Hola como están? Por razones de causa mayor me vi obligada a cambiar el lugar donde se desarrolla la misión, de la aldea del fuego a la aldea de Las Nubes, tiene su explicación pero esa está en La Sección Trozos de Sandia de Sogui Chan, pero no se preocupen que pueden leer sin tener que preocuparse por ello ya que no influye para nada en el drama.

Asi que sin nada más que aclarar Enjoy! :3

-Recuerdos Anhelados-

OoOoOoOoO

Es una noche bella y tranquila en el bosque "Furusato" que se antepone a la Aldea Oculta de Las Nubes, el cielo se ve decorado con un hermoso manto de destellos que son intensificados aun mas por el brillo de un diamante mayor "La Luna", el aire que se pasea por todos lados danzando alegremente, deja una pequeña ola de frio que envuelve a cualquier cuerpo que se halle por el lugar.

El bosque se encontraba anormalmente pacifico, el murmullo del rio y el canto de las cigarras es lo único que se llegaba a escuchar, no muy largo de aquel rio dos figuras iluminadas por la luna caminan parsimoniosamente atravesando la vegetación, sus pasos son silenciosos y delicados como cuidando el hecho de llegar a producir algún sonido, una de las figuras se encontraba vigilando la parte de atrás, alejada de la otra por una muy marcada distancia, la figura de este individuo era muy pequeña y gracias a la luz de la luna se podía apreciar que poseía una hermosa cabellera dorada, esta brillaba elegantemente por los rayos que se reflejaban en ella y revelaban su hermoso color, el dueño de esa cabellera era Deidara, un joven chico de 17 años, conocido por pertenecer a una famosa organización de criminales rango "S" llamada Akatsuki.

Deidara, lucia muy inquieto y nervioso parecía que un malestar no lo dejaba caminar en paz, su mirada se dirigía furtivamente a la figura que se encontraba frente a el, logrando apenarlo en mas de una ocasión.

La persona que Deidara observaba insistentemente era un Hombre grueso y viejo con un corte de cabello extraño y unos ojos tan tétricos que lograban intimidar a cualquiera que le viese directamente, su enorme cuerpo se veía cubierto por una gran capa negra decorada con nubes rojas y su boca era tapada por un pequeño pedazo de tela que simulaba ser una máscara.

El nombre al que respondía dicha figura era Akasuna no Sasori o mejor conocido como "El Escorpión de la Arena Roja", este mostraba una mirada muy fría, y calculadora, parecía ser que estaba muy metido en sus pensamientos y no se daba cuenta que su alumno se separaba mas y mas de el.

Puede ser que el cuerpo de Sasori se viera algo grotesco y horrible a la vista de cualquiera, pero en realidad esta no era mas que una de sus marionetas con la cual se protegía constantemente del mundo, Hiruko como se llamaba su marioneta, no estaba mas que hueca conteniendo dentro de si al verdadero Sasori, un Joven apuesto de cabello rojizo con sutiles destello plateados que sobresalían de el, su cara era relajada e inmutable sin mostrar emoción alguna, sus ojos eran de un hermoso miel opaco que eran acompañadas por pequeñas ojeras bajo estos que no dañaban en lo absoluto su angelical apariencia.

Sasori a simple vista no parecía tener mas de 19 años un poquito bajo para su edad pero adecuado a su contextura, aunque la verdad de todo es que este en realidad estaba sobre los 35 no llegando a los cuarenta, como su malcriado alumno le gritaba cuando podía, estaba arrepentido de haberle revelado su verdadera edad, pero este empezó a irrespetarle con mayor frecuencia desde que se entero de la verdad sobre Hiruko, así que no le quedo otra opción mas que contarle algunos aspectos de su vida, dentro de estas su edad, sin antes amenazarlo con matarlo si volvía a tratarle de esa manera.

En fin Sasori no era cualquier tipo de persona, era soberbio, cruel, petulante y a la vez elegante, un individuo fundido completamente en la adultez, que tenia sobre si una enorme carga que llevar, y esa carga se llamaba Deidara.

OoOoOoOooO

Ahora mismo nos encontramos en camino hacia La aldea Oculta de las Nubes por segunda ocasión, espero que esta vez la misión no sea estropeada por el imbécil de mi alumno, que se encuentra pensando sabrá su madre en que, desde que discutimos en la cueva frente Kakuzu, Hidan y Pein, no ha hecho más que comportarse como un completo inepto, pareciera que su mente siempre está en las nubes y esta empeñada en quedarse ahí.

"Es un completo mocoso" –pensé mientras lentamente lleve una de mis manos a mi cabello, la cual se paseo suavemente por el, en un intento desesperado de refrescar mi cabeza, cerré mis ojos con suma lentitud y nuevamente recordé las Palabras de Pein:

"Sasori, se que estas molesto, pero debes comprender, Deidara aun es muy joven, prácticamente es un niño, y necesita acostumbrarse a como se trabaja en la organización aunque esto signifique que eche a perder muchos de nuestros planes, es cierto que molesta, yo ahora mismo no estoy precisamente feliz, porque todo esto significa tres semanas de retraso, pero entre mas aprenda mejor se volverá y será un pilar mas en el cual podremos confiar, Solo te pido que le tengas paciencia por favor".

