Naruto es propiedad de Masashi Kishimoto y absolutamente TODAS las canciones que aparezcan en este fic son propiedad de sus respectivos autores. Yo soy sólo una humilde servidora de los fanfictions, así que esta historia no tiene NINGUNA relación con los creadores, empresas, cantantes, música, artistas, dibujantes, etc.. Es absolutamente FAN-MADE.

Raiting T gracias a la BOCOTA de Hidan-

Hidan:¬¬ Jashin-sama te va a castigar...

Y por supuesto porque tengo intenciones de agregar... chile más adelante x)

Primer Episodio: Prólogo

A todos los lectores flojos les digo, que si se saltan este episodio no se perderán de mucho. Es pura ambientación y prueba. Ahora, si quieres ser un lector a todo dar, ¡¡por favor: disfrútalo!! n.n

**********************************************************************

AKATSUKI ROCKS

Los peores problemas empiezan siempre por el lado en el que menos te lo esperas, las cosas más insólitas nunca ven televisión, y aunque pudieras controlar tu vida al 100% no te gustaría…

Ninguna de las cosas que acabo de nombrar las podrías aprender en casa. Ninguna. Eso es lo que hace la vida de soltera tan interesante…

**********************************************************************

La puerta se abrió, mientras un personaje salía de espaldas cargando una caja en sus brazos. Su cabello azul y relativamente corto, recogido en un moño, y decorado con una flor blanca sobre una pinza para el pelo.

Alguien chistó. Lo que le hizo al personaje girar a ver quién había sido.

Los ojos eran verdes; maquillados con una sombra del mismo azul que su cabello. Tenía un piercing entre el mentón y los labios; una tez blanca, muy hermosa; y una mirada fría e indiferente.

Quien había chistado estaba de pie frente a la puerta de uno de los apartamentos del complejo, más bien, frente al apartamento de al lado. El joven estaba peleando con el lote de llaves que le habían dado, probando una tras otra, cada vez que (por suerte) conseguía apartar alguna de las demás.

Su cabello era largo, rubio y recogido en una cola alta; mientras una parte la dejaba suelta hacia atrás y otra porción le caía sobre medio rostro. Zapatos marrones, blue jeans y un suéter beige sin nada abajo. Detrás de él, había unas cinco maletas de viaje atiborradas de ropa, películas de DVD y otro montón de pertenencias.

Llevaba casi ya media hora en ese trajín, y estaba apunto, APUNTO, de lanzar las llaves a planta baja así rompiera el vidrio de algún automóvil; cuan-

–¿Necesitas ayuda? –se giró hacia su izquierda, viendo a la mujer peliazul que se encontraba saliendo en ese momento del otro apartamento.

–Eh… no, hm. Muchas gracias, de todas formas…

Ella puso la caja en el piso y volvió al interior de su apartamento, indiferente, mientras él seguía su pelea contra las llaves. Tiempo después el rubio se detuvo, como para descansar de aquel problema, y entonces se dispuso a contemplar a la mujer que salía con otra caja.

Camisa negra de mangas más o menos largas, y pegada, que dejaba al descubierto parte de su cintura. Pulseras y una muñequera con cosas emo y góticas. Unos jeans negros pegados, con una flor blanca de decoración al final de una pierna. Y unas botas negras con un leve tacón.

Luego de varios segundos de incómodo silencio… el rubio decidió hablarle:

–Eh, y… ¿eres de por aquí, hm? –preguntó no muy seguro, "Pero que pregunta tan tonta, hm" Ella entró y volvió a salir, como si no lo hubiera oído, y justo cuando el joven iba a preguntarle de nuevo ella le respondió:

–Síi… llevo un año viviendo aquí… –volvió a entrar y a salir, mientras el rubio miraba los alrededores. Era un complejo departamental, eso ya lo sabía. Pasillos al "aire libre" con su baranda para no caerse. Frente al complejo, no muy lejos, divisaba el mar. En la calle había un par de carros estacionados. Todo estaba en silencio y muy calmado…

–¿Siempre es así, hm? –preguntó el rubio. Ella se detuvo y lo vio, sin entenderlo– Así de tranquilo… –aclaró.

–Hm… sí, más o menos –entra y sube un poco el tono de la voz–: Aunque por lo general suceden bastantes, cosas. Talvez pueda que no consigas dormir cinco noches al mes por alguna fiesta o que te levantes más temprano por alguna pelea –vuelve a salir, esta vez con la última de las cajas. En total eran cinco.

De inmediato el rubio hizo una cara de dolor y una sonrisa falsa: "Genial, hm…"

La mujer cerró la puerta y el sonido sacó al joven de sus pensamientos. Al verla, ella estaba colocando todas las cajas una sobre la otra.

