DULCE VENGAZA
Por Ayumi / Yong Mi
TODOS LOS DERECHOS DE NARUTOS SON PROPIEDAD EXCLUSIVA DE MASASHI KISHIMOTO.
EPÍLOGO
Según la opinión de Naruto no podía existir ninguna maravilla más grande que observar los ojos de Sakura teñirse de pasión justo en el mismo momento en que alcanzaba el clímax que él mismo le proporcionaba. Sus brazos fueron incapaces de sostenerlo por más tiempo y terminó derrumbándose sobre su amada, pero tuvo la suficiente mente fría como para rodar un poco de costado para no cargarla con su peso. Al sentir su movimiento de retirarse ella lo apretó con fuerza contra su cuerpo, reacia a estar medianamente separados, aunque sus cuerpos seguían íntimamente unidos. Para solucionar ese problema Naruto se puso de espaldas al colchón y apretó el cuerpo de la joven contra el suyo.
Ninguno de los dos dijo algo, pero las palabras eran absolutamente innecesarias en aquel momento, lo único verdaderamente importante era paladear el glorioso sabor de su nueva vida.
Nueva vida. Era curioso cómo sólo hasta ese momento era conciente del cambio que acababa de ocurrir, que sólo hasta que la tenía entre sus brazos tras experimentar el más dulce de los placeres era que finalmente podía darse cuenta de que las vidas de ambos acababa de cambiar unas horas antes.
Enderezó un poco el rostro para fijarse en la mano que Sakura tenía apoyada posesivamente en su pecho, aunque sería más específico decir que su atención la enfocaba en el sencillo anillo dorado que portaba en su dedo anular. Como si quisiera terminar de encajar unas piezas del rompecabezas elevó su mano derecha para contemplar su propia sortija de boda.
Enterró su barbilla en la coronilla de Sakura, queriendo inundar sus fosas nasales con el dulce aroma de su esposa. Su esposa. Todavía le parecía desconcertante cómo Sakura se despertó aquella mañana siendo Haruno Sakura y horas después era Uzumaki Sakura, porque su exigente chica le dejó muy claro que quería tomar su apellido como propio; no por una razón de importancia, a final de cuentas ya casi todo mundo sabía que él no era un huérfano cualquiera sino…ligeramente importante, sino porque quería entrar en su propia familia y no que él entrara a la suya. Una cosa un tanto confusa para él si era sincero, pero a ella parecía importarle así que aceptó.
A través de la ventana entreabierta se colaba el rumor de las olas y el aroma salado del mar; podían haber elegido cualquier lugar para pasar la luna de miel pero ambos decidieron que el mejor lugar posible era regresar a la misma playa en que pasaron sus días de escapada. Fue en ese lugar donde las cosas cambiaron definitivamente para ellos, el lugar en que finalmente fueron capaces de bajar las barreras lo suficiente como para creer en lo que estaba pasando.
-¿En que piensas?
La voz de Sakura lo tomó por sorpresa, tan perdido como estaba entre sus recuerdos, pero sonrió al escucharle. Quizá era una cuestión absurda emocionarse tanto por escuchar una pregunta tan simple pronunciada con ese deje cariñoso que teñía la voz de Sakura, pero ¡joder! Por años pensó que un futuro así era imposible, que estaría condenado a amar en secreto por siempre a esa mujer, condenado a estar atado irremediablemente a ella sin una sola esperanza. Nadie debería criticarlo por sentirse como un idiota afortunado por haber logrado conquistar a la chica al final
-¿Qué en qué pienso?-hizo un sonido de vaguedad mientras movía perezosamente su mano a lo largo de la columna de su esposa-En que nos hemos acabo la botella de champagne y tú no probaste una sola gota
-Oh. Es cierto que no pude probarla pero… tú lo hiciste por ambos. Y tuvo un mucho mejor uso que haberme tomado una copa de ella
-Eso sin ninguna duda-volvió a cambiar de posición, girando hasta ponerla boca abajo y dirigió su cabeza hasta sus pechos, que lucían brillantes y ligeramente húmedos-Beber champagne de la mejor cosecha en una copa debe ser algo genial pero no creo que vaya mucho conmigo; en cambio beberlo de tu maravilloso cuerpo…eso sí que es mi estilo
Ese hecho estaba demasiado demostrado, pero no por eso resistió el impulso de repetirlo. Dirigió sus labios hasta uno de sus pechos y lo recorrió con lentitud hasta prenderse de su pezón por varios instantes, arrancándole un gemido de abandono a la joven, gemido que se intensificó cuando comenzó a mover las caderas lenta pero mortalmente.