¿Que le tenga paciencia? - pregunte aun incrédulo- Si eso es lo que mas eh tenido con este niñato –declare casi al instante mientras retiraba mi mano de mi cabello y comenzaba con otro de tantos cuestionamientos.

"Se supone que si se unió a esta organización, debía dejar atrás su niñez, no hacer mas estupideces y olvidar todo sentimiento que se pueda interponerse entre su cordura y decisión, tal y como yo la fui haciendo con el paso de los años" –pensé, mientras recuerdos de mi pasado se presentaban vagamente por mi mente.

Erguí mi cabeza, y estire mi cuello en un intento de acomodarme mejor dentro de mi marioneta, un leve suspiro se escapo de mis finos labios, mientras discretamente observe a Deidara quien lucia muy distraído e indiferente a la situación; "Nada anormal en el".

Deidara… ¿Por qué no puedo comprenderte? -volví a cuestionarme empeorando mas mi situación.

¡De verdad deseo estar solo!, -me dije a mi mismo, tratando de engañarme- Yo funciono mejor cuando no tengo que preocuparme por nadie, y ese niño no ha hecho más que doblegar mi firmeza al ganarse mis cuidados discretos y preocupaciones desmedidas, ¿Dime Hiruko que es lo que puedo hacer? –pregunte no sabiendo exactamente porque.

Al ver lo que estaba haciendo, en mis ojos se reflejo cierto sentimiento antagónico y no pude evitar sonreír amargamente, al solo pensar que tomo a mi marioneta como mi único y fiel confidente-

¿Qué irónico no? Tengo un compañero con quien debería hablar y matar el tiempo, pero se me hace tan imposible entablar platica con el, ya que siempre termino enojándome.

Las relaciones humanas siempre me han sido tan difíciles…

Es por eso que decidí alejarme de el un tiempo, actuar coherentemente y tratar de encontrar una solución a todo esto, pero debo confesarles, que me fue muy difícil dejarlo solo sin preocuparme nuevamente por el.

"Niño Idiota" –susurre, mientras la figura del rostro de mi alumno se dibujaba en mi mente.

Intente en muchas ocasiones alejarme de la cueva, dejarlo solo y olvidarme de el, aunque fuera por tan solo un instante, es que me parece que es tan tonto que por su culpa podrían descubrir los motivos de nuestra organización, pero para mi desgracia el eco de su voz se escuchaba por todas partes.

"¡Danna! ¿Donde estas?", "Sasori no Danna, ¡Responde!" -eso era lo que una y otra vez escuche durante los primeros días de mi ausencia, no puedo creer que este niñato me estuviera buscando, finalmente mi voluntad se quebró por completo y regrese donde se encontraba el, aunque jamás me le revelé.

Todos los días Deidara hacia lo mismo, me buscaba, gritaba mi nombre, y terminaba rindiéndose al ser victima del hambre, buscaba algo de comida, y se sentaba en la entrada de la cueva a comer, como esperando a que alguien apareciera. Sus actividades no variaban mucho a veces jugaba con su arcilla o perdía la mayoría del tiempo dentro de la cueva, nunca supe que hacia porque jamás me atreví a entrar, "Estaba molesto, y confundido, así que de ninguna manera dejaría que alguien viese esa faceta mía, sobretodo ese niño".

Nunca me di cuenta pero; sus graciosos gestos al estornudar, y las bromas sin sentido que suele contar, me reconfortan en ocasiones, aunque mas de alguna vez, terminan volviéndome loco cuando se salen de control, su radícula muletilla y sus tontas platicas artísticas, entre otras cosas se han vuelto indispensable en mi vida, pareciera que por mas que me enoje con el, inexplicablemente termino perdonándolo.

¿Por qué este imbécil ha logrado ganarse de una manera increíble mi?… mi ¿Qué?

Bueno pues la verdad, no se realmente que es… pero creo que el día que llegue a faltarme no volveré a ser el mismo.

Se que deben estar pensando "Que todo lo que digo no tiene sentido", pero eso es lo que siento y bobamente me hace pensar que estoy metido en "Una absurda parodia sarcástica del Maestro y el Alumno" en donde en vez de ser el alumno dependiente del maestro, el maestro resulta ser dependiente del alumno.

¡Soy un chiste completo! No soy ni la mitad de lo que alego ser, no soy estricto, ni duro, ni rencoroso, ni mucho menos frio, aunque siempre suelo aparentarlo con sutil audacia.

Llego a tanto, que mi conciencia no estuvo tranquila hasta que el Idiota del religioso y avaro de Kakuzu llegaron a la cueva, y para mi sorpresa parecía ser que rápidamente se repuso a mi ausencia, pues en su rostro las sonrisas no volvieron a faltar.

Algo muy dentro de mí se molesto al ver como rápidamente fui remplazado, y comprendí que a Deidara no le importa quien sea su compañía con tal de no estar solo.

Mis manos temblaron al solo pensar eso y una inexplicable rabia segó mi ser, así que decidido a no preocuparme mas por el finalmente me largue dejándolo con "sus amigos"-

"Imbécil"

OoOoOoOooO

Falta poco para que lleguemos a la Aldea de Las Nubes, parece ser que mis pensamientos me acortaron el camino, siendo por mi parte un poco descuidado. Me siento un poco mejor después de tanto embrollo emocional, espero no sufrir más de estos problemáticos cuestionamientos, que ya están que empezando a hartarme.