–¿Necesitas ayuda, hm? –preguntó cuando vio que se agachaba para levantarlas todas. Pero ella no se detuvo y lo hizo.

–Está bien, no la necesito –le respondió y comenzó a caminar hacia las escaleras, pasando frente al chico. Esto lo sorprendió: ella tenía bastante fuerza.

Entonces, al rubio se le prendió el bombillo:

–¿Cuál es tu nombre, hm? –preguntó de repente. La mujer se detuvo y giró el rostro, mirándolo con indiferencia y frialdad:

–… Konan –y siguió caminando. Pero cuando llevaba tres escalones se detuvo nuevamente–: ¿Y el tuyo?

–¿Eh? Deidara –respondió el rubio, de nuevo probando las llaves. Konan soltó un leve gemido y dos segundos después siguió bajando las escaleras. Deidara por su parte siguió tratando, y como al tercer intento consiguió la que era–: ¡Por fin!!

¿?: Te tardaste.

Konan: Pensé que no vendrías…

–¿Uh? –el rubio se asomó sobre la baranda. La mujer peliazul estaba hablando con otro sujeto, el cual cargaba ahora tres de las cajas. Lo que Deidara llegó a ver era que el hombre tenía el pelo anaranjado, de pinchos. Una camisa negra manga larga y una chaqueta roja, unos jeans y zapatos… hmm… Y unos piercings en el rostro. Era mayor que ella y tenía una mirada seria. Sus ojos parecían del mismo color de su cabello, al menos desde allí.

–¿Y qué vas a hacer hoy? –preguntó el sujeto.

–Nada. ¿Por qué? –respondió Konan.

–Por nada –dijo él.

–Ya déjalo. Si sabes que puedo ver fácilmente cómo te sientes –eso sonó como si estuviera coqueteándole.

–Vámonos. Hay muchas cosas por hacer en el Bar –respondió él ligeramente incómodo, y luego miró hacia arriba-Deidara se asustó-, pero no por mucho. Pronto se dio vuelta y comenzó a caminar lejos de allí junto a la mujer… El rubio echó un suspiro, su corazón un poco acelerado.

Olvidándose del asunto, se dio vuelta y caminó hacia la puerta de su nuevo apartamento, abriéndola y viendo el interior… Una sonrisa se dibujó en su rostro: era pura satisfacción…

**********************************************************************

Los apartamentos no eran muy grandes: tenían una habitación, un baño, un comedor-cocina, una sala y un balcón (generalmente). El lugar tenía en total ocho apartamentos repartidos en tres pisos (o planta baja y dos pisos, dependiendo de cómo lo vieras); dos abajo (los más grandes), tres en el intermedio y tres arriba.

Deidara vivía en el apartamento central del segundo piso (lo que era el centro de la edificación). Konan vivía al lado izquierdo, o al fondo. Arriba, en el último piso, supuestamente había uno o dos apartamentos desocupados. No sabía nada más de los otros.

Ese día, Deidara limpiaba su nuevo apartamento y organizaba lo que tenía mientras oía música en su iPod. Fue entonces cuando, sin tener ni una semana de haber llegado, entendió a lo que Konan se refería…

Se detuvo. Miró su iPod. Esa no era su música, eso no era TNT de ACDC. Se quitó los audífonos, ¡y oyó aquel espanto de rock pesado!! –era Chop Suey de System Of A Down–. Le tardó unos instantes entender lo que pasaba, pero una vez que lo hizo no pasó ni un minuto cuando ya estaba en el primer apartamento (derecha a izquierda) del tercer piso.

Sonó el timbre (bueno, hipotéticamente) y no hubo respuesta. Deidara volvió a tocar el timbre… alguien gritó algo desde el interior. La música cambió a The Inquisitor de Kamelot, y el rubio volvió a timbrar.

–¡¡¡Mierda, que ya voy dije!!! ¡¡JODERR!! –la puerta se abrió literalmente de golpe y el rubio pegó un sobresalto– ¡¡¡¿Qué coño quieres?!!!

Tenía el cabello corto y blanco, peinado hacia atrás como si una vaca le hubiese lamido el cráneo. Ojos color lavanda. Un collar bastante peculiar, siempre con él, que tenía un símbolo de un triángulo invertido dentro de un círculo. No tenía camisa en ese momento, ni zapatos: sólo medias. Unos blue jeans medio grisáceos y desteñidos, con pinta de ser algo viejos, puestos un poco más abajo de la cadera por lo que se veía una parte de su ropa interior negra. Un cinturón y una muñequera ambos de puyas, estilo rockero. Sumado a esto, en el otro brazo un guante de tela largo hasta el codo, de puras rayas blancas y negras. Era todo un espécimen…

Como pudo, Deidara volvió a la normalidad:

–Ejem. Disculpa, ¿podrías bajarle a la música…?

