Disclaimer: Ni la saga de Crepúsculo ni sus personajes me pertenecen, son de Stephenie Meyer. Este fic está hecho sin ánimo de lucro.


PROFECÍA

Capítulo I

- Deberías dejar de leer el periódico, es deprimente – dijo Seth Clearwater al entrar a la pequeña cocina de su amigo y jefe Jacob Black, el cuál estaba sentado a la mesa de la cocina leyendo tranquilamente el periódico. Cuando Seth se aseguró de que había captado la atención de Jake por completo, siguió con su discurso –. En serio, desde que no veo las noticias ni leo los periódicos, soy muchísimo más feliz.

- Sinceramente, Seth, dudo que hayas leído un periódico en tu vida. Por cierto, ¿cómo está tu hermana? Hace muchísimo que no la veo. ¿Cómo están Adrien y el imbécil de Benjamin? – preguntó Jacob olvidando el periódico.

- Leah está bien, disfrutando de la vida de casada y de madre de familia, y Adrien está hecho un salvaje. Y, por favor, Jake, no te metas con Ben, es un tío legal – contestó Seth. Después del enfrentamiento con los Vulturi para defender a la pequeña Nessie Cullen y de la boda de Sam y Emily, Leah Clearwater decidió dejar la manada y la vida de licántropo para irse a la universidad. Allí fue dónde conoció a Ben, del que se enamoró perdidamente (no hubo imprimación). No tardaron ni dos años en casarse. De la boda ya hacían cinco años, y cuatro, del nacimiento del pequeño Adrien. Ahora Leah vivía con su encantadora familia en Seattle. Leah no había sido la única que había abandonado la manada, Sam también lo había hecho después de su boda con Emily, dejándole el puesto de Alpha a Jacob, y Jared, y Paul. El otro imprimado que faltaba era Quil que estaba esperando pacientemente a que Claire creciera. Y Jacob, pero él sería licántropo para toda la eternidad para vivir con Nessie... eso si Edward Cullen lo permitía, claro.

- Yo no he dicho que Benny no sea un tío legal, pero está más que claro que es idiota. Creí que Leah con ese carácter tan endemoniado que tiene, sabría elegir mejor.

- Quizás es por ese carácter que dices que Leah haya elegido a Ben. La adora por sobre todas las cosas y es el único que aguanta sus berrinches. Además, ¿a qué viene todo esto? ¿Es que estás celoso? – contra todo pronóstico, Jacob se echó a reír.

- ¿Celoso? ¡Ojalá! Con todo ese carácter suyo, sería cien mil veces más fácil estar imprimado de Leah que de Renesmee Carlie Cullen Swan – dijo con amargura.

- ¿Es que has vuelto a discutir con Edward? – preguntó Seth mucho más serio.

- ¿Acaso hay algún día de mi larga vida en el que no discuta con "Eddy"? Y siempre por lo mismo. Que si paso mucho tiempo con ella, que si no la dejo hacer su vida, que si le enseño cosas inadecuadas para su edad... – enumeró poniendo los ojos en blanco –. Por Dios, si supiera que ella no quiere verme, yo mismo le pediría a Charlie que me pusiera una orden de alejamiento. Además, yo tampoco tengo la culpa, es que es superior a mí. Hace doce horas que no la veo y ya estoy a punto de destrozar algo – explicó tan vehemente y con tanta amargura que le dio una razón más a Seth para odiar el tema de la imprimación –. Bueno, basta de hablar de mí. Quería hablar contigo, ¿sabes? Lo que quería preguntarte es: ¿Qué vas a hacer con tu vida? – el cambio de tema fue tan brusco que por un momento lo único que pudo hacer Seth fue abrir y cerrar la boca como si fuera un pez y mirar a Jake con los ojos desmesuradamente abiertos.

- ¿Qué?

- Oh, venga, Seth, no te sorprendas tanto. Esta conversación ya la he tenido con Embry. Lo único que quiero saber es si vais a hacerme compañía por toda la eternidad como licántropos o si preferís dejar la manada y hacer una vida normal.

- ¿Es que quieres quedarte sin manada? – preguntó Seth sonriendo, ya recuperado del shock inicial. Al ver que Jacob hablaba completamente en serio, decidió responderle todo lo en serio que podía –. Venga, Jake, no te preocupes por mí, estoy bien. En serio, soy muy feliz tal y como estoy.

Jacob sonrió. Sí, Seth era completamente feliz. Era feliz desde que se había independizado después de la boda de Leah (más bien su madre se había independizado de él al irse a vivir a Forks con Charlie Swan dejándole a Seth la casa de los Clearwater). Pero sobre todo, Seth era muy feliz desde que había descubierto el maravilloso mundo de las mujeres y todos sus placeres ocultos. Quién iba a decir que aquel crío esmirriado que se unió a la manada con solo quince años se iba a convertir en todo un sex symbol.