Me detuve sin previo aviso al darme cuenta que estamos parados exactamente en los limites de la aldea, lo mas probable es que si seguimos avanzando, alguno que otro Anbu nos llegara a descubrir.

Me voltee hacia mi alumno, fuente de la mayoría de jaquecas, dedicándole la mirada, mientras este se sorprendía por mi gesto y dejaba de caminar.

¿Ocurre algo Danna Hm? –me pregunto serenamente mientras acomodaba uno de sus mechones que rebeldemente insistía en taparle su segundo ojo.

¡Valla por fin este mocoso se digno a hablar! –pensé mas enseguida recordé lo que debía hacer-

Suspire derrotado al suponer que mi tonto compañero no se había dado cuenta que ya habíamos entrado en territorio de Los de las Nubes, corte el suministro de chacra de mi cuerpo a Hiruko, suspendiendo la animación de este para poder salir de el, cuando al fin saque la cabeza al exterior, una helada brisa choco contra mis rostro haciendo que se me escapar un pequeño gemido al percibir semejante cambio de temperatura, no sabia que estuviera tan helado y se supone que estamos cerca de la costa.

Ignore tal detalle y le vi con disimulo, "No crean que seré tan condescendiente con el después de todas sus fallas y su ultimo irrespeto" cerré mis ojos mientras sacaba un pergamino de mi capa y sellaba a Hiruko dentro de esta, Deidara por su parte no hizo mas que observarme en silencio mientras se abrazaba a si mismo en un intento patético de incrementar su calor corporal.

Si no te has fijado, al fin llegamos a la Aldea de las Nubes –dije tajante al ver que mi alumno aun no lo captaba, Deidara se sobresalto aun mas al recibir tal información y camino presuroso a mi lado dándose cuenta de que estábamos cerca del lugar donde semanas atrás nos habían atacado.

Volteo a verme y sonrió traviesamente mientras me excusaba con un simple - Lo siento, no me fije Hm –

¡Valla tonto! ¿Qué les dije? – ¡arg! -¿Qué rayos estaría pensando Pein al volverme niñera de este mocoso odioso?, por Dios soy un Artista, Un Escultor de la Eternidad, no una Nana que cuida y educa insectos despreciables como este rubio malcriado que para mi desgracia hasta a mi cargo.

Trate de mantener la calma y nuevamente le hable-

¿Deidara, recuerdas lo que te dije en la cueva hace tres semanas atrás? –le intrigue logrando así que mi alumno se tensara al tratar de recordar nuestra "discusión del plan".

Le vi sarcásticamente, ¡No soy un idiota!

Por favor estaba mas que sabido que este niño, no me había puesto ni la mas mínima atención en aquella platica y que solo se la había pasado viéndome con cara de pendejo, tratando de disimular que el plan le interesaba, me sentía triunfante cuando comprobé que mi teoría era cierta, pues Deidara levanto su rostro algo sonrojado y con sus labios titubeantes de hablar, lo que me dejo mas que claro que no recordaba ni el mas mínimo detalle.

Cerré mis ojos en señal de victoria y me acerque hasta el sin decirle nada, Deidara cerro sus ojos esperando a que le golpeara como suelo hacerlo, pero el muy tonto se quedo esperando, ya que mi intención no era esa.

Ya que algo fuera de lugar había llamado mi atención, eso era una sombra que ágilmente se movía por los arboles, siendo seguramente de algún Anbu merodeando el lugar. "Demonios nos habíamos hecho escuchar".

Sujete fuertemente su mano derecha halándolo cerca de mi mientras empezaba a caminar hacia uno de los arbustos mas cercanos que encontré, lo empuje dentro de el con tal fuerza que cause que este perdiera el equilibrio y callera de sentón al frio suelo, maldiciendo inmediatamente mi brusquedad, ya que produci mas ruido del hubiera querido.

¿Sasori no Danna, que rayos... -me grito enojado mas no termino de hablar pues una de mis manos se había encargado de taparle la boca-

Acorte la distancia entre los dos sintiendo extrañamente su calidez, el me miro dudoso de lo que estaba haciendo, titiritando un poco a causa del frio y esperando una explicación a todos mis actos.

Dirigí mi dedo índice a mi boca haciéndole una señal para que guardara silencio, a lo que este no hizo más que observarme con una cara que reflejaba claramente confusión, pude sentir que su respiración chocaba contra mi cuello y que sus manos empezaban a sudar un poco, ¡Valla que era ridículo! no tenia que estar tan nervioso si sabía bien a lo que veníamos, aunque por un lado no debo quejarme ya que por lo menos aun no actúa como un pirómano elogenado.

Sonreí a mis adentros de solo pensarlo pero rápidamente volví a estar alerta pues tal como lo había pensado dos figuras hicieron acto de presencia en el lugar.

¿Oye que ocurre? –escuche que uno le preguntaba al otro-

¿Creo haber oído a alguien hablar? –contesto sin titubear el interrogado, haciendo que tan pequeña frase me callera como un baldé de agua fría.

Maldije a mis adentros y observe aquellas dos personas con desprecio, no iba a dejar que de nuevo, alguien echara la misión a perder y menos ¡dos idiotas como estos!

