Disclaimer: Naruto y sus personajes pertenecen a Masashi Kishimoto.

Summary: La tenía acorralada entre su cuerpo y la corteza del árbol con una expresión de enfado que parecía acumulada de hace tiempo. Acercó su cara a escasos centímetros de la chica con la vista ahora posada en sus labios. -No me pienso contener- le susurró.

Aclaraciones: -Diálogo- / -` Pensamiento ´-


First It Giveth.

Capítulo I: Yakusoku.

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-¡Oh vamos! No seas tonto Sasuke-kun, pelea como lo haces con Naruto-

La realidad era que llevaban peleando una hora y media, y ninguno de los dos quería claudicar. Mejor dicho, Sakura no quería hacerlo, solo pudo darle dos golpes, uno en el estómago y otro en la espalda, y estaba segurísima de que lo pudo lograr porque él se dejo, ¡¿Sasuke Uchiha dejándose pegar, desde cuándo?! Probablemente, porque tanto su sensei como sus compañeros la consideraban débil.

DÉBIL.

Que palabra tan patética.

Después de un largo y difícil entrenamiento con la Godaime, lo que menos pensaba y sobre todo sentía, era que aquella fragilidad que la atormentaba seguía existiendo.

Pero parecía que ellos no lo entendían aún.

El pelinegro con su típica mirada inexpresiva, la observaba parado desde una gran roca. Una de las cosas por las cuales se destacaba era su paciencia y… su poca paciencia en diversos temas. Desgraciadamente para la ojijade este era una de las ocasiones.

No solo aquello lo enfadaba, sino el hecho de ella le dijera débil.

DÉBIL.

Otra vez esa estúpida palabra.

Es que no se da cuenta de que si quisiera ganarle ya lo hubiera hecho, tan solo necesitaba medio segundo y juraría por toda Konoha que la tendría en sus brazos desmayada.

Pero no.

Y todo por esa estúpida apuesta.

-Vamos teme hazlo, es tan solo un juego de dados nada mas-

-hn, no molestes dobe-

-yo se que quieres jugar, así que ¡toma los dados! -

-ya te dije que no quiero jugar a un maldito juego de dados, es para niños-

-no teme, no son dados cualquiera, son los dados del destino, tienen poderes, ¡de veras!-

-¡Já! Solo un idiota como tú cree en esas supersticiones-

-pero funciona, solo tienes que tomar los dados, decir un número, si sale el que dijiste, pides un deseo y se te cumple-

-y que pasa si pierdo-

-hehehe, tienes que cumplir la prenda que te encomienda tu oponente-

-hmp simples niñerías, y luego de esto piensas en ser hokage…-suspiró mientras se levantaba para irse.

-ehh teme no te vayas, es que…- cambió su rostro a uno burlón -¿acaso tienes miedo?-

-¿cómo crees? Son dos estúpidos dados-

-entonces sé hombre y juega, ¿o te tienes tan poca confianza como para perder? Lo podría creer de otro ¡pero de Sasuke Uchiha!-

Recibió una de las miradas mas tétricas que pudo ver en su vida, tan escalofriante, que su cuerpo se paralizó y los pelos de sus brazos se le erizaron.

-bu-bueno teme s-si no quie...-

-dame esos mugrosos dados- arrebatándoselos de las manos.

-di un número- cambiando su semblante a uno expectante.

-nueve-

-bien ahora lanza los dados-

El azabache trago saliva, y los soltó en el aire.

Todo transcurrió en cámara lenta. Sus ojos atentos a la espera de la respuesta. Cayó el primero… dando a la vista el número cuatro.

Bien, parecía que la suerte estaba a su favor.

El segundo dio un par de piruetas hasta darse a ver mas claro.

-seis- murmuró su amigo.

-diablos- maldijo el Uchiha.

-jajajajajajaja- tomándose la barriga -¡perdiste!-

-…- solo miraba al suelo, ahora el tendría que cumplir lo que el usuratonkachi le pidiera.

De seguro le pediría que fuera su sirviente, o que le limpie su casa o gastara todo su dinero en ramen para él, o vestirse de manera ridícula o...

-oh teemeee- tarareando graciosamente sus palabras –alguien me debe un favor-

-hmp- se cruzó de brazos –ya pídelo baka-

-bien- tomándose el mentón con la mano –quiero…-

Pero no pudo terminar ya que sintieron el chakra de alguien acercarse.

-¡hola muchachos! lamento la tardanza- los saludó una joven con expresión alegre.

