Espero que les guste este es mi primer Fic que hago de esta pareja, y lo primero que escribo que lleva escenas tan fuertes, espero que me digan si les agrado y si es asi, pues tal vez hago de esto una historia mas larga ustedes deciden, por fa dejen su review

Todos los personajes, ubicaciones y hechizo pertenecen unicamente a J. K. Rowling

Capitulo I

Al fin empezaba otro año en Howarts, el último para Hermione y sus inseparables amigos Ron y Harry. Ahora Hermione se encontraba en su habitación, ocupándose de arreglar los últimos detalles de su baúl, dio la vuelta encarándose con un armario casi completamente vacio, se acerco a el y saco un par de calcetines limpios, los últimos que quedaban y fue cuando lo vio, un pequeño baby doll que le habían regalado en para su cumpleaños ese mismo verano, era azul, un azul oscuro y llevaba unos encajes en el busto y en el dobladillo así como un pequeño moño blanco en medio, justo en la línea que separaba el baby doll en dos dejando caer la tela de seda sobre su cuerpo, también tenia un pequeño short del mismo azul que quedaba cubierto por la prenda de arriba. Hermione tenia 18 años y una amiga de la infancia se lo había regalado sabiendo que probablemente este año seria el decisivo para ella, seria el año en que perdería se virginidad. Todavía recordaba su cumpleaños adelantado, estaría en Howarts así que Annie, su amiga, le había organizado una pequeña fiesta, ellas dos, una pijamada antes de que Annie se mudara.

-Tengo algo para ti Hermy – dijo Annie levantándose del suelo donde las dos estaban acostadas recuperándose de un ataque de risa.

-No te hubieras preocupado – Annie se acerco a su cama y de debajo de ella sacó una pequeña bolsa de regalo.

-Vamos, ábrelo – Hermione tomo la bolsa de las manos de su amiga y se sorprendió de que esta casi no pesara, primero espió un poco y vio la seda azul, un poco desconcertada miro a su amiga preguntándose que clase de regalo era ese, todo el mundo sabia que ella prefería libros ante cualquier otra cosa, saco el conjunto de la bolsa de regalo solo para observarlo un minuto en el aire, después volteo a ver a su amiga sin saber que decir, realmente este era el regalo de cumpleaños mas extraño que había recibido desde que el año anterior, cuando todavía era novia de Ron, este le había regalado su colección de tarjetas de Quiditch – No pongas esa cara Hermione, tu y yo sabemos muy bien que lo vas a necesitar este año, es tu ultimo año antes de que te gradúes y tal vez tu ultima oportunidad de hacer algo con ese profesar de Química del que tanto me hablas, de ese tal Severus.

Si, era cierto, Hermione Granger estaba enamorada de su profesor de pociones, Severus Snape, desde que había entrado Howarts y lo había visto por primera vez, la elegancia con la que se movía, el poder y el misterio que emanaba su cuerpo, su voz aterciopelada y oscura que la hacia estremecerse cada vez que lo escuchaba hablar. Todo en el era impotente, misterioso y se había dado cuenta demasiado tarde, su profesor también era muy sexy. No fue hasta su cuarto año que se dio cuenta que sentía mas que admiración por su maestro cuando empezó a soñar con el, cuando empezó a ansiar entrar a sus clases de pociones y mas que nada cuando empezó a buscar cualquier excusa para que sus cuerpos se tocaran accidentalmente, para que la notara.

-Pero An, no se como esto vaya a ser de ayuda…

-Hermione, tu eres demasiado inteligente y nada fea, seguro encontraras la manera de acercarte a el.

Hermione tomo el conjunto azul y blanco y lo guardo en su baúl, recordando las palabras de su amiga, este seria su último año y su última oportunidad de hacer que Severus Snape se fijara en ella, de arriesgarse por algo que quería, después de todo era una Gryffindor, sabia que debía de tener el valor para hacerlo, en alguna parte muy en su interior, pero ahí estaba esperando una oportunidad para salir y sabia que debería de ser esta o se arrepentiría toda su vida.

Ya había pasado un mes desde que había empezado su ultimo ciclo escolar en Howarts, y Hermione todavía no había encontrado la manera de acercarse a su maestro de pociones, cada vez que se le ocurría una idea que parecía buena, la analizaba y encontraba sus múltiple errores maldiciéndose de esta manera por ser tan analítica y menos impulsiva.

-Yo no se ni por que traje esto, estaba segura de que no lo voy a utilizar – se decía una desesperada Hermione mientras se miraba en el espejo de los dormitorios de niñas con un baby doll encima de su uniforme escolar – en serio en que estaba pensando, estoy segura de que ni se me ve bien.