Ya estoy harto de estar atorado en esta estúpida situación y ¡Ya me canse de esperar!-

Libere de mi agarre al rubio sin separar mi cuerpo del de este, Deidara quien ya comprendía mejor la situación. Se quedo quieto con sus manos listas dentro de sus kangureras por si se viera necesario atacar.

Negué en silencio observándole con reproche para darle a entender que no quería que se involucrara en esto.

El me devolvió la mirada ofendido, tal vez porque no le permitía actuar a sus anchas así que sin deseos de articular palabra alguna, retiro sus manos de aquel lugar.

Pasaron varios minutos, muy inquietantes por cierto y los Anbus que ahora inspeccionaban el lugar estaban a punto de encontrarnos, mis nervios se tensaron y con sumo cuidado preparé uno de mis pergaminos y dispuesto a atacar si era necesario.

Pero algo inesperado paso…

Un ave blanca llego hasta ellos, convirtiéndose en un papiro, el cual uno de los hombres, me imagino que era el superior tomo y lo leyó en voz baja, no podría decirle exactamente lo que observe pero por el lenguaje corporal de sus cuerpo pude deducir que no era nada bueno para ellos, aquellos individuos se Miraron fijamente mientras hablaban cosas que nos eran imposibles de hablar, cuando parecía que ya habían terminado su discusión así como aparecieron increíblemente se marcharon.

Eso no me lo esperaba…

Un suspiro de alivio fue lo que llegue a soltar –a eso es lo que llamo suerte- pensé mas enseguida algo o mejor dicho alguien me saco de mis pensamientos-

Da…Danna, disculpe – me dijo el pequeño rubio, haciendo que le observara sin mucho interés-

Su rostro estaba un poco sonrojado, y sus ojos rehuían a los míos con insistencia, pude ver también como una atrevida gota de sudor se deslizaba lentamente por su mejilla perdiéndose por su cuello y terminando en su tórax.

Trague saliva con dificultad-

¿Po…podría separarse de mí? -me pregunto con su voz un poco quebrajosa, asiendo que me diera cuenta de la posición incomoda en la que lo tenia.

El se encontraba recostado sobre uno de los arbustos con sus piernas levemente separadas y sus manos al lado de cada una, su pecho subía y bajaba constantemente un poco acelerado, quedando en una incógnita el porque, baje un poco mas la mirada y me di cuenta que una de mis piernas estaba entre las de el, invadiendo casi por completo su espacio personal, la otra parte de mi cuerpo estaba sobre el asechándolo completamente pues nuestros rostros estaban muy cercanos, haciéndole imposible que se pudiera levantar.

Me sobresalte apenado por lo incomodo de la situación, la vergüenza invadió mi ser haciendo que mis manos flaquearon soltando en seguida el pergamino que momentos antes tenia pensado emplear, rápidamente me separe de él, mientras desviaba la mirada eh intentaba levantarme.

"¡Lo siento!" –fue lo único que atine a decir, mientras le extendí mi mano derecha para que se apoyara en ella y se pudiera levantar.

El me observo con sus dos grandes ojos azules, y sonrió a su forma, tomo el pergamino en el suelo, para luego sujetar mi mano con cierta inseguridad, lo sé porque esta titubeo un par de veces antes de unirse con la mía.

Con sumo cuidado lo impulse hacia arriba, sin atreverme aun a verle al rostro y cuando al fin se encontró de pie, me miro fijamente, aun dudoso de abrir su boca.

Me estaba volviendo a desesperar -¿QUE PASA?- escupí un poco molesto por el silencio y la mirada del rubio.

Mas no recibí respuesta alguna, "Maldito Enano".

Le observe disimuladamente, y pude observar que sus mejillas seguían algo sonrosadas, suspire tratando de ignorarle como siempre lo hago, pero mi maldito corazón no me dejaba en paz, !Awwww y Basta de todo esto! Pense un tanto desesperado…

Mas Un pequeño jalón hizo que mi atención se dirigiera a mi mano, llevándome una gran sorpresa al darme cuenta que aun no soltaba la Deídara, el hizo lo mismo que yo, y un silencio sepulcral invadió inmediatamente el ambiente por tercera vez.

Le deje ir sin volver a excusarme, "de todas formas" no se supone que somos maestro y alumno, no hay porque tener vergüenza, "De verdad que ambos estábamos actuando muy raro".

Sera mejor que preparemos todo para entrar a la aldea –le dije un poco más relajado mientras buscaba algo dentro de mi capa.

Si creo que es lo mejor Hm- me contesto mientras me extendía el pergamino.

Mis ojos se dirigieron al dichoso cilindro de papel para luego tomarlo un poco molesto y guardarlo sin mencionar nada.

El me vio y ser rio traviesamente

"¿por qué demonios actúa así? ¿Es que acaso me ha visto cara de payaso?- pensé logrando nada más que me enojara otra vez…

¿Deídara qué es lo que te causa tanta gracia? –le pregunte

El rubio me vio mas no me contesto nada, solo cerro sus ojos y movió sus labios sin que le entendiera ademan alguno, ni modo mejor no atrasar mas esto porque estoy empezando a desesperarme.