Incorporó su torso levemente, pero simplemente lo hizo para tener una mayor libertad de recorrer con sus labios el dulce cuerpo de la joven mientras continuaba inexorablemente con sus penetraciones, pero sin aumentar ni un ápice la velocidad de las mismas.
-Oh sí…oh-gimió Sakura cuando su nuevo esposo se prendía de su otro pecho, pero brindándole caricias al otro-No puedo creer… ¡como echaba de menos esto!
-¿Ah sí? Pues ha sido cosa tuya la espera-le recordó Naruto con cierto tono acusatorio, interrumpiendo momentáneamente sus caricias
-¿Cómo? ¡Explícame cómo pudo haber sido mi culpa!
La exclamación incrédula de Sakura logró acabar con la concentración de Naruto y en consecuencia con sus embestidas
-Dijiste que sería lindo que esperáramos hasta la boda ¿recuerdas?
-¡Tú estuviste de acuerdo!-le recordó la joven, a lo que el nuevo acusado no pudo más que responder con un encogimiento de hombros
-Me pareció…que lo haría especial. Y lo fue-se apresuró a aclarar al ver la furibunda mirada que ella le lanzó-En verdad ha sido absolutamente especial la primera vez que lo hicimos ya como marido y mujer pero…tuviste suerte de que lograra tomarme mi tiempo e incluso que fuera capaz de jugar con el champagne y de asegurarme de complacerte un par de veces…porque con los cinco meses de abstinencia que me has impuesto estaba seguro que rasgaría tu vestido en mitad del pasillo.
-No hubieran sido cinco meses si no hubieras insistido tanto en hacer una boda por todo lo alto
Touchè.
Contrariamente a lo que se esperaría de un hombre, que casi siempre son quienes pugnan por una boda rápida sin muchos preparativos, él quiso y luchó por una ceremonia grande, seguida por una fiesta perfecta. Sakura intentó hacerle ver su punto de vista sobre la conveniencia de una ceremonia civil corta, pero él fue inflexible. Pero como el mayor argumento de que una ceremonia de ese estilo sería demasiado costosa perdió su fuerza en el momento en que Jiraiya se ofreció a costear la ceremonia, luna de miel y hospedaje de los invitados, porque la ceremonia se llevó a cabo precisamente en la misma playa en que disfrutarían la luna de miel…pues ya no hubo forma de convencerlo de hacer algo pequeño y discreto.
-No voy a casarme a escondidas, como si me avergonzara de ello. Sé que a todos les ha sorprendido el giro de los acontecimientos, que ahora estés conmigo y que Sasuke se fuera de la ciudad por tiempo indefinido, pero a pesar de todo…me siento dichoso porque al fin estoy contigo.
Aquel fue el argumento de Naruto para justificar su deseo. Sakura estaba segura que podría haber seguido intentando convencerlo, pero en el momento en que él insinuó que quizá ella se avergonzaba de él y por eso quería casarse casi a escondidas…bueno, ella tomó la palabra y organizó la mejor boda que pudo. Afortunadamente todos los gastos corrieron por cuenta de Jiraiya o de lo contrario ambos habrían tenido que hipotecar un riñón tan sólo para pagar la fiesta.
