Por siempre y para siempre

Summary: Edward y Bella se conocieron desde niños, mantuvieron una amistad más allá de lo imaginable, los mejores amigos que se puede imaginar. El, de una prestigiosa y tradicionalista familia. Ella, una chica normal, sin nada que la diferenciara de las demás, según ella, aburrida. Algo sucede y ninguno se da cuenta hasta que es demasiado tarde. ¿Podrá enmendarse los errores que se cometen en tantos años?

Atención: Ninguno de los personajes me pertenece, son de la prodigiosa mente de nuestra Sra. Meyer. Solo me acredito la historia. TODOS HUMANOS

Capitulo I: El comienzo de la historia.

El amor es algo serio, complicado y hasta ciertas veces cruel y masoquista.

Bella's POV

Soy Isabella Marie Swan, tengo 18 años, actualmente estoy viviendo en un pequeño puedo de los Estados Unidos de América, Forks, el húmedo y verde Forks.

He vivido con mi padre, Charlie, desde que tenía aproximadamente ocho años de edad.

Anteriormente vivía en Jacksonville con mi madre, Reneé, pero ésta al volverse a casar adquirió nuevas responsabilidades, su actual esposo, Phil, es jugador de baseball profesional, vive viajando, y mi madre por cuidar de mi y se perdía de su compañía por días, sobre todo cuando le tocaba la gira con el equipo. Así que con mi aprobación decidimos que mi padre podía hacerse cargo de mí, y así mi madre sería un poco más feliz con su esposo. ¿Qué les puedo decir, ella es así? Siempre ha dicho que yo parezco su madre y no lo contrario. Adoro a Reneé.

Por otra parte, mi padre, Charlie, es completamente opuesto a ella. Es el Jefe de Policía del pequeño pueblo de Forks. Un trabajo muy tranquilo, ya que ¿qué puede pasar en un pueblo con una población de unas escasas 200 mil personas? Charlie se puso muy feliz cuando decidí venirme a vivir con el. El, junto con Elizabeth Launter, su mejor amiga, me criaron y se ocuparon de mí, hasta que yo pude, o más bien exigí, hacerlo por mi misma, cuando cumplí los 15 años de edad.

Siempre he estudiado en el Instituto Forks. Cuando ingresé ahí no me fue del todo agradable, ya que, a pesar de mi madurez psico-emocional, siempre he sido una chica tímida e introvertida.

Era un día frío en Forks, como cosa rara ¿no?, bueno, ese día empezaban las clases en el Instituto. Mi padre me llevó al colegio en la patrulla, odiaba eso, pero nada podía hacer. Me dejó en la entrada con todas las instrucciones pertinentes.

- Bella, cariño, en tu mochila tienes el dinero de la merienda, los libros y el impermeable – Me dijo mi padre con inmensa ternura, comprendiendo mis nervios y mi ansiedad, al fin y al cabo eso lo había heredado de él. Yo sólo asentí y le di un beso en la mejilla y caminé al interior del colegio.

Como es costumbre en mí, cuando estaba a punto de llegar al aula, tropecé con un chico y fuimos a dar al suelo. Bien hecho Isabella, no más empiezas y ya haces desastre. Me reproché a mi misma. ¿Quién pensaría que una niña de apenas 08 años puede ser tan torpe? Pues déjenme decirles que si existe, y esa soy yo. El niño se puso de pie rápidamente y volteo a donde yo estaba, me tendió la mano para ayudarme a levantar.

- Disculpa, no fue mi intención – le dije bastante apenada de la situación.

- No te preocupes – me contesto sonriendo – Soy Edward Cullen – Me dijo el chico, de ojos verdes y cabello de un extraño color cobrizo.

- Isabella Swan, pero prefiero que me digan Bella – le dije

- OK, Bella – asintió una vez – Y eres nueva aquí? No te había visto antes

- Uhm... – vacilé un poco al contestar – pues si ... – conteste distraídamente. En ese momento la profesora llamó a formar fila para entrar ordenadamente al salón.

Ese día las clases pasaron lentamente para mí, ya que por mi edad, estaba repitiendo un año que ya había hecho en Jacksonville. A la hora del almuerzo, me dirigí sola al comedor, hice la fila y compre un sándwiches, una manzana y un jugo, y me fui a sentar en una mesa apartada, la única que había disponible.

- Hola!!! – escuché una voz bastante entusiasmada – puedo sentarme contigo ... ouch... esta bien ... podemos sentarnos contigo? – me dijo una niña, calculo de mi misma edad, de tez blanca, cabello negro y corto, con una gran sonrisa y de mirada muy vivaz, venía junto a otro niño de igual edad, rubio, de ojos azules, y semblante tranquilo.

- Claro – me aparté un poco para hacerles espacio

- Soy Alice y el es Jasper, somos amigos desde que tenemos uso de razón – me dijo la niña y el niño solo me sonrió tímidamente – te hemos visto en nuestro mismo salón, eres la hija del Jefe Swan no? – preguntó mientras pinchaba una patata y se la llevaba a la boca

- Si ... soy Bella Swan ... – les conteste sonriendo. Eran unos niños muy agradables, ella desbordaba alegría y energía; el parecía que podía calmar al mundo entero con sólo mirarte.

