DURA REALIDAD
Capítulo 42 - El beso del final

A lo largo de todo el viaje de regreso no cruzamos ni una sola palabra. El silencio nos había invadido y no pensaba abandonar su lugar. Sin embargo, ¿había algo más que decir después de esto?

- "¿Por qué no te comunicaste? Ni una llamada, ni un mensaje, ¡NADA!" – estaba histérica, totalmente molesta, fastidiada. Y no era para menos, la había abandonado la noche de año nuevo y todo el día que le siguió estuve 'desaparecido'.

- "Ya te dije que no pude, no tuve tiempo ni para pensar en otra cosa que no sea la fiesta…" – no podía decirle la verdad. La destrozaría…

- "Eso te lo hubiera aceptado en la noche pero, ¿ayer? ¿Acaso me vas a decir que también ayer estuviste ocupado con 'la fiesta'?" – el sarcasmo en su voz era evidente – "Por favor…"

- "Rika…" – no sabía qué más hacer para calmarla.

- "Estuve…" – fue entonces que escuché sollozando – "… muy preocupada…" – giró a verme y sus ojos estaban empapados por las lágrimas – "… por ti" – me acerqué a ella que estaba sentada al borde de la cama. Me arrodillé para que me viera.

- "Lo siento… no quise preocuparte… por favor, discúlpame" – me miró aún entre sollozos – "No debí dejarte sola a pesar de…" – me silencié – "… a pesar de lo pesado que era controlar todo…"

- "No creas que no me doy cuenta de las cosas, InuYasha" – la miré un poco sorprendido pero no dejé que ella notara eso en mí – "No fue solo eso, ¿verdad?" – empezó a acariciar mi rostro – "Hay algo más…" – bajé mi rostro, ¿qué debía hacer?

- "Lo hay…" – estuve pensando unos momentos hasta que por fin pude hablar – "… hay otra cosa que debes saber…" – quise seguir pero empezó a negar con la cabeza.

- "No, no quiero, no…" – ocultó más su rostro sin dejar de negar – "… aquí no…" – lentamente empezó a alzar tímidamente el rostro – "… por favor"

- "Sabes que..." – tragué para tomar fuerza – "… igual tendrás que saberlo, ¿verdad?" – asintió en silencio.

- "Lo sé…" – se irguió un poco – "… y cuando regresemos no te pienso detener cuando quieras decirlo pero, hasta entonces por favor…" – tomé sus manos y las besé con ternura. Sin embargo, no pude evitar rechazarla cuando se acercó a mí buscando mis labios. Por más que quería transmitirle cariño, no podía negarme que sus besos me resultaban fríos, ahora más que nunca aunque ella tratara de decirme con ese acto lo mucho que me quería.

Creo que el silencio tenía motivos más que suficientes para quedarse.

Cuando aterrizamos fue que me di cuenta que me había olvidado totalmente en cómo regresar cada uno a sus apartamentos. Había estado tan 'perdido' en mis sentimientos, en Kagome, que prácticamente me olvidé de todo lo que me rodeaba. "Dios, soy un estúpido…"

- "Descuida, InuYasha. Yo ya había pedido un taxi para nosotros" – miré a Rika a mi lado quien estaba alzando la mano. Giré en la dirección que apuntaba y un señor uniformado se acercó a nosotros identificándose diciendo que habían solicitado sus servicios. Cuando me di cuenta, las maletas ya estaban en el auto – "Hay que despedirnos…" – fue un susurro apenas audible para mí. Giré a verla pero ella ya estaba adelantada, despidiéndose de Kagome y de Hoyo.

Cuando regresó, le abrí la puerta del auto e ingresó. Dios, como moría por acercarme a Kagome y despedirme de ella como debía, tomando esos hermosos labios que me volvían loco con solo un roce. Bajé la cabeza tratando de contener mis deseos, respiré hondo y alcé la cabeza.

