Bueno, aquí estamos, con esto terminamos por estos lares, luego de vueltas, revueltas, y la mar en coche, dejo de publicar material que realice en otras páginas, en , nunca pensé que este día llegaría tan rápido, espero lo disfruten, si quieren saber cómo sigue, mándenme un mensaje.

Disclaimer: Los personajes de Mortal Kombat no me pertenecen.

El dolor era grande, se sentía en el pecho, y alrededor solo había oscuridad, opresiva, dominante.

Una figura se acerco al guerrero caído, y le toco el hombro, este levanto la mirada, y vio que se trataba de Jonny, sonriendo, con sus lentes de sol reflejando una luz cuyo origen no era visible.

Pero entonces, desapareció, y cuando la luz nuevamente ilumino algo, el guerrero vio el cadáver de su amigo, en el suelo, con los ojos en blanco. No fue el único, al instante, Lao cayo también, tan tieso como su otro compañero.

Intento acercarse a ellos, pero por más que intentaba siempre estaban lejos. Viendo al cielo, noto los rostros de Rayden y seis figuras más, todos viéndolo con decepción.

Alrededor suyo, y también con esa expresión, aparecieron Jax, Sub Zero, Nightwolf, Kitana, Sonya y Kabal. No pasaron ni siquiera segundos para que todos cayeran muertos también, y al instante, cadáveres de miles de personas los acompañaban, incluyendo a los antiguos miembros del Loto Blanco.

Las risas empezaron en ese momento, la más fuerte era la del Emperador Shao Kanh, que se erguía, acompañado de todo su ejército, entre toda esta destrucción. Y dirigió su mirada al guerrero que observaba todo.

Este ataco con toda su furia, pero aunque sus golpes conectaban, no hacían daño, y al instante, Kanh lo agarro con uno de sus brazos del cuello, ejerciendo presión para romperlo.

Todos sus soldados se reían, pero sin siquiera parar, empezaron a quemarse, hasta solo dejar cenizas, y su amo les siguió en ese destino.

Liu Kang cayó al suelo, luego de que esos brazos lo soltaran, y vio a su salvador. Un poderoso dragón verde, no se lo veía furioso, solo paciente, y sabio.

El monje estiro la mano para tocar a esa bestia. En el momento que lo hizo, sintió un gran calor, se sentía tan bien.

El dragón movió sus brazos súbitamente, y antes de que el monje reaccionara, la bestia le quebró el cuello sin misericordia.

Este no es nuestro mundo, este es el mundo de:

Mortal Kombat, Batalla de los 6 reinos tercera temporada capítulo final: "Evolución".

Kanh observo el cuerpo del monje, tendido en el suelo, con el corazón detenido, y sin respirar, y debía ser honesto en el hecho de que se había decepcionado. Un gran guerrero, muriendo sin ninguna razón aparente, sabía que la longevidad del Earthrealm era menor a la de su reino, pero no de una forma tan extrema.

¿Qué quedaba hacer ahora?, nada, aun tenía algo en su favor, los reinos seguían juntos, y no había manera de que alguien pudiera romper la unión, ya que era algo mas allá de lo que la mayoría de los seres podían aspirar, tendría que ser alguien muy especial. Lo que sí podrían era intentar contenerla, eso evitaría que llegaran más soldados del Outworld, tendría que esconderse hasta que no pudieran hacerlo más, ya que aunque podría vencer a los sobrevivientes sin problemas, los Shokans de seis brazos seguro volverían al notar que las cosas no cambiaban, y ahí sí que no podría hacer nada, mejor desaparecer lo más rápido posible.

Fue en esas circunstancias, que dejo pasar el hecho de que estaba perdiendo el conocimiento por sus grandes heridas, hasta que algo lo despertó de repente.

Se dio vuelta rápidamente, sin creer lo que su alma sentía, "la unión".

Efectivamente, la unión entre reinos había sido rota, tal vez hubiera una oportunidad de repararla si llegaba a tiempo, no era el momento de preguntarse que había pasado, le estimaba solo unos minutos antes de que comenzara la separación.

Pero otra cosa llamo su atención, Liu Kang estaba erguido frente a él, con los ojos cerrados. Su corazón estaba palpitando nuevamente, pero se sentía distinto.

En el momento en que Kanh se acerco mínimamente, abrió los ojos, ojos amarillos y brillantes, y todo termino allí.

La piel del monje se desprendió como una cascara, desvaneciéndose en un fulgor amarillo verdoso a medida que lo hacía. Dentro, había una especie de capullo brillante, que latía lentamente. Y se fue desenrollando, hasta terminar la forma de un largo dragón verde.