Se estaba pasando los minutos, charlando, bromeando, en ese momento, Alice mira hacia un lado y frunce el ceño, negando lentamente con su pequeña cabeza. Siguiendo la trayectoria de su vista pude divisar a un grupo de niñas charlando animadamente, y con ellas a Edward, el niño que había sufrido las consecuencias de mi torpeza en la mañana.

- Jessica y Lauren – me explicó Alice en voz baja – siempre tratan de ser el centro de atención, buscando cualquier forma de hacerse notar – suspiro – ya le he dicho a mi hermano que no tiene que seguirle los juegos a Jessica

- El es tu hermano? – le pregunte roja de la vergüenza

- Así es ... somos mellizos ... aunque no nos parecemos en nada – me comentó alegremente – el es más parecido a mi papá y yo a mamá – yo la escuche y solo asentía una que otra vez, de repente se levanto de su asiento y caminó hacia Edward, lo agarró de la mano y lo arrastró hasta nuestra mesa – Tu no aprendes nunca Edward Cullen... Ah, ella es Bella, es nueva, acaba de entrar al colegio, es muy linda verdad – decía con una sonrisa, dando pequeños saltitos mientras hablaba

- Si si Alice, ya la conocí – le decía mientras la tomaba de los hombros para que dejara de saltar, al tiempo que rodaba los ojos, lo que provocó que Jasper y yo sonriéramos.

Así fueron pasando los días en el colegio, Jasper, Alice, Edward y yo nos fuimos haciendo cada día más amigos. Hacíamos las tareas juntos, comíamos juntos, jugábamos juntos, todo lo hacíamos juntos, éramos inseparables. Después conocí al otro hermano de Edward y Alice, Emmet, un año mayor que nosotros, pero es todo un personaje, es por decirlo de alguna manera la oveja negra de la familia, no puede estar tranquilo en ningún momento, tiene que gastarle bromas a todo el mundo, y yo no fui la excepción.

- Cuidado cuidado... quiten todo del camino .... hormigas apártense .... Bella viene pasando – gritaba a todo pulmón cuando me vio salir del salón con mis amigos – si se cae por culpa de ustedes, la van a pagar caro – decía hablando al piso.

- ¿Qué se supone que haces, Emmett? – le pregunté mirándolo entre extrañada y apenada

- Solo te abro camino para que no te caigas de nuevo, Bella – me dijo en tono burlón, ganándose un golpe de mi parte en el estomago y un zape por parte de Edward – AY!! ... con ustedes no se puede bromear – decía mientras se sobaba la cabeza.

También conocí a Rosalie, la hermana mayo de Jasper, iba al mismo grado que Emmett, era toda coqueta para tener apenas nueve años, decía que para poder ser modelo tenía que cuidarse.

Con el transcurso de los años, Edward y yo nos hicimos más amigos, compartíamos todas las clases, sin contar que empezamos a tener gustos bastante similares. La mayoría de los días yo me lo pasaba en su casa. Su madre, Esme, es un amor de persona, siempre tiene una calida bienvenida con los demás. Ella trabajaba como gerente en una casa de antigüedades y remodelación. Carlisle, su padre es médico cirujano, uno de los mejores médicos que pueden existir.

Ellos vienen de una familia noble de Inglaterra, que se habían mudado a Forks hace muchos años, ya que Esme vino de vacaciones y quedó enamorada del lugar, pero seguían siendo tan tradicionalistas como si estuvieran en su país. Conocía poco de sus tradiciones, ya que Edward las detesta y poco me habla de ellas.

De vez en cuando, sobre todo en las vacaciones, la familia Cullen viajaba a Inglaterra, por placer o por obligación, pero se iban. En esos días mi mundo se turbaba, los días pasaban sin sentido y monótonos.

- Bella, por qué no bajas a La Push? ... Jake le gustaría verte – me dijo mi padre, viéndome abatida, tirada en el sofá de la sala un día de verano

Jake, o mejor dicho Jacob Black, es el hijo del mejor amigo de mi padre, Billy Black, es un año menor que yo y estudia en el instituto de la Reserva de La Push. Lo conocí el día siguiente a mi llegada, pero debido a nuestra edad, y a la lejanía que supone para nosotros nuestras casas, la amistad con el no ha resultado tan favorecida como con Alice o Jasper, y mucho menos como con Edward. Sin embargo, es agradable pasar tiempo con el, yo lo considero un amigo más, de los pocos que he hecho aquí.

- Tengo que hacerlo? – Pregunte suplicando con la mirada – No es que no me agrade estar con Jake, pero... – suspiro - ... no creo que sea muy divertida ahorita – le digo a mi padre y vuelvo mi vista al libro de "Mujercitas" que estaba leyendo, el cual consideraba bastante interesante a mis ya trece años.

