Mirada de inocencia
Historia que ocurre tres años después de lo acontecido en la trama de la serie…
El sol se oculta por el horizonte. Una joven de cabello verde oscuro, llena de heridas y cortadas, permanece con las manos sobre el rostro, llorando rodeada de restos de lo que apunta a haber sido una gran batalla. Están en la pendiente de una montaña.
-Allen… yo solo quería estar a tu lado… perdóname… perdóname… -Llora desesperada. Otro exorcista pelirrojo que lleva un parche en el ojo la mira silencioso. En la cima de la montaña, Allen está arrodillado junto a una joven exorcista de cabello negro que está bañada en sangre. Él sujeta su mano con fuerza, sin dejar de mirarla y limpiar su rostro.
-…Todo estará bien. –Le dice aparentando tranquilidad, mientras oculta su frustración.
-Ya lo está, Allen-chin… siempre quise… estar entre tus brazos… nada más importa ya…
-No, no está bien; ya verás que pronto llegarán los transportes, te llevaremos de vuelta a la orden y dentro de nada estarás como antes.
-¿Estás preocupado por mí? Perdóname, no era esa mi intención… -Sus ojos se llenan de lágrimas cuando se da cuenta de que Allen ya está derramando las suyas sobre ella.- Allen-san, yo a ti… siempre…
-Es suficiente, Stella, trata de descansar. –Le insiste preocupado.
-No, debo decirte que yo… te amo… -Sus últimas palabras salen como un susurro que llega débil a sus oídos, mientras sus ojos reflejan el dolor de sentir que la vida se escapa del débil cuerpo que sostiene entre sus brazos.
-Stella… ¡¡Stella!! –Grita tristemente. Lenalee cubre sus oídos y cierra sus ojos con fuerza al oírlo gritar.
Seis meses antes
El exorcista de cabello blanco va caminando por los pasillos de la orden con un ramo de flores en la mano. Lo mira y suspira recordando las palabras de su amigo.
-En una cita, siempre es bueno llevarle flores a la chica, ¿entiendes? –Le explicó el aprendiz de bookman durante el almuerzo.
-Aún así… -Piensa el joven mientras finalmente se planta frente a la puerta de la habitación. Fugazmente siente la presencia de alguien espiándolo; mira hacia el pasillo y no ve a nadie. Detrás de la pared está Komui con un control remoto, mirando con los anteojos empañados.
-Así que piensas llevarte a Lenalee… ¡¡no puedo permitírtelo!! Ahora vas a probar la fuerza de Komurin XIX. –Sonríe malvadamente dispuesto a apretar el botón, pero lo detiene un martillazo en la cabeza que lo deja inconsciente.
-Disculpe, señor supervisor, pero no puedo dejar que se meta con los tórtolos; ya suficiente interrupción tienen con ellos mismos. –Explica Lavi.- Además, se supone que usted tiene que ir a recibir a la nueva exorcista que llega hoy a la orden.
-Lena…lee… Allen-kun… -Balbucea con ojos de espiral. Cuando el joven bookman vuelve a ver, Lenalee ya ha abierto la puerta y se encuentran conversando.
-Estas… son para ti, espero que te gusten. –Le dice dándole las flores.
-…Si, si me gustan, muchas gracias, Allen.
-Nn…no, de nada. –Los dos sonríen tímidos, Allen le tiende el brazo y ella lo toma de él, ambos salen caminando hacia la ciudad.
-Lenalee… -Piensa Lavi mirándola mientras la pareja se aleja de ellos.
Al mismo tiempo, en la ciudad, el tren ha llegado a la estación y de él baja una joven de quince años, de cabello oscuro corto, ojos rosados y piel clara, llevando un vestido largo y una maleta de la mitad de su tamaño. Mira un papel y nerviosa vuelve la cabeza en todas direcciones.
