LO SÉ… LO SÉ… no tengo perdón de Jasshin-sama TT_TT… se que los he hecho esperar… GOMENASAI!!! Pero es que el colegio me trae desquiciada, psicópata… Estoy a punto de tirarme del techo de mi casa… En fin… lo importante es que ya estoy aquí no?... Pues… gracia gracias gracias por los reviews!!! X3 señoritos pervertidos xDDDDDDDDDDDDD dioss como les gusta un lemon!! Gracias por sus palabras de felicitaciones y prometo que no abandonaré este fic!!!! (pose heroica de Lee) YOSHHHH!!! COMO MI LLAMA ARDEEEEE AQUÍ LOS DEJO CON LO DE SIEMPRE!

Disclaimer: AUNQUE MI LLAMA ARDEEEEE…. Naruto no es mio TT_TT… y no se lo he robado a Kishimoto-sama pork Emuma-chan es una buena chica :D

CAP 14. ¡QUÉ DESASTROZO!

Los rayos del sol le pegaban de lleno en su rostro, molestándola, no dejándola seguir durmiendo. Poco a poco se empezó a despertar y estuvo consciente de que estaba durmiendo en una superficie dura, obviamente no estaba en su cama. Empezó a rememorar lo último que había hecho el día anterior, para averiguar dónde había pasado la noche.

- A ver – pensó aún con los ojos cerrados un poco adormilada, por alguna extraña razón, se sentía muy cansada – Trabajé hasta tarde, después escuché un ruido extraño en la oficina de Naruto y vine a revisar, encontré a Naruto desmayado y después que despertó nos pusimos a hablar y entonces… - de inmediato recordó todo lo que había pasado el día anterior o, mejor dicho, la noche anterior, poco a poco empezó a abrir sus aperlados ojos, y se fue acostumbrando a la ya iluminada oficina, cuando por fin se acostumbró a la luz del sol, pudo apreciar la visión más hermosa de su vida. El rubio, ahí, abrazándola contra su pecho, ahora entendió por qué no tenía frío, pero lo que más la maravilló fue verlo ahí, durmiendo apaciblemente, respirando de manera tranquila con una hermosa sonrisa adornando su hermoso rostro – Me pregunto qué estarás soñando, MI Naruto – dijo esto al tiempo que quitaba unos cuantos cabellos de su frente, para luego acariciarle el rostro.

De repente, el rubio empezó a hablar en sueños, cosa que le hizo mucha gracia a Hinata, ya que en su intento de hablar, lo único que emitía eran balbuceos in entendibles.

- Hinata – logró pronunciar, cosa que puso alerta a la ojiperla a cualquier cosa que pudiese decir el rubio – eres…. Tan…. Hermosa…. – Hinata no cabía en su felicidad, Naruto soñaba con ella, y le decía que era hermosa, sin contar que habían hecho el amor allí, en su oficina, en su escritorio, sin que él estuviese ebrio. Todo en su cabeza era felicidad, hasta que su conciencia le hizo ver algo. "Recuerda, él podría volver a lastimarte". De inmediato desechó esos pensamientos, él no, Naruto no, el le había demostrado que la quería, que la amaba, y estaba segura que nunca la lastimaría.

Estuvo unos minutos ahí, viéndolo dormir, era una visión tan hermosa, tanto tiempo soñó con verlo así, junto a ella, obvio que no en un escritorio, pero eso era lo de menos. Lo más importante era que al fin habían podido sincerarse el uno con el otro, y entregarse por completo, sin restricciones, sin pensar en lo demás.

De repente, como un rayo de lucidez, le vino su pequeña hija a la mente.

- Oh no! Seguro ella y Ten-ten deben estar preocupadas – pensó nerviosamente la ojiperla. En contra de su propia voluntad, poco a poco se fue separando del cuerpo dormido del rubio, tratando de no despertarlo. Al estar ya de pie, empezó a buscar su ropa, toda desparramada por el suelo de la oficina. Poco a poco empezó a vestirse, y cuando ya estaba prácticamente lista, sintió como unos fuertes brazos la abrazaron a nivel de la cintura.

- Piensas huir de mi? – le preguntó el rubio al oído de una manera tan provocativa que a la ojiperla se le erizaron todos los vellos del cuerpo.

- No Naruto – dijo volteándose y dándole un fugaz beso en los labios – es sólo que necesito llegar a mi casa, mi hija me está esperando – dijo con una sonrisa adornando su rostro, al ver la mirada tan tierna y compresiva que le dedicaba Naruto, SU Naruto.

- Entiendo – dijo el rubio. Aún no podía creer que había pasado la noche con ella, su Diosa – que te parece si yo te llevo a tu casa… Debes de estar cansada por lo de… bueno tu sabes… quiero decir anoche… bueno – decía el rubio con un evidente sonrojo en su rostro. Esto a Hinata le causaba mucha gracia, por momentos, el inocente rubio de años atrás salía a flote.

