Capítulo Final: Volverte a ver

Con cuidado paso por el lado del médico tomando su lugar al lado de Itachi, sintió el fuerte nudo en la boca de su estómago y fue inevitable que las finas lágrimas salieran de sus ojos. Sintió como el tiempo se detenía y como si fuera una de esas películas viejas, los recuerdos comenzaron a volar por su mente, todos sus juegos de novios, las tantas veces que se "conocieron". Los besos, las noches, el matrimonio. En medio de su desolación pudo sentir los brazos de Itachi resguardarle, como una protección al dolor cosa que no era muy útil porque se igual forma lo seguía sintiendo intensamente.

El médico comenzó a realizar el procedimiento, primero reviso una a una las maquinas buscando una señal para no desconectarle, la realidad se notaba es que para él tampoco era fácil perder un paciente y ver más aún el estado de los familiares. La realidad es que estaba haciendo todo con una lentitud extrema buscando la forma de darle a Sasuke la oportunidad de dar alguna señal de vida en esos momentos.

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Lo intentaba, juraba que lo intentaba pero en todo este tiempo no había podido si quiera abrir sus ojos, ni mover un poco su cuerpo, absolutamente nada. Escuchaba eso sí, todas y cada una de las cosas que decían las personas que entraban a verle, sobre todo las de Naruto y Sakura, por un lado solamente palabras llenas de amor y de una esperanza que poco a poco se fue perdiendo, y por otro lado sólo palabras llenas de frustración y rabia. Estaba seguro que si el Dobe de Naruto pudiera le seguiría al otro mundo para darle una buena golpiza por dejarse vencer con tanta facilidad. Pero la realidad era que estaba seguro que había intentado sacar fuerzas de cualquier lugar, pero no había obtenido ningún tipo de resultado al respecto. Fue entonces cuando comprendió que la vida no era como los negocios que manejaba constantemente, aquí no podía negociar si quiera un minutos más para poder ver a su familia, a sus hijos y a tu esposa. En la vida eran pocas las veces que se daban segunda oportunidades y él ya había recibido la suya de volver a nacer, cuando Sakura había vuelto a su lado con Mikoto.

Su fallecida madre, vendría del más hermoso cielo a volverse su espanto y jalarle los pies por todas las estupideces que había decidido cometer en los últimos años.

Y ahí estaba de nuevo aquel molesto ruido de la máquina, lo había escuchado, sabía que sería la última vez que la escucharía, y fue en ese momento al recordarlo que sintió que todo se venía abajo, por primera vez en todo este tiempo de encontrarse así sintió en realidad miedo de no poder volver a verla, miedo de dejar todo atrás, miedo de no poder ver de nuevo la sonrisa de Mikoto y Sakura, de no poder conocer a hijo. Sintió extramente como por primera vez en mucho tiempo las lágrimas rosaban su rostro. Pero no estaba seguro si era su rostro en su mente, o su rostro en realidad. La verdad es que ya no tenía conciencia de lo real y de lo que no. Abrió un poco su boca intentando dar una súplica, pero la voz no escapaba de su garganta, él no podía morir ahora, no aún no era su momento, él aún tenía muchas cosas que hacer que arreglar. Sintió como las palabras se quedaban en su garganta quemándole, queriendo salir en un grito, porque él aún quería estar ahí con ellos.

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"Doctor" – Llamo la enfermera con los ojos un poco abiertos, hombre volteo a verle y luego dirigió su mirada hacía donde la mujer de blanco tenía la suya.

Era sorprendente, eran solamente unas vagas señales, sin embargo podía observar que a cada instante se hacían un poco más constantes, quería vivir, por supuesto que quería esa era la señal que esperaba, un poco tardía pero había llegado al fin.

"¿Qué está pasando?" – Preguntó una temblorosa Sakura.

"Su esposo, lo ha decidido un poco tarde. Pero lo ha hecho. Se quiere quedar en este mundo" – Sakura se llevó la mano a la boca en buscar de callar la explosión de sorpresa y felicidad que recorrió su cuerpo.

"Eres un maldito bastardo" – Grito el rubio amigo con una felicidad enorme en su boca, lo que Itachi soltó una sonora carcajada.

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No importaba si solamente podría abrir sus ojos unos instantes para poder verla, daría todo lo que tenía con tal de ver de nuevo esos ojos verde jade, y ese extraño cabello rosa. No quería partir de este mundo sin antes haberla besado y dicho cuanto la amaba, él era Sasuke Uchiha y no iba a permitirse partir sin siquiera haber podido hacer eso.

Él quería abrir de una maldita vez sus ojos, esquivar cualquier problema que le llegara y amarla solamente amarla. Esa era su misión en la vida, cuidarla y protegerla, a ella y a su familia. Porque ellos eran su felicidad, su dicha, su esperanza y su fe.

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Lo primero que vio en medio de la agitada habitación fue el resplandor de sus ojos azabache, mientras se cerraban y abrían intentando acostumbrarse a la luz del lugar. Fue como si su corazón palpitara a una velocidad tan increíblemente rápido, que sintió como la falta de aire, la hacía sentirse ahogada. Solamente pudo ver desde su lugar, como las enfermeras y el médico corrían a tomar sus signos vitales y a hacerle el procedimiento apropiado.

"Sakura" – Escucho como una débil voz le llamaba, y en ese instante puedo ver una pequeña sonrisa en sus labios y ella sin poder evitarlo se abrió paso entre las personas presentes para abrazarlo.

"Sasuke" – Era la única palabra que salía de sus labios una y otra vez, mientras llenaba de besos su rostro.

