Lazos de Sangre

Capitulo1: De una boda Feliz a un divorcio frustrante

Crucero Flor de Lis. Marzo de 1997.

Ya concluidos sus cuatro años en la universidad como diseñadora de modas, tenia más que un motivo para celebrar, primero su beca para Francia y especializarse allá y la segunda que su familia ya tenia pagada la gran deuda de sus estudios con unos modelos que diseño para una campaña verano- otoño como proyecto de graduación y el viaje de dos meses en un crucero por el Mediterráneo era un merecido regalo para ella. Esas si serían unas buenas vacaciones antes de tomar el vuelo a su nueva vida en Paris.

La salida de ese crucero le había dado el tiempo justo para ir de Inglaterra a Japón a saludar a su familia y de regresar a España para su viaje. Tal vez ahora le pasaría algo interesante, por que los años vividos en Inglaterra se le pasaron entre bocetos, trabajos, proyectos y lecturas; por más que sus amigos Sango y Miroku quisieron sacarla a bailar los fines de semana, simplemente los rechazaba.

Entre todos los libros que había devorado, una historia le llamo fuertemente la atención, donde una chica normal, sin suerte en el amor; había conocido el amor de su vida en un crucero y que aprovechando el viaje se casaron y vivieron una vida feliz hasta la muerte o eso fue lo que supuso por que el libro terminaba con el final del crucero y ambos jóvenes casados y con muchos sueños que cumplir.

Pero la vida real no siempre es como las historias rosas que leemos en la juventud, ¿o si?

Llena de sueños de juventud frustrada se embarco en el crucero, no quiso perderse ningún detalle del zarpe del barco, muchas personas estaban despidiéndose de sus familiares y ella sintió un poco de nostalgia por no ver a nadie de quien despedirse. Al atardecer de ese día de primavera, la vida de esa diseñadora cambiaria mucho y mas pronto de lo que se imaginaba, ya que en el momento de ir a buscar su habitación, se tropezó en una esquina con un joven muy apuesto, de cabello plateado y largo, piel bronceada y unos ojos maravillosos y únicos: Dorados.

Ouch... pero que.... – dijo él al verse en el piso con alguien sobre su pecho - ... creo que no te vi al cruzar; discúlpame, ¿si?

No es nada, discúlpame a mí, pues... – vio la posición comprometedora en que se encontraban y decidió mejor pararse antes de que su asombro la delatase - ... ¿no te golpeaste?

Para nada

Muy bien, será mejor que busque mi habitación – la chica dio media vuelta y antes de alejarse mas de ahí, el chico le hablo

Oye... ¿cómo te llamas? Yo soy Inuyasha Taisho

Kagome, Kagome Higurashi, mucho gusto

¿podría verte esta noche para la cena de bienvenida? – prosiguió el chico que en esos momentos hablaba ingles con ella

Etto... pues si, solo voy a darme una ducha y nos vemos ahí – bueno ese no era un mal inicio de viaje, su primera cena la compartía con un chico que le agrada mucho

A las nueve en la entrada del salón, ahí estaré esperándote... así que... hasta mas tarde Kagome - ¡oh Dios, escuchar su propio nombre en boca de él... fue muy lindo y mas el tipo de voz que utilizó...! pensó la diseñadora que lo miraba embobada

Si... Inuyasha... – eso sonó tan dulce... bueno, ese crucero a ultima hora no sería tan malo, quien lo diría; casi fue llevado a rastras por su madre y ahora a su regreso le daría las gracias. Ahora mas que nunca adoraba a su vieja, como le decía de cariño.

Esa fue la noche que inicio todo lo que en un inicio fue armonía total, ambos tenían muchas cosas en común; era japoneses y por razones de estudios se habían ido a vivir a Europa, él a Alemania para ser Arquitecto. Prácticamente amaban los dibujos, solo que de distinta cosas y formas.

Y así pasaron los días, hasta que tres noches antes de desembarcar de esos maravillosos días de amor entre ellos, Inuyasha le pidió matrimonio; durante la cena de enmascarado. Para ella fue una total sorpresa y su corazón casi se le sale del pecho. Al principio no pudo articular palabra del asombro y en medio de lágrimas acepto la propuesta.

Claro que no se casaron abordo, por más que se lo insinuó él, ella quería más tiempo y diseñarse ella misma un vestido. Ese había sido su sueño desde que inicio su carrera.

