¡¡Gracias por pasaros!! Bueno, procedo a explicar las parejas de la historia.

Parejas principales: NaruHina, SasuSaku.

El NaruHina es más notorio, pues son los protagonistas al comienzo. Sin embargo, a mediados de la historia Sakura y Sasuke comienzan a ser imprescindibles para la trama.

En cuanto al ShikaTema y NejiTen, también hay algo, pero más leve.

El tiempo es en Shippuuden, por tanto quizás encuentren algunos spoilers de ésta temporada. Todo lo que ocurre es idea mía, las personalidades no varían mucho, aunque los personajes sí que evolucionan y con el tiempo cambian.

Espero sinceramente que os guste. Debido a varias críticas he decidido editar los primeros capítulos (que son de hace 3 años), con lo cual veréis un cambio en la narrativa del primer capítulo (editado) a los que no lo estén. A partir del capítulo 7 las descripciones y calidad es mucho mejor, así que espero que tengan paciencia y lo lean por favor. Muchísimas gracias.

Secuestro

En un pleno bosque verdoso se encontraba una caseta blanca como la nieve, y en su interior parecía haber dos personas. El primer individuo tenía una capa negra con nubes rojas, su cabello era dorado y estaba recogido por una coleta en gran parte. La segunda era una mujer de pelo negro y ojos blancos, que sentada sobre el suelo preguntaba:

-¿Por qué me has secuestrado?

-No te importa - contestó él - Ahora mismo, sólo debes mantenerte con vida, así que cometas locuras que me obliguen a matarte. ¿Entiendes?

Sus palabras habían sido duras, más el tono de voz parecía triste. ¿Escondería algo?

- Sí... - dijo la chica en un susurro apenas audible.

Sus ojos perlas dejaron caer unas lágrimas, llenas de miedo e inseguridad. Empezó a recordar lo que pasó, cómo empezó todo...

Era un día normal, tenía que entrenar junto con su equipo. Se encontraba emocionada y feliz, sin embargo, había algo que rondaba su cabeza. El sueño de la noche anterior. ¿Por qué aparecía Naruto en él? ¿Sería que inconscientemente su cerebro le había ideado porque le echaba de menos? Sin saber bien la respuesta, llegó al campo de entrenamiento, viendo a Kurenai, Shino y Kiba junto a su inseparable amigo animal, Akamaru.

- Hinata, llegas tarde

- Lo siento, Shino-kun, no he podido venir antes. Ayer por la noche tuve un sueño extraño y no pude dormir. Esta mañana estaba cansada y algo distraída, disculpame - Tranquila, te perdonamos, ¿verdad, Akamaru? - el perro ladró alegremente.

- Vamos a empezar - intervino Kurenai.- Primero, quiero que os defendáis de mi ataque con kunais y shurikens - explicó.- Preparados...listos... ¡ya!

La sensei lanzó 60 kunais y 30 shurikens hacia los tres chicos.

El primero extrajo sus insectos de los poros de su cuerpo, que en segundos le rodearon y actuaron de escudo. El chico con ésta defensa evitó la entrada de las armas desde cualquier zona. Cuando la gran barrera de insectos se deshizo, se le pudo ver ileso y tranquilo, como siempre.

- Muy bien, Shino - le felicitó Kurenai con una amplia sonrisa.

El segundo hizo una de sus técnicas más conocidas combinadas con su perro. El Gatsuga (colmillo de hierro) era fuerte y resistente, y con el giro a gran velocidad conseguía que los kunais y shurikens rebotasen..

- ¡Kiba, Akamaru, buen trabajo en equipo!

Hinata en rápidos segundos buscó la técnica apropiada, y cuando se decantó por alguna, realizó los gestos necesarios para efectuar el Byakugan (ojo blanco). El Shugohakke rokujyuu yonshou (Guardián de la adivinación de los ocho sellos, 64 golpes) hizo que de sus manos saliesen haces de luz delgadas desde 64 ángulos. Dichas líneas azuladas cortaron en pequeños trozos las armas que se acercaban a la muchacha.

