Epílogo: Quince años después…

Depositó suavemente las flores sobre el montículo cubierto de musgo que soportaba una lápida de mármol blanco con dos inscripciones una en la parte central que decía…

'Pansy Parkinson 1984 - 2008'

Y una segunda inscripción con una sola palabra…

'Gracias'

Desvió sus claros ojos hacia un recorte de la página de sucesos de la prensa del día, que había dejado sobre el montículo, y la leyó por décima vez durante la mañana.

"Peter Pettigrew, condenado a sesenta años de prisión por el asesinato del conocido empresario Lucius Malfoy y por el secuestro de la hija de Lord Dashwood, hace ahora quince años, ha sido encontrado muerto hoy en su celda de Azkaban. Fuentes procedentes del personal que trabaja en dicha prisión, nos informaron que la muerte fue producida por la asfixia que el mismo preso se provocó al ahorcarse con un cinturón. Aun investigan como pudo llegar ese objeto a sus manos. Durante el día de mañana se dará sepultura a sus restos morta…"

Ron dejó de leer y miró de nuevo el montículo de tierra cubierta de verde musgo a la vez que exhalaba un prolongado suspiro. Hermione colocó una mano sobre su hombro logrando que Ron se girase hacia ella y se pusiese en pie mientras le sonreía.

- Debemos irnos querido, Emma y Teddy estarán a punto de llegar… Además, ya sabes como es Hugo y debe estar alborotando toda la mansión de tus padrinos.

Ron asintió y rodeó la cintura de su esposa con el brazo alejándose lentamente de la tumba de Pansy, como cada año.

La Mansión Dashwood había organizado una pequeña e íntima reunión para recibir a Teddy Lupin que acababa de graduarse como abogado y regresaba de Oxford junto a Emma. Los años parecían no pasar por la vieja casa. Todo prácticamente se conservaba igual. El bosquecillo, el hermoso lago de aguas quietas y cristalinas, los jardines en todo su verde esplendor en pleno mes de Junio, la vieja alberca con la fuente manando agua en el centro y el columpio de madera, que en ese preciso instante estaba ocupado. Una niña de unos trece años, agitaba sus piernas de delante hacia atrás provocando el vaivén acompasado del columpio. Sus rizos rojo fuego jugaban con la brisa y pasaban por su pecoso rostro cubriéndolo y dejándolo al descubierto un instante después. Contemplándola engatusado, sentado sobre el césped, un chico rubio con los ojos de frío hielo y el flequillo cayendo sobre ellos, ladeaba una sonrisa y lanzaba inaudibles suspiros. Otro muchacho de la misma edad caminaba hacia ellos arrastrando los pies y al llegar junto a los dos adolescentes, se tumbó bocabajo en el césped y apoyó el mentón sobre las palmas de las manos lanzando un fuerte resoplido.

- No puedo creer la suerte que tenéis – Exclamó.

- ¿A que te refieres Potter? – Inquirió el chico rubio sin apartar su gélida mirada de la muchacha del cabello de fuego.

- Vosotros os vais de vacaciones y yo me quedo aquí, en Londres, todo el maldito verano.

- Solo será un mes Albus y no veo que de malo hay en quedarse aquí – Dijo la niña frenando bruscamente el columpio logrando que sus rizos se detuvieran también enmarcando su bello rostro – Peor es lo mío. Tengo que ir a París porque mamá se ha empeñado en visitar a su amiga del alma Fleur – Rodó los ojos – Sus afrancesadas hijas son insoportables.

- ¡No puedo creer que digas eso Rose!, me cambiaria contigo con los ojos cerrados – Protestó indignado el segundo hijo de Harry, que era tremendamente parecido a su padre - ¿Y tú qué?, a Egipto – Añadió mirando al muchacho rubio, que resopló y rodó los ojos resignado.

- Egipto es otra cosa… Me iría con Scorpius sin dudarlo, pero no creo que el cabezota de mi padre lo consienta.

Scorpius Malfoy curvó una vez mas sus labios a modo de sonrisa y sus ojos grises brillaron al oír la frase de Rose Weasley.

- Algún día seremos lo suficientemente mayores para tomar nuestras propias decisiones – Dijo Albus Potter mientras se incorporaba quedándose sentado sobre la hierba.

En ese instante dos niños unos dos años menores que ellos cruzaron correteando por entre los adolescentes mientras se lanzaban chorros de agua con una pistola de plástico. Uno de esos chorros alcanzó a Rose directamente en la cara que inmediatamente adquirió el color de su cabello.

- ¡HUGO WEASLEY! – Gritó a su hermano haciendo que éste dejase de correr y se pusiese pálido.

La niña que acompañaba al hijo menor de Ron y Hermione en sus juegos, soltó una risita traviesa haciendo enfurecer a su hermano Albus, que no dudó en reprenderla.