Pasaron unos días y ambos se presentaron a sus familias... realmente no se imaginaban los rostros de sus madres al ver que uno de sus objetivos estaba hecho: ver a sus hijos felizmente casados y daban por hecho que sería para siempre.

A Kagome le ayudaron tanto su madre como su futura suegra que no esperaba ver los nietos que esos dos le darían... los malcriaría hasta decir ya no y sería la mejor abuela del mundo. A pesar de sus años, Izayoi Taisho se veía muy joven y pues ese era un punto a su favor...

Por más ilusionada que estaba que se llevo gran parte de su tiempo para hacerse un vestido tal cual lo deseaba. Después de unos dos meses de perfeccionarlo por fin lo consiguió. El diseño era un vestido totalmente blanco en gasa, con pedrería en la parte alta, dejando que el corsé le resaltara la figura. La parte de abajo constaba de una falda en corte sirena y para finalizar, el tocado con una tiara y un pequeño velo que le cubría hasta la espalda. Sería sencillo, pero muy a su gusto.

No podía olvidar su ramo, el cual llevaría rosas blancas y unas orquídeas pequeñas del mismo color.

Tokio, Japón; Enero 1998

La boda quedo acordada en una pequeña capilla en las afueras de la ciudad. Querían que fue intima e inolvidable, pero como Inuyasha era uno de los solteros mas codiciados; una decena de reporteros estaban esperándolo a el y a la novia en las afueras.

Sango, la mejor amiga de Kagome y Miroku, el novio de Sango; eran los padrinos, los cuales muy gustosos les pusieron el lazo, hecho de azahares, durante la ceremonia. Se dijeron las promesas con todo su amor y al terminar, los nuevos esposos se dieron el tan esperado beso.

Dejaron que los reporteros les tomaran las fotos que querían y ya dejando solo a la familia y amigos, partieron a la mansión Taisho, donde les esperaba la recepción. Ahí entre música, la torta y la el momento tan esperado por las chicas solteras: la hora de tirar el ramo; que entre una fuerte disputa entre sango y Eri, la primera salió victoriosa; siendo vista muy de cerca por el chico de ojos azules y fama de don Juan.

Inuyasha dijo unas palabras a su nueva esposa y a los demás de cómo daba gracias a su madre por llevarlo casi a rastras al crucero y que le dio la oportunidad de conocer a esa mujer tan especial.

Pasada la medianoche, los novios se despidieron y entre risas, besos y caricias; llegaron a la habitación de él. Ahí la levanto y llevándola dentro de su habitación; la giro en el aire y depositándola en el piso; encendió unas cuantas velas... revelando la primera sorpresa de la noche.

Se que aun no estamos en nuestra casa, pero prometo que cuando la encontremos... te cargare de nuevo una y otra vez... ¿te gusta? – refiriéndose a la decoración

Inu... como crees que no... es... mágico – y era verdad, pues por toda la habitación habían pétalos de rosas, rojas y blancas y en la cama un gran corazón con un Te Amo. una botella de Champan, y las velas le daban ese toque especial.

Después se fueron a una zona en el interior del país, con varios años en el exterior, se les hizo mejor quedarse a disfrutar del tiempo perdido.

Tokio, Japón Marzo 1998

Ya estaban de regreso, pasando dos meses completamente solos, tenían en mente acomodar sus vidas y próximos trabajos. No tardaron mucho en conseguir lo que querían y ya instalados en sus empleos... las primeras peleas se dieron inicio.

La primera fue gracias a los celos del ojidorado. En la agencia de publicidad donde trabajaba kagome como asesora de imagen en los comerciales. Ahí también trabajaba un fotógrafo llamado Kouga, el cual quedo prendado de ella desde el momento en que la conoció. Sabía perfectamente que era casada, pero no perdía la oportunidad de darle regalos y elogios por sus trabajos con las modelos.

Esa noche se desato una gran pelea por que Kouga le había regalado una rosa por sus primeros 3 meses de trabajo, que coincidían con los 5 meses de casados y viendo esa escena en primera fila por Inuyasha.

¿acaso no confías en mí? Esto es el colmo Inuyasha... – le reprocho la pelinegra que el miraba incrédula por la escena que su esposo le estaba haciendo pasar

Ah si...entonces, ¿por que recibes regalos de ese lobo sarnoso? – vio la forma no tan de compañeros de que ese tal Kouga miraba a su esposa y nadie se quedaría así no mas por la descares del otro... no mientras él estuviera ahí para proteger lo propio...