Idiota- le espete mas este solo se tiro de nuevo al suelo, para luego preguntarme- Oye, Sasori no Danna, ¿que es lo que haremos ahora?

Recordé lo que estaba haciendo y de mi capa saque un pequeño paquete envuelto en papel china, que le entregue sin pensarlo mucho, nuevamente saque otro paquete y lo tire al suelo mientras empezaba a bajar el cierre de mi capa.

Cámbiate –ordene, mientras me agachaba a tomar el paquete y lo desenvolvía sin interés.

Pareciera que no me había entendido hasta cuando vio mi capar caer al suelo, "Tenemos que cambiarnos?" indago sin despegar sus ojos de aquel paquete.

Si, - Afirme- Si nos infiltramos en la Aldea disfrazados, se nos hará mas fácil hacer el reconocimiento, además si los guardias y ninjas nos miran con estas capas, sería más que obvio que nos descubrirán sin problema alguno, en especial tu, que con todo el alboroto que causaste es más que fijo que a simple vista te reconozcan. –explique, mientras caminaba hacia una arboleda para cambiarme.

¡Así que apresúrate! Y déjate de preguntas estúpidas! Le grite mientras me giraba sobre mis talones para darle un poco de privacidad.

"Además ya quiero saber cómo reaccionaras cuando sepas lo que le va a tocar vestir" –susurre mientras una sonrisa llena de satisfacción se dibujaba en mi rostro deformándolo por un momento.

.........................

Todo parecía tranquilo hasta que los gritos de Deidara invadieron el lugar:

¡ESTAS LOCO! ¡NI UNA MIERDA! ¡YO NO ME PONDRE ESTO!

Parece ser que le gusto mucho la sorpresita.

oOoOoOOoOo

El bullicio de personas, y un aroma indiscutiblemente dulce inundaba mis sentidos, mientras nos desplazábamos por la plaza de la Aldea de Las Nubes, el frio era inquietante, pero parecía ser poca cosas para los aldeanos, ya que sus rostros se veían enfermizamente felices pues celebraban con júbilo un festival, creo que era el "Kodomo no Hi", valla estupidez esa…

Malgastar un día entero en pequeñas bestias de un metro de altura, no es precisamente divertido…. –pensé con aburrimiento mientras en un pequeño cuaderno, dibujaba cada uno de los detalles de esa plaza, enfatizándome más en los puntos de vigilancia que ahí se encontraban.

La estructura de esta aldea no es del todo complicada además de que los puntos de régimen están a la vista de todos, valla que son unos despreocupados, con razón paso lo que paso semanas atrás, pero parece ser que ahora están siendo más cuidadosos porque se puede ver una gran cantidad de vigilantes por todos lados.

mmm… de todas formas con tanto alboroto no creo que nos lleguen a descubrir sobre todo si llevamos puestas estas ropas –deduje mientras observaba mi singular atuendo que comprendía en una yukata color verde oscuro muy liviana pero abrigadora, esta está decorada por pequeños bordados de vainas de bambú de un color verde más intenso y es sujeta por un cinto de color negro, mi calzado no era nada más que en unas sandalias de madera muy tradicionales y acordes con la estación, a simple vista me atrevo a decir que me veía como un aldeano cualquiera, un disfraz perfecto con el cual me puedo mezclar con facilidad.

Fue muy buena idea el haber pensado usar disfraces sobre todo por Deidara ya que si los anbus lo llegaban a ver sería muy fácil de reconocer aunque "con las pintas que carga ahora, sería muy improbable que eso llegara a ocurrir" –medite observando a Deidara sin poder evitar que una pequeña risa se escapara de los labios.

El rubio caminaba con paso apresurado y refunfuñando cada que podía, y es que estaba algo disgustado por el atuendo que le había tocado usar, este estaba portando una singular yukata rosa, con estampado de conejos blancos, muy linda debo agregar, su cabello estaba suelto, y caía graciosamente sobre sus hombros mientras su cabeza era decorada por un hermoso prendedor de sakuras que hacia juego con el conjunto, cualquiera que le viera a diría que es una linda niña ¡jajajaja! ….. y pues eso era lo que quería lograr.

"Además este es un castigo por lo de la vez pasada", no pensaban que le perdonaría así como así ¿verdad? Además me divierte muchísimo….creo que no sería malo hacer esto mas seguido..

Hey! Rubia! Espérame! No camines tan rápido –le grite mientras le sonreía con algo de hipocresía.

El rubio detuvo su andar casi mecánicamente, y giro su rostro para voltearme a ver, su cara era todo un teatro.

Sus cachetes se inflaron, y una pequeña vena sobresalió de su frente, cruzo sus brazos con hincapié y me vio con todo el coraje del mundo. -

¿Qué DIABLOS QUIERES AHORA? –finalmente soltó dándome a entender que lo último que quería era que yo le hablara.

Le mire serio y con cierto tono de burla le dije – Valla, valla, valla, porque la pequeña Deidara esta tan molesta, acaso no le gusta la hermosa Yukata que su Hermano mayor le compro-

No pude contenerme más y un par de risas salieron de mis labios –Jajajaja te ves como toda una chica, le insulte mientras trate de tapar mi boca, para evitar reirme de mas si no esta se saldrá de control-

El rubio no hizo más que ver mi rostro con reproche, y desviar la mirada-

"Qué bueno que por lo menos tú te diviertas" –ironizo mientras volvía a la marcha que anteriormente llevaba.