- De acuerdo – dijo la ojiperla con una dulce sonrisa - ¿Por qué con ella se sentía indefenso? ¿Por qué le daba vergüenza pronunciar palabras o frases que podía decir con cualquier otra persona? ¿Por qué volvía a ser el mismo torpe hiperactivo de antes? ¿Por qué se sentía desarmado cada vez que le sonreía? Simplemente porque la amaba, amaba cada una de sus facetas, cada una de sus actitudes, era simplemente su chica perfecta.

- Ok! – dijo en un tono animado. Unos minutos después, ya el rubio estaba vestido - Ahora… Cómo saldremos de aquí dattebayo? – preguntó en tono interesado e inocente.

- Pues – empezó a pensar la ojiperla – Supongo que el conserje debe venir a dar una vuelta de revisión, sólo nos queda gritar – dijo dando un lastimero suspiro.

En las afueras de la Corp. Uzumaki, una limosina negra se estacionaba, de la cual bajaba un hombre mayor con largos cabellos grises debido a la edad, pero con presencia y porte digno de todo un señor.

- Señor Jiraiya – interrumpió su chofer – lo espero aquí abajo.

- De acuerdo Alfred – respondió el peligris con una sonrisa de confianza (n/a: por qué en los fics la mayoria de los mayordomos, choferes, etc se llaman alfred ¬¬… misterio de la ciencia)

El peligris emprendió su pequeña travesía hasta llegar a la entrada, donde pudo observar al viejo conserje de tez blanca y aspecto de abuelo consentidor dormido.

- Aunque pasen los años, hay cosas que nunca cambian eh? – murmuró con una gran sonrisa – Hey! Hey! Takashi despierta viejo holgazán! Con que durmiendo en horas de trabajo eh? – reprochó aparentemente molesto el peligris al conserje.

- Oh! Jiraiya-sama disculpe usted es que bueno… justo me acababa de quedar dormido y… etto – balbuceaba el empleado nervioso. De repente el peligris soltó una risotada.

- Quita esa cara! – dijo amenizando el ambiente – tan feo estoy que te he quitado el sueño! Y dime Takashi! Cómo está la familia?

- Pues bien Jiraiya-sama, la llegada de mi primera nieta nos tiene corriendo.

- Pues que envidia te tengo – al ver que el empleado lo miraba confundido dijo – Ya tu familia está creciendo, en cambio mi estúpido nieto no parece querer estar estable – dijo mientras suspiraba – se la pasa de mujer en mujer como si el mundo se acabara mañana.

El empleado sólo se limitó a dar una risotada y dijo

- Jiraiya-sama recuerde que así era usted a su edad. Además estoy seguro de que pronto encontrará a aquella que lo haga sentar cabeza, yo que se lo digo – Jiraiya lo empezó a observar de manera sospechosa.

- Hay algo que tu sabes pero que yo no cierto? – al no poder leer nada en su lenguaje gestual dijo – Quién es? Es linda? Si es modelo está descartada

- Pues, no le puedo decir mucho sobre ella, sólo que es una chica muy agradable y que todo los días me trae algún bocadillo.

- Hace cuanto que llegó?

- Pues… Más o menos un mes, es la secretaria del joven Naruto.

- Wow! Es un record! Una secretaria nunca le ha durado más de una semana. Bueno en fin, he venido a buscar unas cosas en la oficina de mi nieto, será que me puedes abrir.

- Con gusto Jiraiya-sama – y se dispusieron a entrar e ir directamente hacia donde solicitaba el peligris.

Mientras subía el ascensor, estuvieron platicando más a cerca de la agradable secretaria del rubio. Por como la describía Takashi, era una chica tierna, sensible y muy fácil de tratar. Pero lo que más lo dejó sorprendido fue su nombre y apellido: Hinata Hyuuga. La primogénita que de un momento a otro desapareció.

Esta noticia fue un gran chisme entre los empresarios de más alta posición durante largas semanas, pero el inmutable Hiashi Hyuuga, nunca comentó nada, siempre tan indiferente frío. Ese hombre le ponía los pelos de punta. Llegaron al piso y lo primero que escucharon fueron ¿Golpes a la puerta de la oficina de su nieto?

- Oye Takashi – dijo Jiraiya un poco intrigado – y esos ruidos?

- Que raro – dice el empleado – yo me aseguré de que no hubiese nadie en el piso – los dos, se dirigieron al origen de estos ruidos. El señor Takashi sacó el juego de llaves y buscaba la correspondiente a esa oficina.

- Tengo el presentimiento de que lo que encuentre aquí va a ser muy provechoso – pensaba el peligris con una gran sonrisa en su rostro, teniendo más de cien pensamientos impuros.

