sin dejar un solo lugar sin probar.

Su voz me embriaga, puedo sentir que me susurra infinidad de locuras al oído mientras introduce su mano dentro de mi pantalón para hacerme ver el cielo. Como puedo, intento mirarlo a la cara pero sus manos expertas me hacen perder la noción de la realidad nuevamente, obligándome a tirar mi cabeza violentamente contra la pared.

Un nuevo susurro sale de su boca, éste es lento y sensual, característico en él pero tampoco lo entiendo. Maldigo el haber tomado alcohol justamente ese día, al menos estando sobrio me habría preparado mejor para lo que se me venía encima en esos precisos momentos.

Siento como me penetra sin piedad contra aquella dura pared de madera, arremetiendo una y otra vez como un poseso.

- ¡Ahh! Duele... ¡Jo- Joder!- fueron mis implorantes súplicas, aunque dudo que se haya apiadado de mí ya que comienza a embestirme de manera mucho más salvaje y descontrolada. Me muerdo el labio inferior con fuerza, intentando mitigar, aunque sea un poco, aquel dolor punzante.

Me aferro fuertemente a su espalda, casi clavando mis uñas contra ella, al mismo tiempo que largo leves gemidos cerca de su oído, craso error, supongo ya que estos estimulan sus sentidos y comienza a darme de forma más dolorosa, haciendo que mi cuerpo choque una y otra vez contra la pared.

No me quejo, a decir verdad estuve esperando este momento una y otra vez, siempre lo había deseado. Torpemente logro abrazarlo por el cuello, largando mis gemidos casi sobre su oído. Puedo oír que me dice cosas, conociéndole, nada inocentes seguramente.

Mi cuerpo comienza a elevarse. Con fuerza sobrehumana me mantiene recargado en sus caderas para llevarme a uno de los sillones del comedor en el cual me tira, para en cuestión de segundos cubrir posesivamente mi cuerpo con el suyo. No pierde tiempo en reanudar las rudas embestidas, mientras esta vez tiene acceso a todo mi cuerpo. Siento que se separa de mí un momento. No se en que estará pensando, pero tal silencio me incomoda.

Una de sus manos viaja hasta los botones de mi camisa la cual arranca de forma violenta. Joder, me debe una camisa. Siento como me despoja de ella, acariciando cada trozo de piel expuesta con especial dedicación al tatuaje en mi pecho izquierdo. Apoya sus antebrazos en el respaldo del sillón, justo a ambos lados de mi cabeza para darme las últimas y profundas penetraciones. Si no lo conociera pensaría que era experto en estos temas pero, según él, era su primera vez.

Una fogosa oleada me hace perder el control por completo, arqueando la espalda en el proceso. Agarra mi erección para comenzar a masturbarla de manera desquiciada, dándome una y otra y otra vez en mi punto más erógeno.

- ¡¡Joder!!... ¡Ahhh! Por Kami... ¡Un!..- era lo único que podía decir en esos momentos antes de sentir su cálida semilla en mi interior.

Ese día se había convertido en mi perdición... y mi infierno.


- ¡¡Deidara!! Dime de una vez por todas donde quieres que ponga esta cosa, joder. ¡Hace como veinte minutos que me tienes dando vueltas con esto en las manos!

Este que grita es mi mejor amigo, Sasori. Os preguntaréis, ¿mejor amigo? Sí... ¿Como puede ser alguien tan pesado mi mejor amigo? Jajaja, ni yo mismo lo sé. Este es dueño de un hermoso cabello rojizo, al igual que sus ojos, solo que estos lucen más oscuros, contrastando con el rostro de niño que tiene. De cuerpo delgado y bien formado, pero de estatura normal tirando a baja.

- ¡Un! Es que no estoy seguro donde quiero ponerlo, un...- le contesto de forma dudosa, cruzando mis brazos encantadoramente analizando en cual de los veinte metros cuadrados de toda esa sala quedaría mejor mi hermosa obra de arte.