Los presentes sonrieron y salieron de la habitación.

"No hay ningún tipo de resaca del accidente" – Pregunto Itachi al médico.

"Sus reflejos están en perfecto estado, es extraño es como si hubiera estado en coma pero al tiempo no, es decir como si solamente hubiera estado durmiendo un largo tiempo" – Respondió el médico.

"Pero, como es que fue esto posible, aun no lo puedo creer" – Hablo aceleradamente Naruto.

"Hay cosas que ni siquiera nosotros podemos saber, son simplemente cosas del destino, en muchas ocasiones he visto gente al borde de la muerte, sin embargo en poco tiempo se recuperan como lo ha hecho el señor Uchiha, por otra parte hay personas que con pequeñas cosas mueren" – Sonrió – "Él aún tiene mucho por lo que vivir, tiene quien le espere en casa" – Y sin más se marchó del lugar.

"Juro que cuando el Teme salga de este lugar lo voy a golpear hasta que tenga que volver de nuevo por hacer pasar tan malos ratos a Sakura-Chan" – Dijo mientras seguía a Itachi hacía la sala de espera con una enorme sonrisa en su rostro, y sus ojos llenos de lágrimas de alegría.

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"Lo siento tanto, no pensé que reaccionarias me he dejado segar por el terror" – Lloro en el regazo del hombre que tanto amaba.

"No llores Sakura, sé que lo decidiste por una buena razón, tampoco pensé poder volver a tenerte en mis brazos" – Le beso la cabeza con devoción, la miro un poco, de nuevo su vientre estaba plano - "Esta bien Sanosuke" – Fue más una afirmación que una pregunta.

"Es un bebé muy inquieto" – Lo miro y luego bajo de nuevo su cabeza – "No pude controlar mi reacción aquel día, y lo puse en peligro" – Dijo ella.

"No es algo que se pueda controlar con facilidad Sakura" – Le dijo el levantándole la barbilla y dándole un casto beso en los labios.

"No puedo soportar una vida donde no estés presente, es un infierno" – Le dijo – "No me vuelvas a dejar sola nunca más Uchiha, porque no seré capaz con ellos" – Le aseguro.

"No está dentro de mis planeas dejarlos solos Sakura" – Y le sonrió como nunca en su vida lo había hecho.

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Tres semanas después

"Papá" – Y lo último que se vio fue a una pequeña pelinegra saltar a los brazos de su padre con efusividad y sus ojos llenos de lágrimas.

"Mikoto" – Llamo su madre – "No debes hacer eso, tu padre aun esta delicado" – La reprendió.

"No importa Sakura, necesitaba esto" – Y de igual forma abrazo con fuerza a su hija. Escucharon unos pasos y voltearon a ver a la escalera donde bajaba Ino con un pequeño bulto en sus brazos, Sasuke pudo sentir que su corazón saldría de su pecho en cualquier momento, no había tenido la oportunidad de estar en el nacimiento de ninguno de sus hijos, pero por lo menos podría compartir con ellos, recompensaría el hecho de no poder estar con ellos en momentos tan importantes.

"Él es Sanosuke" – Dijo Sakura recibiendo al bebé en brazos, y llevándolo donde se encontraba Sasuke, un nudo se posó en la garganta del hombre de cabellos negros, el solamente atino a estirar sus brazos para recibirlo. Y en el sentirlo en sus brazos a él y a la pequeña Mikoto fue una explosión de sentimientos y en ese preciso momento se dio cuenta de cuanto valía la pena seguir allí a su lado.

Miro con detenimiento a la mujer en frente suyo, mientras conversaba con su amiga de una manera entusiasmada, estaba seguro que hace mucho no se encontraba de esa forma y sin que ella o Ino lo esperasen él se decidió a hablar.

"Sakura" – La aludida volteo su rostro hacia su esposo.

"Dime" – Dijo dulcemente acercándose a él.

"Quiero otro hijo" – Sakura abrió sus ojos sorprendida, y detrás suyo, pudo escuchar la enorme carcajada de su amiga Ino.

"Si ves lo dije Sakura, después de cuatro meses dormido es normal que pida noches alocadas de pasión con un único fin" – Y de nuevo soltó otra carcajada – "Me voy para que puedas comenzar con el pedido de tu esposo" – Las mejillas de Sakura no podrían encontrarse de otro rojo más intenso.

"Eres una maldita pervertida Ino cerda" – La miro totalmente enojada, mientras la rubia se desplazaba a la salida.

"No digas malas palabras en frente de tus hijos Sakura" – Y riendo salió del lugar.

"Sasuke" – Le llamo Sakura, pero él la interrumpió.

"No he podido estar en ninguno de los nacimientos, ni de Mikoto, ni de Sanosuke. No solamente quiero tener más hijos para poder vivir dicha experiencia, solamente quiero poder estar a tu lado rodeado de nuestros hijos, y en algunos años más también de nuestros nietos" – Nunca en su vida, ni en el más loco de sus sueños se imaginó a Sasuke Uchiha diciendo ese tipo de cosas.

Por lo cual se acercó a sus tres tesoros y los abrazo, dio un pequeño beso en la frente a Mikoto y Sanosuke, y finalmente beso en los labios al Uchiha.

"Te amo" – Le susurro Sasuke.

"Yo también te amo" – Lo miro fijamente – "Nunca lo olvides, porque yo no lo olvidare, ya que tu viviste, vives y viras en mí, porque eres parte de mi ser" – Y con un dulce beso sello su juramento.

FIN!

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Y aquí por fin está el final de esta historia, espero que le guste y de nuevo disculpas por la demora. Que tenga un muy buen día.