Al abrir la puerta, y encontrarse con el rubio y la ojiperla adentro de la oficina, el conserje no pudo evitar expresar un gran gesto de sorpresa, poniendo su boca en forma de "o" , mientras que la sonrisa de Jiraiya se ensanchaba mucho más, y su mente "inocente" procesaba 126345 p.p.p.s (pensamientos pervertidos por segundo).

- Vaya, vaya – empezó el peligris aún con su GRAN sonrisa – pero que tenemos aquí – dijo entrando a la oficina – Veo que por esta oficina pasó un terremoto – expresó en voz alta. Y es que después de la noche tan "movidita" todos los objetos que se encontraban en el escritorio estaban tirados en el suelo, algunos hasta rotos. El estante donde se encontraba el trofeo de dejó K.O al rubio seguía desprendido, en fin, la oficina era un toral desastre.

La ojiperla no pudo esconder un escandaloso sonrojo que cubrió todo su rostro, mientras que el rubio sentía que un leve dolor de cabeza estaba empezando a aparecer.

- Tomaré nota para mi próximo libro – expresó con emoción Jiraiya como si de un niño con juguete nuevo se tratase.

- TÚ GRANDÍSIMO PERVERTIDO! – explotó el rubio, no soportaba que el peligris se metiera en su vida privada y menos que se burlara de ella.

Jiraiya ignoró olímpicamente a su torpe nieto y se puso al frente de la ojiperla.

- Un gusto Uzumaki Jiraiya para servirte – dijo con gran simpatía, mientras tomaba la mano de la ojiperla y la estrechaba muy animado – Tu eres… - obviamente sabía quien era, pero no quería intimidar a la chica.

- Hi- Hinata Hyuuga – dijo al fin un poco sorprendida, a ese hombre mayor lo había visto antes, y recordó que se había identificado como el abuelo de Naruto – Un gusto conocerlo – dijo dándole una pequeña sonrisa, a pesar de todo, el hombre tenía un aire divertido.

- A pesar de tener un nieto tan torpe, veo que tiene buenos gustos – dijo con un tono juguetón que hizo que la ojiperla se sonrojara de golpe a lo que el hombre rió – Tranquila Hinata! No te avergüences, tan sólo avísame si el imbécil de mi nieto te hace algo, porque le daré una buena reprimenda – dijo con una gran sonrisa.

- H-Hai – respondió la Hyuuga un poco apenada.

- Vámonos Hina, o este viejo seguirá diciendo estupideces – dijo el rubio mientras tomaba la mano de la ojiperla, a la cual sólo le dio el tiempo de recoger sus cosas, para dirigirse rápidamente hacia el ascensor.

- Esta juventud de ahora – dijo el peligris con un gran suspiro mientras las puertas del ascensor se cerraban.

- Yo la mataré, juro que la mataré!! Ahhh!! Es que Hinata me va a escuchar! – pensaba cierta castaña caminando en círculos en la sala del departamento.

- Ten-ten oneechan, Hiromi-chan se pregunta por qué estás así – decía la pequeña viendo a la mayor caminar y caminar siempre del mismo modo – Ten-ten oneechan!! TEN-TEN ONEECHAN!!!!!

- QUEEE??!! – grito la de chonguitos con desesperación.

- Nada – dijo la pequeña intimidada por el gran grito de la morena.

De repente se empezaron a escuchar ruidos en la entrada, segundos después una ojiperla entró por la puerta y al cerrarla se recostó en ella con los ojos cerrados, suspiró una, dos, tres veces, mientras recordaba los bellos momentos vividos tan sólo segundos atrás.

FLASHBACK

Después de que lograron de salir de las instalaciones de la empresa, el rubio se dirigió prácticamente corriendo con la ojiperla a su auto. En cuanto estuvieron dentro, la ojiperla soltó una pequeña risa, seguida por el rubio.

- Hubieses visto tu cara Naruto-kun – dijo la ojiperla mientras se reía.

- ¿Cómo me dijiste? – preguntó el rubio parando de reír, pero con una sonrisa en su rostro.

- ¿Eh? Pues, Naruto-kun – repitió de nuevo con su cara sonrojada - ¿No te gusta que te diga a-así?

- N-no – dijo el rubio mientras movía sus manos de un lado a otro – es sólo que… Hace demasiado tiempo que no me decías así Hinata-chan, mi Hina-chan – dijo el rubio acercándose y dándole un fugaz beso en los labios.

- Me pregunto – empezó a decir la ojiperla recargando su frente en la del rubio – si esto es un sueño. De ser así, no quisiera despertar nunca.

- Yo tampoco – declaró el rubio – y si acaso es un sueño, es nuestro sueño, sólo tuyo y mío – dijo mirando directamente a la ojiperla, para volver a unir sus labios en un tierno beso, cargado de amor, de cariño dulce y sincero.