- ¡Maldita sea Lily! ¿Por qué no dejáis los jueguecitos para otro momento?...Como mamá salga y vea que estáis empapados, no pienso defenderos… y ya sabes como se las gasta – Un escalofrío recorrió su delgado cuerpecillo al imaginarlo.

Lily lo miraba con los ojos muy abiertos, mientras su liso cabello anaranjado chorreaba agua por las puntas. Apretó los labios y dio una fuerte patada al suelo mientras se cruzaba de brazos.

- ¿Qué hacéis todavía aquí fuera? Emma y Teddy están a punto de llegar – La voz provenía de otro muchacho mayor que ellos que los miraba con el ceño fruncido y el cabello rojo alborotado.

Era James el primogénito de Harry y Ginny. El joven agarró la mano de su hermana pequeña y tiró de ella hacia dentro de la casa. Hugo corrió hasta alcanzar a Lily que luchaba inútilmente para que James la soltara. Rose resopló con fuerza mientras se pasaba la mano por el rostro para secar las gotas de agua que aun seguían resbalando por él.

- Vamos chicos, entremos – Dijo poniéndose en pie.

Scorpius y Albus se levantaron a unísono y siguieron a la muchacha que arrastraba fastidiada los pies.

Dentro de la mansión todo era algarabía. Lily y Hugo volvían a alborotar por la casa mientras Ponmona intentaba que la niña se estuviese quieta para limpiarles los churretes de las mejillas, pero aquello era una misión imposible. Los adultos charlaban en el salón. Ginny reprendía a su hija para que hiciese caso a la exhausta señora Sprout. Harry y Draco, bajo la atenta mirada de James, mantenían una entretenida partida de naipes por parejas contra Matthew y Lupin, y a juzgar por las muecas de este último parecían no irle demasiado bien.

En otro lado del salón, Lily Potter charlaba animadamente con Narcisa Snape mientras Severus, su marido, incansable como siempre, repasaba encerrado en el despacho de los Dashwood algún contrato que debía ultimar. Nymphadora intentaba mantener la calma estaba muy emocionada ante la llegada de su hijo Teddy, convertido ya en un prometedor abogado.

El timbre de la puerta sonó y al instante el salón quedó sumido en un absoluto silencio. Ponmona dejó de frotar las mejillas de Lily que estaban enrojecidas y se apresuró a abrir. Pero el silencio se rompió rápidamente cuando los Longbottom entraron en la estancia. Luna agarraba de la mano a uno de sus hijos gemelos Lorcan, mientras que Neville lo hacía con Lysander. Los niños se desprendieron con suma facilidad de las manos de sus progenitores y corrieron hacia Hugo y Lily que no dudaron en incluirlos en sus juegos. Neville y Luna se aproximaron a Ginny y Lavender que los saludaron con efusividad y comenzaron una agradable conversación.

- Prométeme que me enviaras fotos de tu visita a Egipto a través email – Le decía Rose al pequeño Malfoy con una sonrisa.

- No sé si me haré fotos con esas ruinas, Rose – Confesó él.

- ¡Oh! – Exclamó ofendida - ¡Abuela! – Gritó al ver a Julie pasar junto a ellos - ¿No vas a creer lo que Scorpius acaba de decir?

- A ver nena, sorpréndeme – Ironizó Julie, sabiendo siempre de las disputas de los dos adolescentes.

- ¡El muy cabeza hueca dice que en Egipto solo hay ruinas!

Rose y su abuela clavaron sus ojos en el muchacho mirándolo como si acabase de cometer un asesinato.

- Malfoy… Egipto y sus monumentos no son simples ruinas, se trata de miles de años de historia. Deberías mostrar mas respeto por la historia, querido.

Rose asentía enérgicamente a cada palabra que pronunciaba Julie. El muchacho se encogió de hombros mostrando desinterés por el enfado de su amiga. El timbre de la puerta sonó por segunda vez.

- Salvado por la campana – Ironizó Rose, fulminándolo con la mirada.

El silencio volvió a ser el rey de del salón, pero solo fue unos segundos, el tiempo exacto en que Ron y Hermione pasaron dentro. Hugo corrió hacia su padre que lo elevó del suelo como si el niño fuese una pluma, haciéndolo reír. Rose dejó a Scorpius y se acercó a su madre con menos entusiasmo que su hermano menor.

- Mamá ¿Por qué tenemos que ir a París?

- Oh cielos Rose, otra vez insistiendo en lo mismo. Vamos a visitar a los Diggory y a sus hijas.

- Todos los años lo mismo. Si ellos no vienen a Londres nosotros vamos a París… Yo quiero ir a Egipto – Protestó ceñuda.