-¡¡Sakura-chan!!- corrió hacia ella para abrazarla cariñosamente.

-hmp- se quejó ante tal escena.

-ya Naruto, m-me es-tas asfix-iando- hablando entrecortadamente por falta de aire.

-ups- soltándola y rascándose la nuca a la vez que reía –gomene-

-hola Sasuke-kun- caminando hacia éste.

El rubio, se los quedó mirando, mientras que su maquiavélico cerebro formulaba la pequeña venganza hacia el pelinegro.

-¡YA SÉ!- gritó a los cuatro vientos, asustando a los demás.

-¡Naruto!- le devolvió el grito la pelirosa.

-¡yoh!- se aparece en medio de los tres un hombre peligris.

-¡waaah!- gritan los dos –¡KAKASHI-SENSEI!- el aludido se tapó los oídos.

-hoy están con bastante ánimo parece- con una gota en la cabeza.

-¡llega tarde!-

-es que me perd…-

-¨es que me perdí por el sendero de la vida¨- le interrumpió Naruto imitándolo.

-empecemos con el entrenamiento- finalizó Sasuke.

-si, mejor hay que hacerle caso a Sasuke-kun antes que escuchar sus mentiras-

-nadie me cree- dice dramatizando teatralmente su sensei.

-Kakashi…- lo mira el moreno con una venita en la frente.

-ejem- carraspeó –bueno hoy haremos batalla de taijutsu, así desgastan energía- los observó –bueno las parejas serán…-

-¡yo con Kakashi-sensei!- exclamó Naruto, ante la confundida cara del otro joven.

-bien entonces Sasuke peleará con Sakura-

-¡hai!- respondió la fémina.

-Bakasuke ven un momento-

-ven tú, eres el usuratonkachi que quiere decirme algo-

-ya tengo tu prenda por no haber ganado- le murmuró –tienes… que perder contra Sakura-chan, sin poner resistencia alguna-

-no-

-lo tienes que hacer-

-no lo haré-

-si no lo haces, entonces deberás vestirte como Rock Lee y decir que amas a Gai-sensei-

Aquello le dio nauseas a Sasuke.

-no-

-pero que necio, hicimos un trato y no lo quieres cumplir… si con una cosa tan simple como un juego no lo puedes cumplir entonces no me imagino cuando tengas un asunto realmente importante, y yo que pensaba que los Uchiha eran personas de palabra-

Golpe bajo al orgullo del pelinegro.

-…-

-personas en quien confiar, que resalten su apellido de la mejor manera-

-… ¡ya basta! esta bien lo voy a hacer-

-¿te vas a vestir como el cejotas?- preguntó el rubio con los ojos como platos.

-no imbécil, perderé la pelea, intentaré no responder los golpes-

-¡genial!-

-hmp- dio un salto hacia atrás, cuando la chica se le acercó para golpearlo. Pero ni lo dejó poner pies en el suelo, cuando se apareció arriba de la cabeza de éste, con claras intenciones de noquearlo de una patada.

Algo que no pudo esquivar, pero sí detener. Agradecía internamente a sus ávidos reflejos.

Cayeron al suelo. Ella sobre él. Una de las manos sostenía la pierna de la pelirosa, y la otra uno de los brazos. Mientras que ésta, intentaba retenerlo con la mano libre, apreciando sus ojos color carmesí como así también el ceño fruncido.

El pelinegro no ejercía fuerza alguna, es más, Sakura podría haber dejado su mano libre en el aire, dándole posibilidades de atacar y no haría nada que atente su integridad física.

-¡Muy bien chicos! Ya terminó su parte del entrenamiento, Sakura has estado genial…Sasuke, te noto muy distraído, vas a tener que entrenar mas- sonriéndoles como solo Kakashi puede hacer.

-hmp- no dijo nada al respecto, solo pasó de largo, cruzándose también con el gesto de satisfacción del ojiceleste.

Se sentó en el pasto apoyando su espalda contra un árbol. En esos momentos necesitaba paz y tranquilidad para calmarse, cerró sus ojos disfrutando la suave brisa.

-¿Por qué no me tomas enserio?-

Maldición.

-ahora no Sakura-

-te pregunté algo-

Abrió sus ojos irritado y los dirigió a la molesta persona que se hallaba al lado suyo.