Entonces el rubio posó una de sus manos en el cachete de la Hyuuga y se dio cuenta de que éste estaba húmedo, muy a su pesar se separó de ella y se dio cuenta de que ella estaba llorando.

- ¿Por qué lloras mi Hina? ¿He hecho algo que no te ha gustado? – preguntó alarmado sosteniendo el rostro de su amada con sus manos para que ella lo mirase a los ojos.

- N-no es e-eso – dijo la ojiperla entre sollozos – es que estoy tan feliz. Tú estás aquí, a mi lado, al fin juntos. Yo pensé, q-que nunca te d-darías cuenta de que estaba ahí, siempre esperándote – entonces los brazos del rubio la rodearon.

- Yo siempre fui un ciego, y tú me abriste los ojos. Ahora es que me doy cuenta que todo este tiempo estuve muerto, porque tú me has revivido con tus besos, me has enseñado que todo lo que creía estaba mal, y que de verdad se puede ser feliz. Yo soy el que debiese estar llorando de felicidad, porque una mujer como tu me ha estado esperando – dijo dándole su más tierna sonrisa y secándole las lágrimas con sus manos.

- Ahora, mejor te llevo a tu casa, o cederé al impulso de secuestrarte todo el día de hoy.

Todo el camino estuvo lleno de risas, aunque hablaran de cualquier cosa, para ellos era súper importante lo que el otro dijera. Así llegaron al edificio de la ojiperla. El rubio se bajó del auto para abrirle la puerta a la chica.

- Nee Hina-chan – dijo el rubio – no quiero que te vayas – dijo haciendo un puchero, haciendo reír a la ojiperla – Segura que no puedes quedarte conmigo – La ojiperla adoptó una pose pensativa.

- Es una oferta tentadora – dijo aún con su pose – pero tengo una hija que cuidar Naruto-kun – dijo acariciándole el rostro.

- Está bien – dijo el rubio – pero la próxima vez si que te secuestraré y no podrás negarte – dijo tomándola entre sus brazos – Y Hiromi-chan irá con nosotros.

- N-naruto-kun y-yo tengo algo que contarte sobre Hiromi-chan – la ojiperla estaba decidida a contarle que ella era su hija, no sabía cómo reaccionaría, pero era su derecho saber la verdad.

- Tranquila Hina-chan, aún tenemos todo el tiempo del mundo para que me cuentes lo que quieras dattebayo! – dijo el rubio, en su interior, no quería aún enterarse de la aventura que, según él, habían sostenido Hinata y Minato en el pasado.

- D-de acuerdo – dijo la chica un poco desilusionada – entonces… Adiós – dijo volteándose y sacando las llaves del piso, pero unos brazos la detuvieron.

El rubio abrazándola a su cuerpo no la quería dejar ir.

- N-naruto-kun ¿Qué haces? – dijo la ojiperla sonrojada.

- Es que no quiero irme, quiero estar siempre contigo, quiero tenerte a mi lado – dijo volteando a la ojiperla – no ves que te necesito, no vez que te amo.

La ojiperla estaba a punto de un desmayo, tanto que había soñado esas palabras, tanto que lo había imaginado diciéndoselas, pero no era lo mismo que te las dijesen de frente. Sentía que sus piernas flaqueaban que su estómago tenía miles y miles de maripositas en el, lo único que quería hacer en ese momento era besarlo. Y lo hizo.

Lo atrajo hacia ella y lo besó con todo su aliento, como si fuese el último beso que le daría en su vida.

- Yo también te amo – dijo en sus labios.

- Lo sé – dijo dándole otro fugaz beso en los labios – bueno, ahora si me tengo que ir. Seguro el viejo se aparecerá por mi apartamento pidiendo explicaciones.

- Suerte – dijo la ojiperla dando una pequeña risita. Y así lo vio partir. Sólo habían pasado pocos segundos y ya lo extrañaba. Extrañaba el calor de su cuerpo, sus abrazos, sus besos, su sonrisa – Mejor entro antes de que vaya y persiga su auto.

END FLASHBACK

Estaba tan sumida en su mundo fantasioso que no se dio cuenta que Ten-ten le hablaba hasta que ésta la sacudió de tal forma que casi la hace caer.

- HINATA TE ESTOY HABLANDO! TIERRA LLAMANDO A HINATA! – repetía Ten-ten mientras sacudía a la Hyuuga.

- Ten-ten, me estabas hablando? – preguntó Hinata un poco desorientada por la actitud de su amiga.

- SI, he intentado mantener una conversación contigo, Hinata Hyuuga desde hace diez minutos, pero te la pasas suspirando y con una cara de IDIOTA!! – decía la castaña remarcando cada palabra.

- En serio?

- No, en broma! – ironizó la morena.

- Nee Okasan! ¿Qué te pasa? Hiromi-chan piensa que su Okasan está muy rara – decía la pequeña mientras veía a Hinata desde abajo.