- ¡Fantástico! - dijo Kurenai.- Hinata veo que vas mejorando -añadió. - Bien chicos, este calentamiento ha sido demasiado sencillo, así que para ponernos en marcha iniciaremos una pelea. Las normas son las siguientes: no se pueden utilizar ténicas hacia el compañero, por tanto el chakra también se anula. Sin embargo, cualquier ataque al medio para conseguir el objetivo es válido. Segunda regla: los límites del ejercicio se sitúan a 100 metros, así que hay que trabajar la adaptación al espacio. Tercero: el uso de kunais, shurikens, bolas de humo o cualquier otro objeto es opcional, tanto en ataque como en defensa. Vuestro objetivo es conseguir que el compañero caiga al suelo. Para que se elimine debe de estar al menos 10 segundos. Disponéis de 5 minutos, si el juego no se ha finalizado procederemos al entrenamiento duro, sean cuales sean las consecuencias. ¿Alguna pregunta?

- ¿Se permiten animales? - preguntó Kiba mientras reía.

- Kiba, ya sabes que sí, deja de utilizar la misma broma una y otra vez - respondió ella totalmente seria. - ¿Listos? ¡Empieza el juego!

Los tres chicos desaparecieron de la vista y se alejaron. Debían seguir un orden (el cual habían estudiado), el primer paso sería idear una estrategia en función del espacio, el tiempo y el material. En segundo lugar, se llevaría a cabo el plan. El tercer paso sería incluir trampas y engaños, así como ocultar cuál sería su verdadera estrategia. Sin duda, sería divertido, y más aún con su sensei evaluándolos.

Estuvieron toda la mañana realizando las pruebas que Kurenai les ordenó de mayor intensidad progresivamente. Como era de esperar, en la mayoría no se utilizaba la fuerza física sino la mental, pues era el estilo de la profesora. Los alumnos al finalizar con los ejercicios realizaron un estiramiento para relajarse, y llegó la hora del almuerzo.

- Hinata, nosotros nos vamos ya. ¿Vienes? - dijo Kiba.

- Me quedaré un poco más aquí practicándo - respondió la pelinegra.

- No te sobre esfuerces - le dijo Kurenai mientras se alejaba.

- Hinata no te quedes hasta muy tarde y descansa esta noche. Mañana no te retrases, eso no sólo te perjudica a ti, el grupo también - Shino miró a Hinata con seriedad, y la chica se sintió intimidada.

- ¡Shino no seas tan duro! Sólo ha sido un día - Kiba sonrió ampliamente y Hinata y ésta le correspondió.

- Gracias Kiba-kun, pero Shino-kun tiene razón. Prometo que mañana seré puntual.

Todos se marcharon hacia sus casas y Hinata comenzó a estirar de nuevo. Se sentó en el suelo y manteniendo la pierna estirada agarró su pie con su mano. Una de las características y exigencias de los Hyuuga era su flexibilidad. Tenía que poseer gran amplitud de movimientos para esquivar mejor los ataques y evitar lesiones graves.

Sin darse cuenta, sus ojos perlas se había posado sobre un tronco. Aquél tronco...aún recordaba el día en el que habló con Naruto. Fue la primera vez que se sintió útil. Tras la lucha contra Neji, ella se sentía abatida y destrozada. Justo cuando había conseguido esperanza se la arrebataron con esa patética derrota. Pero al ver a Naruto tan mal su corazón actuó, algo que siempre había deseado. Le animó y él incluso se sintió agradecido. Pero en realidad, la que se sentía agradecida era ella, pues hizo algo bueno. Algo por él. Y el servirle a Naruto de apoyo le significó mucho. Sabía que tenía que decirle que se había hecho un poco más fuerte, que estaba más cerca de él. Sus errores habían quedado atrás y gracias a ellos había evolucionado. Pero su opinión de Naruto no había cambiado nada. Sus palabras seguían haciéndola feliz, aunque ése aprecio fuese pequeño, existía. Y para ella lo más importante no era que Naruto la amase, era que fuese feliz. Sin duda intentaría acercarse a él, para buscar también su propia felicidad, aunque no fuese necesaria. Sólo quería que Naruto la felicitase una vez más, y la animase. En ese momento se sintió tan querida y acogida que ya no era fácil olvidarse de esos sentimientos. Le debía tanto...