Hastiado, Sasori suelta mi escultura para apoyarla por unos segundos en el suelo. Veo como me dirige una cara de disgusto, llevando sus manos a su frente, masajeándose las sienes, ofuscado.

- Estás bromeando, ¿no?- me dice extendiendo una de sus manos mostrándome los metros cuadrados vacíos alrededor nuestro.

- ¡Hey! No puedo ponerlas en cualquier lado, un. Eso… Eso sería para tus obrillas de arte, un. ¡Las mías son especiales, un!- le suelto queriéndole jugar una broma pesada, enfatizando "obrillas de arte" con un gesto sugestivo de mis manos.

Mi comentario surte efecto y casi se ahoga con la bebida que había agarrado de la mesa más cercana.

- ¡Oye! Mis marionetas no son "obrillas" que lo sepas- me contesta de mala gana, tirándome el pequeño vaso de plástico, vacío, sobre mi cabeza.

Como les dije antes, Sasori es mi mejor amigo, desde los cuatro años que vengo aguantándolo. Pobre… Como si él no lo hiciera también.

Desde muy pequeños hemos sentido atracción por el arte, siempre hacíamos desastres, ganándonos tremendos regaños por parte de nuestras madres. Pasados los años, nuestra pasión por la materia se fue acrecentando cada vez más. Entramos juntos a la universidad, cada uno por diferente rama, él por ejemplo, diseño, grabado y modelado en madera. Yo en cambio me fui por el modelado en arcilla.

Muchos dicen que para conseguir lo que uno quiere hay que pelear por ello, no importa lo difícil que sea, supongo que, al final, ese dicho popular tiene mucho sentido. Al fin estoy palpando mis sueños.

Sí, como lo oís. Soy un famoso y reconocido artista plástico. Tengo que reconocer que me gusta ser el centro de atención, no se si eso será malo o bueno, lo ignoro por completo, pero siempre sentí la necesidad imperiosa de dar a conocer mí extraño y único arte explosivo.

Muchos dicen que esas extrañas habilidades son las que se llevan el crédito de toda mi fama. Me importa bien poco lo que diga la gente, es mi habilidad especial y estoy orgulloso de ella.

- Está bien, un. Ponlo ahí- le ordeno señalándole una de las esquinas vacías-. O no. ¡Espera, un!- vuelvo a bromearle, sabiendo lo mucho que eso le molesta. Al ver su cara de asesino en serie me apresuro a hablar.

- Bueno, bueno… No bromeo más, un- termino, devolviéndole el vaso a su cabeza.

- ¡HOLA CHICOS!

El ruido estruendoso de otro de mis camaradas hizo eco en el enorme lugar. Poco me importaba quien mierda entraba por la puerta, ya que mi vista se centraba en Sasori, concretamente, en la escultura que lentamente se iba cayendo de sus brazos. ¿Nunca os ha pasado que ves toda tu vida pasar ante tus ojos en tan solo unos segundos? Seguro que sí, solo que esa situación es cuando uno roza la muerte según dicen, no es mi caso, claro… Pero para mí es como si lo fuera.

El sonido de mi hermosa versión de la Venus de Milo estrellarse contra el suelo, fue el detonante del comienzo a una encarnizada pelea con Hidan. Éste entraba con unas bolsas en sus manos. A su lado, Kakuzu, que inmediatamente dejó de caminar al ver lo que se avecinaba.

- Joder, Hidan. Eso te costara una buena cena, y NO cuentes con mi dinero esta vez.- agrega mi tesorero, acercándose para darle el propio pésame a Sasori.

- ¡¡Hey!! Yo no he tenido la culpa Deidara. ¡¡Ha sido él!!- señala con terror a Hidan, quien por lo visto no se había enterado de nada por el momento.

- ¿Yo, qué? -baja su vista a los trozos esparcidos por todo el suelo.- ¡Oye! Que yo acabo de llegar. ¿Qué pasó aquí?- pregunta el joven de pelo plateado mientras saca comida que había traído para todos.

-¡¡Aarrgg!!- grito melodramáticamente, agachándome para ponerme peor aún- ¡¡Mi preciosa Venus de Milo!!