Al ver que Jacob volvía su atención al periódico, Seth se dio cuenta de que su respuesta parecía haber contentado a su amigo pero no pudo evitar mostrarse un poco receloso. Sabía que era lo que le pasaba a Jake para repentinamente querer tener esas extrañas conversaciones con los miembros de su manada no imprimados: estaba enamorado. Peor aún, estaba imprimado. Era lo que pasaba con las personas enamoradas, que quieren que todos los que están a su alrededor también se enamoren. No es que fuera tan hipócrita como para no creer en el amor. No lo había vivido pero lo había visto. En sus mejores amigos, Bella y Edward, en su hermana, incluso en su madre: primero con su padre y después con Charlie. Y en el resto de los Cullen. Cualquiera que pasara una tarde en la casa de los Cullen se daría cuenta de que, a pesar de ser vampiros, los Cullen son una fuente inagotable de amor: más pasional en el caso de Emmett y Rosalie, dulce y tierno como Carlisle y Esme, o a nivel más emocional como Jasper y Alice. Sí, Seth creía en el amor, incluso esperaba que algún día pudiera pasarle a él aunque mientras tanto disfrutaba de la vida. Lo de la imprimación era harina de otro costal. No le gustaba el hecho de tener el destino sellado, de no poder elegir a la chica con la que vas a pasar el resto de tu vida. Era horrible. Aunque Seth también era consciente de que si algún día eso le pasaba a él, se olvidaría de todos sus ideales y le daría absolutamente igual el hecho de no haber podido elegir, así que lo único que le quedaba era rezar. El sonido de Jacob levantándose bruscamente de la silla lo sacó de sus pensamientos.

- ¿Qué pasa? – preguntó.

- Pasa que estoy harto de este maldito vampiro. Ya ha salido tres veces en el periódico. ¡Tres! – respondió Jake furioso.

- ¿Qué vampiro? – volvió a preguntar Seth completamente confundido.

- Anda, Seth, lee un periódico por una vez en tu vida – dijo mientras le señalaba una noticia. Era de un asesinato. Al parecer, a un psicópata le había dado por matar chicas jóvenes en Seattle. Primero las desangraba y luego las quemaba dejando los cuerpos irreconocibles.

- Quizá no es un vampiro, tal vez es realmente un psicópata al que le gusta ver el color de la sangre.

- ¿De verdad crees eso que dices, Seth? – preguntó Jacob lentamente. Tras un momento de duda. Seth respondió sinceramente:

- No.

- Este vampiro se está acercando demasiado a Forks, y resulta que mi Nessie está estudiando en Forks – dijo Jake alterándose de nuevo.

- No sé yo que diría Edward al escuchar ese tono tan posesivo sobre su hija – dijo Seth riendo.

- Me importa un pimiento lo que diga el chupasangre sobreprotector. Por cierto, voy a hablar con él para ponernos de acuerdo sobre esto.

- No tengo muy claro quién es el sobreprotector ahora. Realmente admiro a Nessie, no tengo la menor idea de cómo os aguanta a los dos – Jacob le fulminó con la mirada.

- No nos aguanta, simplemente nos ignora y hace lo que le da la gana. Y tú, avisa a los demás y preparaos para cualquier cosa. Me voy – y dicho esto, Jacob Black salió de la casa.

- Sí. Adiós – sonrió Seth.

***************

Bella Cullen estaba sentada en el regazo de su marido en el enorme salón de la mansión Cullen situada en las afueras de Forks. Era uno de esos momentos en el que las palabras sobraban. Simplemente Edward la rodeaba con sus brazos y ella apoyaba la cabeza en su pecho. Podrían pasarse horas y horas así, abrazados y diciéndose en silencio todo lo que sentían el uno por el otro.

- Oh, oh – susurró Edward –. Huelo a chucho acercándose a toda velocidad – Bella sonrió y levantó la cabeza.

- Sé bueno, ¿vale? Seguramente viene a esperar a que Renesmee venga del instituto.

- Lo intentaré – Bella hizo ademán de levantarse de su regazo pero Edward la retuvo –. No, quédate – Bella le miró con el ceño fruncido comprendiendo.

- Edward, hace siete años que Jacob no se pone celoso por vernos juntos.

- ¿Y qué? – sonrió Edward –. Me gusta ver la cara de bobalicón que se le queda.

- ¡Sois como críos! – exclamó Bella poniendo los ojos en blanco.

- ¿Has leído los periódicos o visto las noticias últimamente? ¿O te has pasado todo el tiempo contemplando a Bella como un bobo? – preguntó Jacob entrando en el salón y haciendo que todo el buen humor de Edward se esfumara por el insulto. Sin embargo, Bella sonrió.

- ¿Y ahora que le pasa al chucho? – gruñó Edward.

- Me pasa que hay un vampiro por ahí suelto desangrando a jovencitas y acercándose a Forks.

- Será un nómada ¿no, Edward? – dijo Bella preocupada.

- Sí, si sigue acercándose, habrá que encontrarle y hablar con él para que se vaya de Forks.

- ¿Cómo que si sigue acercándose? ¿Y qué pasa con Nessie? – exclamó Jacob enfureciéndose.

