17. Frustración

-¿Pero cuando es el examen?

-El jueves que viene -dijo mientras buscaba algo en los apuntes.

-Edward... queda una semana, ¿por qué estas tan agobiado?

-Voy a suspender... -dijo ausente mientras leía por encima la hoja que había separado del resto y la comparaba con algo en el libro de texto que tenía sobre la mesa.

Negó con la cabeza volviendo a dejar la hoja con las demás y buscando de nuevo entre las siguientes.

-¿Qué buscas?

-Un dibujo...

Me estiré un poco para poder ver por encima de la pantalla del portátil. En el libro de texto que había sobre la mesa había una serie de dibujos de partes seccionadas de distintos órganos que así a simple vista, yo no sabría decir a que pertenecían.

-¿Y no te sirve ninguno de esos? -dije señalando el libro.

-No... - Susurró, volviendo a sacar una hoja entre los apuntes.

-Aún queda una semana... -insistí.

-No...

-Pero... es viernes.

-No...

Resoplé, cerrando el portátil malhumorada.

Edward llevaba sin salir las últimas tres semanas. Había tenido varios exámenes y expuesto 4 trabajos y además había podía asistir a 3 operaciones como "espectador".

Con lo que nos hemos visto muy poco, y casi siempre ha estado estudiando. Y para colmo, no me ha tocado más allá de algún beso o abrazo fugaz durante todos estos días, siempre por iniciativa mía. Quizás sea egoísta por mi parte, pero está abstinencia a la que me está sometiendo empieza a ser un suplicio. He intentado descargar esa acumulación de tensión sexual por mi cuenta... pero no es lo mismo.

Y realmente no sé si él tiene el mismo problema, pero empiezo a pensar que... no.

Además nadie tiene pensado trasnochar ni beber mucho, todos estamos de exámenes.

-He quedado con Alice dentro de 40 minutes en la puerta, así que me voy a arreglar - dije mirando el reloj.

-Mmmmhmmm...

¡Genial! Ni siquiera me estaba escuchando. Aparentemente ya había encontrado lo que buscaba, a juzgar por como miraba la hoja que tenía en la mano.

Como estaba en su casa, no tenía muchas cosas que ponerme, así que, y para al menos chincharle, me puse lo más provocativo que tenía a mano. Unos vaqueros súper ajustados y una camiseta de tirantes, que normalmente usaba de camiseta interior para abrigarme del frío, y que realza mi escote dejando muy poco a la imaginación bajo sus límites y unos botines. Cogí una chaqueta de punto y me peine y maquillé un poco.

Cuando ya estaba lista me planté en el salón con la chaqueta de punto en la mano.

-Me voy.

-Vale - contestó sin mirarme.

-¿Edward?

-¿Si?...

-No me esperes levantado, hoy iré a mi piso. - esas palabras hicieron que levantara la cabeza de los apuntes.

Al verme abrió los ojos impresionado.

-¿Vas a ir... así?

-Si.

-Pero...

-¡Qué!

-¿Con eso? -dijo señalando la camiseta. ¿Ahora se va a poner protector y posesivo?

-Si -dije poniéndome la chaqueta y la bufanda.

-¿Por qué no vas a volver aquí? -dijo levantándose y caminando hacía mi.

-Pues porque... prefiero dormir en mi casa hoy.

-Pero...

-¿Pero qué? - contesté un poco más bruscamente de lo que pretendía.

-¿Por qué estas enfadada?

-No estoy enfadada -contesté intentando controlar mi mal humor.

-Bella... tengo que estu... - puse mis dedos sobre sus labios.

-Shhhhh..., ya me he enterado, no hace falta que lo repitas una y otra vez, ¿vale? - abrí la puerta y me dispuse a salir.

-¿No te vas ni a despedir?

-Adiós

-¡Bella! - dijo sujetándome el brazo mientras me giraba y me besaba tiernamente, lo que provocó que perdiera la concertación un par de segundos antes de apartarme.

Nos quedamos mirándonos sin decir nada unos segundos. El sonrió levemente y yo me solté con brusquedad, y empecé a caminar hacia el ascensor. Pude ver como la sonrisa desaparecía de su cara mientras las puertas del ascensor se cerraban.

[...]

Me mandó seis mensajes a lo largo de la noche.

Seis.

En el primero me preguntaba qué me pasaba, en el segundo y tercero, intentaba justificar por qué no podía estar conmigo esta noche.

En los otros tres me pedía perdón.

No iba a conseguir que me sintiera culpable ahora, porque estaba pensando en mí en lugar de estudiar, eso lo tenía muy claro.

Cuando las puertas del ascensor de mi casa se abrieron unas tres horas después, él estaba allí sentado en el descansillo.

Me miraba fijamente, con la culpa grabada en la cara.

Suspiré mientras me acercaba a él. Tenía llave, no tenía porque esperar fuera.

-¿Qué haces aquí sentado? ¿Y tú llave? -dije mientras abría la puerta y él se levantaba del suelo.

-La olvidé... No me has contestado.

-¿Y qué querías que dijera, Edward?

-No sé... cualquier cosa.

-Bueno, vale, pues de acuerdo, lo sientes, me parece bien.

Entré en el piso y él entró detrás cerrando con cuidado.

-Bella, estoy agobiado...

-¿Sabes? -dije volviéndome hacía él mientras me quitaba el abrigo- por eso precisamente quería que salieras hoy, para relajarte un poco.

-Bella, es un examen importante.

-¡Queda una semana!

-¡Y no tengo ni idea!

-¡Siempre dices eso, Edward! Tus notas son impecables.

Habíamos ido alzando la voz y ahora nos mirábamos fijamente.

-¿En serio vamos a discutir por esto? -susurró él. Me giré malhumorada y caminé a mi cuarto, le sentía detrás mío- Bella, vamos... no te enfades.