- "A ti también, InuYasha, gracias por las atenciones" – deseaba tanto estrecharla entre mis brazos y no separarme de ella pero no podía. Kagome misma me detenía con su sonrisa, con sus ojos que ocultaban un mensaje solo para mí, para ambos. "No podemos…"

- "Descuida, fue un placer. Lo que sea por ustedes…" – ocultó su rostro bajando la cabeza como si sintiera vergüenza. Tal vez de tener que ocultar sus sentimientos, quien sabe. Nunca lo sabré – "Hoyo…" – lo miré serio obteniendo de respuesta una pequeña inclinación con la cabeza, un gesto igual de frío que mi tono de voz con él. Volví a ver a Kagome, no miraba a ninguno de los dos.

Subí al auto y éste empezó a avanzar. Quería girar, verla mientras me alejaba. Tuve que contenerme cerrando los ojos para así invocar las fuerzas que sentía abandonarme.

- "¿InuYasha?" – la miré con lentitud y al hacerlo pude notar su clara extrañeza – "¿Estás bien?"

- "Descuida…" – traté de lucir lo más tranquilo posible esperando que cualquier duda en ella se desvaneciera. Sin embargo, cuando dejó de verme, por un extraño motivo sentí que no había logrado nada de lo que quería.

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Había sido un largo día, lleno de pacientes y todos con molestias distintas. Solo algunos eran nuevos en mi lista del día, a la gran mayoría ya los conocía.

- "Dr. Taisho…" – estaba escribiendo la receta médica para mi última paciente.

- "Dígame, anciana Kaede"

- "Acaso, ¿le ha sucedido algo?" – estaba buscando mi sello en los bolsillos

- "¿A qué se refiere?" – firmé el papel y se lo extendí para que lo tomara.

- "Pues…" – me miró fijamente – "… sus ojos, tienen un brillo que no había notado antes" - me quedé viéndola – "Esta emoción que noto, ¿no tendrá nombre?" – no pude evitar sonreír. Kaede fue una de mis primeras pacientes y con los años aprendí a conocerla un poco. Había cierta confidencialidad entre ambos, más allá de la que hay entre un médico y su paciente. Apoyé mis brazos en el escritorio.

- "A penas y ha pasado una semana, Kaede" – no dejábamos de sonreír. Mi emoción era demasiado grande y aún no lo creía.

Aproveché el hecho de que después de ella no seguía nadie y le conté todo lo que había pasado con Kagome. Claro, omitiendo ciertos detalles que solo nos pertenecían a ella y a mí.

- "Hacía tanto no sentía esto, Kaede. El volver a ver a Kagome ha hecho que mi vida tengo un nuevo rumbo, ¡otro sentido! Y esta vez no la pienso arruinar"

- "Me alegro mucho por usted, doctor" – pude percibir un mensaje escondido en sus palabras. La vi con extrañeza y noté que suspiró – "Sin embargo, su felicidad no durará si no aclara las cosas con la doctora…" - me recosté en mi asiento.

- "Lo sé, créeme que lo sé" – junté mis manos sobre mi regazo – "Tengo que solucionar esto de una buena vez… por el bien de Kagome y mío también"

Salí del consultorio cerrando la puerta tras de mí. Dejé algunos archivos a la enfermera que se ocupaba de mis asuntos y me dirigí rápidamente al ascensor.

Empecé a ver a mi alrededor mientras caminaba por la clínica. La misma gente, los mismos rostros, el mismo ajetreo de siempre. Sonreí. Todo seguía igual, nada había cambiado. "Mentira". Había algo distinto, lo sentía. ¿Y si yo era el diferente? No me sorprendería, Kagome me había cambiado desde hace tanto, desde conocerla. El simple hecho de volverla a ver, de compartir con ella, de amarla, me había devuelto la luz a mi vida. Pero esta luz se apagaría pronto si no arreglaba las cosas.

- "La doctora Yamamoto, ¿se encuentra?" – desde hacía tiempo había venido a su consultorio tratando de ubicarla.

- "Lo siento, ahora está con paciente y no podrá atenderlo" – pero no había logrado hablar con ella hasta ahora.

- "¿Sabe a qué hora termina su turno?" – no podía seguir así. Esta situación ya me estaba desesperando.

- "Este es su último paciente, ya no tiene más" – abrí los ojos sorprendido. Tal vez… tal vez esto podía terminar ahora.