- Hiromi, ¿Podrías ir a tu cuarto? – pidió de repente Ten-ten a la pequeña.

- Pero…

- AHORA – dijo Ten-ten con una actitud bipolar que espantaría a cualquiera.

- Hai Ten-ten oneesan – dijo la pequeña con la cabeza gacha dirigiéndose a su habitación. Después de que la pequeña desapareció del campo de visión de las dos chicas, la castaña sentó a la ojiperla en el sofá y se puso al frente de ella escrutándola minuciosamente con una penetrante mirada que puso a sudar a Hinata.

- Ahora sí, Hinata Hyuuga me vas a contar absolutamente todo, porque algo te pasó ¿cierto? – preguntó la castaña, comenzando así un pequeño interrogatorio.

- Etto… - empezó a balbucear la Hyuuga - ¿Q-Qué te hace pensar eso Ten-ten?

- Por dios Hinata!, tú eres como una bolsa Zipploc, eres demasiado transparente, fácilmente puedo ver lo que te pasa por la mente – empezó a explicar la morena – por ejemplo, en este momento estás pensando que no te gustó que te comparara con un bolsa Zipploc.

- Ten-ten, nunca puedo engañarte – se resignó Hinata con un gran suspiro.

- Aún no ha nacido el humano que sea capaz de engañarme – de repente lo pensó un poco – bueno, tal vez tu primo, pero el no cuenta como humano – terminó con una sonrisa a lo que Hinata rió un poco – Pero no estamos aquí para hablar de la humanidad de tu primo, así que cuéntamelo todo, pero sin detalles muy explícitos.

Así Hinata le fue contando a Ten-ten las cosas vividas el día anterior, lo romántico que fue, lo feliz que estaba y todas las sensaciones que el rubio provocaba en ella.

- Wow! De verdad fue en un escritorio? – preguntó la castaña, a lo que la ojiperla asintió – Y no les pareció un poco… ¿incómodo?

- Ten-ten! – dijo la ojiperla con un gran sonrojo.

- Sólo lo digo porque es un espacio reducido, sin contar que es duro – empezó a cavilar Ten-ten – pero supongo que en pleno acto no pensaron en eso – con esta frase la ojiperla estaba a punto de desmayo y con la cara rojísima. De repente, la castaña se acordó de algo primordial – Hinata, por favor dime que usaron condón – dijo de modo suplicante.

Sólo con la mención de esas seis letras la ojiperla se puso a hiperventilar, ya su sonrojo estaba al máximo, sentía que toda su cara ardía.

- Etto… pues… mmm… - empezó a decir la ojiperla – creo que… no.

- Que!? – dijo la morena en un tono medianamente alto – Hinata, por dios, si en la primera vez salió Hiromi y eso que el chico estaba borracho, no me imagino ahora que estaba sobrio! ¿Qué tendrás? ¿Mellizos? ¿Trillizos? – empezó a decir Ten-ten de manera acelerada.

- Ten-ten, calma, nada asegura que esté em-embarazada – decía Hinata más que tratando de convencer a la castaña, tratando de convencerse a ella misma, porque, de cierto modo, la morena tenía razón.

- ¿Qué es embarazada? – se escuchó una dulce voz infantil en la entrada de la sala.

Las dos mayores se quedaron sin palabras, Hinata estaba en estado vegetativo mientras que Ten-ten aún no se recuperaba del shock.

- No se s-supone que d-deberías estar en tu cuarto – dijo la morena recuperándose del enorme susto.

- Etto… es q-que Hiromi-chan está aburrida ttebayo! – dijo la pequeña con un puchero – además, Hiromi-chan quiere saber que es emborrizada.

- Es embarazada Hiromi-chan – dijo la ojiperla mientras se acercaba a su pequeña – y pues… es cuando… mmm… una mamá está esperando un bebé.

- Entonces – a la pequeña se le iluminaron los ojos – Hiromi-chan tendrá un hermanito!! Dattebayo!!! – gritó la pequeña emocionada mientras daba saltos alrededor de su mamá.

- N-No Hiromi-chan es-espera! – trataba de detener Hinata a la pequeña.

- Se lo contaré a Naoko-oneesan a Hanabi-oneechan y estoy segura que Jiji-kun también se alegrará como Hiromi-chan!

- Jiji…kun? – repitió interrogante Hinata.

- Hai, Jiji-kun al que Ten-ten oneechan le gu-… - pero la pequeña se vio interrumpida cuando la morena le tapó la boca con su mano para impedir que siguiera hablando.

- Pero que cosas dice esta niña – decía la morena mientras le tapaba la boca a la pequeña y reía de manera nerviosa. Ante la sorprendida mirada de la Hyuuga mayor, la castaña bajó a la pequeña, pero antes tuvo una pequeña y secreta conversación con ella – Te dije que no dijeras eso! – le reprochó la mayor a la ojiperla en un susurro.