El emperador se convirtió en su presa, y como buen cazador que era, salto directo hacia el cuello, pero no lograría llegar sin resistencia, frenado por un potente golpe aumentado por energía espiritual.

El dragón cayó al suelo, aunque parecía que el golpe le habría causado algún daño, nada más alejado de la realidad, solo estaba probando, y no estaba asustado.

El ataque real comenzó allí, con sus potentes dientes, se agarro del brazo izquierdo del Emperador, penetrando la dura carne con precisión quirúrgica, como si se tratara de simple papel, mientras que con su cola, ingreso como una espada, en el abdomen de su enemigo, dañando órganos internos sin problemas.

Kanh vomito sangre, pero aun en esa situación, maniobro para llamar a su martillo, y golpear al dragón, pero su arma se rompió al hacerlo. Sintiendo que todavía había rebeldía por parte de su enemigo, las patas delanteras del reptil empezaron a usar sus garras para desgarrar la tierna carne del pecho.

La presa lanzo una bola de energía de su boca hacia abajo, dando un impacto directo en la espalda del dragón, que cayó al suelo. Pero el cazador también tenia trucos así, y lanzo una ráfaga de fuego enorme desde su boca.

Desde una de las habitaciones de la fortaleza, Shang Tsung sentía lo que pasaba, y no le gustaba para nada, definitivamente todo terminaría ahí, tendría que armar mas planes, intentar encontrar la forma de que esto no fuera solo una derrota, pero la llegada de una figura destrozada, largando sangre a chorros, termino llamando su atención.

"Así que sigues vivo", dijo sonriendo al verlo, "por lo que veo, tu cuerpo no soporto tanta cantidad de energía, pero la resistencia externa sigue siendo grande…, no te preocupes, el proceso será mejorado, y cuando llegue el momento, créeme, podrás encargarte de esa chica".

Mientras, en la sala principal, el humo iba llenando cada lugar.

Las quemaduras en los brazos del dueño de la fortaleza, abarcaban la casi totalidad de los mismos, en el izquierdo no importaba demasiado, sus nervios habían colapsado y ya hasta la sangre había dejado de salir. Debido a la situación, no podía ver nada, y su instinto le impulso a cerrar los ojos, e intentar oír algo, mientras que su mano derecha intentaba en vano parar la potente hemorragia que tenia a la altura del estomago.

No oyó nada antes de que sintiera un látigo golpeándolo con fuerza, dejándole una marca en el pecho, y estrellándolo contra uno de los muros, que se desplomo al instante, dando la vista al exterior.

El Emperador vio lo que había afuera, a lo lejos, todo se deshacía a una gran velocidad.

La respiración se le entrecorto, y notaba que el dragón se acercaba a él, "vamos, termina de una vez".

Y nada hubiera sido más satisfactorio para el implacable ser, de no ser porque las extrañas emanaciones del exterior llegaron hasta allí, y en el fondo de su alma, un monje sin comprender nada, se había despertado debido a esto.

Y así, el dragón desapareció, dejando a Liu Kang en su lugar. Y aun con todo lo que había pasado, unos breves recuerdos invadieron su mente, más que imágenes, eran solo sensaciones.

"No eres más que una bestia esperando que el raciocinio le abra la puerta para salir a satisfacer sus bajos instintos", dijo el Emperador sonriendo maliciosamente, pese al dolor, "pero no te preocupes, algún día, encontrare un lugar útil para ti, y me servirás".

El Emperador levanto la mano, y un leve y extraño portal se formo, haciéndolo desaparecer. Todo el lugar empezó a colapsar, aunque Kang intento llegar a su enemigo, fracasó, y se dio cuenta que debía salir de allí lo más rápido posible si quería sobrevivir.

Tsung también se dio cuenta, y al igual que su amo, genero un pequeño portal, marchándose junto con su recién encontrado compañero, y Ermac, que seguía allí, aunque nadie lo hubiera notado.

No paso mucho tiempo para que la fortaleza empezara a convertirse en escombros, con el cuerpo de Lao desapareciendo entre todos ellos.

Kitana despertó ante tal destrucción, y precipitarse a la salida también fue su único pensamiento, pero sus intentos no parecían rendir frutos, y hubiera terminado sepultada, de no ser por Kang, que la encontró y logro levantarla con sus brazos, para llevarla hasta la salida.

