Aclaraciones: Los personajes de InuYasha no me pertenecen, si no que a la genial Rumiko Takahashi.

Hago este fanfics por diversión propia y de los fans de este anime/manga.

"Aburrido y monótona vida,

¡Espera! Eso sólo depende de mí,

Haré mi vida divertida y no podrán detenerme"

Peligrosa Conexión

Mucho Gusto.

¡Puaj! Otro fome día en el colegio, pensó Kagome dirigiéndose a la escuela con paso exageradamente lento, no le importaba llegar tarde, al menos así su día sería distinto al anterior. Contempló las opciones del reto que le llegaría de los diferentes inspectores del colegio… pasado un momento decidió que no le importaba.

Miró su reloj y ya llevaba diez minutos de retraso… observó la calle algo vacía por la que iba, solo una cuadra más y llegaría al colegio…

Cuando entró y pasó por el primer inspector que le dio el permiso para ingresar a clases perdió otros cinco minutos más por la breve charla de 'Debo llegar a tiempo' que le dio, ella sólo asintió con la cara plana.

Al pasar por el pasillo a su sala la interceptó entonces una mujer que vigilaba el lugar, Kagome le mostró su hojita de permiso y ella también le dio la charlita. Kagome roló sus ojos divertida en su interior.

Bien, al menos ese día parecía ser un poco más agradable, no era que estuviera desconforme con su vida, de echo era bastante positiva, solo que estaba en esos días que pasan por lo general de ves en cuando los seres humanos cuando no le encuentran sentido a nada.

Golpeó la puerta de forma prudente y el pase de la profesora de Matemáticas no se hizo esperar.

Claro, su ramo preferido, ironizó para sí.

Kagome pasó y le dejó encima la hoja de permiso. La profesora no le prestó mucha atención.

La jovencita caminó a su puesto habitual.

Otra cosa diferente de ese día.

Un nuevo alumno…

Kagome se sentó en su lugar y lo miró de reojo, el tenía su vista fija en la pizarra y se alejó disimuladamente de ella arrastrando su asiento sin hacer mucho ruido.

Ella miró ese gesto y se sintió confundida. No por que pareciera alejarse si no por su increíble belleza.

De acuerdo, ese día estaba siendo bastante diferente.

El muchacho que estaba sentado a su lado tenía la cabellera ¿Plateada? Tomada en un moño semi alto, sus ojos eran ¿Dorados? Y su piel trigueña… algo bronceada.

¿Era posible que alguien tuviera esas características?

Jamás había visto ojos dorados, lo más cercano había sido el color miel… Y el cabello, eso si que era impresionante y genial…

Él la miró de forma fría.

"¿Siempre observas de esa forma tan descarada a la gente?"-Susurró para que la profesora no les escuchara, ella se sonrojó horriblemente a la vez que aquellas agrias palabras entraban en su ser haciéndola molestar.

"Y ¿Tú siempre hablas con tono tan grosero?"-Le respondió con la misma actitud, él no pudo esconder su sorpresa y alzo sus cejas algo desconcertado.

Se alejó más.

"Si te alejas más de mi quedarás aplastado contra la pared"-Kagome le sacó la lengua y volvió a mirar al frente.

La profesora les dio una mirada de advertencia para que se callaran y ella solo atinó a sonreír para darle a entender que estaría tranquila en su puesto.

"InuYasha"-bufó el joven en tono muy bajo.

Kagome lo miró por sobre su hombro sin entender bien.

"Me llamo InuYasha"-Le aclaró con la voz ronca.

"Pueden callarse los dos"-Pidió molesta la profesora, ellos asintieron, algunos alumnos se voltearon a mirarlos-"Si quieren hacer vida social está el recreo"-Luego de eso retomó su tema.

Cuando Kagome estuvo segura que ya no los estaba observando fijó sus ojos en él.

"Soy Kagome"-Dijo simplemente con una sonrisa pequeña, pero aun con cierta renitencia hacia él.

Reconocía que lo había observado de forma psicópata pero….

¡Diablos! Quien no miraría con tanta concentración a alguien tan bonito… de echo pensó que bonito quedaba muy pequeño a comparación de los que sus ojos veían.

Definitivamente quizás si se estaba volviendo algo psicópata.

InuYasha no le respondió, se limitó a anotar apuntes en su cuaderno y cuando sonó el timbre salió rápido del lugar.

"¡Hola Kagome!"-Saludó animada Yuka, que venía junto a dos jovencitas más.

"Hola chicas"-Kagome besó en la mejilla a cada una de ellas.

"Llegaste tarde…"-Ayumi la miró algo tímida, Kagome solo asintió por lo obvio de aquello.

"Oye Kagome… ¿Qué tal tu conversación con Taisho?"-Preguntó con voz demasiado interesada Eri.

"¿Taisho?"-Repitió sin entender bien.

"El chico que se sentó junto a ti en la clase"-Le dijo Yuka cruzándose de brazos.

