Capítulo 32
Exhaustos se dejaron caer entre las suaves sábanas; verlo sonreír era el mejor regalo del mundo, sin embargo esos momentos de felicidad se extinguieron en un instante, el semblante de Sasuke cambió rápidamente a un gesto adusto.
-Sakura, necesitamos hablar, sabes- exclamó, acariciándole la oreja- Ino vendrá pronto para...casarnos.
Siempre supo cuál era su lugar, sabía que por mucho que lo amará, su historia estaba condenada al fracaso, incluso antes de que esta comenzara; jamás ocuparía otra posición en la vida de Sasuke, sin embargo era tan fácil y llevadero escucharlo de lo sirvientes; sin embargo al escuchar la sentencia de muerte del propio Sasuke, equivalía a que le abrieran el pecho y arrancaran el corazón, en segundos sintió morir, fue incapaz de pronunciar palabra, además que podía reprocharle, el nunca le dio falsas esperanzas, para el siempre seria su ramera.
-Seguiremos juntos amor-sonrió Sasuke atrayéndola contra su pecho.
-Sasuke! como te atreves a insinuarlo- espeto empujándolo e incorporándose para vestirse- te casaras, lo mejor será que me marche, podre conseguir trabajo con Hinata o alguien más.
Sentia desfallecer a cada segundo, respiraba pero el aire no alcanzaba a llegar a sus pulmones, este sentimiento de desazón, de sentir que le robaban la vida, no se comparaba a lo que sintió al perder a Sai, eso fue un juego de niños, lo que sentía por Sasuke era amor real, vibrar bajo sus caricias, deleitarse con el aroma de su piel, llegar al éxtasis cuando hacían el amor.
-Vamos Sakura, siempre lo supiste, nos la pasamos bien en la cama, aunque me case eso no tiene por que cambiar, es mas te pondre una casa, ya no tendrás que volver a trabajar, que dices, aceptas?
Lo miró con incredulidad.
-No puedes estar hablando en serio Sasuke, yo te…- afortunadamente se contuvo, en esos momentos estaba de sobra confesar su amor, a alguien que no era capaz de valorarla, alguien para quien desde el inicio no la vio como una mujer a la par.-No Sasuke, no quiero migajas, me marchare.
-De acuerdo Sakura, si así lo quieres, asi sera. Puedes regresar a tu antigua habitación ya no te molestare Sera como tu desees, pero no tienes que marcharte, permite al menos que te siga protegiendo.-dijo acariciándole las manos.
-Sasuke, perdon Señor Feudal, siempre supe que solo seria tu amante, sin embargo es incomodo que de pronto me des una patada porque la señorita Ino viene a casarse, ni más ni menos que contigo.
-No te estoy dando una patada, te ofrezco una posición privilegiada como mi amante.
-Si, se que muchas envidiarian esa posición pero yo no la quiero, no puedo seguir siendo tu mujer en la oscuridad, porque eso me condena, a vivir en la soledad y el repudio social, por lo mismo comprende que debo marcharme, antes de que te termines de hartar de mí y yo quede a la deriva.
-Sakura no quiero que te marches, al menos quédate como mi sirvienta, vamos piensalo.
Verlo a la cara era su debilidad, lo amaba tanto que era incapaz de negarle lo que le pedía, se tendría que limitar a ver cómo otra mujer era la dueña de su felicidad, saber que la otra era la madre de los hijos del hombre que amaba, que vivía con la otra, las cosas que por infortunio del destino jamas podria experimentar con ella. Tomo aire y con las pocas fuerzas que le quedaban, aceptó la inhumana sentencia a la que estaba sometida.-Permaneceré en palacio Señor.
Los días transcurrieron lánguidamente, se enfrasco en las tareas asignadas y no volvió a ver al feudal, era lo mejor, sin embargo de lo que no podía escapar o esconderse era de los cuchicheos de las otras empleadas que como todo el palacio estaban al tanto de sus amoríos con Sasuke; las más jóvenes se explayaban en sus comentarios viperinos, regodeándose de que ya no era más la favorita de sus Señor, mientras que las de mayor edad la veían con lástima y desprecio, solo Antonieta seguía siendo su amiga.
Pasado un mes, ocurrió lo que tanto ansiaba evitar, la señorita Ino arribo a palacio, como era de esperar, se realizó una gran fiesta en el castillo en su honor, a la cual fue congregada, la nobleza de la región, donde además se anunció el próximo enlace de los novios, el cual se llevaría acabo en un mes.
Ver a Sasuke tan guapo, radiante y sonriente del brazo de su prometida, le destrozó el corazón, creyó estar preparada para afrontar la situación, pensó tener la fortaleza para verlo con alguien más y saber que conforme pasaban los días sus vidas se alejaban más, pero que ilusa fue, siempre creyó que la entrega de Sasuke era amor, qué equivocada estaba creía que la buscaría que le pediría perdón y vivirían felices para siempre jamás.
Las lágrimas nublaron su vista, en estado de trance término de servir el banquete, afortunadamente no se topó con la feliz pareja, que estaba demasiado ocupada atendiendo a los invitados.