Allí, Rain, Sindel y Jade esperaban, esta última reacciono rápidamente para abrazar a Kitana cuando Kang le permitió bajar.

"¿Qué ha pasado?, ¿Milenna…?".

"No te preocupes", le respondió Kitana tristemente, "eso ya es solo una historia de mi pasado", luego dirigió su mirada a Liu Kang, "gracias por salvarme, guerrero, y sobre todo, gracias por vencer al Emperador".

"No", dijo Liu Kang, "el sobrevivió".

"No te preocupes", le dijo Sindel sabiamente, "ninguna batalla termina con un solo encuentro, esta fortaleza era falsa, la verdadera permanecía en el Outworld, con el resto del ejercito de Kanh, pero ahora, siento que Edenia también se separa", Sindel junto las manos, generando un montón de energía, "y todos los Edenianos iremos de vuelta a nuestra casa".

"Madre", le dijo Kitana preocupada, "¿tienes energía para hacer algo así?".

"No soy solamente yo", le dijo Sindel, "todos lo hacemos".

Efectivamente, cada Edeniano en cualquier lugar del Outworld, sin importar si la región que habitaban formaba parte de la fusión o no, sintieron lo que pasaba, y se juntaron.

Ferrod, hermano del fallecido rey Jerrod, se incluía entre ellos, agarrando tanto a su mujer, como a su hija, "acércate, pequeña", le dijo a esta, "has nacido en el Outworld, pero tu verdadero lugar siempre será Edenia…, gracias, reina Sindel, sabía que volverías".

La energía de los Edenianos brillo con intensidad en cada rincón, llenando de luces el cielo.

En ese momento, Jax y los demás que estaban con él se levantaron, y presenciaron el extraño espectáculo. Mientras eso pasaba, a su alrededor, toda la ciudad se iba reconstruyendo pieza por pieza, cada planta volvía a crecer, cada edificio se armaba de nuevo, y así, en todo el globo.

Una vez que este proceso hubiera terminado, en los calabozos de la falsa fortaleza de Kanh, una urna gigantesca se partió, y miles de esferas de energía salieron, viajando por todo el mundo, hasta volver a sus formas verdaderas, las de cada uno de los humanos del Earthrealm.

"¿Hemos…, ganado?", pregunto Jax, viendo como la gente se levantaba bastante atontada por lo ocurrido, y sin entender nada, mientras el cielo cambiaba del extraño rojo, al celeste de todos los días.

Stryker se sintió extraño, algo lo estaba llamando, el rostro de una mujer bastante adulta, de pelo largo, pero lo ignoró, y sin pensar en nada mas, salió corriendo, siendo seguido por sus compañeros.

Se encontraba lejos, pero no le importaba, corrió todas las cuadras que lo separaban, sin detenerse, haciendo caso omiso de las personas que le preguntaban si sabía que había pasado, hasta que llego a su hogar. A su alrededor, sus vecinos estaban en la misma que el resto de la población, pero las casas se veían igual que siempre, como si nada hubiera pasado.

La puerta de la casa de Stryker estaba abierta, y el ingresó rápidamente, y al doblar una esquina, vio a su mujer, desorientada, y todavía en camisón.

"Querido, ¿qué fue lo que paso?".

Stryker no respondió, solo la abrazó, mientras las lágrimas caían de sus ojos.

Su pequeña niña llego a la habitación, "papi, mami, ¿pasó algo?, me siento extraña".

Stryker la abrazó también, "no, todo está bien ahora, todo está bien".

Aunque no ingresaron, Jax y Sonya parecían tener una idea de lo que pasaba, y se sintieron bien consigo mismos, todo había terminado.

"Parece que Lao y Liu lo hicieron", dijo Sonya.

Una explosión se produjo al lado suyo, sorprendiendo a toda la gente que seguía dando vueltas, y Rayden apareció.

"Bien hecho, guerreros", dijo.

"Rayden, al fin has aparecido, ¿se encuentran bien Liu Kang y Kung Lao?", pregunto Jax.

"Liu Kang salió victorioso, pero Kung Lao…".

Nadie dijo nada más por unos segundos.

"Al menos todo volvió a la normalidad, ¿no?", dijo Kabal, pero todos sabían que nada volvería a ser como antes jamás.

"Por favor, ven con nosotros", pidió Kitana, "la guerra contra el Emperador recién empieza, y nos vendrías de gran ayuda".

"No", le respondió Liu Kang, sin siquiera ponerse a pensarlo, "el Earthrealm me necesita, ya he fallado demasiadas veces".