"Nada en particular, solo una breve presentación…"-Mintió en parte-"Si se va a sentar conmigo en esa clase… tendré que al menos saber su nombre"-Aclaró algo nerviosa… Aun seguía molesta por la forma en que la miró, por la manera en que pareció parecerle insignificante y la como quedo pegando su hombro a la pared para no estar cerca de ella…

Seguramente era un antisocial.

¡Já!

El resto del día transcurrió normal, para su 'suerte' casi todas las clases menos educación física le tocaban con el chico nuevo, que claramente parecía tener cierta diferencia con ella.

.

.

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Kagome subió de saltitos por las escaleras hasta llegar al templo que era donde vivía, siempre había pensando que sería menos tormentoso y agotador poner un ascensor en vez de subir a pie aquellas escaleras que eran más de simples treinta peldaños… Una vez había tratado de contarlos a medida que subía, pero pasando el número cincuenta y dos decidió desistir y comenzar a pensar en otras cosas.

Cuando abrió la puerta de la casa guió sus pasos a donde escuchaba la voz de su madre y cierta voz algo desconocida…

Entro en el living y se quedo parada en silencio unos momentos sin entender muy bien que hacía él en su casa.

"Hola hija"-Saludó de forma amable su madre al verla.

"H-hola"-Sus ojos viajaron de los de su mamá a los del visitante.

"De seguro ya deben conocerse pero igual lo diré"-Dijo con exagerado entusiasmo y ganas la Señora Higurashi-"Kagome él es InuYasha, InuYasha ella es Kagome, hija el vivirá con nosotros de aquí hasta que termine el año escolar"-La Señora Higurashi adornó su rostro con una amplia y acogedora sonrisa y ella entonces no supo que decir.

¿Él todo el año en su hogar?

¿Él compartiendo techo con ella?

¿Él que parecía ser un antisocial NO reconocido?

Él…que era increíblemente atractivo.

"Mucho gusto"-InuYasha le sonrió de forma perturbadora.

"¿Por qué no me lo dijiste antes?"-Preguntó aun desorientada por la noticia, sus ojos vagaron en el rostro perfecto del nuevo residente de la casa que la contemplaba con cierta sonrisa arrogante y ojos fríos, ella desvió su mirada a la de su madre.

"Lo olvide, ya sabes, soy mamá… muchas cosas que hacer"-Su voz fue demasiado calmada, como si no tuviera importancia aquel pequeño detalle-"Bueno Kagome, puedes hacerme el favor de llevarlo a la habitación de huésped"-Pidió con tono autoritario y dejando zanjado el tema.

"Gracias Señora Higurashi otra vez"-Habló él y luego tomó su bolso que estaba en el suelo.

Kagome suspiró.

"Sígueme"

Dijo sin más ella y comenzó a caminar hacia el pasillo guiándolo por la escalera, sentía que estaba tras ella por lo que no se dio el trabajo de comprobar si la estaba siguiendo.

Lo que realmente la desesperaba del todo era que no podía dejar de admirar aquella belleza tan particular de él. De seguro en una semana más alguna novia comenzaría a visitar la casa, ya que las chicas en Tokyo eran directas, y a los hombres parecía gustarles eso, o mejor dicho, les gustaba tocar diferentes cuerpos facilitos a menudo.

Kagome volvió a suspirar.

"No sabía que vivías aquí"-InuYasha comentó de forma casual cuando se habían detenido frente a una de las puertas del segundo piso.

"No sabía que vivirías aquí"-Kagome tomo una bocanada de aire-"Escucha"-En su mente busco las palabras precisas para soltar lo que estaba pensando, luego de unos momentos cambio de idea en lo que iba a decir-"Esta es tu habitación"-Le dijo abriendo la puerta que estaba detrás de ella-"Esa de ahí es el baño común para todos, excepto mamá y el abuelo que tienen sus propios baños en sus respetivas piezas-"Kagome le señaló la puerta que estaba al fondo-"La de ahí es la pieza de mi hermano menor, Souta"-Kagome disimuló una risita-"Supongo que su pieza esta cerca del baño porque aun se hace pipi en la cama"-Comentó más para si que para él, pero se sorprendió cuando lo vio curvar sus masculinos labios en una sonrisa sensual y agradable.

De acuerdo, él no era simplemente hermoso, era algo casi irreal.

Pero Kagome se recordó que se había comportado algo idiota, y entonces volvió a lo que estaba diciendo dejando de mirar su rostro para no parecer muy notoria.

"Y esta de aquí"-Kagome ahora apuntó la puerta que estaba frente a la habitación que le correspondía a InuYasha-"Es la mía"-Suspiró-"Bueno si quieres algo solo dilo…eso es todo"-Kagome pasó por su lado para entrar a su pieza.

"Pensé…"-Ella se giró para verlo cuando lo escuchó hablar.

"¿Ah?"

"Nada"-Él entró a su pieza y la cerró.

"De acuerdo"-Frunció sus cejas.

Que tipo más raro.

Continuará.

Chán chán chán, y de lo trágico que escribí ahora hago algo más relajado, quizás incluso en algunas partes divertidas, o al menos para mi, jajaja

Nos vemos.

Espero comentarios : )