Hidan mira a Sasori y hace un gesto negativo con la cabeza- Joder, Sasori deberías tener más cuidado con esas cosas- se cruza de brazos para ladear la cabeza hacia el lado de Kakuzu quien lo mira con cara de "Tú aún no te enteras, ¿verdad estúpido?"

- Bueno a ver, ¿Qué mierda os traéis contra mí, eh?- se defiende como puede al ver dos miradas escrutadoras posadas sobre él.

- ¡Por tu culpa se me ha caído la escultura, Hidan!- se defiende mi mejor amigo a su vez, señalándole con su dedo índice de manera inquisidora- ¿Por qué tienes que venir pegando esos gritos?

- ¡¡Mi Venus!!

- Oye. ¿Y que iba a saber yo que traías esa mierda entre los brazos? Yo no he hecho nada malo. ¡Joder!- Kakuzu que estaba a su lado lo atrae hacia él para darle un beso en la frente.

Ah, me olvidaba por completo. Kakuzu es mi tesorero, él se encarga de que todas mis entradas financieras vayan viento en popa. Le conozco desde hace más de seis años y le tengo mucha confianza, al igual que a Hidan, su pareja. Hidan por otro lado es sacerdote. Sí, sacerdote, como lo oís. Vosotros diréis,"Hey. ¿Pero qué puede tener de sacerdote alguien con esa boca?" No lo sé… ¿Será por eso que estos tiene tan mala reputación? Quién sabe…

- ¿¿Mierda?? No puedo haber oído bien. ¿¿Has llamado "MIERDA" a mi preciosa Venus de Milo, un??- mi paciencia ha estallado. Son mis mejores amigos, vale, pero en ocasiones como estas no me importa lo más mínimo.

- Bueno, bueno… Entiéndelo Dei-chan. El pobre no piensa muy bien lo que dice, tiene insuficiencia cerebral- termina de decir Kakuzu abrazando a un Hidan con una gran vena hinchándose en su frente.

- ¡¡Joder Kakuzu!! Callado estás más guapo- se queja Hidan y, poniendo un encantador puchero, se cruza de brazos, dándole la espalda molesto. A Kakuzu siempre le gusta ponerlo de mal humor, se ve realmente encantador, según él. Personalmente, en esos momentos, ahí ha quedado mi último rastro de homosexualidad.

-¡¡Largaos de aquí todos ya!!- les suelto de mala gana. Vale, lo admito, tengo un carácter MUY fuerte, y en ocasiones me comporto como un niño pequeño. Dicen por ahí que todos tenemos un lado infantil por dentro. Bien, yo acabo de descubrir el mío.

- Pero, ¿qué es lo que pasa aquí? Tus gritos se oyen desde la calle, Dei-chan- todos nos giramos hacia el dueño de esa voz. En la puerta de entrada se encuentra Pein junto con Konan, quienes se acercan a la escena del crimen.

- ¡Mi Venus de Milo, un!- exclamo con un puchero en mis labios, mirando a los recién llegados a los ojos.

- ¡Aniki!- exclama al mismo tiempo Sasori, quien aprovecha mi distracción y corre hacia su hermano mayor para ocultarse detrás de el.

Pein es el hermano mayor de Sasori y es mi representante. Se encarga de programarme salidas, entrevistas y cosas que tengan que ver con el mundo mediático. Konan por otra parte es su pareja. Es una mujer seria e introvertida, a simple vista puede parecer frívola y antipática pero en el fondo es agradable y tiene muy buen sentido del humor. Lo más llamativo de ella quizás sea su forma de vestir, es gótica y le gusta ir toda de negro, así como pintarse de forma extravagante y usar camisetas y medias de redecilla.

- ¡Por culpa de Hidan se me ha caído una de las esculturas de Deidara y ahora quiere matarme!- intenta explicarle la situación Sasori, para ver si, de alguna manera, puede su hermano darle apoyo.