Kitana quiso insistir, pero su madre la detuvo, "déjalo, hija, tiene razón, los portales entre los tres reinos pueden ser abiertos sin tapujos dadas las circunstancias, Edenia tiene un gran ejercito, pero aquí, las cosas son diferentes, lo necesitan más".

Kitana acepto las palabras, y se despidió de Liu Kang con una reverencia.

"Ven", le dijo su madre al final, "Edenia ya esta reconstruida, debemos irnos allí".

Kitana, Jade, Rain y Sindel, empezaron a desaparecer lentamente, hasta que nada quedo detrás que hubiera confirmado su presencia alguna vez.

Liu Kang observó a su alrededor, todo volvía a ser como antes, salvo por sus aliados que habían muerto, y nunca volverían…, debía seguir adelante, así que se marcho, hacia un rumbo incierto, mientras algo dentro suyo, esperaba su próxima oportunidad para ser libre.

Sonya y Jax se presentaron a la base de los Special Forces al poco tiempo de que las cosas terminaran, Sub Zero y Kabal se habían marchado, y su despedida de Stryker había sido bastante reciente.

"Es una gran oferta la que me hacen", les había dicho este último, "pero si los Special Forces se enfrentan cosas así todos los días, prefiero quedarme en mi trabajo actual, de todas formas, si me necesitan, no duden en llamarme".

El informe de ambos miembros, fue detallado y directo, hasta lo mas mínimo fue comunicado, pero la respuesta no fue la esperada.

"¿Construir portales?", pregunto Marx.

"Si", le indico Sonya, "los portales pueden ser abiertos ahora que los Reinos siguen en conexión permanente, debemos prepararnos para potenciales ataques como este".

"Sabes que estás fuera del servicio activo, ¿no?".

"Si, lo sé, pero no entiendo la relación con esto".

"Tienes cinco minutos para dejar esta habitación y no ser despedida".

"¿Qué?".

"Eso, no tengo interés en gastar dinero de los contribuyentes, solo por ese invento tuyo".

"Pero lo has sentido, la modificación de la realidad, la desaparición de algunas personas, ¿cómo puedes explicarlo?, además, tenemos la ubicación de la base de los Black Dragons, y del laboratorio del Doctor Malcolm, con No Face y Tasia capturados".

"El mundo sigue girando, y no tienes pruebas de lo que dices, las cosas seguirán como yo lo diga, y tienen suerte de que si su información, aunque no como la obtuvieron, sea verdadera, no les cobre el coste del brazo del oficial Briggs, o el tiempo que me están haciendo gastar".

Sonya intento decir algo, pero se quedo callada, y se marcho con su compañero.

"No te preocupes, es un idiota", le dijo Jax calmado, "pero su plazo como jefe se está acabando, felicidades por conservar la calma".

Sonya lo miro de mala gana, "gracias", dijo sin disimular su enojo, y se fue alejando.

"Sonya", la intento detener Icy, que pasaba por allí, sin éxito, el chico se desanimó un poco, pero luego vio a Jax, "parece que vamos a tener que reparar tu brazo otra vez".

"Sí, tengo unas ideas sobre mejoras que tal vez te interesen".

"Tendrán que esperar", Icy le coloco un cuaderno en el pecho, "los satélites han detectado algo muy interesante en un desierto africano, podría sernos útil".

La noche cubrió las calles de New York, la vida seguía su curso, y eso significaba que los ladrones volvían a realizar su tarea. Sin embargo, uno de ellos, se dio cuenta demasiado tarde de que había elegido un mal lugar, cuando un arma muy filosa paso volando al lado suyo, y se clavo en un muro, luego de cortarle una pierna.

"Lo siento, chico", le dijo Kabal, "pero estas en mi territorio, y acá, el crimen no será permitido".

A tan solo unas cuadras de distancia, un ser se acurrucaba en un callejón, "el amo me matara, debo quedarme aquí", sintió un extraño picor, y se quito la máscara, mostrando unas cada vez más pronunciadas escamas verdes, "ahora me ziento mucho mejor, zzzzi, mucho mejor".

Liu Kang observaba la noche, cuando sintió la presencia de Rayden a sus espaldas, que quería decirle algo.

"Calla", dijo Liu Kang, "en este momento las palabras no cambiaran nada".

El dios acepto lo que el guerrero le dijo, y simplemente, se marcho, dejándolo solo con sus tristezas.

"Tú eres mi reino", dijo Kang, "y no te fallare de nuevo".

Batalla de los 6 reinos: FIN.