DISCLAIMER: El manga de Naruto no me pertenece. Los personajes mencionados aquí tampoco D:

Posibles spoiler del manga (no estoy segura, no veo mucho el anime lol).


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Secreto

Lo primero que pasó por su mente cuando vio los ojos azules de él, es que no se habían vuelto a hablar desde hacia tiempo. Pero luego de percibir todos los papeles caídos de la gran cantidad que él osó en llevar al mismo tiempo, no pudo evitar la carcajada que siempre le surgiría al ver ese tipo de desgracias de los demás. Al menos no en alguien de quien decían ser uno de los mejores ninjas nacidos en el País del Fuego.

Minato cuando escuchó la cristalina risa de ella y captó el pelo rojo que nunca pasaría inadvertido, igualmente, como ella, pensó en que ellos no se habían vuelto a cruzar hacia mucho. Luego, por la carcajada de Kushina, lo único que mentalizó es que era bueno saber que ella seguía tan feliz y activa como sólo alguien como ella podía ser.

—Aún sigo sin entender qué es lo que tanto hablan de grandioso talento si no puede ni manejar un arrume de papel —mencionó divertida agachando su cuerpo para ayudar a recoger algunos oficios y pergaminos del suelo.

—Bueno, sólo son papeles, no veo razón de demostrar mi grandioso talento a éstos.

Minato también correspondió una sonrisa cuando ella lo hizo.

—Entonces, ¿necesita ayuda, señor Minato? Porque si llamará a alguien más para que le ayude, o cree que puede solo (de todos modos, ¡sabes el Hiraishin no Jutsu!)… me iré a hacer mis…

—Entre los dos está bien —la cortó Minato.

Con ahora los papeles repartidos equitativamente y ya sin el peligro de tapar la mirada, Kushina se ubicó al lado de Minato y siguió caminando a donde fuera que él iría.

—Y yo que tenia ganas de un tazón de ramen ahora —se quejó torciendo sus labios y arrugando los ojos inconforme, logrando que ahora Minato fuera quien soltará una especie de risa a la cual trataba de reprimir quizá por no disminuir su caballerosidad— ¿Se ríe usted de algo?

— ¿Por qué me estás tratando tan formalmente? —preguntó él deteniéndose igual que Kushina antes de finalizar la acera y ver a cada lado de la vía (siempre era importante estar atento por si algo o alguien pasaba a gran velocidad).

—Hace mucho tiempo no nos vemos —respondió ella como si con lo dicho resolvía la pregunta.

—Lo sé, es mas, tu cabello está muchísimo más largo que la última vez, pero el no habernos visto no justifica mucho el nuevo trato para conmigo —objetó él empezando de nuevo a caminar al segurar que pasar al otro lado no correspondía ningún tipo de peligro. A veces los estudiantes de la academia no tenían misericordia con los ya adultos como eran ambos.

Kushina resopló por tener que dar explicaciones.

—Digo, hasta de más jóvenes a veces me llamabas con el sufijo "-chan". Y también… ehr… idiota o tonto. —Volvió a comentar Minato.

—Eso era sólo para molestar —dijo ella bajando un tanto su mirada y sonriendo. Minato la apreció nostálgica—. He escuchado desde hace algunos meses atrás que Minato Namikaze será el nuevo Hokage de la aldea, a una persona como el Hokage no puedo molestar.

Así, la pelirroja fijó su vista sobre unos pequeños que correteaban, intentando apartar el campo visual que le correspondía a Minato.

—Kushina, sigues llamando pervertido a Sarutobi. Es más, le insultas o le replicas aunque estén presentes representantes de otro país.

—Está bien, si no puedes vivir sin ello, ¡idiota volverás a ser! No importa cuantas coronas se hallen en esos rubios cabellos.

Minato había parado sin previo aviso para ella desde algunos segundos atrás, y con la pelirroja que también por lógica lo había hecho él no daba indicios de querer reiniciar la caminata.

—Me gusta saber que todo volverá a la "normalidad" —habló él y sonrió de oreja a oreja, recordándole a Kushina la inicial maldita razón por la que de un momento a otro había decidido disminuir sus interacciones con Minato: él se veía tan impresionantemente guapo así.

