Nota importante:
¡Hola lectores! Muchísimas gracias por todos los reviews y lecturas además del apoyo que han tenido con este fic a lo largo de los años, no tiene comparación que tantos años después la lista siga creciendo, de verdad que son lo máximo. Deseo comentarles que actualmente estoy volviendo a traducir la historia entera, hay demasiados errores de traducción y ortografía, entenderán que cuando inicié la traducción hace 7 años mi nivel de inglés no era tan alto como lo es ahora. Sé que será una labor a largo plazo que iré realizando poco a poco con la intención de ofrecerles esta historia de la mejor y más apegada manera a la original.

Punto y aparte, últimamente he andado de moda para que otros autores suban mis traducciones y les modifiquen algo, ya me pasó con Vacío, ¿Alguna vez..? y ahora Cama de Rosas, quiero mencionar que descubrí que la otra versión que anda por ahí no es una traducción fiel o "nueva" sino una modificación de la mía, ¿Cómo lo sé? Porque el segundo y el tercer capítulo que esta persona subió eran de una versión antigua del fic (Que ya no se encontraba disponible en ninguna otra parte más que en mi traducción, esto porque la autora decidió volver a escribir estos capítulos para que tuvieran mayor coherencia con la trama, y que hasta hace poco los actualicé en mi traducción) y así los subió, si fuera una traducción como menciona que es, pues habría notado que diferían del original a la hora de "intentar traducirlos" y otra versión tendría por ahí. No recibí notificación alguna para modificar mi trabajo, que aunque no está al 100% perfecto, porque es antiguo, me costó y mucho, y tampoco creo que MoonyNZ fuera notificada. En fin, así es este mundo del internet, sólo les notifico, tengo entendido los duplicados están prohibidos por las normas de este sitio. Y por lo cual cambiaré el título a Lecho de Rosas, para que no exista confusión alguna.


LECHO DE ROSAS
Prólogo


Harry, Ron y Hermione caminaban casualmente por los pasillos del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Harry y Ron caminaban lado a lado mientras que Hermione de frente a ellos caminaba de espaldas, confiando en que el par le advertiría cuando se acercara a una pared, escalera o algún profesor burlón.

—Yo sólo digo... —explicó Hermione. —...Que el exceso de uso de lengua de rana en la poción de antiverrugas no hará que se torne naranja como el examen estipulaba, se tornará verde. Esto es porque…

—Hermione —la interrumpió Ron, estirándose y con cuidado apartándola de uno de primero. —Por última vez, sólo tenemos que presentar el examen una vez —dijo sosteniendo un dedo. —Sólo una vez, por favor, no me hagas revivir el terror de Pociones más de lo necesario.

—Pero…

—Sé que piensas que el examen estaba mal Hermione pero discútelo con Snape, no con nosotros.

—Bien —dijo Hermione, dándose vuelta y se encaminó a un pasillo que la conduciría a las mazmorras.

Harry y Ron se miraron el uno al otro antes de agarrar de ambos codos a Hermione y darle vuelta en la dirección contraria.

—No creo que Ron se refiriera a ahora, Hermione —dijo Harry, riendo ligeramente. —Pensé que querías visitar la librería.

—Sí quiero, pero realmente alguien necesita decirle de su error —discutió Hermione, luchando del apretón de sus dos amigos. Hermione, de ninguna forma era de baja estatura, era más alta que muchas chicas de su casa aún así se le dificultaba contra sus dos mejores amigos.

—Más tarde —insistió Ron. —Quiero estar allí para mirar. Ahora, escucho a Hogsmeade llamando.

Sin advertencia, él se flexionó y recogió a Hermione de la cintura, colocándola sobre su hombro como carga un bombero.

—¡Ron! —bramó Hermione. —¡Bájame!

—Sólo si prometes no ir corriendo a Snape.

—Harry —imploró Hermione, mirando fijamente al adolescente de cabello despeinado que les seguía. —Has que me baje.

—No le diré a nadie que haga nada —dijo Harry, con sus ojos bailando de entretenimiento.

—Ron, si no me bajas ahora…

—¿Harás qué? —preguntó Ron, doblando en una esquina. —¿Me maleficiarás?

Ron se detuvo cuando notó a Remus y a Sirius discutiendo en el vestíbulo de entrada.

—Vamos Lunático, te digo que yo de todas las personas debería saberlo.

—Sí Sirius, tú de todas las personas deberías saberlo mejor, pero no son la misma persona, deja de tratar de convencerte.

—Pero yo sé…

—¿Sabes qué? —preguntó Harry con curiosidad, acercándose a los dos magos.