-Considerando que no tengo hijos, que tú eres lo más cercano a un nieto…y que mi boda con Tsunade fue una ganga porque nos casamos en el primer juzgado que encontramos, aunque después tú consumieras esa enorme cantidad de comida en el restaurante para festejar el acontecimiento, considero casi una obligación pagarte la boda que quieras muchacho. Además, si en verdad quiero un bisnieto para malcriarlo desde bebé, debo cooperar para ello.
Quizá cuando el viejo Jiraiya viera la cuenta total a liquidar terminaría arrepintiéndose de su generosidad, pero mientras tanto fue una fiesta muy anhelada por todos. Desafortunadamente los preparativos tomaron casi cinco meses. Los mismo meses que ambos eligieron, ingenuamente, esperar para hacer el amor.
-¿Quieres que te confiese algo?-preguntó Naruto con voz suave mientras movía suavemente su dedo índice alrededor del ombligo de Sakura-Después del primer mes de abstinencia…
-¿Sí?
-Estuve a punto de raptarte para casarnos en el primer juzgado que encontrara.
Su respuesta fue una simple pero elocuente carcajada, pero reforzó su opinión rodeándolo con sus brazos y arqueándose para indicarle que quería que continuara con el movimiento, petición que obtuvo una respuesta inmediata
-A mí también…mmmm…me hubiera encantado poder hacer esto desde antes pero…oh sí, justo así…
-¿Decías?
-Que…que…al final también me gustó tener tiempo para preparar nuestra boda. Fue una ceremonia preciosa.
Lo fue en verdad. Con la seguridad de que podría organizar lo que quisiera sin preocuparse de los gastos, Sakura se encargó de preparar cada detalle, en los escasos ratos libres que tenía de la clínica, para conseguir que el resultado lo mereciera. Ciertamente uno sólo se casaba una vez en la vida, ella estaba segura de que ese sería su caso, así que trató de organizar algo que ambos recordaran siempre; el resultado no pudo ser más perfecto. Fueron declarados esposos en el justo momento en que el atardecer lucía más hermoso, todos sus amigos y personas queridas estuvieron presentes y la fiesta fue un agasajo…o al menos lo que alcanzaron a disfrutar porque las ansias de ambos estaban más en la habitación que les esperaba que en la pista de baile. Aunque quienes seguramente habrían bailado todas las piezas y arrasado con el alcohol eran Jiraiya y Tsunade; como eligieron casarse de improviso se quedaron sin una fiesta formal, así que parecían decididos a disfrutar de la fiesta como si también fuera por su propia boda. Aunque si consideraban lo que Jiraiya tendría que pagar…pues que disfrutara al máximo de todo.
Pero el placer que experimentaban en esos momentos, las sensaciones que los recorrían por entero, era capaz de borrar de su mente el evento como tal para concentrarse únicamente en ellos mismos.
Sus cuerpos se movían al unísono en una suave cadencia, reacios a irse con prisas sin importar el placer que les esperara al final del camino, simplemente concentrados en disfrutar de la belleza de estar unidos de esa manera con la persona que amaban. Tenían toda la vida por delante para hacerlo deprisa, aquella vez querían disfrutar cada segundo y saborear al máximo la experiencia.
El placer los golpeó con las manos entrelazadas y perdidos en la mirada del otro, dos personas que habían logrado encontrar su lugar en los brazos de la persona amada. Un lugar que no pensaban abandonar en lo que les quedaba de vida.
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La primera noche de casados era capaz de dejar agotado hasta a la persona más resistente, por esa razón Naruto no escuchó los golpes en su puerta sino hasta después de casi 15 minutos. Bajó de la cama casi arrastrándose y maldiciendo a quien fuera que interrumpiera su diminuto descanso, apenas una hora, así que su saludo no fue precisamente cortés
-¿Qué?
No estaba seguro de a quién esperaba encontrarse del otro lado de la puerta, pero definitivamente no a un enrome ramo de flores. Le tomó un par de segundos y parpadeos razonar que había un empleado del hotel tras el ramo, algo de lo que realmente se percató cuando las flores bajaron de altura, revelando el rostro de un apenado empleado.