-Ni siquiera quieres estar conmigo.

-¿Qué? Claro que quiero estar contigo. Estoy contigo siempre que puedo.

-Ya claro, estas conmigo en la misma habitación, te hago compañía, te hago la comida y la cena... pero no quieres estar conmigo de ninguna otra manera. -le miré, él me miraba claramente avergonzado- ¿Sabes cuando fue la última vez que me besaste?

-Antes cuando te has ido - susurró. Puse los ojos en blanco.

-¿Y la vez anterior?

-Esta tarde...

-No, esta tarde cuando llegué a tu piso, te di un beso en la mejilla y ni siquiera me dijiste hola.

-Claro que te dije hola.

-"Mmmmhhm" no es "Hola" Edward... no me has besado de verdad desde hace días, no me has tocado ni un pelo desde hace días. -Edward se acercó a mi un poco- No quiero que me beses ahora. - dije dándole la espalda de nuevo.

-Bella... vamos...

-No estoy de humor, me duele la cabeza y me va a venir el periodo, así que veté a casa.

Me rodeó con los brazos, no se lo impedí, pero sujeté sus manos, realmente no estaba de humor para hacer nada.

-No es cierto - susurró.

-¿Qué? ¿Ahora no sé qué es un dolor de cabeza?

-No te va a venir el periodo.

-Oh, ahora controlas eso -dije molesta.

-No... He visto en mi cuarto... ¿por qué no me has dicho que estabas tomando la píldora?

-Lo hice...

-No, no me lo digis...

-¡Si! - le corté mientras me soltaba y me giraba de nuevo hacía él - Lo hice, te lo dije, y ¿sabes que dijiste?: "De acuerdo", pero ni siquiera levantaste la mirada de tu ordenador. Es más, unos días después te dije que tenía molestias y que aunque según el prospecto eran normales, estaba preocupada y ¡no me hiciste ni caso!... y... y... quería que fueras conmigo al ginecólogo, porque lo odio, pero claro tenías que estudiar y no quería molestarte más, porque estabas tan agobiado y cada vez que te hablaba te agobiabas más. - le empujé en el pecho para que me diera un poco de espacio, él se echó para atrás. Me miraba fijamente, muy serio- Yo también tengo exámenes, ¿sabes? Ni siquiera me has preguntado como me esta yendo. ¡Yo te pregunto cada día! Aunque da igual total apenas me contestas... ¡solo piensas en tus estudios! -Edward sujeto mi cara con las manos con delicadeza, pero a la vez con fuerza.

-Shhhh... vale... soy un autentico gilipollas, Bella... pero cálmate. - Secó las lágrimas que ya me traicionaban con los pulgares.

-¡No quiero calmarme!

Me rodeó entre los brazos y le dejé. Agarré con fuerza su sudadera mientras él esperaba.

-¿Qué molestias?

-Ya da igual...

-Bella, venga déjame al menos intentarlo.

-Ya no las tengo, así que da igual.

-De acuerdo... -suspiró- ¿cuando tienes la próxima cita con el ginecólogo?

-Después de la próxima regla.

-¿Quieres que vaya contigo?

-No... tienes un examen ese día.

-¿A qué hora es?

-Antes de tu examen, lo comprobé.

-Esta bien... cambia la cita.

-No.

-Bella, vamos, no te pongas difícil... déjame...

-¿Arreglarlo?

-Si.

-Era el único hueco que tenían, sino tendré que esperar otro mes más.

-Esta bien. ¿Y tus exámenes?

Me encogí de hombros.

-Creo que bien. ¿Has terminado ya?

-¿Qué?

-Vete a tu casa Edward.

Sus ojos se abrieron como platos.

-¿Me echas?

-Si.

Me fui al baño entonces y me preparé para dormir.

Edward no se marchó cuando salí del cuarto de baño Jasper y Alice ya habían vuelto y estaba hablando con Jasper en el salón.

Alice se preparó para entrar ella en el baño y cuando estuvo a mi lado me miró y vocalizó ¿Que pasa? Yo le contesté negando con la cabeza y después me encerré en mi cuarto.

Edward durmió en el sofá.

[...]

Le observé mientras dormía.

Nuestro sofá le quedaba pequeño, seguramente estaba incomodísimo y por la mañana le dolería todo el cuerpo.

Solo podía pensar en que había reaccionado de forma exagerada, pero era cierto que me había estado... descuidando. Le echaba de menos.

Pasé los dedos lentamente por su pelo.

Él abrió los ojos, estaba aún medio dormido.

Me puse de pie, él me miraba.

-Ven a la cama... mañana no podrás ni andar si sigues ahí. - le ofrecí una mano para ayudarle a levantarse.

Caminamos en silencio hacía mi cuarto.

Yo me metí en la cama, y me acurruqué contra la pared dándole la espalda para dejarle sitio. Edward se quitó los vaqueros y se tumbó a mi lado.

-Se que prometí no obsesionarme con los estudios - susurró.

-Edward... sé que he exagerado... un poco, pero... aún así...

-No. No hagas esto. No intentes convencerte de eso. - Me giré hacía él y miré en sus profundos ojos verdes que miraban detenidamente mi cara. - Siento haber estado tan ausente.

-Se que tus estudios son importantes... pero... estudias todo el rato, y estoy segura de que no te hace tanta falta, necesitas un respiro.

-¿Una tregua?

Lo pensé durante unos minutos durante los cuales, nos miramos fijamente el uno al otro.

-¿Qué tipo de tregua?

-Déjame compensarte el resto del fin de semana por haber sido tan gilipollas.

Sonreí.

Le di un beso en la frente.

Y cerré los ojos para dormir.


Mmmmmm... a ver que tiene este pensado ;P