-no tengo porque contestarte-

-se que no estoy a tu altura o a la de Naruto, pero sé defenderme y me gustaría demostrárselos alguna vez, pero si en cada enfrentamiento la única que pone de su parte soy yo…-

-ya deja de decir estupideces, todos creemos que mejoraste, ¿feliz?-

-no, no me conformo con palabras dichas sin un mínimo de sentimiento-

-pues así soy yo, ¿me recuerdas?-

-desde que realizaste tu venganza y regresaste, me di cuenta de que te volviste más frío de lo que eras antes-

-hn-

-pero eso no cambia lo que yo siento por ti, ni lo que siente Naruto o Kakashi-sensei…- por unos instantes se quedó pensativa mirando al cielo, su compañero la imitó –en fin, eso no tiene nada que ver con lo que te estaba diciendo- volviendo a romper con la armonía del ambiente -no puedo creer que me dejes ganar solo por…-

-Sakura- le interrumpe.

-¿Qué?-

-cállate- para él era difícil, y mucho. Nunca en su vida le gustó perder, y ser vencido de la manera mas tonta posible, le afectó a su orgullo, mucho mas de lo que pensaba.

-no me calles, solo te pido una respuesta, y no te molesto más-

Recibió como respuesta un sonoro suspiro. Cuando quiso encontrarse con su mirada solo vio el símbolo del clan Uchiha de su espalda. ¡¿Le estaba dando la espalda?! Y además… ¿por qué no le quiere contestar su pregunta, tan poca cosa la consideraba? Creía que el tema iba mas allá de eso, el azabache no se dejaría vencer por nada ni nadie, pero ni siquiera ponía resistencia, algo raro pasaba.

-¿oye te sientes bien?- posando una mano en el hombro del otro.

-si- corriendo su cuerpo de manera brusca como un gato arisco.

-pues por mi está bien, haz lo que se te plazca- expresó con gran enfado –al fin y al cabo- hizo una pausa levantándose de allí -si te gané fue porque soy mejor que tú- caminó unos pasos a la salida del campo de entrenamiento, cuando de repente sintió su cuerpo aprisionado contra un árbol.

-repítelo Sakura, y será lo último que haces- el sharingan en sus ojos lo delataba. Estaba furioso.

Parecía que no notaba la gran cercanía de los cuerpos, sobretodo de sus rostros.

-vaya… parece que al fin pude llamar tú atención- sonriendo victoriosa.

-no se que te parece tan gracioso- hablándole con su típica mirada fría.

-`que te ves mas lindo cuando te enojas ´- pensó –quiero que peleemos-

-no seas absurda, sabes que no puedes contra mí-

-`ya lo sé ´ oh no me digas que tienes miedo- en ese instante, sintió mas presión en su cuerpo y el rostro de él muy cerca al suyo.

-no tientes a tu suerte-

-no la tiento…la desafío- sus mejillas le ardían a mas no poder.

Sonrojada. No cabía ninguna duda.

-muy bien, si eso es lo que quieres…dime un día-

-hoy, aquí mismo, a las cuatro de la tarde-

-me parece bien-

Se quedaron mirándose por unos instantes. Sasuke la tenía acorralada entre su cuerpo y la corteza del árbol.

Ambas manos a un costado de la cabeza de ella y con una expresión de enfado que parecía tener acumulada de hace tiempo. Acercó su cara a escasos centímetros de la chica con la vista ahora posada en sus labios.

-Sa-Sas…- las palabras no salían. Los nervios y la vergüenza la consumían.

Cuando pensó que su utópico mundo se haría realidad, algo la detuvo.

-no me pienso contener- el cálido aliento le acarició la comisura de los rosados labios. Era tan… afrodisíaco. Si no fuera porque haya vivido casi toda su infancia y adolescencia para la venganza, diría que su pasatiempo sería coquetear chicas.

-¿c-como?- apoyando inconscientemente sus dedos en el pecho masculino.

-que acertaste Sakurita, estoy muy molesto y necesito algo en que descargarme…- se aproximo a la oreja de la femenina -así que prepárate-

Dicho esto se separó de golpe y se dirigió a su antigua posición para descansar un rato, dejándola absorta y desilusionada.

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Entro al pequeño y sencillo departamento, dejando las llaves sobre la cómoda más cercana.

Se quitó la ropa en el camino al baño, tirando sus prendas al suelo. Cuando llegó a su destino ya sin ropa alguna, se introdujo a la ducha.

Después de lo sucedido…necesitaría una muy fría.

Almorzó ligero, para luego buscar algo cómodo para pelear, sus típicas vestiduras se hallaban sucias y no tuvo más remedio que buscar algo parecido a lo usual. Hurgó en la cesta de ropa limpia hasta que encontró lo que quería.

