Disclaimer: Crepúsculo no me pertenece, o el libro real de Thirteen reasons why, del que tomé prestado el titulo. La historia es de runaway xo, yo solo la traduzco con su permiso (:


"Bella," una suave voz susurró.

"¿Mhmm?" murmuré incoherentemente.

La voz me contestó, más cerca ahora, "Es hora de despertar." Podía sentir su frio aliento mientras me hacia cosquillas en el cuello, como si una pluma estuviera recorriendo mi piel, enviando un estremecimiento por todo mi cuerpo.

No pude evitar sonreír, pero no quería abrir mis ojos aun, estaba guardando lo mejor para el final. "Aun estoy dormida," Dije, enterrando mi cabeza entre su pecho de piedra, mis dedos jugaban despreocupadamente con el cuello de su camiseta.

Se rió, y lo sentí aun más cerca que antes. Podía sentir sus helados labios acariciar mi frente. "¿Serias tan amable de abrir tus ojos?"

"¿Porque?" murmuré, aun escondiendo mi cabeza en su pecho mientras mi cara se ruborizaba y mi corazón se aceleraba por ese simple toque.

"Me gustaría ver los ojos de mi prometida cuando le diga que la amo."

Mis ojos se abrieron de golpe y el aliento se me atoró en la garganta. Me encontré con sus ojos topacio, y traté de enfocarme en ellos, cosa que era demasiado difícil cuando la habitación estaba dando vueltas.

"¿Bella que pasa?" No sonaba preocupado, de hecho, se veía como si tratara con todas sus fuerzas de contener una risa. La diversión era obvia en sus ojos.

"¿Prometido?" dije ahogadamente.

"¿Quieres decir que no fue un sueño?" Susurré mas para mí que para él, cerrando los ojos, tratando de recordar la escena que se veía en mi cabeza. Edward y yo en el claro, y luego manejando hacia a casa de Charlie. La mirada en el rostro de Charlie cuando le dijimos que íbamos a…

"Oh por Dios," respiré, "Vamos a…"

"Casarnos," terminó el, cautelosamente, acercándose a mí, penetrándome con su mirada, inultamente tratando de leer mis pensamientos. Y con eso alcanzó mi mano derecha y me miró directamente a los ojos mientras tomó el anillo que descansaba en mi dedo anular.

"Oh," respiré, poniendo mi otra mano al lado de mi cabeza, deseando desesperadamente que el cuarto dejara de girar.

Edward me conocía demasiado bien, así que rápidamente desabotonó los primeros tres botones de su camiseta y se inclinó hacia abajo para que pudiera apoyar mi frente contra su calmante y frio pecho.

Después de unas cuantas respiraciones profundas y mis labios ansiosamente reemplazaron mi frente, se inclinó para besar mi cabello. "¿Mejor?" Rió.

"Creo que sí," Contesté entre los besos que estaba dejando por su perfecto pecho.

"Debo decir, que te lo tomaste mejor que Charlie," dijo con una pizca de tristeza en su voz.

"Charlie," solté un gritito cuando la escena volvió a mi cabeza. Charlie me llevó a la fuerza a su habitación, separándome de Edward. Aunque yo sabía que Edward escucharía de todos modos. "¿Y que si te deja de nuevo Bella?" Bramó Charlie, haciendo que me encogiera. "¿Te dejó una vez, y pudo juntar todos los pedazos, pero que pasará la próxima vez Bells? ¿ah? ¿Qué si la próxima vez los pedazos son demasiado pequeños?" Casi estaba gritándome y yo estaba conteniendo con todas mis fuerzas las lágrimas en mis ojos.

"Te equivocas papá."Traté de sonar fuerte, pero mi voz se quebró, haciéndome sentir vulnerable y débil. "Edward no va a dejarme."

"¿Pensabas que te dejaría la primera vez?" Atacó Charlie.

Ahí fue donde comencé a llorar, los sollozos salían de mi pecho como si un volcán hubiera hecho erupción. Luego, el pensamiento de que Edward estaba en la habitación continua, probablemente usando todas sus fuerzas luchando con la urgencia de consolarme, me hizo llorar aun más.

"Bella," suspiró Charlie, frustrado. "No quería hacerte llorar. ¿Podemos por lo menos hablar sobre esto primero?" Su voz había sonado apenas como un susurro al final, suplicándome.

"No hay nada de qué hablar," dije, apenas conteniendo los sollozos. "Amo a Edward."