Sus profesores se dieron vuelta, ambas miradas posándose inmediatamente en Ron y Hermione.

—¿Hermione? —preguntó Remus divertido. —¿Estás bien allí?

—Sí, bien. Pensé me gustaría disfrutar de la vista mientras estaba aquí arriba, no sabía como lucía Hogwarts moviéndose en reversa —explicó ella, tratando de alcanzar su varita en su túnica. —¡Ron, bájame!

—Vamos de camino a Hogsmeade —explicó Ron, ignorando a Hermione. —¿Vienen?

—Quizás debas bajarla —dijo Sirius, con su mirada en la bruja batallando.

—Gracias —suspiró Hermione. —Por lo menos alguien aquí ve con razón.

—Yo tengo una razón perfectamente buena, detenerte de correr a Snape.

Sirius y Remus se miraron el uno al otro antes de voltear de nuevo al trío. —¿Por qué…? —comenzó a hablar Remus.

—No la hagas empezar —interrumpió Harry, levantando sus manos. —De todos modos, ¿De quién hablaban?

—Sólo hablábamos de alguien que conocimos en el colegio, no le conocen —dijo Remus, con una mirada intencionada, dirigida a Sirius.

—Está bien, entonces —dijo Ron, girando sobre sus talones. —Vamos Hermione, vámonos.

—Como si tuviera opción en el asunto.


El sol de primavera era cálido sobre sus pieles mientras el trío vagaba por la calzada al pueblo mágico. Conversaciones y risas fluían entre los miembros del E.D. mientras compartían los planes para el verano.

Hermione, ahora con los dos pies firmemente puestos de vuelta sobre la tierra, caminaba entre Harry y Ron, escuchando como discutían de la más reciente escoba que saldría durante el verano. Oyendo algo que sonó como un explosión sorda proveniente de la aldea, Hermione redujo ligeramente el paso, provocando que Harry y Ron se detuvieran y miraran de vuelta a ella.

—¿Qué fue eso? —preguntó ella, con su cabeza ladeada hacia un costado, como si estuviera tratando de escuchar algo a la distancia.

Harry levantó su mano. —Todos guarden silencio.

El grupo se detuvo, y se quedó inmóvil como los distantes sonidos de gritos, estrépitos y estruendos alcanzaron sus oídos.

Harry no vaciló mientras agarraba su varita mágica, descendiendo corriendo la colina, dispersando piedras en una nube de polvo como doblaba en una esquina hacia el pueblo, con Hermione y Ron a sus talones. Hogsmeade era un caos, hechizos volaban por el aire y edificios ardían a su alrededor. Los estudiantes más jóvenes corrían buscando refugio mientras que los mayores defendían con miembros del público.

—Todos cubran la espalda de alguien más —gritó Harry, esquivando, mientras un rayo de luz roja volaba por encima de su cabeza.

El E.D. se dividió para cubrir la espalda de sus compañeros, y Ron y Hermione comenzaron a lanzar aturdidores hacia los Mortifagos distraídos.

Desmaius —gritó Hermione, apuntando a un Mortifago que apuntaba a unos de tercero que huían. Ella podía escuchar a todo su alrededor diversos hechizos que habían aprendido de Remus y Harry, y en medio de los gritos de terror podía escuchar la fría risa de los Mortifagos.

—¡GINNY!

Hermione se dio vuelta, con sus largos rizos volando, para ver a Ron correr hacia su hermana, quien se encontraba bajo una imperdonable al otro lado de la calle.

Diffindo.

Hermione escuchó a una voz detrás y antes de que pudiera reaccionar varias cortadas profundas aparecieron en la parte superior de sus brazos y torso. Reprimiendo un grito, mientras que dolor puro la abrasaba, se dio vuelta para defenderse.

Expelliarmus —gritó ella, mirando el haz de luz azul dirigirse a su objetivo.

Pero el hechizo protector del Mortifago fue demasiado rápido y Hermione observó como su hechizo rebotaba a distancia sin causar daño. Él se mofó de ella y procedió a enviar otra maldición.

Crucio.

La voz fue apenas un susurro y mientras Hermione trataba de quitarse del camino, la maldición la golpeó en el costado. Ella se dobló como la sensación de cientos de cuchillos la apuñalaba. Las frescas heridas en su espalda se sentían como si estuvieran en llamas mientras que cada terminación nerviosa estallaba en dolor. Hermione apretó los dientes, sintiéndolos rechinar mientras luchaba el grito rebosando sus labios. De pronto, el hechizó se quitó y ella levantó la mirada para ver a un elegante perro negro derrumbar a su agresor.

Avada Kedavra —escuchó a una voz gritar.