Definitivamente ser levantado abruptamente de su cama tras una agotadora noche de bodas no hacía mucho por su capacidad de razonamiento, porque le llevó otro par de segundos entender que la incomodad del botones se debía a que estaba en el pasillo tan desnudo como un recién nacido.
Lo que sí fue inmediato fue el rubor que lo cubrió por entero en cuanto fue conciente de su situación. Pero como todo buen hombre avergonzado decidió actuar como si no estuviera pasando nada extraño, algo que logró gracias a su mejor sonrisa arrogante. Se sentía avergonzado, pero no tanto como para actuar ridículamente intentando solucionarlo, además estaba de luna de miel y no tenía nada de raro su estado de desnudez. El empleado del hotel debió llegar al mismo razonamiento porque se recompuso, adoptando una pose totalmente profesional.
-Buenos días, señor. Le traigo una entrega
Estuvo a punto de soltar un '¿En serio? No me había percatado', pero no hubiera sido muy amable, de modo simplemente asintió y se hizo a un lado para permitirle el paso a la habitación y pudiera colocar el arreglo floral en la mesa ubicada a un costado de la puerta.
Una vez que sacó al botones de la habitación, sin darle propina pero indicándole que la cargara a la cuenta, se disponía a regresar a su habitación, pero la curiosidad lo dirigió hacia el ramo para buscar una tarjeta que identificara el remitente del regalo.
-Son muy hermosas. Es todo un detalle que me mandaras flores para nuestra primera mañana de casados.
Se giró atraído por la voz que sonaba a sus espaldas y al mirarla reclinada en el marco de la puerta, con su cuerpo envuelto en la sábana y el pelo revuelto sintió que el corazón le daba un brinco. De nueva cuenta se preguntó si algún día lograría acostumbrarse a la sensación de amor y plenitud que lo inundaba cuando ella lo miraba de esa manera. Esperaba que no.
-Pensé que estabas dormida-balbuceó con torpeza, sintiéndose aún hechizado por aquella visión
-Lo estaba. Hasta que busqué el cuerpo de mi marido, encontrándome en cambio con unas sábanas vacías.
'Su marido' Que tremendamente bien sonaban aquellas simples palabras.
Esas simples palabras que delataban su nuevo estado civil, su condición de esposo de Sakura, de futuro padre de sus hijos…bastaban para emocionarlo.
No siempre era muy buen expresándose correctamente, de hecho alguna que otra vez fueron las palabras las que lo metieron en problemas, por eso no encontró mejor forma de demostrarle a su joven esposa lo que significaba para él que estrecharla en sus brazos y besarla hasta robarle el aliento.
-Guu-exclamó Sakura junto a sus labios cuando la necesidad de aire los obligó a separarse-No es propiamente una queja pero…¿ese beso a qué se debe?
-A que te veías preciosa. Y a que soy un jodido afortunado por estar contigo, la chica de la que llevo años enamorado
Para Sakura fue una verdadera sorpresa que no derritiera ahí mismo. Apenas podía creer que alguien tan maravilloso, por dentro y por fuera, estuviera loco por ella…y que le hubiera tomado tantos años darse cuenta. Definitivamente se merecía una paliza por haber estado ciega y haber desperdiciado varios años a su lado.
De alguna manera Sakura logró recordar lo que estaba viendo antes de que Naruto fuera a su encuentro, nuevamente se vio invadida por una ola de curiosidad y halago
-Quiero ver las flores-comentó tras darle un corto beso en el antebrazo. Con una enorme emoción se puso a analizar el arreglo, disfrutando del suave aroma de rosa que emanaba, o de la suavidad de la azucena y de la hermosura que desprendían en conjunto con las gladiolas-Son tan hermosas. Es un detalle tan romántico de tu parte…
-Eh…me gustaría colgarme el mérito, pero la verdad es que yo no las pedí. No tengo idea de quien nos las haya mandado-reconoció Naruto, apoyando su barbilla sobre su hombro mientras la rodeaba por la cintura desde atrás
Se sintió ligeramente decepcionada porque no fueran un regalo de su esposo, pero mas que eso creció su curiosidad
-¿No has revisado si tiene tarjeta?