Por que es un compañero de trabajo, además no solo él me dio regalo por mis 3 meses... deja esos celos de lado... no es para tanto...

Si tú dejaras de coquetear con cualquiera que se te ponga enfrente... tal vez no pasarían estas cosas... – uh? Tal vez se paso con eso, ya que su esposa se le fue directo con todo y una sonora cachetada se dejo escuchar...

¡eres un idiota! – tomo su bolso y salió hecha una flecha – apenas llevamos 5 meses y me crees una zorra... – se subió al auto y sin importar que el ojidorado casi se pone frente para impedirle el paso, esta retrocedió y pasando sobre un mini jardín, salió de la casa...

¡Kagome! ¡perdóname! – grito el otro sabiendo que era inútil, aun no era capaz de controlar su boca cuando estaba furioso y su esposa había pagado los paltos rotos.

Así se la pasaron una semana enfadados, hasta que él busco la manera de verla en su hora de almuerzo, le llevo un gran ramo de rosas blancas y rojas y como loco le pidió perdón desde las afueras del edificio donde trabajaba. Más que por amor que la propia pena de verle tan vulnerable, esta dio su brazo a torcer. Ya estaba al borde de la desesperación al ver que nada pasaba entre ellos dos. Esa misma tarde salió temprano y en una romántica reconciliación, ella quedo embarazada.

6 meses más tarde... Tokio, Japón

Los celos enfermizos de Inuyasha le hicieron pasar uno y otro enojo más fuertes cada vez. Y en su estado no eran adecuados. Por eso, Izayoi había tomado cartas en el asunto y ya tenia a su nuera en su casa. Las dos vidas que se estaban formando dentro de ella no debían sufrir nada por las locuras de su hijo. Ella podía meter las manos al fuego por la pelinegra; pero su hijo estaba fuera de control. Así que el día que Kagome le anuncio su idea de un divorcio por las buenas, esta le apoyo en todo.

La primera carta del citatorio del divorcio, le cayó como balde de agua fría al ojidorado. Ella no podía estarle pidiendo eso... le amaba, eso debía ser un error... llamo a su antigua casa, donde no le daban la entrada para no perturbar a su esposa y todo por disposición de su madre. Ella se veía hasta encantadora, pero cuando se enojaba era peor que su padre.

Mama... ¿puedo hablar con Kag? – pidió lo mas formal que pudo. Estaba calmado y necesitaba aclarar esa "confusión"

¿para que? Ella no quiere saber nada de ti querido...

¡QUE! No puedes prohibirme hablar con mi esposa – enfatizo mas el Mi para ver si así le dejaba verla

La cual será muy pronto libre... ¿ya te llego el citatorio? – con esto supo que no era un error y que su madre sabía todo.

Jamás tendrá mi firma... JAMAS....

Bueno ese jamás en la tercera vista se cumplió, después de haberse metido a hurtadillas a la mansión y buscar a Kagome, discutió con esta y ella; en su estado tan delicado, estuvo a punto de tener un aborto. Estaba ella hospitalizada y desde ahí la paso hasta el 8to mes, cuando dio a luz a unos preciosos angelitos, niña y niño.

Ambos tenían los ojos dorados del padre, solo que la niña el cabello negro y el niño, plateado. El color de su piel era blanco y por lo fuerte de su llanto... sus pulmones estaban en perfectas condiciones como todo en los dos en general. Lo mas significativo eran sus ojos... heredados del padre... eran simplemente hermosos.

Inuyasha dio más brincos que nadie en el pasillo y fue el primero en verles. Estaban dentro de una incubadora, mientras cumplían las últimas semanas, pero estaban muy bien, a pesar de lo feo y de lo poco que convivio con su Kagome el embarazo. Se sintió todo un cerdo al desconfiar de su esposa... o mejor dicho... ex esposa, ya que tenían dos semanas de haber terminado el proceso.

Era tan estúpido y ahora tendría que cumplir la segunda parte del trato...

Decidir cual de los dos bebes vivirían con él, ya que Kagome no le quería ver nunca mas... y pues al saber que el caso de la patria potestad sería largo y tedioso, acordaron que cada uno se llevaría a uno de los gemelos y cada quien viviría su vida. Sin necesidad de verse ni hablarse.

Continuara...

Que les parece esta nueva idea... espero ver sus comentarios para ver que tal... la vida nos tae sorpresas... sorpresas nos da la vida...

Hasta la próxima.

Besos

Agatha