Y entonces se sonrojó y llevó un dedo a rascar su mejilla.

—Ah… sí… qué bien —habló Kushina, para arrugar inmediatamente su frente al divisar como empezaba él a verla extraña. ¡No! Ella se había prometido no volver a inundar sus mejillas con tonos carmines y de calidez.

—¿Pasa algo? —preguntó Minato bajando un poco su propia carga para ver a Kushina mejor. La pelirroja si quería podía responder con "De nuevo mariposas en el estomago", pero negó regresando otra pregunta:

—¿Seguimos?

—Oh, no. Nos quedaremos por ahora aquí —afirmó él.

—¿Aquí? —preguntó incrédula preguntándose internamente si Minato había enloquecido inoportunamente para ella. Ciertamente el sensei de él era alguien que se comportaba bastante loco a veces.

—Bueno, no aquí —dijo señalando el piso—. ¿No es que querías ramen?

Ante la respuesta dada por Minato, Kushina se fijó mejor en su alrededor, observando, luego de girar media vuelta, que al frente del mismísimo Ichiraku Ramen habían parado. Y no lo pensó más para negar cualquier tipo de reunión que al parecer Minato le ofrecía.

—No, eso es innecesario. De verdad, Minato.

—Podrás comer el que quieras; lo puedo conseguir gratis —respondió él con aire satisfecho.

...*…..*…..*…..*…..

— ¡Idiota! Hacerme caminar todo un trayecto con lo que no es mi trabajo, teniendo el Hiraishin no Jutsu —Kushina mientras comía su adorado plato de comida, se quejó contra Minato.

Él, tan pronto los dos llegaron al pequeño local de ramen, había tomado la totalidad de los papeles y como si de un rayo se tratara —su sobrenombre de Rayo Amarillo de Konoha no se desvanecerá fácilmente— desapareció para en menos de un minuto estar de nuevo al lado de Kushina, recibiendo el adjetivo de exhibicionista por parte de ella.

—Solamente decidí finalmente usar mi "grandioso talento" con el monto de papel —dijo él recitando lo anteriormente dicho por ella.

Ella apartó su tazón ya vacío de miso ramen, haciendo señas al bonachón cocinero y amigo de darle un segundo plato; fuera o no gratis para Minato, no iba a despreciar la oportunidad de degustar cuanto quisiera. Es más, era un grandioso momento para averiguar de una buena vez por todas cuál era su límite en cuanto al ramen.

—Kushina —llamó Minato, tardando un poco más en terminar su porción de alimento pero pidiendo también un segundo tazón. Ella apartó sus felices ojos de al frente para dirigirlos al rostro de él—, al final no he quedado satisfecho con las respuesta que diste, si cambiaste conmigo porque no nos veíamos, ¿por qué es que nos dejamos de ver entonces?

—Dímelo tú —respondió ella.

—Yo te buscaba, pero no te dejabas encontrar —dijo él serio y girando su cuerpo sobre la silla para ver mejor a Kushina.

De ese modo, teniéndolo a él tan cerca y atento a lo que pudiera hacer o decir, se sintió un tanto intimidada. La mirada de él lo hacía.

—Uh… hay una explicación, una muy tonta explicación, pero lo mantendré como un secreto. Nadie puede preguntar. Nadie puede saberlo (moriría si eso pasa).

—Entiendo —habló Minato—. Entonces no cuestionaré más, lo comprendo; si ese es el caso, yo también tengo un secreto que te involucra.

Minato había dicho ello con un tono como si tratara de revelar un misterio y para lograrlo se había arrimado de tal manera a Kushina que el aliento de él chocó con la oreja de ella para hablarle suavemente.

Ella pasó saliva y había soltado sus palillos.

—Perfecto, yo tampoco preguntaré —habló Kushina rogando no verse como una tonta. Guardó silencio porque al parecer no tenía nada más qué comentar, dejándose estar callada pero no incomoda. Junto a Minato, era un silencio hasta agradable.

Y más tarde partiría cada quien para su hogar.


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Este fanfic finalizará en un segundo capitulo. Gracias por leer y espero les guste la corta historia que he decidido hacer.

Por mi parte adoro a Minato. Y Kushina, aunque no ha salido mucho, es genial ;O;

Oonigiri.