Hermione resopló con fuerza aunando paciencia y añadió.

- El año que viene iremos al El Cairo, te lo prometo.

Rose dio una patada al suelo y se cruzó de brazos fastidiada murmurando cosas por lo bajo, sabiendo que la única opción que le quedaba era resignarse. Ron dejó a Hugo en el suelo y el niño corrió de nuevo al encuentro de sus amiguitos, pasando junto a su hermana que volvía una vez más hacia el pequeño Malfoy.

- ¿Qué quería Rose? – Preguntó Ron a su esposa.

- Lo mismo de todos los años querido, ir de vacaciones al mismo lugar que Scorpius Malfoy.

Ron frunció los labios y fulminó con la mirada al hijo de Draco que sonreía a Rose con la misma insolencia que lo hacía su padre, mientras le pasaba los dedos por uno de los rizos de la niña. Hermione ahogó una risa al ver como su marido prácticamente echaba humo por las orejas observando a los dos adolescentes. Lentamente le pasó la mano por la cintura y dijo con suavidad.

- Vamos Ron, deja a los niños en paz, ellos comienzan ahora… Saludemos a tus padrinos.

Ron caminó junto a su esposa sin apartar sus azules ojos de su hija y del muchacho que se atrevía a juguetear descaradamente con su rojo cabello.

Kingsley detuvo el coche frente a la enorme puerta de madera de roble de la mansión. Inmediatamente descendió aproximándose al maletero para sacar las maletas.

- Déjalo Kingsley, lo haré yo – Era la voz potente de Teddy Lupin que también había bajado del vehículo para evitar que el viejo chofer tuviese que hacer esfuerzos.

Cuando depositó las maletas en el suelo, sonrió a una muchacha que se apoyaba en la puerta del coche y lo miraba con sus penetrantes ojos azules llenos de brillo, mientras la brisa del medio día alborotaba su lisa cabellera azabache.

- ¿Estás preparado Ted? – Susurró Emma con una sonrisa.

- Nunca voy a estar preparado para esto – Admitió el muchacho atusándose su cabello castaño con gesto preocupado.

El ruido del motor del auto se oyó mientras se alejaba de la entrada principal.

- Eres un cobarde Theodore Lupin, que yo sepa mi padre nunca se ha comido a nadie, y Ron mucho menos.

- Para todo hay una primera vez y sé que lo harán esta misma noche cuando sepan que entre otras cosas, hoy he venido dispuesto a pedirle tu mano – Añadió el joven reflejando el temor en sus pardos ojos.

Emma rió mientras se aproximaba a él y le pasaba los brazos por el cuello. Luego, elevándose un poco sobre la punta de sus pies, lo besó en los labios entrelazando los dedos por su cabello. Teddy sintió que recuperaba algo de la valentía perdida momentos antes. Sin duda merecía la pena enfrentarse a los inquietantes ojos de Matthew Dashwood y a los puños tensos de Ronald Weasley, si Emma era capaz de besarlo de aquella forma el resto de su vida. La muchacha se separó lentamente de él.

- Vamos… todos están deseosos de saludar a mi futuro marido – Susurró mordiéndose el labio inferior y agarrándole de la mano.

Teddy tomó aire para infligirse más valor y tragó saliva mientras Emma arrastraba de él hacia el interior de la casa. Expulsó el aire contenido en sus pulmones violentamente y entró decidido sin soltar la mano de su novia, dispuesto a dar el paso más deseado y arriesgado de su vida. Pedir la mano de Emma a los dos hombres más celosos que pisaban el globo terráqueo no iba a ser tarea fácil, pero eso mis queridos amigos y amigas, pertenece a otra historia.


Se terminó, creo que por segunda vez ^^.

Hacer una reflexión sobre esta historia es un poco complicada, porque he tocado muchos temas, pero aun así pienso dejaros aquellas sensaciones que me motivaron a escribirla.


