La versión en español de mi segundo fanfic tal y como lo prometí Vamos, para no perder la costumbre XD. ¡Espero que les guste!

"Mi guardián"
"Prologo"

"Comienzo a sentirme claustrofóbico"

Roys suspiró y pasó su mano por su negro cabello al tiempo que se dejaba caer sobre su silla. El hombre solamente contestaba con "Mm" ante los argumentos de la mujer al otro lado de la línea que le decía que tenía que hacer esto aún ante las quejas que daba casi todos los días. Por supuesto que sabía que tenía que hacerlo, veía la razón todos los días, pero comenzaba a hartarse.

"No puedes volver a casa hasta que me compres el anillo", le recordó Riza mientras escribía algunas cosas en un pedazo de papel que tenía en su mano.

El hombre suspiró de nuevo, eso quería decir que no podía dejar el lugar hasta que tuviese prueba sólida e irrebatible.

"Lo sé, lo sé. Creo que estoy más cerca de elegir el mejor del catálogo que me enviaste"

"Bien. Te llamaré mañana entonces"

Roy dejó el teléfono y contempló el cielo a través de la ventana por un momento. Lo habían mandado a esta misión desde hace dos meses y sabía que estaba más y más cerca a la verdad. 'Sólo aguanta un poco más…al menos hazlo por él'.

De repente, escuchó un toque en la puerta que lo sacó de sus pensamientos y se apresuró a abrirla para encontrar una mujer con una bata blanca y el nombre de Dr. Lyra bordado al otro lado de la puerta.

"Buenos días, Dr. Mustang", le saludó con una sonrisa, "Comenzaremos ya con los experimentos del día, si gusta acompañarnos"

El hombre asintió agradecido de que se hubiera tomado la molestia en avisarle y tomó su propia bata blanca para seguir a la mujer a través del corredor manteniendo sus ojos en el suelo y sus manos dentro de las bolsas de la prenda. Ambos caminaron en silencio hasta que llegaron ante una puerta que protegía el cuarto de experimentos, lugar totalmente blanco que, según Roy, despedía un olor más a hospital que a un laboratorio.

Uno de los hombres dentro del lugar alzó su mano saludándolo, "Buenos días, Dr. Mustang"

"Buenos días, Dr. Marcoh, Dr. Knox"

Ambos hombres asintieron como su manera de saludarlo y todos tomaron asiento ante una gran mesa donde abrieron algunos de los cientos de libros que estaban sobre la mesa para comenzar a discutir algunas sustancias mientras el pelinegro escuchaba la conversación bastante aburrido. Sin embargo, hizo uso de su pobres dotes actorales para hacerles creer que encontraba todo bastante interesante mientras mezclaba algunas sustancias.

No sabía exactamente cuántas horas había tenido que fingir ya ese día, pero Roy hizo su mejor esfuerzo para ocultar cuan exasperado estaba ya ahogando su milésimo bostezo, de verdad odiaba esos días. Todo era mucho más llevadero cuando salían a los jardines a aplicar algunos experimentos con alquimia ya que él era el experto en el área.

Un golpeteo en la puerta de cristal del laboratorio llamó la atención de todos repentinamente y una joven entró al lugar disculpándose, "Dr. Marcoh, L001 hoy está un poco…fuera de control"

El hombre alzó una ceja, "¿Lo cual significa qué?"

"No quiere cooperar. Creo que está de mal humor"

"Sabes que eso no importa, no necesitamos su permiso. Fórzalo"

La mujer se mordió el labio moviéndose un tanto nerviosa, "De verdad no quiere, Doctor"

Marcoh le echó una mirada a su amigo, el Dr. Knox, esperando apoyo de su parte. El hombre se puso de pie y tomó un libro, "¿Al menos ha dicho por qué no quiere cooperar?"

"Si, dijo que se supone que hoy es su día libre y quiere jugar ajedrez…con el Dr. Mustang"

Roy levantó la cabeza sorprendido pero aliviado al mismo tiempo; esto podría ser su salvación para salir de ahí y hacer algo más interesante.

Marcoh solamente dio un suspiro resignado, "De acuerdo, denle su día libre y lleve al Dr. Mustang con él"

La mujer asintió y Roy se puso de pie para seguirla a través del pasillo. Puso todo su empeño para esconder la enorme sonrisa que quería salir de sus labios ya que jugar ajedrez era millones de veces más entretenido que leer libros médicos. Llegaron ante una puerta pronto y ella la abrió haciéndose un lado.

Roy entró a la habitación, igualmente incolora, muebles incluidos. Siempre tenía la idea de que no podrá dormir si su cuarto fuese igual, era demasiado inquietante. El hombre tomó asiento en una de las sillas y esperó golpeando la mesa con sus dedos.

Finalmente, la puerta se abrió y su sonrisa cambió a una mueca de suficiencia. Enfrente de él, estaba un niño rubio de 10 años caminando hacia él mientras trenzaba su cabello rápidamente ya que al parecer no esperaba que llegase a su habitación tan rápido.

"Me dijeron que estabas llorando porque nadie quiso jugar ajedrez contigo", le dijo abriendo el tablero.