- Matarnos, querrás decir, y todo por tus manos de manteca. ¡Imbécil!- agrega Hidan desde detrás de Kakuzu, quien pone cara de "A mí no me metáis, no vengo incluido en el pack 2x1"

-Bueno, pero estoy seguro que no lo han hecho adrede, Dei-chan. Accidentes le ocurren a cualquiera, hombre- trató de tranquilizarme Pein. Extrañamente él es el único que tranquiliza mis arrebatos fuera de lugar por decirlo de cierta forma, supongo que haber convivido más de cinco años con él tiene que ver.

- ¡Eso! Nosotros no quisimos hacerlo Deidara, en última estancia Hidan sí, pero yo no- se defiende Sasori con el respaldo que le ha dado su hermano.

- ¡Hey! Vete a la mierda. Ojala Jashin-sama te queme en el fuego del purgatorio por mentiroso. ¡Pagano!- le contraatacó el sacerdote con repugnancia. Pensaréis que se llevan muy mal pero no es así. Aunque parezca que en cualquier momento van a matarse en el fondo se llevan muy bien. Definitivamente tendrían que imponer su idioma, aún no entiendo como después de semejantes insultos se hablan como si no hubiera pasado nada.

- ¡¡Basta, un!! Si no queréis que me arrepienta callaos la boca los dos- aunque siempre les diga que voy a matarlos, al final siempre termino dándoles un ultimátum, creo que el mote de "dictador" como me dio Sasori ya no me queda bien.

Un silencio sepulcral invade el estudio. Todos me miran con cara de querer largarse a las carcajadas.

- Jeje… ¡Lo que a ti te hace falta es alguien con quien estar, Dei-chan!- agrega Sasori entre risas para terminar de ocasionar una tercera guerra mundial.

- ¡¡Cállate antes de que termines como estampado para mi nueva obra de arte!!- le grito perdiendo la paciencia para después tirarle un trozo de arcilla de mi Venus. Desgraciadamente, no le di… pero al que sí le di fue a Pein, que se había puesto en medio para calmar la situación.

Bien, lo demás os lo imaginaréis. Corridas para el hospital de acá para allá. Queriendo matar a Sasori y Hidan, casi mato a una persona inocente, es verdad eso de que soy peligroso para terceros.


Mi día fue aparentemente tranquilo, digo aparentemente quitando el hecho que Pein haya tenido que ir al hospital por mi culpa y que mi hermosa Venus de milo se haya hecho añicos. Después de eso obligué a Hidan y Sasori a pagarme una cena, claro que el jashinista terminó haciendo gala de su gran habilidad maestra, engatusar a Kakuzu, logrando que este al final termine pagando la cuenta por él. No se como lo hace, pero siempre logra lo que quiere.

Entro a mi departamento con pesadez. Tiro mis cosas al primer sillón que veo, para después oír los mensajes grabados en mi contestador. Me dirijo a la cocina para sacar del frigorífico una cerveza bien helada. Comienzo a sacarme la camisa a la vez que escucho los mensajes. Siempre lo mismo. Entrevistas, entrevistas y más entrevistas. En cierto modo me estoy cansando del mundo mediático. Apago el contestador y me dirijo al baño. Me apoyo en la puerta con parsimonia para después, comenzar a caminar y encender el grifo del agua caliente. Me suelto el cabello, dejándolo caer por mi espalda y lentamente me despojo de mi ropa para ingresar en la estancia llena de vapor.

- Ahh… -largo en un placentero gemido al sentir la cálida agua mojar todo mi cuerpo. Es tan agradable. Son los únicos treinta minutos del día en que puedo relajarme tranquilamente sin ser molestado. Cierro los ojos para apoyar mi cabeza en el marco de la bañera. Silencio. Tranquilidad.

- Jeje… ¡Lo que a ti te hace falta es alguien con quien estar, Dei-chan!...

Tengo que admitir que mi amigo puede llegar a ser muy pesado e irritante de vez en cuando pero… ¡Joder! Cuanta razón lleva, necesito a alguien a mi lado. No me gusta darle la razón y mucho menos admitir frente a todos que está en lo correcto, aunque vamos, mis amigos no son estúpidos, ellos se han dado cuenta incluso antes que yo. Que patético soy, como diría Sasori.