–¡¡¿Qué carajo dijiste?!! ¡¡¡No te escucho!!! –acercándosele un poco.

–¡¡Que si por favor le podrías bajar el volumen a la música, hm!!

–¡¡¿QUÉ?!! –y en el instante en el que el albino tomó el control y apagó el equip-

–¡¡¡¡¡¡¡QUE LE BAJEEEES A ESAAA MIEEERDAAAAA, HMMM!!!!!!!!!…

–¡¡No joda!! –el tipo lo vio como si estuviera loco y le trancó la puerta en la cara. La música volvió a su máxima expresión.

–¡¡Oye, bájale, hm!!!

–¡¡NO!! ¡¡¡¡Si quieres oír tu puñetera música consíguete tu propio equipo de sonido!!!! –se oyó vagamente en la distancia…

–Gggrrrr, ¡¡ABRE!! –el rubio golpea frenéticamente la puerta.

–¡¡¡YA LÁRGATE; VETE A FOLLARTE A TU MADRE!!!

Ante esto, Deidara comenzó lentamente a entrar en un ataque de cólera, apretando los puños, rechinando los dientes… Pero, pensando que lo mejor era ser un buen vecino, tragó saliva y se tranquilizó. El rubio volvió a casa, más que malhumorado. Esta vez le pasaría la primera al albino, sólo por ser la primera. Pero la segunda…

**********************************************************************

Fue al atardecer cuando por fin se apagó el equipo de sonido. Deidara sintió un relieve que no había sentido en toda su vida. Suspiró, disfrutando del silencio. Desde el piso de arriba oyó una puerta trancarse y luego a alguien bajar las escaleras corriendo. Con curiosidad, se asomó a ver quién era…

Llegó hasta la baranda y vio hacia la calle. Era el mismo albino, sólo que con una camisa púrpura que decía algo como "mi dios es mejor que el tuyo" y unos lentes de sol puestos como cintillo. Ah, y unos zapatos deportivos blancos con calaveras.

Deidara comprendió inmediatamente que el albino era un emo.

**********************************************************************

Todo lo demás parecía completamente normal. Todo tranquilo. El rubio sintió que su vida en ese lugar iba a ser completamente monótona y aburrida…

Pero no tenía ni idea del error en el que estaba.

Toc-Toc Alguien llamó a la puerta entreabierta.

–¿Uh? Pase, hm.

Curioso y mirando el interior como si fuera otra galaxia o algo así, un peliazul altísimo se asomó. Cabello corto y de pinchos, ojos negros y muy circulares. Su tez era blanca, pero tenuemente bronceada por recibir mucho sol. Su contextura era de un tipo rudo, igual que su rostro tosco. Unas casi imperceptibles marquitas dobles bajo cada ojo. Vestía una camisa sin mangas amarilla, con algo sobre "amo a los peces" y unos pantalones azules. En sandalias, con un paño blanco guindándole al cuello, y un reloj. Completamente casero.

–¿Qué se le ofrece, hm? –preguntó Deidara viendo lo "perdido" que estaba.

–¿Eh…? –el sujeto vio al rubio, y luego sonrió confiado. Tenía unos dientes muy afilados– ¡Oh, lo siento, ¿eres el nuevo?! –entró y se le acercó al menor– ¡Mucho gusto, soy Kisame, vivo al lado! –le extiende la mano y el rubio y él se las estrechan– ¡¡Bienvenido!! –sonrió aún más, totalmente despreocupado.

–Muchas gracias. Me llamo Deidara, hm –respondió el rubio.

–Vaya, lindo sitio… y lindas pertenencias… –seguía ojeando–… ¿Estabas limpiando? Entonces debes estar ocupado, disculpa. Creo que volveré más tarde –se dio vuelta– ¡Oh! –miró al rubio– ¿Necesitas ayuda, quieres que te ayude con algo?

–Ah, no. No es necesario, muchas gracias, hm –el peliazul, sin quitar la sonrisa, le mostró el dedo pulgar y se fue del lugar. Una vez trancó la puerta, Deidara se quedó en el mismo sitio un rato…

Era un tipo agradable.

Con una leve sonrisa y pudiendo oír de nuevo TNT en su iPod, Deidara siguió limpiando el apartamento; y no salió de allí hasta el día siguiente…

**********************************************************************

¡¡TA-DAH!! Fin el prólogo. ¿Les gustó... no? ¿Aburrido...? Vamos, esto ni siquiera ha empezado xD.

Esperen el próxmo capítulo, ¡¡viene pronto!! ;)

(¡y mejorado!)

Saso-Dei, ¡empieza mañana!!