"No te creas la gran cosa, sé que morías de aburrimiento con los doctores. Solo intentaba salvarte", el chico le dijo devolviéndole la mueca mientras tomaba asiento frente a él.

Roy tomó las piezas de ajedrez para acomodarlas en su lugar, "Claro. ¿Cómo has estado? No te había visto desde hace 3 días"

El hombre notó como los ojos dorados del chico perdieron brillo ante la pregunta, "Bien, como siempre creo". El rubio movió uno de sus peones y retiró con su mano algunos mechones de cabello que caían por su rostro mientras Roy hacía su movimiento.

"¿Por qué pediste que viniese a jugar ajedrez? Pensé que no te agradaba"

"No me agradas", le contestó recargándose en el respaldo de la silla, "Pero eres el mejor jugador de aquí y me gustan los retos"

Roy movió una de sus piezas y sonrió con suficiencia, "Me halaga que un genio alquimista piense que soy un reto"

"…Eres bastante arrogante"

"Y orgulloso de serlo"

El rubio reposó su mentón en su mano analizando el tablero y movió uno de sus caballeros. Roy, por su parte, lo miró fijamente por un momento un tanto curioso. El chico al parecer odiaba a todos los doctores del lugar y se suponía que él mismo era uno…por qué entonces lo llamaba continuamente para jugar ajedrez, cartas o simplemente para hablar?

"¿Puedo preguntarte algo?", el hombre dijo repentinamente haciendo que diese un pequeño respingo, pero asintió, "¿Por qué confías en mi?"

El rubio levantó la mirada sorprendido por la pregunta, pero inmediatamente movió sus ojos hacia el tablero, "Porque los demás doctores no confían en ti"

Respuesta interesante, por decir menos, "¿Y por qué piensas que no confían en mí?"

"El Dr. Knox llegó aquí hace no mucho y el Dr. Marcoh lo dejó entrar la sección clasificada casi inmediatamente. Tú llegaste hace dos meses y no te han dejado entrar aún", el chico le dijo como si lo que estaba diciendo no tuviese mayor importancia y tomó un sorbo a su vaso con agua.

Roy, por otro lado, frunció el ceño, "¿Por qué te llevan con ellos? ¿Porque eres un genio?"

El chico levantó la mirada y sonrió con suficiencia, "Tienes bastantes preguntas hoy, ¿no lo crees? Sabes que no me tienen permitido hablarte de eso"

El hombre suspiró en resignación y movió su alfil haciendo que el rubio golpeara la mesa levemente con su puño ya que estaba en desventaja, "Te conozco desde hace un mes ya, al menos podrías decirme tu nombre"

El niño casi dejaba caer el peón que había tomado del tablero ante la pregunta, pero solamente lo ignoró y completó su movimiento en silencio, "Deja de hacer preguntas, por favor"

Roy lo echó una mirada, pero luego simplemente asintió y analizó el tablero. Así que los doctores no confiaban en él todavía…esto era realmente malo. A lo mejor solamente estaban siendo cautelosos porque hacían algo que no deberían….

"¿Ya elegiste el anillo para tu novia?", el chico le preguntó repentinamente con una larga sonrisa burlona.

El pelinegro negó con la cabeza, "Es difícil, ¿sabes? Para mi todos se ven idénticos y me está tomando más tiempo del que planeaba"

El rubio movió su caballero y sonrió, "Apresúrate o encontrará a un mejor prometido que tu"

"Si, si", le dijo mientras movía uno de sus peones.

"¿Hasta cuándo vas a estar aquí?"

Roy sonrió con suficiencia, "¿Por qué? ¿Ya quieres que me vaya tan pronto?"

"Oh no, no creo que tenga tanta suerte. Estarás atorado conmigo por unos cuantos meses más al menos, ¿verdad"

"Depende"

El rubio alzó una ceja, "¿Depende de qué?"

"Si soy capaz de elegir el anillo correcto pronto"

El chico se le quedó viendo casi en shock, pero movió su cabeza tratando de salir del trance, "Estas huyendo de ella, ¿verdad?"

"…No exactamente, pero quizá"

El niño casi echó una risa, pero decidió permanecer quieto. En ese momento, la Dra. Lyra abrió la puerta de la habitación y caminó hacia el rubio; Roy inmediatamente notó la expresión de miedo que el chico intentaba esconder.

"L001, tenemos que proceder hoy"

"…¿P-por qué?", titubeó el chico con una voz que sorprendió a Roy.

"No lo sé, sólo son órdenes. Dr. Mustang, puede acompañarnos esta vez"

El chico volteó a ver al pelinegro y bajó el rostro sintiéndose derrotado, por lo que Lyra lo empujó suavemente. El hombre se puso de pie y los siguió a ambos notando como el niño empuñaba sus manos, pero al parecer estaban…¿temblando? ¿De miedo quizá?

Bueno, de todas maneras ahora iba camino a descubrir si la razón por la que estaba en ese lugar era real y tenía que mostrar una buena actuación o le podría costar la vida. Sin embargo, en el fondo, deseaba que no fuese real.