- Esta bien – se resigno Charlie – yo voy a pescar con Harry... quieres que llame a Elizabeth? -

- No, papá, no te preocupes, voy a estar bien – le dije suprimiendo un bostezo. Mi padre se fue y seguí leyendo, sin darme cuenta poco a poco empecé a caer en un profundo sueño.

Estaba todo oscuro, no se veía nada, de pronto una figura fue surgiendo a la luz, la reconocí de inmediato, era Edward, pero ¿qué hacía Edward en mi sueño?, de repente se fue acercando "Bella ... Bella" me llamaba, y yo lo miraba, alargando mi mano, tratando de alcanzarlo y no podía , de la nada apareció una mujer bajo una capa negra, que le tomó la mano, el la miró moles, no sorprendido, sino molesto; me fui acercando "Que sucede Edward?"... "Vámonos a casa" le susurro la mujer de la capa y lo fue alejando de mi. ¿A casa? El estaba en casa, aquí era su casa "No, espera!!!! Edward espera!!!" le gritaba a todo pulmón, desesperada, estaban arrancando a mi mejor amigo de mi lado sin ninguna explicación, la luz que había iluminado mi oscuro sueño se estaba esfumando. "NOOOOOOO!! Edward.... regresa!!!!!..... EDWAAAAARD!!!!"

Me desperté con la respiración agitada, el libro había rodado hasta el piso, yo aun con la mano en el corazón, y la cabeza dándome vueltas, lo recogí. ¿Qué significa ese sueño? ¿Por qué yo soñaba con mi mejor amigo de esa manera? Era desesperante la sensación que sentía cuando me alejaban de Edward para siempre. Suspire hondo y fui en busca de mi teléfono celular.

Repico una vez... otra vez...

- Alo? – respondió una voz aterciopelada y algo ronca, debido a la edad, la adolescencia estaba haciendo estragos con nosotros

- Edward? ... soy yo Bella -

- Si lo se... sucede algo, Bella? – se notaba ansioso y preocupado.

Suspire hondo – No, no sucede nada Edward.... solo quería saludarte, y saber como estaban... sabes, lo de siempre – le dije, tratando de sonar convincente, y calmando la ansiedad que sentía por escuchar su voz

¡¿Qué me estaba pasando?!

Escuche su risa al otro lado del teléfono – Todos estamos muy bien, Bells – se puso serio de repente – Disculpa que no te hemos llamado, hemos tenido uno que otro asunto que atender – suspiro – no sabes lo fastidioso que es estar aquí, cumpliendo formalidades innecesarias... desearía poder haberme quedado contigo este verano, no sabes cuanto te extraño Bells – dijo en un susurro la última parte, mi corazón dio un vuelco inexplicable para mi.

- Bueno ... – me aclaré la garganta por lo bajo – por lo menos los lujos y las atenciones no te deben faltar, cierto? -

Bufó, dando a entender la poca relevancia que tenía eso para el

- Júralo que Alice, Emmett y yo, cambiaríamos todos estos lujos y comodidades por pasar un verano completo en Forks, con ustedes – sonreí ante la manera que lo dijo "Edward, puedes venir un momento, ya suelta ese teléfono" escuché la voz de Esme a lo lejos – Bueno mi Bells, te tengo que dejar, sino mamá va a venir a golpearme con el teléfono – rió de nuevo, yo sonreí – estamos hablando, yo te llamo no más pueda... dale mis saludos a Rose y a Jasper, te quiero – y colgó, el vacío volvió a llenarme y eso empezaba a preocuparme.

¿Qué estaba pasándome últimamente con mi mejor amigo? Todo esto debe ser porque lo extraño, uno extraña a los amigos cuando se van de viaje por más de una semana ¿no?. Suspiré de nuevo, vi el reloj de la sala, las 6:30 p.m., ya debería estar por llegar Charlie.

Subí y me di una ducha de agua caliente, eso siempre ayudaba a relajarme cuando estaba tensa o preocupada por algo, duré un tiempo prudente, salí de la ducha, me sequé con calma y me puse unos pantalones deportivos y una playera holgada. Bajando escuche entrar a Charlie y me fui directo a la cocina.

- ¿Bella? – preguntó .... "No, quien más?" quise contestarle, pero me contuve sonriendo

- ¿Qué tal la pesca, papa? – conteste desde la cocina, mientras sacaba los ingredientes para preparar la cena.

- Como siempre, pican mejor con el buen tiempo, pero quien le dice que no a Harry Clearwater – decía mientras se dirigía al sofá a ver la televisión.

La cena estuvo lista y nos sentamos a comer. Luego me despedí y me fui a la cama. A descansar de otro día tan monótono como siempre desde que Alice y Edward se fueron de viaje.

Piiii... Piiii... Piiii... Sonó mi celular anunciando un nuevo mensaje.

"Bells, disculpa por cortarte tan pronto, mi mamá me necesitaba para otra más de las tonterías de protocolo. Mañana te hablo. Te extraño. Te quiero por siempre... Edward"

Sonreí como tonta cuando leí el mensaje y conteste

"... y para siempre... Hablamos Edward... Bells"

Apagué la luz y me sumergí en un profundo sueño