Una vez salgo del cuarto de baño me dispongo a prepararme algo de comer. Mierda, estoy cansado, no tengo ganas de cocinar. Como siempre, termino llamando a la pizzería para encargar una cena basura. Últimamente mi vida es muy rutinaria, me estoy cansando rápido.

Tomando otra cerveza, me dirijo a mi habitación.

- Uf… - largo un suspiro prolongado y cansado. Mi departamento está tan vacío, necesito alguien con quien hablar.

Me tiro en mi gigantesca cama. La siento fría y vacía, maldito Sasori. ¿Desde cuando sus palabras me afectan tanto? Miro el techo con atención. Estoy cansado pero por una extraña razón no tengo sueño. ¿Será que, inconscientemente, no quiero desaprovechar cada segundo de mi vida? Estos pocos minutos que tengo libres me gustaría aprovecharlos un poco más.

Dirijo la vista a mi portátil. Lentamente me reincorporo de la cama para alcanzarlo y volver a tirarme en esta. Entro a mi casilla de correo. Mientras espero a que cargue, agarro una barra de chocolate. Ahora que lo pienso, últimamente no me estoy alimentando bien que digamos, mis almuerzos consisten en la misma mierda casi todos los días, así como mis cenas. ¿Hace cuanto que no como algo decente? Extraño un poco esa vida.

Comienzo borrando correos indeseables. No me sorprende que mi casilla tenga más de doscientos correos al día, ya es normal toda esta rutina.

- ¿Admirador secreto, un?- pronuncio, intrigado, al ver el tema del mensaje. Últimamente no suelo leer los correos de mis admiradores, pero por alguna razón éste me llama mucho la atención. En un movimiento espontáneo hago clic sobre el correo y comienzo a leerlo.


From: tuadmiradorsecreto

To: artisabang

Despierta tu Mirada enamorada…

Estaré en tus sueños velando tus silencios, estaré en tu vida soñando con amarte…

¿Seré alguna vez objeto de tus sonrisas?, ¿de tus miradas?, ¿de tus caricias?...

Enloquezco cada vez que me miras, enloquezco cuando me hablas…

Oigo tu voz que me hace temblar, oigo tu voz que me hace morir…

12:30 Tú admirador secreto. U.I


Me quedo releyendo el correo una y otra vez. Siempre supe que tenía admiradores, y que suelen mandarme mensajes. Pero este en particular tiene algo que me llama mucho la atención. Incluso me da algo de miedo, parece como si me conociera muy bien.

Intento ver el significado de cada una de las palabras, adivinando que quiso decirme con esas frases de amor. Las primeras letras me llaman mucho la atención, ya que están en mayúsculas y en negrita, resaltando cada oración.

- DE… SE… O… ¿Deseo?...- Pongo a trabajar mi mente, intentando sacar conjeturas o algo relacionado, pero no hay caso, aunque…

- Un momento… ¿DESEO?... deseo, deseo, deseo, deseooo… ¡DESEO!- mis ojos se abrieron de par en par.

- "Deseo" es el nombre de la cafetería que esta a dos cuadras del estudio, un- De acuerdo, parezco un demente. ¿Cómo puedo sacar conclusiones tan estúpidas como estas? De verdad, parezco un niño jugando a los detectives.

Intento no hacer maquinar mi cabeza, sacándole importancia al asunto para volver a mi bandeja de entrada.

Para mi sorpresa encuentro otro nuevo que acaban de mandarme...


From: tuadmiradorsecreto

To: artisabang

Ven, ven solo un minuto…. Te espero…

Se que estas ahí….

Tu admirador secreto. U.I


Bien, ahora puedo decir que este mail me causó escalofríos.

CONTINUARÁ…


Espero que os haya gustado. Chocolates, tomatazos, flores, cartas con ántrax, críticas constructivas… ¡¡PLEASE REVIEW!!

Glosario:

Kami: Dios.

Aniki: Hermano mayor.