"Porque demonios tengo que ser yo quien se vista de mujer eres un desgraciado de primera" - reclamo al aire, mas no preste atención a sus protestas, estaba disfrutando de solo verlo.

Lleve una de mis manos frente a mis labios y con sutil elegancia aclare mi voz, para luego hablar.

-Pues para empezar, eres el único que tiene el cabello largo, además eres mucho mas pequeño que yo, mmmmm, veamos que mas a si; ¡ESTE ES TU CASTIGO POR LO DE LA VEZ PASADA! – grite un poco exasperado ya que llevaba un buen rato escuchando lo mismo.

-Ya te lo he dicho un millón de veces así que no me lo vuelvas a preguntar, terminé de hablar un mientras le daba un pequeño coscorrón tratando de no llamar mucho la atención.

Auch! Se quejo mientras sobaba con insistencia su cabello, "Pero no es justo Danna, si tu también me has insultado muchísimo, no veo porque debes castigarme Hm" –insistió

Aun no te ha quedado claro quién es el superior aquí ¿verdad? –indague mas no recibí respuesta alguna, más que un puchero en su rostro, así que seguimos con el recorrido de la aldea sin decir nada más.

"Claro que se quien es" –me respondió sin ganas

-Bueno entonces creo que es innecesario seguir discutiendo esto –corte tajante caminando e ignorándole otra vez.

Creo que estuvimos alrededor de cuatro horas caminando, en las cuales tanto Deidara como yo nos dedicamos a inspeccionar cada rincón de la aldea, postas, casas de hospedaje, comedores, escuelas ninja hasta toparnos con la oficina de Hokage, la cual estaba muy desprotegida protegida a decir verdad, parecía que el ambiente del festival los hacía mas descuidados.

Cientos de personas, disfrutaban del ambiente comiendo y bebiendo, haciendo escándalo y celebrando con los niños "su día especial" , las vistosas carpas decoraban graciosamente cada una de las casas y el escándalo de que los fuegos artificiales estarían a punto de comenzar, se dispersaba como bomba por todos lados.

¡Perfecto¡ -con esa distracción se nos haría más fácil revisar los registros del Hokage, o eso pensaba yo hasta que…

-Danna…

-¡Que ocurre?

–falta mucho para que terminemos Hm –pregunto mi pequeño alumno sonando algo aburrido eh ilusionado con mi respuesta.

-Bueno solo falta entrar aquí –le respondí mientras mi vista se enfocaba en la oficina del Hokage

Supongo que después de esto podremos largarnos de este lugar Hm –dijo casi al aire logrando que sus palabras llegaran a mis oídos.

-mas solo asentí con mi cabeza.

-OK! Entonces entremos lo más rápido posible a esa oficina y saquemos los registro, entre más rápido terminemos mas rápido me quitare estas estúpidas ropas -grito mientras empuñaba su mano derecha en el aire, y reía escandalosamente, logrando que algunas de las personas que se encontraban por el lugar nos observaran con mucha curiosidad.

"tu…." –masculle-

Mami que le pasa a esa señorita –escuche a un niño preguntar-

Nada hijo…. déjala, que a los locos no se les observa, además su novio parece ser muy raro también –exclamo aquella mujer mientras tomaba la mano de su hijo y se alejaban de nosotros al igual que las demás personas.

¿Locos? ¿Novios? Valla vieja más tonta, susurre sin evitar apenarme por sus palabras, sujete la mano de Deidara, jalándolo hacia mí-

¡Deja de llamar la atención idiota! -Le reclame- no ves que las personas se fijan en nosotros!

Lo siento es que me deje llevar Hm –se disculpo mientras se rascaba la cabeza como todo un sopenco.

Entonces déjate de juegos y entra a la oficina, le ordene mientras, sacaba unos pequeños dardos de mi yukata.

-yo me encargare de los guardias y tu ve por los archivos, apenas los tengas en tus manos sal inmediatamente de ahí de acuerdo, yo estaré cerca de los arbustos esperándote, y recuerda no hagas idioteces, mientras nadie te observe, ni te quiera atacar, no hay razón de que uses tus explosivos- le demande para luego depositar los dardos en una sirvatana y me dirigirme hacia uno de los arbusto,

"Espera mi señal" le dije para así finalmente comenzar con la operación.

Deidara asintió y se dispuso a recogerse la yukata

Me escabullí con gran agilidad por todos los arbusto, evitando producir ni el más mínimo sonido, hasta llegar a la parte de atrás de Aquel gran edificio, Deidara seguía mi paso del lado contrario, siendo también muy cuidadoso con lo que hacía, "Valla al fin está trabajando como debe ser"-

Me encontré con más de un ninja cuidando el lugar, pero no fue nada difícil ponerlos a dormir al lanzarles los dados con gran sutileza, haciéndome cargo como en un principio le dije a mi alumno de todos y cada uno de los "estorbos",

Cuando al fin creí segura el área le hice una señal mi a joven pupilo alzando la mano derecha, para que pudiera entrar, este salto de una de la copa de los arboles más altos a la ventana mas cercaban que encontró, entrando exitosamente al lugar.