-Es lo que estaba haciendo…hasta que una deliciosa distracción me interrumpió
Sakura rió con deleite al sentir su mano acariciar insinuantemente una de sus nalgas, pero alejó su cadera para evitar una distracción hasta que satisficiera ese pequeño misterio.
-Espera. Deja busco la tarjeta.
Naruto profirió un gemido lastimero y la soltó de su agarre para que pudiera estirarse bien a buscar la tarjeta entre las flores.
-No puedo creer que prefieras buscar un tonto papel en lugar de concentrarte en mis manos
-Aquí está-exclamó feliz de obtener una respuesta, así que no perdió el tiempo en abrir el diminuto sobre que contenía la tarjeta para leerla en voz alta-Que sean felices…Sasuke
El nombre salió casi un susurro, pero tuvo el mismo impacto que si lo hubiera gritado. En los rostros de ambos se podía leer con facilidad el asombro y la incredulidad que el gesto les producía.
-Deja ver-ordenó Naruto con sequedad para poder leerla, con la mínima privacidad de darle la espalda
Aunque prácticamente le arrancó el papel de las manos, ella no se molestó pues entendía su reacción. Tras aquel encuentro en el hospital donde todo quedó aclarado, no volvieron a verse las caras con él. Un par de semanas después les llegó la noticia de que Sasuke pidió su traslado a otra región, permiso que le fue autorizado.
Desde entonces…el silencio. Si bien Naruto nunca se lo decía, ella estaba enterada de los intentos del rubio por comunicarse con Sasuke. Por mucho que él dijera que estaba todo bien y que por estar con ella valía la pena la ruptura de su amistad con Sasuke, en el fondo podía entender su necesidad de recuperar aunque fuera un poco de esa amistad.
Por eso era sorprendente que fuera el propio Sasuke quien rompiera el silencio…con ese gesto.
-¿Crees que…algún día me perdone? Aunque tú tuvieras razones en engañarlo y él lo hubiera aceptado, era mi participación lo que lo ofendía. Que su mejor amigo hubiera traicionado su confianza.
Hasta ese momento Sakura no hubiera tenido una respuesta clara, o incluso hubiera pensado que Sasuke era demasiado orgulloso como para perdonar a su amigo, pero ahora que estaba delante de un regalo mandado expresamente por él con motivo de la boda de ambos…ahora pensaba otra cosa.
-Sí. Quizá le tome tiempo vencer el orgullo lo suficiente como para aceptar sus propias culpas y aceptar que te ha perdonado…pero estoy segura que lo hará.
-¿Cuánto tiempo?
-No lo sé. Pero el día llegará, estoy segura. Pero mientras el día llega…nos tenemos el uno al otro para vivir una nueva etapa en nuestras vidas y seguir su deseo, que seamos felices
Ese era de sus pequeños temores. Que algún día Naruto sintiera que fue demasiado el sacrificio de perder a su mejor amigo, al único que alivió su soledad de pequeño, en comparación a obtenerla a ella. Él pareció entender el temor que se escondía en sus palabras, pues tiró la tarjeta con aparente desdén y caminó hacia ella con una mirada de decisión brillando en sus ojos.
-Escúchame bien Sakura. Sasuke es mi amigo, casi mi hermano…pero tú eres la mujer que amo, mi corazón. Aunque sea duro haber perdido su amistad, es una miseria a comparación del dolor que sentía cuando pensaba que eras algo totalmente inalcanzable para mí ¿lo entiendes?-de inmediato la rodeó con ternura, apretándola contra él-no me importa esperar mil años el reencuentro, si tú estás conmigo. Cuando pienso en los años por delante no es en cuestión a la espera de la reconciliación entre ambos, sino en nuestro futuro. En los hijos que vendrán, en los días, las noches, los viajes, los cumpleaños. Mientras tú estés en él, mi futuro luce absolutamente luminoso.