Todos y el que diga que no creo que miente, hemos sentido alguna vez inseguridad por algo (yo la primera), pero esas inseguridades no son importantes mientras no se conviertan en el centro de tu vida. Todos somos únicos, cada persona posee algo especial que lo hace diferente a los demás, aceptar y respetar esas diferencias es importante, sentirse bien con uno mismo te hace ser mas feliz. Lavender no se quería a sí misma, se sentía inferior a los demás (Esa es una sensación horrible), pero había alguien dispuesto a hacerle ver que ella tenia ese algo que la hacía especial y ese algo era su capacidad para aflorar los buenos sentimientos en Draco, ella lo hacía mejor persona. Siempre es gratificante contar con los demás, saber que hay alguien que te quiere y te respeta muy por encima de tus complejos e inseguridades.
En cuanto a lo sucedido con Ron, en ocasiones no podemos evitar que personas o situaciones de nuestro pasado nos persigan y se empeñen en no dejarnos ser felices. Hay un sentimiento que yo aborrezco por sobre todos los malos sentimientos, el rencor. La venganza nunca deja satisfecho a nadie, ni al que la da ni al que la recibe. Digan lo que digan es un acto mezquino y aunque a veces esta justificadísima, jamás te hace ser feliz.
Y para terminar, que ya me estoy enrollando demasiado ^^, otro punto que quise tocar en este fic, es la capacidad de sobreponerse a las adversidades y que creo que es prácticamente lo que resume este fic. Nunca debemos aislarnos con nuestros problemas, a mí, personalmente me gusta la soledad, pero cuando uno tiene problemas lo mejor es compartirlos, buscar ayuda. Cho quiso aislarse pero Viktor no la dejó. Muchas veces algunas situaciones de nuestra vida nos hace subir por una montaña empinada, subes y subes hasta que vas por mitad de la montaña y piensas que nunca conseguirás llegar a la cima. Pero algo en tu interior o alguien a tu alrededor te impide rendirte y sigues subiendo y subiendo hasta que cuando ya estás a punto de llegar ves una mano y te afianzas a ella. Y entonces, cuando ya estás arriba ves lo hermoso que es el paisaje desde allí, y piensas lo que te habrías perdido si no hubieses luchado por llegar hasta el final y obtener tu recompensa. Cho quiso quedarse a medio camino, pero Viktor luchó junto a ella para que pudiese ver lo hermosa que puede ser la vida.

Con el epílogo finalizo una historia que me llevado un año de mi vida escribirla, y no me arrepiento. Sé que Segundas Oportunidades no reune los cánones de una historia de Harry Potter, que es un AU y soy consciente de eso (aunque intente mantenerme casi fiel a las personalidades de los personajes). También entiendo que hay mucha gente en contra de este 'estilo' de fic, y es totalmente respetable (yo misma, contradictoriamente, no suelo leerlos). No he pretendido nada con esta historia salvo entretener y emocionar, y si lo he conseguido mi misión esta cumplida. Si en algún momento he ofendido a alguien con este relato, le pido disculpas. Esta historia nacio de un loco sueño que tuve una noche después de haber terminado de leer el sexto libro de Harry Potter y de haber visto la version de Orgullo y Prejuicio de Joe Wright (2005, muy recomendable) y todo se arremolino en mi cabeza. Nunca antes había escrito nada solo he sido siempre una lectora empedernida, nunca pensé escribir mi sueño, y mucho menos publicarlo pero una cosa llevo a la otra y al final termine haciendolo.
Para todos los que leyendolo no les importo que fuera tan distinto a otros fics, gracias por seguirlo.
Para aquellos que se resistieron a leerlo por ser distinto a otros fics… espero que al menos, hayan sabido valorar que puse el corazón en toda la historia, que sepan que amo a los personajes de JK (solo los usé, mejor o peor, pero solo los tome prestados), que intente escribirla lo mejor posible y nunca pretendi ofender a nadie por su caracter a veces de Ooc (Pansy es un claro ejemplo de eso).

Me despido para siempre de esta historia, me reporto muchas alegrias pero también, quebraderos de cabeza, y dolores de espalda, la falta de tiempo fue un verdadero hándicap, pero odio que algo se empiece y no se termine, si te comprometes con algo y haces que los demás se comprometan contigo te creas una responsabilidad que tienes que cumplir. Por ello cuando Copia Pirata me dijo en uno de sus rr que me admiraba por mi constancia a pesar de que no tenia muchos comentarios, me emocione, porque hacer esto supone un esfuerzo extra y si alguien lo reconoce me hace sentir que lo que hago no es perder el tiempo.

Gracias a todos los que la habeis leido, en la clandestinidad, pero sobre todo gracias a:

Riswe: Ya no se que decirte… esta historia te debe mucho en esta pagina.

Copia Pirata: Que me alegro enormemente que te animases a leerla, gane una gran lectora.

Gilraen Valdamir: Porque sé que no dejas muchos comentarios pero también sé que has seguido la historia y para mí (porque te admiro mucho y lo sabes), es un honor que lo hayas hecho.

Para todas las demás que alguna vez me dejaron sus comentarios mil gracias.

Eso es todo, espero no haberos aburrido mucho, a veces me pongo a reflexionar sobre estas cosas y me evado…

Besos infinitos,
Os adoro y me habéis hecho muy feliz.
Hasta siempre, Segundas Oportunidades…
Yolanda María.

PD: para las interesadas en viktor y cho, bueno ellos viajan constantemente por Europa pero siempre que pueden regresan a la mansion de los Preston y en mantienen una discreta relacion con los Weasley, tuvieron una niña parecida a su madre a la que llamaron Hope...