- Pero… Jiji-kun no te gusta? – dijo la pequeña en aire inocente.

- Si… quiero decir no!... Es decir…. Rayos!

- Si a Ten-ten oneechan si le gusta Jiji-kun no debería ser malo que Hiromi-chan lo diga, total, es la verdad – dijo la pequeña ingenuamente.

- Etto… bueno…Rayos Hiromi es demasiado astuta! No, no lo puedes decir!

- ¿Por qué? – dijo la pequeña con un puchero.

- Porque… pues porque…. Piensa, piensa Ten-ten, justifica tus neuronas – pensaba la morena – porque es… un… secreto, sí, es un secreto.

- ¿Un secreto? – repitió Hiromi, a lo que la morena asintió – entre ¿tu y yo? – volvió a asentir – Sugoi dattebayo! Hiromi-chan está feliz!! – dijo la pequeña con una gran sonrisa.

- Entonces, podrías ir a tu cuarto a jugar mientras yo hablo con tu mamá

- HAI! – y así como vino, así se fue la pequeña muy feliz a su cuarto.

Ten-ten sintió que de nuevo podía recuperar el aliento, pero una extraña presencia sintió en su espalda, cuando se volteó encontró a Hinata mirándola de una manera un poco extraña, como queriendo descubrir lo que ella ocultaba.

- ¿Quién es Jiji-kun? – dijo de manera curiosa la Hyuuga.

- Larga historia, la cual te tengo que contar – comenzó la morena.

FLASHBACK

- Así que esta es la pequeña Hiromi – dijo Naoko de forma dulce a la niña – un gusto, yo me llamo Naoko – y le dedicó una sonrisa.

- Hiromi-chan piensa que Naoko-oneesan es muy linda dattebayo! – dijo la pequeña con una gran sonrisa.

- Arigato Hiromi-chan.

- Bueno – inbterrumpió el momento Ten-ten – Hiromi-chan, debes prometerme que te portaras bien, nada de husmear ni perderte de mi vista ni de la vista de Naoko ¿De acuerdo?

- Hai Ten-ten oneechan! Hiromi-chan promete ser una chica buena – dijo la niña muy enérgica.

- Ok! Yo tengo que ir a guardar una ropa que está limpia, quédate aquí – y justo cuando iba a ir a hacer lo que le habían encomendado, escuchó voces que se acercaban desde la puerta de la cocina, minutos después, entraron Hanabi y Kiba hablando animadamente por la puerta trasera.

- Vaya, vaya – murmuró Ten-ten en voz baja, de modo que sólo la escuchó Naoko quien soltó una pequeña risita de cómplice.

- ¡Kiba-oniisan! – Gritó la pequeña corriendo a los brazos del mayor, quien quedó más que sorprendido al darse cuenta de la presencia de la niña. Y ni que decir sobre Hanabi quien inspeccionaba curiosa a la niña de arriba abajo.

- Hiromi-chan – dijo Kiba sorprendido por la presencia de la niña - ¿Qué haces aquí?

- Y-Yo la traje – dijo Ten-ten mientras iba al lado de los recién llegados - ¡Mierda! Me había olvidado de Kiba por completo.

- Kiba-san, usted entonces debe de conocer al novio de Ten-ten – dijo Naoko.

- ¿Ten-ten? ¿Novio? – repetía Kiba muy confundido.

- Si – dijo Naoko como si fuese lo más obvio del mundo – Hiromi-chan es hija del novio de Ten-ten.

Kiba de inmediato dirigió su mirada hacia la morena, la cual tenía un rostro digno de fotografía, del cual Kiba se hubiese carcajeado sino estuviese tan confundido ¿Hiromi hija del novio de Ten-ten?

- ¡Ten-ten! ¿Tienes novio? – preguntó Hanabi.

- Yo… bueno… yo – tartamudeaba la castaña – Y ahora ¿Qué carajo hago? Kami-sama ¿me podrías dar una manito? – pensaba Ten-ten, ya no había cómo salirse del problemón en el que se había metido.

- Si, conozco al novio de Ten-ten. Y aún no entiendo cómo pudo fijarse en alguien tan poco femenina – dijo Kiba pasando al lado de una impresionada Ten-ten, y le susurro – Más te vale contarme lo que pasa, te he salvado el pellejo.

Ten-ten aún estaba perpleja, estaba tan sorprendida que hasta pasó por alto la insinuación de Kiba sobre su poca feminidad.

- Gracias – susurró por lo bajo – pero no te salvas de un buen golpe – dijo dándole un zape en la cabeza al castaño – A quién llamas poco femenina ¡IDIOTA!

- Ten-ten – la llamó Hanabi mientras se acercaba a Kiba – no le des tan duro – dijo sobándole la cabeza al Inuzuka como si de un can se tratase, el cual no rechazaba el placentero contacto, más bien lo disfrutaba – no vez que puedes matar las tres neuronas que le quedan – dijo la Hyuuga en tono bromista.