Ahora solo me quedaba esperar…

Decidí merodear todo el edificio vigilando que nadie se acercara a este, mientras Deidara se encontrara adentro mi prioridad seria el exterior, "No puedo creer que estamos llevando una misión sin tener problema alguno" parece ser que al fin podre desestresarme.

Al asegurarme de que no había del porque preocuparme me senté en el fresco pasto que rodeaba el edificio, tratando de ser paciente hasta su regreso.

Hace mucho tiempo no disfrutaba de usar ropa "normal" y realmente se sentía cómodo, aunque no debe de ser asi para mi rubio alumno.

Deidara… -una sonrisa se posos en mis labios sin explicación alguna-

Fije mi vista hacia el cielo y pude apreciar las estrellas con tranquilidad, las personas que pasaban sin miramientos algunos no se enteraban de lo que estábamos haciendo y que pronto su aldea seria presa de nuestros ataques, pero supongo que es mejor asi para ellos, que disfruten de su estúpida felicidad mientras puedan, no sé porque pero esta aldea me trae muchos recuerdos de cuando vivía en mi antiguo hogar, de mi triste infancia y de cómo termino desenvolviéndose todo, a pesar de tener los cuidados de Chyo-obaasan.

De verdad extrañe el cariño de mis padres, maldigo la hora en que se tuvieron que ir, creo que todo hubiese sido perfecto si ellos también hubieran sido marionetas, el carecer de dolor y escaparse del paso del tiempo hasta acierta forma es reconfortante, el no tener que preocuparte de morir o que los tuyos mueran es un sentimiento de alivio del cual jamás gozare, porque a pesar de lo que pueda pasar y por mucho que trate de negarlo, nada es eterno, ni los recuerdos, ni el cariño, ni los seres queridos, mucho menos uno mismo –cerré mis ojos al recordar que ahora era un muñeco de madera.

De todas maneras quien querría amar a una marioneta como yo, estoy destinado a perderme en la soledad –pensé mientras cogía un pequeño puchito de pasto con mis manos y lo arrancaba sin compasión de la tierra.

Eleve el pasto hasta la altura de mi rostro y lo observe con detenimiento, pero mi atención se fijo mas en las pequeña hendiduras que unían estas articulaciones con el resto de mi cuerpo.

-De verdad que me veo grotesco-, susurre, mientras soltaba el aquella hierba vera que casi al instante era alejada de mi por la suave brisa que soltaba los tiempos de verano.

Delinee estas uniones con interés mientras pequeños recuerdos de mi infancia pasaban de manera fugaz por mi mente, hasta detenerse en una imagen de mis padres abrasándome y besando suavemente mis pequeñas mejillas.

-no puedo recordar cómo se siente eso, hable denotando tristeza en mis palabras.

¿Cómo se sienten las caricias? Volví hablar mientras me dejaba caer de lleno en el pasto, mas algo sobre mi me descoloco por completo.

¿De…Deidara?

Asi es, ahí estaba mi alumno, parado cargando en sus brazos un manojos de papeles y una canasta que por razón alguna se veía insistente en sostener.

Me suspendí instantáneamente, sin evitar que mis mejillas se sintieran calientes ¿sería posible que me haya escuchado? El solo pensarlo me martirizo completamente, "Demonios, si antes no me respetaba mucho menos ahora que ha visto a su maestro deliberando sobre estupideces como las caricias" "Awww que idiota soy".

Decidí hacerme el de caso omiso y esperar a que hablara y tal como lo pensé al fin se atrevió a pronunciar palabras.

¿Danna… porque?

Mi corazón palpito con fuerza.

–Demonios si me escucho!!! Me reproche mentalmente, mientras este terminaba hablar.

Tague en seco y espere a que la vergonzosa pregunta se consumara hasta atravesar mi débil y pobre orgullo, sin poder evitar agachar mi mirada.

¿Porque esta recostado sobre el pasto? Hm- finalizo mientras se inclinaba para quedar a la misma altura que yo, sin poder evitar sentirme como un completo tonto al saber lo que el intrigaba.

Suspire con pesadez y sacudí mis ropajes, para luego nuevamente ponerme de pie.

Porque quise –aclare sin darle aun la cara, de verdad pensé que me había escuchado o ¡será que si me escucho y trata de hacerse el tonto- al solo imaginarme aquello lo vi fijamente, para observar su rostro y tratar de percibir algún tipo de burla en este pero nada de eso ocurrió más bien fue al contrario.

Deidara se sorprendió por tan repentino acto de mi parte, sonriendo ampliamente mientras subía los papeles mostrándomelos con sumo orgullo.

-Mira Danna y ahora ¿Quién es el inepto? Hm- pregunto mientras ensanchaba sus labios dejando a la vista sus hermosas perlas blanquecinas.

Mi asombro no se hizo tardar, de verdad los consiguió sin causar problema alguno, sonreí sin poder evitarlo y palpe con orgullo su pequeña cabeza rubia.

-Hasta que al fin- fue lo único que pude decir.

Este tosió un poco molesto por el comentario de doble sentido que hice y retiro con brusquedad su cabeza para verme con reproche.

-¡Oye! Merezco mas merito por esto Hm- reclamo, haciendo un gracioso puchero siendo un poco infantil en eso.