Derrepente Charlie, el nombre Edward, y la palabra amor, todas juntas en la misma habitación, me hicieron sentirme intensamente claustrofóbica. Aunque era obvio que el que amara a Edward, era algo fácil de ver hasta para una persona tan testaruda como Charlie, acababa de darme cuenta de que nunca se lo había dicho abiertamente. Parada ahí, me sentía transparente y clara, como si Charlie pudiera ver a través de mí. Ni siquiera pensé en mirar a Charlie, para tratar de encontrar esa mirada de amor y felicidad, o por lo menos aceptación que quería. Era un sentimiento horrible, estar ahí parada, vulnerable, sin poder esconderme detrás de algo. No pude analizar su expresión, porque corrí a la cocina, donde Edward estaba sentado. Su mano estaba aferrada en la mesa, seguramente abollándola, y sus ojos estaban cerrados con fuerza. No hablé cuando salté a su regazo y colapsé contra él, de mi cuerpo aun salían sollozos, sintiéndose débil y culpable por hacer pasar a Edward por esta clase de tortura.

Sentí su mano alizar la parte de atrás de mi cabello. Podía sentir el control extra que estaba empleando en estos momentos para ser gentil con su cuerpo cuando tenía tanta rabia acumulada en el. No recordaba nada después de eso. Supongo que ahí fue donde me quedé dormida.

"Lo siento, Edward," solté ahogando un gritito, retirándome de su pecho para tirar mis manos alrededor de su cuello, "Lo siento mucho."

Rió y trazó tranquilizadores círculos en mi espalda, "No te disculpes, Bella. No es tu culpa."

Podía escucharlo en su voz, estaba culpándose de nuevo. "Para," siseé apartándome.

"¿Qué?"

"¡Deja de culparte!"

"Pero Bella, si no te hubiera dejar, Charlie nunca –"

"Dije alto," lo interrumpí, en su rostro se mostraba el dolor. Todo esto de culparse lo hacía verse mayor.

"Aclaremos algunas cosas," Dije con severidad, y mi frente se arrugó mientras hablaba duramente. "Te amo, y por alguna extraña razón tu también me amas."

Su rostro se endureció, pero no dijo nada. Debía aceptar, que él era mejor que yo en mantenerse en control.

"Hiciste un trato con migo, dijiste que me convertirías, solo si me casaba contigo primero. ¿Correcto?"

Asintió.

"Dije que si, y cuando le dije a mi papá, enloqueció. ¿Te he perdido ya?"

Me dedicó una sonrisa torcida, sacudiendo su cabeza de un lado a otro, con su hermoso cabello broncíneo cayendo frente a sus ojos.

"Desperté esta mañana para encontrarte aquí, a pesar de todas las horribles cosas con las que Charlie pudo haberte amenazado."

Edward sonrió desoladoramente y se encogió de hombros.

"Hasta ahora, no veo nada por lo que debas culparte," Resalté, seguramente con una mirada engreída en mi rostro.

Me frunció el ceño. Me reí y me arrodillé en la cama de modo que mi frente descansara sobre la suya. "Te amo. ¿No me amas tu a mi?"

Rodó sus ojos.

Esperé, "¿Ese es un sí o un no?" Estaba bromeando con él.

"Isabella Marie Swan, te amo más de lo que cualquier persona en este universo ama a otra."

Fruncí el ceño. "Te refieres a… después de mi por supuesto."

Miré su expresión cuidadosamente cuando se volvió desconcertada. "¿Disculpa?"

"Bueno, Yo te amo más de lo que cualquier persona en este universo ama a otra. Y los dos no podemos compartir el mismo título," sonreí maliciosamente.

Rió, besó mi nariz, y susurró en mi oído, "Así que supongo que yo gano." Estaba a punto de recogerme de la cama cuando lo detuve.

"Oh, no." Me agarré a uno de sus firmes brazos, para mi comodidad. "¿En realidad no crees que me amas más de lo que yo te amo verdad? ¿Oh si?"

Rió y me tomó en contra de mi voluntad, pero no contestó.

"¿Y bien?" presioné.

"Déjame aclarar esto," me acomodó en sus brazos aventándome un poco hacia arriba, "¿Crees que me amas más de lo que yo te amo?"

Solté unas risitas pero de todos modos asentí. No creía que supiera si estaba siendo seria o no. ¿Lo estaba? No lo sabía, pero la mezcla de diversión y frustración en su cara no tenia precio.

"Pues te equivocas." Dibujó una sonrisa, mientras los dos recordábamos la última vez que habíamos tenido esta conversación. En la mesa del almuerzo, segundo grade, mientras mi corazón latía tan rápido que casi pensé que dejaría moretones en mi pecho. "Y esta vez," continuó, "Te lo probaré."

"¿Me lo probaras?" repetí, mirando su rostro con desconfianza. ¿Qué estaba tramando?

"Si, te lo probaré con trece razones."

"Trece razones por las que…"

"Trece razones por las que te amo, por supuesto."


Obviamente la historia es de 13 capitulos a partir de este, uno por cada razon :p

Revews rock' (;