Bajé hacia la recepción en donde logré encontrar una máquina dispensadora de café. "Cappuccino". Adoraba ese café, no solo por su sabor, sino porque también sabía que era el favorito de Kagome junto con el de Moka. Tomarlo me hacía sentir más cerca de ella y ahora, tal vez, podría transmitirme fuerza.

Con el café en la mano bajé al sótano. No me tomó mucho tiempo encontrar el carro de Rika y es que estaba relativamente cerca del ascensor. Me apoyé ahí y empecé a beber la bebida caliente antes de que enfriase.

- "¿Qué haces aquí, InuYasha?" – no la miré, temía hacerlo pero su voz me hablaba de una clara sorpresa. Ya Había pasado un buen tiempo de estar ahí. ¿20, 15 minutos quizás? De mi café, no quedaba más que un tercio del vaso.

- "Esperándote…" – estaba un poco nervioso así que de un sorbo tomé lo quedaba – "Ya terminaste…"

- "Sí, hace unos minutos…" – caminé hacia un tacho cercano y boté el vaso que ahora me estorbaba. Ella aprovechó ese momento, desactivó la alarma y abrió la puerta.

- "Rika… tenemos que hablar" – me apoyé al lado de ella que se disponía a entrar. La miré a los ojos y en los suyos noté cierto nerviosismo e incluso miedo. Esquivó mi mirada enfocándolos a otro lado.

- "InuYasha… ahora no puedo, tengo que…"

- "La última vez que quise hablar contigo dijiste lo mismo. ¿Cuánto tiempo piensas prolongar esto? Te he estado dejando mensajes todos los días, ninguno lo respondes y siempre a penas terminas, buscar irte" – aún seguía sin mirarme. Pausé un segundo, para tomar respirar y tomar fuerzas – "Rika… no puedes huir más, por más que quieras"

- "¿Quieres hablar?" – enfocó mis ojos y sentí temor de lo que podía decir. Éstos estaban llorosos, no sabía por cuánto tiempo ella pensaba aguantar las lágrimas – "Está bien, tú ganas" – agarró la puerta y la cerró de un solo golpe – "Hablemos" – se apoyó en el carro y cruzó los brazos, esperando.

Tragué sin saber qué decir. ¿Por dónde comenzar? Por más que pensaba en las palabras que iba a usar, ninguna parecía ser la adecuada para expresar lo que sentía. No quería lastimar a Rika pero, eso iba a ser una consecuencia inevitable, ¿verdad?

- "¿Piensas decir algo?" – no me miraba, seguía en la posición de antes pero no me veía.

No dije nada, me mantuve en silencio unos segundos que me parecieron eternos. Pude ver que dejó caer los brazos y se irguió.

- "No sé…" – tampoco me atreví a verla – "… cómo empezar"

Otro silencio.

- "Sólo… di lo que sientes" – alcé mi rostro y encontré el suyo. Se veía entristecida pero sus ojos me comprendían – "Cómo lo digas, no hará ninguna diferencia. No podrás evitar que duela"

- "Rika yo…"

- "Dilo… por favor" – su voz sonó cortada – "… y termina con esta agonía"

Bajé la mirada unos instantes y suspiré.

- "Rika yo… te estimo demasiado. Eres decidida, me haces sentir bien pero…" – esperé unos instantes para decirlo – "… no te amo…" – seguía sin mirarme, pero esta vez tenía los ojos cerrados – "… lo siento"

Me quedé esperando a que dijera algo, pero no respondió. Nos quedamos sin decir nada por un tiempo que para mí, parecían no tener final.

- "Yo…" – ahora miraba hacia el techo – "… ya lo sabía" – giró su rostro y pude verlo y para mi sorpresa seguía conteniendo las lágrimas. No sabía por cuánto tiempo más iba a poder hacerlo. Escuché una risa triste – "Siempre lo supe, desde aquel día"

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Desde la primera vez que lo vi pasar por los pasillos de la universidad me llamó mucho la atención su porte, su actitud fría y distante con todos, sus ojos. Muchas de las chicas se morían por él, a mí solo me daba curiosidad pero no fue hasta casi el final de mis estudios que con tiempo empecé a responder las preguntas que se habían formado por años en mi mente.

- "Has estado muy callada desde que terminó la clase. ¿Acaso te asustó algo?" – lo miré de reojo sin dejar de caminar. No sabía si animarme a preguntar o quedarme callada.