- ¡Hey! No me defiendas tanto – se quejó el moreno, haciendo que los presentes estallaran en carcajadas mientras él hacía un puchero.

- ¿Qué es neurona? – preguntó la pequeña Hiromi con un gran signo de interrogación en su cabeza, no entendiendo la plática de los adultos.

- Que te parece si te explico mientras comemos un helado – dijo la Hyuuga a lo que la pequeña respondió con un gran asentimiento de cabeza – Hiromi-chan tiene mucha energía… Sus rasgos me hacen acordarme mucho de una persona – dijo mientras si rostro adquiría un aire melancólico – dime Hiromi, ¿Cómo se llaman tus padres?

- Pues mi Okasan se llama Hi-…

- Hikari! – dijo de inmediato Ten-ten – se llama Hikari…Uff! Eso estuvo cerca, demasiado cerca – miró hacia la dirección de Kiba, el cual veía todo con gran confusión – Al parecer le tendré que explicar todo a él – soltó un suspiro – ni modo, aunque sea no me desmintió…Hiromi-chan que te parece si me acompañas a poner esta ropa en su lugar – y salió de ese lugar con la pequeña siguiéndola.

- Hiromi-chan – dijo llamando la atención de la niña – debes prometerme no decirle a nadie el nombre de tu mamá.

- ¿Por qué?

- Sólo prométemelo ¿si?

- Está bien Ten-ten oneechan – dijo la niña con una sonrisa tranquilizadora.

- Ok! Entonces ayúdame a ordenar esta ropa – dijo ya más tranquila – la primera habitación es la de… Neji-baka – dijo deteniéndose frente a la puerta con expresión ceñuda.

- ¿Neji-baka? – repitió Hiromi con curiosidad.

- Si… No toques nada sin permiso – advirtió la castaña a la pequeña, quien empezaba a mirar todo con curiosidad.

Ahora que Ten-ten lo pensaba, era la primera vez que entraba a esa habitación, la cual tenía las paredes pintadas de un color beige dándole un aire elegante al ambiente, también tenía muebles de caoba y cortinas de color caqui y algunos marcos con fotos.

Inmediatamente Hiromi, picada por la curiosidad se fue hacia uno de los marcos y lo atrajo para verlo, era la foto de una familia, un hombre mayor de porte serio, una mujer que aparentaba su misma edad con una mirada y una sonrisa dulce y un niño de unos seis años con el cabello castaño, tez blanca y ojos aperlados con una pequeña sonrisa infantil que lo hacía ver muy tierno.

- Ten-ten oneechan, ¿Quiénes son? – preguntó la pequeña a la mayor.

- A ver – dijo tomando el marco, al ver la foto, pudo identificar fácilmente a su amargo jefe – Vaya, por lo menos una vez en su vida fue tierno – dijo viendo con una sonrisa la foto – Bueno Hiromi-chan, él – dijo señalando al niño – es mi jefe y dueño de esta habitación y ellos, supongo que son sus padres.

- Ya veo – dijo la niña entendiendo – entones, Hiromi-chan puede jugar con… etto…

- Neji, se llama Neji – dijo la castaña – y no, no puedes jugar con él.

- ¿Por qué? Hiromi-chan quiere jugar con Jiji-kun! – reclamó la niña.

- ¿Jiji-kun? – al repetirlo, inmediatamente se echó a reír, ese apodo le quedaría bien si tuviese seis años como en la foto, pero la morena estaba casi segura que si la niña le dijese así al Neji actual, éste la fulminaría con la mirada, definitivamente ese apodo no iba con Neji – A ver… - dijo calmando su risa – no puedes jugar con Jiji-kun – al repetir el sobrenombre casi se ríe de nuevo pero tosió para disimular – porque el ya está… un poco mayor.

- ¿Es un abuelito? – preguntó la niña en voz inocente.

- No, digamos que es un poco mayor que tú – y así terminó su explicación volviendo a acomodar el marco a su lugar y volviendo a su trabajo con la ropa.

- Nee Ten-ten oneechan – interrumpió de nuevo Hiromi.

- Dime Hiromi – respondió Ten-ten aún acomodando la ropa.

- Ese ruido viene del baño ¿verdad? ¿Jiji-kun lo está usando? – al decir eso la castaña se percató de que un pequeño ruido venía de la puerta del baño.

- Si, sería lo más lógico – dijo sin quitar su atención de la ropa.

- Hiromi-chan quiere conocer a Jiji-kun – dijo yendo directo hacia la puerta del baño sin que la castaña se diese cuenta.

- Después Hiromi – cuando vio que no obtuvo respuesta de la pequeña volteó hacia donde ella se debería encontrar. El pánico la invadió cuando divisó a Hiromi entrando al baño.

