La verdad es que esto es una especie de experimento. James en su época escolar me encanta, creo que es el típico chico gracioso por el que todas suspiramos. Este fic irá de cómo cambió para ganarse a Lily. No sé cómo saldrá, de momento espero que no sea una chapuza. Será una serie de capítulos cortos, no sé cuántos aún. Agradezco críticas. :)
Disclaimer: Todos los personajes/escenarios pertenecen a J.K. Rowling. Si tuviera la mitad de imaginación que ella, posiblemente ya sería tremendamente rica. Yo sólo me limito a llenar huecos que ella nos ha dejado para nuestra propia imaginación, un regalo que sin duda es de los más grandes.
1- Cambios
-¿Evans, quieres salir conmigo?
La pregunta llega a los oídos de Lily como una cantinela repetitiva e insoportable. No le hace falta darse la vuelta para saber que es Potter. Ese chico no se rinde. Lily empieza a preguntarse si es masoquista, o simplemente pregunta pero no escucha la respuesta. Igual carece de memoria inmediata.
- No, Potter. – dice con ademán cansado. Hoy no tiene tiempo para ironías.
Black suelta una carcajada. Sinceramente, Lily no le ve ninguna gracia. Si hubiera sido la primera vez… Pero la verdad es que esa escena se repite continuamente desde hace seis años. Con distintas variantes, depende del día que tenga Lily. ''Vete a la mierda, Potter'', ''Cuando te cortes el pelo'' o ''Cuando los gusarajos vuelen'' son sus respuestas más utilizadas.
Se aleja del lugar entre las risas de Black, las collejas de Potter y la cara de resignación de Remus Lupin. Un día se cansará, o al menos eso espera. La verdad es que, en sus días más pesimistas, se pregunta si Potter la seguirá acosando incluso cuando salgan del colegio.
Pero la verdad es que Potter ha madurado. Ya no le pide salir cada dos horas, y eso, por mucho que Lily siga quejándose, se nota. Tampoco se mete tanto con Severus. Y aunque Sirius insista en que es porque cada vez Quejicus da más asco (''es casi imposible acercarse a él sin recibir un tajo de su enorme nariz. '' ''Mira que pelo, yo creo que ha sustituido el champú por un bote de aceite. '') Lily sabe que es por ella. No es que haya escuchado esa conversación a escondidas, para nada, lo que pasa es que estaba en un rincón de la biblioteca en ese momento, y si salía de su escondite, Potter y Black sabrían que los había escuchado.
Lily recuerda esa conversación que ha escuchado hace apenas una semana. Las palabras de Potter resuenan en su cabeza una vez más, como llevan haciéndolo desde el incidente: ''Canuto, no podemos meternos más con Quejicus, es amigo de Lily, y no quiero hacerle daño. Si quiero que se dé cuenta de que soy su hombre, tengo que empezar a hacer ciertos sacrificios, y Quejicus, por mucho que sea subnormal, es su amigo. ''
Sirius había protestado, pero frente a la insistencia de Potter, había dicho que lo intentaría. (''Yo lo intento, James, pero no prometo nada, sabes que Quejicus lo pone a huevo. Y desde luego, si me la intenta jugar, no voy a quedarme de brazos cruzados por tu chica. '')
Y desde entonces, no se han metido con Snape. Bueno, quizás un poco. Pero hasta Lily reconoce que ha sido en defensa propia. Por ejemplo, el lunes Potter recibió un embrujo de Snape, y lo único que había hecho había sido lanzarle una mirada envenenada y marcharse. Aunque Lily sabe que después de aquel encuentro, Severus ha tenido problemas con Sirius. También sabe que Potter sólo se contuvo porque ella estaba presente.
Ya no es el creído de gafas al que le encanta que todos le vayan besando el culo por la vida. Ya no se rodea de su club de fans lanzando miradas socarronas a Lily, como si esta fuera a sentir celos. Ahora, cuando se le acerca una chica con claras intenciones y Lily está presente, se sonroja y se la quita de encima amablemente, de una manera sutil y educada de la que Lily siempre le ha creído incapaz. Ya no se revuelve el pelo como si se acabara de bajar de la escoba, aunque, para ser sinceros, tampoco se esmera mucho en peinárselo. Y ya no esboza esa sonrisa que él cree irresistible cuando le pide salir, ahora se pone serio y con cara de circunstancias. Ya casi no hay comentarios groseros al oído. Casi.
Ya no copia los deberes de Remus, ahora, inexplicablemente, se esfuerza por hacerlos él. Bueno, a veces se desespera y se los pide para ''repasar errores'' mientras copia rápidamente la esmerada caligrafía de su amigo. Ya no hace gracias en clase, y la pérdida de puntos de Griffindor ha disminuido notablemente. Lily incluso le ha visto un par de veces en la biblioteca.
Sirius también ha madurado un poco, pero sólo lo justo y necesario para no avergonzarse de su amigo. Por supuesto, él nunca pisará la biblioteca si no es estrictamente necesario, ni dejará de copiarles los deberes a Remus y Peter. Seguirá haciéndola rabiar para enfadar a James y su club de fans seguirá intacto.
Pero Potter no ha cambiado del todo. Sigue recibiendo algunos castigos, y Lily sabe que sigue metiéndose con Severus a escondidas. También sabe que sigue robando comida de las cocinas, y más de una vez le ha visto llegar a la Torre de Griffindor bien entrada la noche, mientras ella está haciendo sus deberes.
''Siempre tan aplicada, Evans. Podrías enseñarme algo. No tiene por qué estar relacionado con la magia, ya sabes…''
Lily replica un ''Buenas noches, Potter'' y sube las escaleras del dormitorio de chicas, sintiendo la mirada del chico clavada en su espalda, y, en la mayoría de los casos, un poco más abajo.
Pero esos pequeños dejes de rebeldía son lo que lo diferencian de otros tantos. Y esas mejoras en su actitud hacen que no sea tan extremadamente insoportable. Lily sabe que, poco a poco, el chico está alcanzando un punto de equilibrio que a ella le gusta. Y se recrimina por ello, pero sabe que, de un momento a otro, ya no odiará a Potter.
Mientras se aleja por el pasillo, no puede evitar pensar que Potter ha cambiado. De verdad. Se lo reconoce, porque es algo que por fin, le puede reconocer. Y mientras oye las estruendosas carcajadas de Sirius Black en el recodo del pasillo que ya está dejando atrás, piensa que, después de todo, James Potter no es tan insoportable como ella cree que es. No es que sea un caballero, pero ya no es el presumido odioso que ha sido siempre. Y al caer en la cuenta de lo que está pasando por su cabeza, sacude la cabeza, medio sorprendida, medio asustada, y se dirige al Gran Comedor, forzando a sus pensamientos a dirigirse hacia el examen de Encantamientos que tiene después de comer.
¿Qué os parece la primera parte? :$ Tanto si os gusta como si no, agradecería que me lo dijeseis. No sé cuando podré subir el segundo capítulo, ¡los exámenes se me echan encima! También quiero escribir algo sobre Draco y Hermione, mi pareja favorita, pero no quiero hacer una chapuza. Ya se verá. ¡¡GRACIAS POR LEER!!