Dándose vuelta, preparada para saltar con su varita mágica levantada, Hermione miró como la brillante luz verde se apresuraba hacia Neville.

—¡NEVILLE! —gritó Dean, mientras se ponía en pie de su posición en cuclillas y derrumbaba a su amigo al suelo.

Hermione miró con horror como el haz de luz verde golpeaba a Dean en la espalda. Reprimió un grito mientras que su compañero de clases caía en la tierra.

Dándose vuelta, Hermione enfrentó al atacante.

¡Impedimenta! —gritó ella, mirando como el hechizo rebotaba en el escudo.

¡Confringo! —trató, observando como el Mortifago se quitaba del camino y al vehículo detrás de él volar en pedazos.

Avanzando, Hermione siguió intentando y golpeando al ágil Mortifago mientras sentía su ira y frustración crecer.

¡Densaugeo! ¡Confundus! ¡Duro! —gritó en un rápida sucesión, mirando como cada haz de luz se esquivaba. —¡Crucio!

El hechizo le dio a su objetivo directamente en el pecho, antes de que ella comprendiera que una imperdonable había salido de su boca. Un gritó explotó de los labios del Mortifago mientras que ella sostenía la maldición, antes de retirarla incapaz de sostener el hechizo por mucho tiempo. Atando al mago enmascarado, Hermione regresó al resto de la batalla.

Le dolía el cuerpo y podía sentir las heridas en su espalda abrir y cerrarse mientras se movía. Un rastro de sangre en forma de línea recorría su rostro desde una herida en la raíz de su cabello, Hermione levantó el dorso de su mano para limpiar el pegajoso líquido de su mejilla. Observando con sus ojos marrones la escena frente a ella, encontró a Ron.

Él estaba frente a ella al otro lado de la polvorienta calle, agachado y ayudando a Ginny a ponerse de pie mientras mantenía su varita mágica adiestrando al enemigo. Su alta figura respiraba pesadamente y Hermione notó que él había sufrido tanto como ella. Ella salió en carrera cuando vio a cuatro Mortifagos acercándose a los hermanos, Hermione cruzó la calle lanzando hechizos para cubrir a Ron, mientras escaneaba la batalla en busca de Harry.

De camino, a mitad de la calle divisó a Harry de pie mientras ataba a un Mortifago frente a cuatro aterrorizados de tercero.

—¡HARRY! —gritó ella, tratando de llamar su atención. Él alzó la vista al sonido de su voz y tomó nota de la dirección en la que corría. Enviando dos bien dirigidos maleficios a los magos acercándose, él la alcanzó antes de que sus mundos se partieran con dos palabras.

El Mortifago apuntó su varita mágica hacia Ginny y gritó; —Avada Kedavra.

El mundo de Hermione comenzó a moverse en cámara lenta mientras observaba a uno de sus mejores amigos saltar hacia la luz verde para salvar a su hermana. De pronto, se sintió entumida. El tiempo pareció apresurarse de nuevo como seguía avanzando hacia Ron, mientras que Harry le enviaba la maldición Cruciatus al mago frente a ellos.

Deslizándose a lo largo de la grava hacia el terraplén cubierto de pasto, con piedras y tierra rasgando sus jeans y rodillas, Hermione se detuvo junto a Ron y a Ginny. Ginny se había derrumbado sobre sus rodillas y trataba de girar a su hermano.

—¡Ron! —gritó Hermione, agarrando sus hombros y ayudando a girarlo sobre su espalda. —No —susurró ella, mirando fijamente sus familiares ojos azules mirar inexpresivamente al cielo.

—¿Hermione? —preguntó Ginny. —Ayúdalo, ¿Puedes ayudarlo? ¿Ron? ¡Despierta Ron! —gritó ella, sacudiendo a su hermano. —Hermione, tienes que hacer algo —rogó.

Hermione se estiró y posó una mano en el brazo de Ginny. —No puedo Ginny, lo siento.

—No —susurró Ginny, reclinándose sobre su hermano con sus manos sobre su cara.

—¡HERMIONE! —gritó Harry detrás.

Hermione se puso de pie en un instante, con su varita levantada, mientras observaba a Harry moviéndose rápidamente hacia ella.

Se dio vuelta para ver de reojo un destello de luz. La comelibros en ella no reconoció la luz índigo que la golpeó en el costado.

Un suave Oh de conmoción escapó de sus labios mientras caía. Pudo escuchar a Harry gritar su nombre, y él fue su último pensamiento, antes de que su mundo se tornara negro.


Disclaimer: Ésta es un traducción al español, oficial y autorizada
por MoonyNZ de su fanfiction "Bed of Roses", mayor información en perfil.