- Tranquilo, Jake – sonrió Bella –. Seguro que en cuanto llegue del instituto, Edward la encerrará en casa y no la dejará salir ni al porche –. Edward gruñó molesto en respuesta.

- Pues yo prefiero cargarme al vampiro antes de que siga acercándose – declaró Jacob cruzándose de brazos.

- No podemos hacer eso, Jacob, porque aún no ha llegado a Forks. No está en nuestro terreno. Y aun así, no es necesario matarle. Hay algo que se llama diplomacia, aunque no espero que sepas lo que es – explicó Edward.

- Oh, vamos. Mírame. Soy un licántropo. Mi misión es matar vampiros, mis enemigos naturales.

- Tu misión es proteger La Push de los vampiros, pero Forks no está dentro de tus terrenos. Esperaremos a que se acerque más, si es que lo hace, ¿entendido? Es mi última palabra – dijo Edward justo cuando se oía un coche acercándose a la casa.

- Ha llegado Nessie – gruñó Jacob –. Voy a verla.

***************

Una semana después de esa conversación, Jacob estaba en medio de un enorme almacén abandonado a las afueras de Forks esperando a que el dichoso vampiro apareciera. Había dejado a Nessie al cuidado de Seth y se había llevado consigo a Embry y Quil. Esme Cullen también se había quedado con Nessie alegando que no harían falta tantos vampiros si el vampiro en cuestión se ponía rebelde, y realmente tenía razón. Si habían podido hace ocho años con la horda de neófitos de Seattle, podrían ser capaces de acabar con un solo vampiro. Lo único que esperaba Jacob era que no tuviera amigos.

- ¿Estáis seguros de que va a aparecer? – preguntó Embry por enésima vez.

- Ya te he dicho que sí – contestó Alice empezando a perder la paciencia –. Está en mi visión. Va a aparecer. Y va a aparecer... ahora.

Dicho y hecho. Por la puerta del almacén apareció un vampiro rubio caminando tranquilamente y con una sonrisa de superioridad. Cuando estuvo cerca del grupo, habló con voz burlona.

- ¡Vaya! ¡Menuda recepción! Pero ¿no me habéis traído ningún regalito al que hincarle el diente? – preguntó decepcionado. Entonces Carlisle se adelantó.

- Mi nombre es Carlisle Cullen y ésta es mi familia – dijo señalándolos a todos con la mano.

- Soy Craig.

- Verás, Craig. Hemos venido para avisarte de que estás en nuestro territorio y nos gustaría que nos ayudaras a proteger nuestra estancia aquí, alejándote de Forks – pidió Carlisle. Jacob se dio cuenta de que si bien Craig había escuchado toda la explicación del doctor Cullen con atención, no parecía muy dispuesto a colaborar. Pero entonces pasó algo. Jake vio como el vampiro temblaba casi imperceptiblemente, como se ponía... nervioso.

- Lo siento – contestó Craig rápidamente –. No sabía que esta zona estaba habitada por un aquelarre tan grande. Por mi parte, podéis estar tranquilos. Me alejaré de aquí todo lo que pueda.

- Eh... gracias – dijo Carlisle sorprendido –. Puedes irte en paz, Craig.

- Sí. Adiós – y tras ésta despedida, el vampiro salió velozmente del almacén dejando a todos sumidos en un pesado silencio.

- ¿Ha sido demasiado fácil o solo me lo parece a mí? – se atrevió a decir Quil.

- Ha sido demasiado fácil – respondió Edward –. Alice, ¿qué ha pasado?

- No lo sé, ¿vale? No puedo verlo – exclamó Alice molesta.

- ¿Cómo que no puedes verlo? – cuestionó Edward.

- Hay licántropos cerca, ¿no? Seguramente ha percibido su olor y ha decidido que no merece la pena enfrentarse a ellos. Se llama instinto de supervivencia, Edward.

Pero Jacob tenía la extraña certeza de que no había sido por eso. En el almacén no corría ni una pequeña brisa de aire, era muy difícil distinguir un olor de otro, incluso él que estaba dentro del grupo apenas podía diferenciar los olores de Embry y Quil de los de los Cullen. Solo si se concentraba... entonces fue cuando lo percibió. Un olor muy sutil por encima del de todos los demás. "¿Humanos?" se preguntó "Pero ¿qué puede estar haciendo aquí un humano?" En ese momento, levantó la vista y la vio. Una chica intentaba escabullirse a toda velocidad a la salida del almacén.


¡¡Hola!!

Aquí traigo mi primer fic de la saga Crepúsculo. Es más bien experimental así que no se muy bien de lo que va a salir de aquí. La historia se sitúa después de Amanecer, concretamente siete años después. Así que veremos a una Renesmee adulta y que ya ha parado de envejecer. La historia se centra sobre todo en Seth y en un personaje de mi invención, pero también escribiré sobre la relación de Nessie y Jake.

En fin, creo que nada más.

¡Hasta la próxima!


05-01-2010: CAPÍTULO CORREGIDO