-¿Dónde estará ese lugar…? Si es tan secreto no creo que pueda preguntarle a nadie… ¿Qué haaago? –Se pregunta con burbujitas de lágrimas en los ojos.
Por otro lado, Allen y Lenalee están en un restaurante del pueblo almorzando. Él devora comida en su estilo acostumbrado mientras ella toma una taza de té, sin dejar de mirarlo.
-Es un poco extraño, ¿no lo crees? –Le pregunta ligeramente ruborizada.
-¿Qué? –Pregunta parando de engullir.
-No es nada… es solo que hemos estado juntos mucho tiempo… puedo decir que te conozco de toda la vida, Allen. –Extiende su mano sobre la mesa.
-Lo mismo digo yo, Lenalee. –Estira su mano y sujeta la de ella. La joven se muestra ansiosa, moviendo sus dedos entre los de él.
-¿Sucede algo? –Inquiere en tono inocente.
-Allen… tú… y yo… ¿qué somos? –Pregunta avergonzada. Al escucharla, Allen traga de golpe el nuevo bocado que había ingerido, sin siquiera masticarlo; pero luego parpadea y le sonríe.
-Lenalee…
-Es decir, la mayor parte del tiempo estoy contigo… -Le dice mientras los dedos de ambos juguetean entre sí.
-Es natural, desde que se formaron los equipos quedamos juntos porque trabajamos muy bien.
-¡Allen! Sabes a lo que me refiero… -Insiste sin mirarlo de frente.
-Lenalee… a pesar de que mi maestro tenía mucho éxito con las mujeres, nunca me enseñó sobre eso; así que no soy muy bueno en lo que concierne a esas cosas… -Al escucharlo, ella intenta retirar la mano, pero él la detiene con firmeza, sorprendiéndola.
-Allen…
-… Sin embargo, a pesar de no saber mucho sobre eso… hay una cosa de la que estoy seguro, y es de que… -Se ruboriza tomando valor.- Quiero estar siempre a tu lado, Lenalee.
-Allen… -Repite embelesada por sus palabras.- Esas palabras son las mismas que yo iba a decirte, Allen.
-…Esto… -Dice sonrojado y tocándose la mejilla con el dedo.- Esto quiere decir que tu y yo somos… somos…
En ese instante los sorprende el ruido del cañón de un Akuma nivel 2 atacando la ciudad. Lenalee muestra un poco de decepción y luego se pone seria, igual que Allen; ambos salen corriendo rumbo al lugar de donde viene el escándalo.
-¡Lenalee! Nuestra conversación… -Le dice mientras corren.
-Terminaremos luego, aunque creo que ya no hay mucho más que decir… -Le dice en una mezcla de confianza y melosidad.
-Oh no… espero saber manejar esto… -Musita asustado. Mientras tanto, frente al Akuma ha aparecido la joven recién llegada. Deja su maleta a un lado y mira a su adversario, temblorosa.
-Nnnn… no… ¡no debes atacar a la gente inocente! –Le reclama al demonio; quien solo se detiene y la mira de frente, aproximándose.
-¿Eh? ¿quién rayos te crees, niña? -Le pregunta el monstruo, que parece un oso de metal, con el rostro del alma en la frente.
-Yo… Yo soy… -Dice mientras le tiemblan las piernas.
-¡Lenalee! –Le indica Allen a la mencionada al llegar al lugar de la pelea; ella asiente y activa sus Dark boots , pero se detiene al comprobar lo que sucede frente a ellos, igual que Allen.
-INOCENCIA, ACTÍVATE – ARCO DE LA CAZADORA –Invoca sacando un arco y flecha de energía, mientras sus ojos cambian de rosados a verde intenso.
-¿¡EHH!? ¿Exorcista? –Pregunta el Akuma.
-FLECHA DE HIELO. –Anuncia lanzando su flecha, que atraviesa al monstruo y lo congela, haciéndolo estallar en pedazos, dejando sin nada que hacer a la pareja, que se queda perpleja ante la demostración. La muchacha termina su activación, su arco desaparece y sus ojos regresan a ser rosados, suspira aliviada.