- "No… no es eso…" – estábamos en el paradero esperando a que un bus llegara y así poder ir cada uno a nuestras casas.

- "Bueno… si tú lo dices" – a lo largo de todo el camino no cruzamos ni una sola palabra. No sabía si ignorar o fastidiarme por su falta de insistencia hacia lo que me pasaba o pensaba. Me sentí un poco triste, una emoción que desde hacía un tiempo me estaba empezando a invadir cuando estaba al lado de InuYasha, y eso era algo que me estaba empezando a preocupar; no debía estar tan pendiente de sus actitudes conmigo.

- "Bueno, aquí me bajo…" – me paré y pude notar que él también lo hacía. Me estaba dejando salir del asiento – "Nos vemos…"

- "Te acompaño a tu casa, es peligroso que estés sola a esta hora" – era cierto, ya era de noche pero no quería que viniera conmigo. Lo miré mientras presionaba el botón de alarma para que el bus se detuviera en el siguiente paradero.

- "No es necesario…" – el bus se detuvo y mientras bajaba sentí que él también lo hacía. El carro se fue, no me quedaba de otra más que dejarlo acompañarme.

Estuvimos caminando un rato en silencio por las calles. Lo miraba de reojo de tiempo en tiempo. Se veía tan serio, tan indiferente a pesar de que solo lo iluminaba los postes de luz. Sin embargo, una actitud suya me causó sorpresa cuando atendíamos a uno de nuestros pacientes.

- "¿Piensas decirme que te pasa?" – sentí como se detuvo y tras dar un par de pasos más lo hice yo también.

- "¿Por qué insistes? No me pasa nada…" – no apartaba su mirada de mi y por un instante sentí los latidos de mi corazón latir cada vez más rápido. Miré hacia el suelo un segundo, esto no estaba bien.

- "Es por lo del artículo, ¿verdad?" – su rostro mostraba cierta tristeza y resignación. No sabía si era correcto preguntar pero, desde que leyó el artículo estuvo más callado que de costumbre y la expresión de su mirada cambió.

Se metió las manos a los bolsillos, se enderezó un poco y suspiró.

- "¿Qué deseas saber?" – estuve callada unos segundos. No me animaba a hacerlo – "Rika, si te estoy preguntando es porque te voy a responder. Si fueras otra persona simplemente ni insistiría. Te considero y te tengo confianza. Ahora si tú…"

- "Esa mujer…" – tenía los ojos esquivos pero ahora lo vi fijamente – "… la del artículo. ¿Quién era?"

Nos quedamos en silencio por unos momentos que me parecieron eternos. Fue demasiado incómodo.

- "Lo siento… creo que cometí una indiscreción"

- "Kagome…" – no había dado ni un solo paso cuando comenzó a hablar – "… fue una chica que conocí cuando era un niño" – empezó a caminar y yo simplemente lo seguí – "Por cosas que pasaron, tuve que dejar de verla y perdí contacto con ella. Por mucho tiempo estuve sin saber de su vida, ni siquiera de los amigos que teníamos en común. Estuve así 5 años, hasta que… la encontré…"

- "Ya veo…" – estábamos sentados en una banca que encontró en el parque al otro lado de la calle.

- "Ambos habíamos cambiado tanto. Nuestras apariencias eran más adultas, por nada pasó el tiempo. Sin embargo, lo que yo pensé fue un amor niños… revivió. Al verla, fue como si todo lo que tenía guardado para ella saliera de golpe, lo sentí claro en pecho e incluso, era mucho más fuerte que antes. Kagome era tan linda, una hermosa mujer. La amaba tanto, no quería alejarme de su lado pero…" – por alguna razón el hecho de que hablara así de ella me dolía tanto – "… tuve que hacerlo… de nuevo"

- "Ella…" – no me atrevía a mirarlo – "… ¿supo tus motivos? ¿Los comprendió?"

- "Nunca se los dije… no quería que sufriera por…" – iba a decir algo pero se contuvo – "… por mi culpa…"

- "¿Has vuelto a saber de ella?" – negó con la cabeza y fijo su vista en mi

- "Ya serán 5 años…" – hubo un silencio en donde se ninguno se animó a hablar.