Estiró sus delicadas piernas para colocarse la calza negra, pero ésta al ir poniéndosela, se tornaba cada vez más apretada al punto de cortar la circulación.

-¡pero que rayos!- se la quitó y comprobó que vista desde lejos se notaba tres talles menor al que usaba, ¡y eso que era delgada! –Esto solo le entraría a una niña…como sucedió-

Flash Back.

-¡hay no! ya casi son las nueve voy a llegar tarde- ordenó como pudo la casa y cuando estaba por salir, vio el pilón de ropa sucia a un costado del lavarropa.

Volvió su vista a la puerta y luego al artefacto blanco del lado opuesto.

Se tomó los cabellos despeinándoselos.

-bueno, dijeron que quizás haga mal tiempo- se alejó de la salida de su casa –¡lavaré esto lo mas rápido posible!-

Separó con agilidad las prendas de color de las blancas, mientras programaba la lavadora.

Puso el período de tiempo mas corto, lavado para ropa de color a alta temperatura y….

Fin Flash Back.

-agua caliente- se pegó la frente con el dorso de su mano –solo a mi se me ocurre…tendré que comprar otra- se arrodilló escondiendo su cabeza en los brazos.

De repente, asomó su cabeza con las pupilas dilatadas y rostro pálido.

-¡oh no! eso significa que…- corrió al canasto de ropas otra vez –todas mis ropas están…- tomaba una por una, maldiciendo de por medio -¡y ahora que hago!-

Llevándose algunos muebles por delante de la desesperación volvió a su habitación y removió dentro del ropero.

-tiene que haber algo… algún short…ummm- en un rincón divisó un pantalón negro, lo sostuvo entre sus manos analizándole el estado –esta casi nuevo, debí haberlo usado para una misión y luego lo archivé-

Se quitó el atuendo de entre casa quedando en ropa interior y se lo colocó.

Según le indicaba su memoria era de hace uno o dos años atrás, pero le quedaba perfecto. Justo en la cintura y holgado a lo largo.

-bueno, ahora solo me queda por resolver que me pondré arriba…quizás alguna musculosa me entre-

Pasó una hora arreglándose y probándose combinaciones, hasta quedó conforme. Se miró al gran espejo que estaba al lado de la televisión.

Sus típicas botas ninjas negras, el pantalón del mismo color, una musculosa roja que la traía por arriba del ombligo y su corto pelo suelto sujeto por la banda de la aldea de la hoja.

-para que me arreglé tanto… ni que fuera una cita- terminó por perfumarse y ver el reloj.

Probablemente le quedaba media hora o más.

-¡¿QUEE?!- eran las cuatro y cinco minutos –definitivamente estoy muerta-

Salió, saltando de casa en casa, árbol en árbol con todas sus energías.

-¡HEY SAKURA-CHAN!- oyó que la llamaban, pero no detuvo el paso.

-¡ahora no Naruto tengo algo importante que hacer!- le gritó.

Diez minutos después, divisó a una persona apoyada en un árbol, no hacía falta ver quien era para reconocerlo, era el único allí.

De brazos cruzados con una pierna flexionada y su típico rostro que no representaba emoción alguna. Por lo visto cambió sus típicas ropas, ya que traía puesto una musculosa acompañada de un pantalón del mismo color tan característico de suyo… el negro. Se veía tan condenadamente sexy, que hasta dolía.

-llegas tarde-

-Sas-Sasuke-kun- le llamó agitada a tan solo un metro de distancia -y-yo…-

-hmp, molesta- la observó de arriba abajo –parece que al fin descubriste el buen gusto por los colores-

Grave error por fastidiarla de esa manera. Si hay algo que a la pelirosa no le podían discutir eran la moda y la estética, después de todo una kunoichi tenía sus encantos.

-pues PARECE que compramos la ropa en el mismo lugar, lo que me extraña es que es una tienda exclusivamente femenina-

-¿a qué te refieres?- acercándose lentamente –¿me estás diciendo niña?-

-por lo visto…- estaban cara a cara.

-grave error, es el segundo- contemplándola fijamente con su hipnotizante mirada

-¿y… cuál fue el primero?- enojada, pero análogamente atraída por ese abismo misterioso que ofrecían sus orbes.

En un parpadear de ojos desapareció de su vista.

Apenas pudo reaccionar, cuando sintió una respiración en su cuello.

-haberme retado a una pelea-

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¡Gracias por leer!