Todo lo demás lo vio pasar en cámara lenta. Ella corriendo hacia la niña gritando "¡NO HIROMI!", mientras la pequeña entraba al baño. Ella enredándose con algo que había en el piso para caer hacia delante y quedar justo al frente de un Neji con todas las gamas del color rojo en el rostro ¿Por qué? Porque estaba ¡desnudo! Con su fuerte pecho, sus brazos, sus piernas al aire, y por lo que podía observar era un hombre muy …. Como decirlo… viril.

Ten-ten de verdad tuvo que haber hecho algo demasiado malévolo e imperdonable en su vida pasada para que le estuviesen pasando factura en ésta. ¡¿Por qué de entre todas las personas del mundo tenía que sucederle algo así a ella?! Y como la fresa que adorna el pastel, terminó Hiromi con una frase espectacular.

- Ten-ten oneechan ¿Qué es eso que le cuelga a Jiji-kun?

¿Por qué cuando tenemos momentos tan vergonzosos en nuestras vidas la tierra no nos traga? ¿ O por qué no tenemos el poder de la chica de los 4 fantásticos y nos hacemos invisibles? O mejor aún ¿Por qué no tenemos el poder para devolver el tiempo? Conclusión: Dios es muy injusto.

Ten-ten no pronunció palabra alguna, simplemente agarró a Hiromi y se fue como alma que lleva el diablo y se metió junto con la niña en la primera habitación que encontró. Tras cerrar la puerta dio un hondo suspiros. Con esa imagen en su mente, no podría dormir en muchas, muchas noches.

- Hiromi-chan – trató de continuar con todo la paciencia que le quedaba – ¿EN QUÉ PENSABAS? – bueno, tal vez no contaba con mucha.

- Etto… yo… s-solo quería conocer a Jiji-kun – dijo avergonzada y con sus ojos cristalizados. Ten-ten dio otro suspiro, no le debió haber gritado tan fuerte.

- De acuerdo – dijo acercándose a la niña y poniéndose a su altura – pero no llores ¿si? – dijo despeinándole el cabello a la menor, mientras ésta asentía.

- Ten-ten oneechan – llamó Hiromi – a ti te gusta Jiji-kun ¿verdad?

- ¡¿Ehhhh?! – dijo sorprendida la castaña – p-p-pero de…¡¿Dónde sacas eso?! – su rostro era cubierto por un creciente sonrojo.

- Porque cuanto Ten-ten oneechan vio a Jiji-kun se sonrojó mucho y en los anime una chica siempre que le gusta un chico se sonroja cuando lo ve – terminó con su sabia suposición.

- Pues claro que me sonrojé porque estaba… estaba…. ¡desnudo! – terminó indignada la morena.

- No pongas excusas Ten-ten oneechan – dijo la pequeña en tono regañón – desde ahora Hiromi-chan hará que tu y Jiji-kun sean novios – dijo poniendo una pose heróica.

END FLASHBACK

- Hiromi debería de dejar de ver tanto televisión, te lo he dicho millones de veces, pero no, a Ten-ten nadie le hace caso – dijo levantándose del sillón – más te vale cuidar a Hiromi, no pienso llevarla de nuevo a esa casa, ya ni siquiera sé como veré de nuevo a tu primo a la cara – dijo con tono preocupado y cansado.

- Ten-ten – interrumpió Hinata – gomen pero… En la empresa está llegando más trabajo de lo usual y estoy muy atareada y…

- Eso quiere decir – ya suponía lo que venía pero todavía su esperanza no moría.

- Que tendrás q-que cuidar a Hiromi-chan e-en las tardes – terminó muy avergonzada la ojiperla – gomen!

- ¿Por qué a mí? – el problema no era cuidar a Hiromi, el problema era… evitar que ella quisiera emparejarla con el recién apodado Jiji-kun – Esto va a terminar en un desastre – declaró al final Ten-ten resignándose a lo que le esperaba.

No, no estaba muerta, aún estoy aquí vivita (bueno casi)

La verdad!! Estoy avergonzada con ustedes -////- he sido tan desconsiderada… me desapareci por un tiempo porque (ademas de los estudios) al comenzar las vacaciones hice un viaje para visitar a mi hermana… y después de eso… pues no me llegaba la deseada inspiración… PERO AQUÍ ESTOY MI LLAMA SIGUE ARDIENDOOOO!! Y aunque estoy desilusionada por lo que dijo Kishimoto (baka) seguiré mi camino!!! Mi esperanza no morirá!!! Yoshhhhhh!!!!

Feliz navidad retrasada y feliz ano nuevo adelantado xDDDDD!!

Espero que papa Jasshin y el niño Hidan les hayan traido muchos regalos!!

Sin mas que decirles…. ¿Me merezco un review?

Matta Ne!!

Emuma-chan!!