Fue entonces cuando me di cuenta del objeto que cargaba sin poder evitar resaltarlo.

¿Qué demonios traes ahí?- espete encorvando mis cejas en señal de duda.

Deidara me vio al instante sonriendo con travesura y relevando el contenido de lo que portaba.

AH! Esto Hm- dijo levantando la canasta para que la estuviera mas a mi vista.

Es algo de sake y un poco de comida que robe del interior de la oficina del Hokage, es que al solo verla, empezó a sentir hambre hm, ¿no te parece genial? por fin podremos comer y beber algo decente.- sonrió nuevamente orgulloso de sus actos.

Más eso no le duro mucho.

¡Idiota!- solte al golpearlo fuertemente en la cabeza-

¡Auch! -¿Por qué haces eso? Me grito con pequeñas lagrimillas asomándose por sus orbes cristalinas.

¡Cuando Demonios te tomaras las cosas en serio? Estamos en medio de una misión, no de un día de campo, además somos criminales de rango S, no unos simplones ladrones de pacotilla que hurtan comida y vitorean alegres por eso- le escupí indignado por lo que acababa de hacer.

-No te enseñado todo esto para que te alegres por ser como un vulgar lagron, cuando demonios maduraras- termine alejándome del chico y adentrándome en uno de las pasajes de aquella ahora muy festiva aldea.

Deidara no hizo más nada, al parecer se sorprendió por mi enojo, y creo que hasta cierto punto exagere en ello, el chico tenía hambre y llevábamos algunos días sin alimentarnos bien, mi cuerpo a diferencia del de este, era de madera por lo que la fatiga y el hambre era algo de lo que no me tenía que preocupar.

Me detuve un poco arrepentido por mis actos y gire mi ser para poder verle directamente.

Encontrándolo aun parado con cabeza agachada sosteniendo con cierto aire de ilusión aquella canasta.

La culpa me remordió muy adentro, suspirando con pesadez como últimamente se me había hecho costumbre hacer.

Está bien, trae esa comida… termine diciendo derrotado mientras volvía a caminar como instantes atrás lo hacía.

El rubio rápidamente fijo su vista en mí, sin poder evitar observarme con detenimiento hasta esbozar nuevamente su gran sonrisa.

-Hm- fue lo único que le pude escuchar, seguido de su pasos hacercandose presurosamente hacia a mi.

Parece ser que hoy comeremos mucho….

KOKORO .com/watch?v=ixb2_fjTpts&feature=channel_page

TROZOS DE SANDIA DE SOGUI CHAN

Hola como están cuanto tiempo sin leerlos primero que todo pido disculpas muy sinceramente por no haber actualizado hace tres semanas como anteriormente lo había prometido.

Pero es que lastimosamente me enferme de asma y bueno en todo este tiempo no pude ir a un café internet para actualizarles ni pedirle a alguien que me hiciera el favor, perdón, espero me puedan comprender!

Aun no estoy bien del todo, pero la obligación llamado trabajo y el deber con nombre universidad, empezaron esta semana asi que no me quedaba más opción que moverme.

Por lo que la actualización se regulara a partir de la otra semana como lo había prometido, si no es que recaigo.

En fin se han de preguntar porque lo de la Aldea de Las nubes, bueno resulta ser que mientras investigaba la geografía de Naruto, me di cuenta que esa tal aldea del fuego no existe XD, existe como País del Fuego donde se encuentra Konoha y otras aldeas ocultas, asi que era casi imposible seguir con esa idea loca de que había una aldea del fuego, y fue asi que decidí que la historia siguiera su curso en la aldea de las nubes, y tiene su razón…. ¿porque? Bueno eso lo verán más adelante.

Estoy muy agradecida con las personitas que me han dejado reviews, realmente suben mi estado de ánimo y me animan a continuar, no se cómo explicarlo pero es como la corriente de agua que mueve el molino. Sin sus comentarios no tendría deseos de segur esta aburrida historia…

Asi , que por favor si pueden dejen un review, aunque la historia no lo merezca dejen un review por favor, me gusta saber que por lo menos alguien lee las incoherencias que escribo.

Bueno como no tengo nada más que contarles ya que ando un poco triste…

Creo que este trozo de sandilla termina aquí.

Asi que les deseo una feliz semana y nos vemos pronto en la siguiente actualización, que por cierto tiene una pequeña sorpresa. ;D pero no les diré que es.

Jya nee!

いずれまたお便りします。(¡___¡)/

Sogui Chan: Dejen un review, o rapare la cabeza de Sasori como si fuera un budista.

Sasori: que castañas estas diciendo??? OX

Deidara: XDD vas a estar pelón!!!!!

Sogui Chan: ¬¬ yo que tu no hablo porque puedo agregar "Deidara también"

Deidara: OO

Sasori y Deidara: Sálvenos de esta loca deprimida __________"" por favor!!!

Sogui Chan: tenían que recordármelo ¬¬*

Respuestas Sandillezcas a los Reviews

Se las quedare debiendo discúlpenme pero es que estoy en el trabajo y casi no tengo tiempito, perdónenme!! Pero eso si

AGRADECIMIENTOS ESPECIALES A:

yeguilexy

SasoDei156

Escolastica

LolaLaTrailera

kalhisto azula

Lyan