-Lenalee… -Musita Allen.
-Si, lo se… -Responde ella.
-Uff… -Dice la chica limpiándose la frente.- Por poco y le lanzo mal el tiro, jejeje… -Mira hacia todos lados buscando a algún testigo cuando se topa con los dos exorcistas que la miran inquietos.
-Eh… hola… -La saluda Allen, sonriente. Ella se asusta al verse descubierta, pero ellos se acercan para tranquilizarla.
-Tú… ¿acaso eres una exorcista? –Le pregunta Lenalee. La joven se sonroja y asiente.
-Ustedes…
-Nosotros también lo somos; ella es Lenalee y mi nombre es Allen Walker. ¿Cuál es tu nombre?
-Ah… ¡si! –Se apresura a hacer una reverencia.- ¡Mi nombre es Stella Jaques y soy una exorcista de la sede de Francia, mucho gusto!
-¿Francia?
-Ahora que lo dices, mi hermano dijo que una nueva exorcista vendría el día de hoy. Probablemente se refería a ti, Stella-san.
-Con Stella es suficiente, Lenalee-san.
-Entonces te diré lo mismo, Stella. Solo Lenalee estará bien.
-Y a mí puedes decirme Allen. –Interviene para seguir con la corriente. Ella sonríe jovial y asiente.
-¡Si!
En la Orden, Kanda se encuentra meditando junto a su espada dentro de su habitación. Un pétalo de la flor de loto se desprende y cae del otro lado del reloj, sin que esto lo disturbe en lo más mínimo.
-¡¡No me dejes, por favor, Yu, no me dejes!! –Recuerda la voz de una mujer llamándolo. Hace un leve gesto de malestar y continúa con los ojos cerrados.
-No vale la pena… -Musita con desinterés.
En el comedor están Miranda, Crowley y Lavi charlando un poco mientras Komui hace los preparativos para la recepción de la nueva exorcista. El vampiro de Akumas tiene un vaso de té al cual le da sorbos regulares.
-Así que Allen-kun y Lenalee-chan por fin tuvieron una cita. –Comenta Miranda.
-Yo lo supe todo el tiempo-de aru. Allen y Lenalee hacen una muy bonita pareja; así como lo éramos mi querida Eliade y yo… -Se pone melancólico.
-Bueno, no exactamente como ustedes, creo yo. –Corrige Lavi mientras su amigo se suena la nariz.
- Pero, ¿está bien para ti, Lavi? –Le pregunta Crowley, conocedor de su situación.
-Si, lo esta. Soy un bookman, así que lo que a mi me corresponde es observar como suceden las cosas.
-Pero eso no quiere decir que no tengas oportunidad para el amor, Lavi-kun. –Agrega la exorcista del tiempo.
-¿Estás sugiriendo que compita con Allen? –Responde desinteresado.
-Bueno, yo…
-Ya te lo dije, Allen puede quedarse con ella si quiere; es lo mejor, además, si le preguntas a ella, su decisión está tomada de antemano. –Termina maduramente.
-Oigan, parece que ya llegó la nueva exorcista, y viene junto con Allen y Lenalee. –Les informa el director de los investigadores, asomándose al comedor.
-¿Vienen con ella? –Inquiere Crowley.
-¿Es una chica? –Pregunta Lavi, emocionado.
-Pensé que no estabas interesado en el amor. –Recuerda Miranda.
-Bueno, si la parejita interrumpió su cita para traerla, quiere decir que seguramente es una chica con cara de inocente. –Infiere científico el joven bookman.
-Ya veo. Quiere decir que si fuera fea ellos no se le hubieran acercado. –Razona la exorcista.
-Allen no es como tú, Lavi. –Corrige el vampiro. Lavi saca la lengua con cara alegre.
