Disclaimer: ninguno de los personajes que aparecen me pertenecen, son de Jotaká.

Vengo con unas viñetas de parejas de la nueva generación para el drabbletón de Vrai Epilogues (comunidad de LJ). Justamente este primer drabble no entra en el concurso xD pero bueno. Espero que lo disfrutéis.

Para explicar un poquito, el título, diré que es de una canción de Frank Sinatra. Todo el mundo se enamora alguna vez, y los pequeñines de la nueva generación también tienen derecho a hacerlo, ¿no? (:

Como siempre digo, espero comentarios, críticas y demás, que siempre ayudan ^^ Un besito, y ¡a leer!


Rose/Scorpius

La primera vez que lo vio, fue con la amenaza de fondo de su padre. Aunque, a decir verdad, no le importó demasiado.

Sin embargo, fueron pasando los años y supo que no sería desheredada: en realidad, el pequeño Scorpius no le había caído demasiado bien.

"¿Ese es tu pelo natural o has puesto un arbusto en su lugar?" o "Hay plaga de comadrejas en este colegio" eran los saludos más suaves que Malfoy le daba. Pero ella, fuerte como un Gryffindor –al igual que sus padres-, no derramó ni una lágrima en todos los años que habían pasado.

Ahora, estudiando para los TIMOs, era cuando menos notaba su existencia. Y eso le agradaba. Tenía novio (Lenny Finnigan había ganado su corazón en segundo año), sacaba buenas notas, le encantaba su casa (porque estar en la de los más inteligentes del colegio, era halagador) y Malfoy no le molestaba.

Hasta ese día, en la biblioteca.

—De aquí a Notre Dame, Weasley —dijo Scorpius riendo—. Tantos libros van a hacer que acabes con joroba.

Rose arrugó un poco su nariz, se levantó de la mesa en la que estaba y pasó por su lado sin mirarlo.

Era uno de los peores días que había tenido en años, no necesitaba a Malfoy para rematarlo.

—Sí, incluso igual de antisocial —continuó mientras sonreía sardónicamente—. ¿Crees que en el futuro acabarás tan sola como él? O quizás como…

Pero nunca llegó a decir el segundo parecido, porque enmudeció de golpe. Por primera vez en cinco años la veía soltar una lágrima.

—Si eso es una técnica para despistarme… —comenzó, confundido. Muchas veces le había dicho cosas peores y nunca había reaccionado así.

—¡No, idiota! —bramó sacando la varita— No todo gira a tu alrededor, por si no lo sabías —él iba a protestar, pero le fue imposible—. Hoy es el peor día de mi vida, ¡sólo me faltaba que tú vinieras a incordiar! Primero, Lenny me deja... ¡Por Jacquie Jordan! Después, me dan un Aceptable en Pociones, ¡para colmo, ahora tú…!

Y sucedió lo que nunca en su vida habría imaginado: Malfoy la besó. Los segundos se le hicieron minutos, sintió sus piernas temblar y, por un momento, sintió su cabeza volar muy lejos de allí.

—¿Qué… qué…? —intentó preguntar, apartándose de él unos centímetros.

—Al fin te callas, ¿sabías que tu voz es muy chillona? —sonrió malévolamente y le acarició las mejillas con su mano— No es divertido que sólo yo insulte. —le susurró en el oído, y se apartó dejándola completamente libre.

Después de eso, él se marchó, dejándola de pie, ruborizada y preguntándose si eso habría sido real. Cuando volvió a su mesa, cuidando de que nadie los hubiera visto, se fijó en que había un papel que antes no estaba. Lo cogió, lo leyó y volvió a ponerse roja.

Cuando quieras, me puedes usar para descargar tensiones.

Después de todo, los amigos están para ayudarse, ¿o no?