- "Tú…" – sabía que estaba cometiendo una indiscreción – "Kagome… ¿ese es el motivo por el que no has aceptado a ninguna?"

- "Jamás lograré olvidarla… aunque al final llegue a estar con otra, Kagome nunca dejará el lugar que ocupa en mí… nunca…"

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- "Cuando me dijiste para estar contigo años después, me sorprendió mucho. Esas palabras retumbaron en mí luchando por que las escuche. Pero te amaba tanto… que simplemente las hice a un lado"

No sabía qué decir, no tenía QUÉ decir. Recordaba perfectamente aquella vez en que le hablé de Kagome, pero no pensé que Rika aún las recordara con tanto detalle.

- "Cuando nos vimos en la gala de médicos… tú sabías, ¿verdad? Que ella…"

- "Sí, desde el principio. Cuando Hoyo la presentó y dijo su nombre, me trajo el recuerdo de la vez en que la mencionaste. Pensé que tal vez era otra, y así lo creí. Pero cuando los vi hablando afuera al salir a buscarte… comprendí que era TU Kagome. Por eso fui lo más rápido que puse y te besé… tenía miedo, quería…" – no se animaba a decirlo

- "Querías que ella supiera que estabas conmigo…" – simplemente asintió en silencio.

Suspiré pesadamente, metí las manos en los bolsillos y miré hacia otro lado pensando.

- "¿Por qué hiciste todo esto, Rika?" – la miré fijo, esperando a que ella lo hiciera también – "Si lo sabías todo desde el principio… ¿por qué…?"

- "¿Crees que hubiera soportado tenerte a mi lado sabiendo que no amabas?" – las lágrimas empezaron a acumularse en sus ojos – "Yo te amo, InuYasha… te amo demasiado. Pero…" – miró hacia otro lado buscando recuperar el aliento – "… la forma en que la mirabas… por más que querías ocultarlo, tus ojos mostraban lo que sentías" – empezó a retirar las lágrimas con delicadeza de su rostro – "Si la vida te reencontró con Kagome, no podía quitarte esa oportunidad al menos que fueras tú mismo quien la dejara pasar. Sabía de los riesgos, sabía que podías dejarme y que no solo yo sufriría sino Hoyo también pero…" – me acerqué y la abracé empezando a llorar desconsoladamente – "… pero, no iba a poder vivir con la duda… no podría…"

La dejé llorando en mis brazos, tenía que liberar todo y no iba a interrumpirla.

- "Lo peor es que Kagome, a pesar de su orgullo y el dolor que tenía guardado, tampoco dejó de amarte, nunca te olvidó. Dios, debería odiarla pero… no puedo hacerlo, me cae bien a pesar de todo…."

No sé cuánto tiempo habremos estado así, pero solo la solté cuando sentí que Rika buscaba liberarse. De mi bolsillo saqué un pañuelo y se lo extendí.

- "Gracias…" - entre sollozos empezó a limpiarse las lágrimas. Cuando terminó, lo dobló y lo apretó en su mano – "Te lo devolveré en estos días…" – yo solo asentí.

- "Rika…" – negó con la cabeza.

- "No digas nada… no es necesario…" – extendió una de sus manos y acarició mi rostro. Se acercó lentamente y solo me limité a entrecerrar los ojos al sentir sus labios sobre los míos, un beso de despedida – "Te amo, InuYasha, no lo olvides…"

La vi subirse a su carro, encenderlo y salir del estacionamiento. Me metí las manos a los bolsillos y caminé despacio hacia mi auto. Ya A pesar de lo doloroso que fue para Rika y lo difícil que fue para mí, no hubo marcha atrás… ya todo había terminado de mi lado. Ahora solo dependía de Kagome.


Mil perdones por la enorme tardanza. Sucede que todo este tiempo estuvo con la inspiración en cero, no me venía nada y empecé a escribir en cámara recontra lenta según lo que me venía. Al final empezó a salir el capítulo y (por fin) aquí lo tienen.

Les recuerdo que los personajes acá utilizados no me pertenecen sino a la mangaka Rumiko Takahashi

Espero les guste :)


04 de Octubre del 2010

Hecho por: letta-san :)