Allen, Lenalee y Stella llegan frente a la puerta de la orden, donde la cara guardián los detiene para hacer el examen de la recién llegada; que se asusta al ver a la pared mirándola.
-¡¿Qué es eso?! –Pregunta asustada.
-Tranquila, él es el guardián de la puerta; se encarga de que solo los humanos y no los Akumas entren a la fortaleza. –Explica Lenalee.
-Aunque a mí me confundió con un Akuma… -Recuerda Allen.
-… Y… ¿qué debo hacer?
-Solo párate frente a él y espera a que termine de analizarte.
-A… ¿analizarme…?
-Tranquila, ya verás que no te sucede nada. –La calma Allen, sonriéndole. Su sonrisa la tranquiliza y asiente.
-Si, Allen.
-Exorcista… es una exorcista. –Dice la puerta; luego se abre dejándolos entrar.
-Si, de veras que si lo soy… hasta donde se… -Musita torpemente la nueva exorcista.
-Cuando veo la facilidad con la que todos pasan, recuerdo la mala suerte que yo tuve… -Le dice Allen a Lenalee, ella solo sonríe llevándose los dedos contraídos a los labios. Stella camina entre ellos, mirando de reojo a Allen, ligeramente sonrojada. Al cabo de unos momentos llegan a la oficina de Komui, donde los está esperando.
-¡¡Lenalee!! Pensé que Allen-kun y tú se habían ido en una escapada romántica al pueblo. Espero que no sea el caso... –Mira con cara de asesino a Allen, que sonríe forzadamente.
-Estábamos en nuestra cita cuando un Akuma atacó, pero para cuando llegamos a exterminarlo, Stella ya lo había hecho. –Reporta la hermana menor.
-¿¡Entonces sí era una cita!?
-¡¡Hermano!! Soy mayor de edad, puedo salir con quien yo quiera, ¿no es así?
-Pero, Lenalee… -La mira llorando a torrentes, extendiendo su mano hacia ella.
-Ehm… ¿no deberíamos hablar sobre Stella? –Interrumpe Allen.
-Hablaré contigo luego, Allen-kun. –Le dice con cara de asesino, poniéndolo más nervioso aún.- Pero es verdad, estoy aquí para dar la bienvenida a Stella-san a nuestro cuartel.
-Si… -Dice el exorcista.
-Muchas gracias por recibirme. –Reverencia la joven.- Espero que nos llevemos bien.
-Yo también lo espero, Stella-chan. –La toma de las manos mirándola sonriente.- Ahora, el hecho de que los dos estén aquí me ahorra tener que mandarlos a llamar. –Dice Komui.
-¿Eh? ¿A nosotros? –Se miran los dos.
-Stella-chan terminó su entrenamiento como exorcista en Francia no hace mucho, así que aún le falta experiencia. Allen, Lenalee, ustedes son la pareja de exorcistas con el mejor trabajo en equipo que he visto; así que me gustaría que Stella los acompañara en sus misiones hasta que se acostumbre al trabajo. –Propone el supervisor.
-Por mi no hay problema. –Dice Allen. Lenalee no luce tan animada, pero asiente.
-Está bien, hermano. Espero que nos llevemos bien, Stella. –Sonríe la joven. Stella le sonríe, pero sonríe más animada en torno a Allen; pero se sonroja en cuanto éste le devuelve la sonrisa, lo que no deja de molestar a la casi novia de Walker.
-Es… espero que podamos trabajar juntos, y les prometo ayudar en todo lo posible. –Dice la chica.
-Yo también lo espero, Stella.
-Ahora, muéstrenle el lugar a su nueva compañera. –Les dice Komui.
-Si. –Responden ambos, saliendo de la habitación junto con ella.
-¡Si! –Sonríe feliz. Lenalee también sonríe, pero no puede deshacerse del sentimiento que la invade.
-Allen… ¿qué ibas a responderme?...
Continuará