Sólo existía una forma de corresponder esas palabras y Sakura la siguió al pie de la letra cuando lo rodeó por el cuello con sus brazos para sellar sus labios en un beso.
Aunque Naruto trató de no pensar mucho en Sasuke con el paso del tiempo para no presionar los acontecimientos, recibió con alegría la tarjeta de felicitación por su cumpleaños que llegó por correo, el email con motivo de su ingreso en ANBU. Cuando supo por boca de Shikamaru que la solicitud de Sasuke para regresar a la estación de Konoha estaba sobre la mesa, supo que sólo era cuestión de tiempo.
El último paso ocurrió en una habitación de hospital, sólo que en aquella ocasión era Sakura la internada. El feliz matrimonio Uzumaki estaba absorto en el análisis de su perfecta hija recién nacida cuando la puerta de la habitación se abrió para dar paso a un nuevo arreglo floral. Cuando la puerta se abrió por completó, reveló que en aquella ocasión las flores no iban en brazo de algún empleado, sino en los brazos del propio Sasuke que les sonreía con sincero afecto.
FIN
Por favor, ignoren las notas del Aleluya de Hendel que suenan de fondo.
Apenas puedo creer que finalmente lograra terminar un epílogo que llevaba semanas resistiéndoseme, lo más increíbles es que un tejido fuera el responsable de la lluvia de inspiración que tanto necesitaba.
Sé que muchos esperaban lemon, así lo declararon en los reviews, pero la verdad es que estoy un poco…seca de inspiración al respecto. Lo que hice en este capítulo es lo más que pude hacer, sin mencionar que no quería extenderme para que no me saliera excesivamente largo.
Mañana colgaré un post en mi blog hablando en profundidad de cualquier detallito que hubiera quedado en el tintero o cositas a puntualizar, así como una referencia a la película que mencioné en un par de capítulos (Lust, caution) pero fuera de eso, 'Dulce venganza' ha llegado a su final. A su manera, cada uno de los personajes encontraron su camino, su felicidad, o de mínimo la paz (eso último me refiero exactamente a Sasuke). Siempre tuve claro que la amistad de Naruto y Sasuke se reconstruiría de alguna manera, y aunque no profundizo en el hecho sino que dejo un poco abierto el encuentro, tengan por seguro que, con sus mas y sus menos propios de toda amistad, la relación se ha reconstruido.
No tengo muchas palabras para agradecer a todos aquellos que a lo largo de los meses se han tomado su tiempo para mandarme sus comentarios, felicitándome y animándome a continuar para traerles mi mejor esfuerzo plasmado en un capítulo. A veces me cuesta trabajo entender que un fic que muchas veces dudé en publicar, hubiera gustado tanto.
Muchísimas gracias por sus comentarios a: GloboDeHelio, Miyuki Uchiha, Sakurass, Nkasu Malakiel (es la costumbre xD), nanda18, Lilamedusa, Ai-chan, Itzel, Gchan5xNS, Leonardo, Tsunade25, Shado0wEmerald, HomeMadeKazoku (descuida, tu español es bastante bueno, al menos puedo entenderlo sin problemas), Loquin, ahsayuni15f, Tsuki-lilium19, tsuki-airen, MNKAlejandra, Multicolored Midnight, Kusubana Yoru (esperaré ansiosamente tu opinión en tu LJ), hinata tifarchy, Sofia (: (muchísimas gracias por tu comentario, me emocionó mucho), kaoru-pretty. Mi agradecimiento lo extiendo a todos los que me han dejado sus comentarios a lo largo de todos los capítulos.
P.D. En un par de semanas actualizaré 'Pecados Olvidados', es una promesa y pienso cumplirla aunque deba buscar la inspiración tejiéndome una bufanda entera.
2010-02-01