Estaba tan distraída y perdida en sus pensamientos que no oyó la llegada de una presencia a su espalda..

- Hola, niñita - le dijo siniestramente

Su instinto le dijo que huyese, más ella no se movió. Se limitó a girar su cara para ver el rostro de su acompañante. Pero al verle se quedó estática. Hasta alguien como Hinata conocía (sin haberse topado nunca con ellos) a la organización peligrosa que tiempo atrás había atacado Konoha. En ese momento fueron los profesores los que lucharon, pero allí ella se encontraba sola y estaba segura de su incapacidad para vencerle. Sin embargo, decidió ganar tiempo conversando con él:

- ¿Qué...qué quieres? - preguntó.

El miedo que sentía fue muy mal disimulado por su parte. Se percivió perfectamente por el agresor, el cuál según el reglamento ninja nunca debía descubrir sus verdaderos temores. Pero ella no podía evitar el tartamudeo, o su leve tono de voz.

- A ti... - explicó de pronto.

Al instante, Hinata, aún sabiendo que probablemente sería inútil, decidió actuar. No se dejaría capturar tan fácilmente, antes lucharía.

La chica le golpeó en el estómago y salió corriendo a gran velocidad, pero no la suficiente. El extraño individuo se econtraba frente a ella en la rama. Se acercó a su oído y le susurró:

- No te aconsejo que te alejes, niñita. En tu espalda hay una araña que en el momento en que lo desee la puedo hacer explotar. Y no quieres eso, ¿verdad?

Aún sin verle, Hinata supo que estaba sonriendo. Ese maldito arrogante...Pero no se rendiría. Si tenía que morír eso mismo haría, pero sin causar problemas a la villa. Era más que probable que la única intención de ese hombre fuese secuestrarla para pedir como recompensa dinero o secretos del clan. O de incluso Konoha. Y ella no sería la causante del problema.

- ¿Acaso crees que no sé lo que estás pensando? Eres como un libro abierto - se alejó de su oreja y le miró a los ojos. - Si tú explotas, las criaturas que tengo colocadas estratégicamente alrededor de Konoha estallarán también. ¡Bum! - rió. - ¿Un sonido precioso no crees? Es una pena que no puedas escucharlo después de muerta. En fin, ¿vendrás o tengo que sacrificar al resto de los ciudadanos por tu causa?

Por supuesto, ella no quería poner en peligro la villa. Lo mejor sería obedecerle, pues ¿qué otra cosa podía hacer? Y aunque era consciente del chantaje emocional utilizado por el hombre, su decisión estaba tomada.

- Muy bien - dijo sosteniéndo con los dedos su barbilla y volviéndose a acercar a su rostro. - Sígueme, pequeña.

Segundos después, ambos desaparecieron. Y el lugar se volvió tan desolado y solitario como de costumbre.

¿Os ha gustado? Espero que sí, soy consciente de la poca extensión del capítulo, y espero que no os moleste. Lo que sí espero son vuestros comentarios, con críticas, opiniones, sugerencias o los errores gramaticales que hayáis encontrado, así los corregiré rápidamente.

Muchísimas gracias por leer, espero que disfruteis de éste primer capítulo editado.

Los personajes de esta historia no me pertenecen, pertenecen a Masashi Kishimoto, pero la idea es originalmente mía.