Contrario a lo que expresaba Hermione se cambio de ropa quedando en esa seda azul. Miro en el espejo su figura y se sorprendió, aquella prenda apretaba ligeramente su busto haciéndolo resaltar sobre el escote el largo no era mucho, a penas le tapaba su ropa interior, intento poniéndose el short, pero era lo mismo, era como si no llevara nada, con una media vuelta vio y una empinándose ligeramente podía ver sus nalgas, estaba a punto de cambiarse cuando escucho pasos en la escalera y se metió instantáneamente en la cama haciéndose la dormida, todavía era demasiado tímida como para dejar que alguien la viera así. No tardaron en entrar dos alumnas de segundo grado y se sentaron a platicar tranquilamente en una cama, Hermione solo esperaba la oportunidad en que aquellas dos niñas se durmieran o se fueran, pero una vez que pensaba que ya podría salir de la cama llegaba otra persona, por un momento pensó en dormir así, pero después pensó que si así lo hacia en la mañana no se podría levantar de la cama hasta que todas las demás alumnas se fueran y Ginny siempre la esperaba para bajar juntas, no, su única opción era esperar a que las demás alumnas se quedaran dormidas y después tendría que irse a cambiar al baño que estaba en su mismo piso, donde nadie la viera.

Pasaron las horas y ya la mayoría de las alumnas se encontraban dormidas, casi no había luz, Hermione se apresuro y tomo del suelo su túnica poniéndosela debajo de las sabanas, una vez que ya se la había puesto salió de la cama tratando de no despertar a nadie, camino hasta su baúl y saco su pijama tomo su varita e intento salir no sin antes golpearse con la punta de una cama en el dedo chiquito del pie, maldiciendo por lo bajo para no despertar a nadie.

Hermione hizo un recuento del tiempo en su cabeza, deberían de ser como las dos de la madrugada, era una suerte que al día siguiente había clases sino, se hubiera tenido que quedar despierta dos incluso tres horas mas despierta y todo el mundo sabia que una Hermione con sueño no era una Hermione agradable, y mañana quería estar de lo mejor pues tenia una importante prueba en su clase de Runas.

Conjurando un débil Lumos Hermione se hizo paso por entre los pasillos del castillo, hacia frio e iba descalza, con su pequeña caminata rápida, para no ser descubierta, su túnica se entreabría dejando ver sus largas piernas. Hermione pensó que ese pijama no era muy conveniente para ese clima pues al ser tan pequeña y de una tela tan ligera y delicada no la protegía mucho del frio.

En la siguiente esquina debía de dar vuelta a la derecha y después solo unos metros más y ya estaría en el baño para librarse de tan incomoda ropa, pero justo cuando estaba a punto de llegar a la puerta un Lumos mas fuerte la deslumbro dejándola en shock unos segundos hasta que la luz bajo su intensidad y pudo descubrir a su querido profesor de pociones apuntándole con su varita.

-¿Me puede decir Srta. Granger que hace despierta a estas horas caminando por los pasillos de Howarts –Snape se le quedo viendo por un segundo y Hermione pudo sentir que algo en su mirada cambio – y vestida así?

Snape la miro inquisitivamente y Hermione tardo unos segundos mas en entender hasta que se abrigo mas dejando que un tono rojizo subiera por sus mejillas.

-Yo… Profesor…

-Ahorre sus balbuceos y tenga la amabilidad de acompañarme a mi despacho, no querrá que alguien mas la vea así y su perfecta reputación de sabelotodo quede arruinada.

Sin decir mas el profesor Snape empezó a caminar en dirección a las mazmorras, Hermione lo seguía unos pasos atrás asegurándose de que su túnica no enseñara más de lo inevitable, tardaron unos minutos en llegar. Snape abrió la puerta y dejo que Hermione entrara primero, después la cerró detrás de si y se sentó en su escritorio dejando a un sonrojada Hermione enfrente de el.

Sinceramente esta situación le encantaba al Profesor Snape, había encontrado una nueva diversión para este año, en su mente ya había empezado a maquinar cual seria el castigo para esta no tan pequeña sabelotodo.

-Y bien ¿Srta. Granger? Sigo esperando su respuesta.

-Bueno, señor yo iba camino al baño.

Esto va a ser muy interesante pensó Snape antes de volver a hablar en vista de que ella ya no decía nada.

-Eso lo pude deducir yo solo Granger, ahora me va a decir de donde venia y por favor quítese esa túnica, me parece que lo que usted lleva abajo no es como debería de vestirse.

-Pero señor, no creo que sea conveniente…

-Lo que usted crea Granger me tiene sin cuidado, ahora o se quita esa túnica o va a tener muy serios problemas.

Hermione miro directamente a los ojos de su profesor, ni en sus más increíbles fantasías había imaginado esto, aunque si esta fuera una fantasía Snape terminaría tomándola y no castigándola como estaba segura de que es lo que iba a hacer.

-Srta. No tengo todo su tiempo.

Con estas palabras Hermione se quito su túnica y bajo su mirada, no se había dado cuenta pero el frio había hecho que sus pezones se endurecieran y sobresalieran haciéndose que se sonrojara aun mas, con todas sus ganas espero que Snape no lo hubiera notado.

Por otro lado Snape se quedo con la boca seca, nunca espero que aquella sabelotodo tuviera ese cuerpo, sus piel era blanca y juvenil, sus pechos estaban ligeramente apretados y sus pezones se alzaban haciendo que un escozor recorriera sus manos y le diera gana de apretarlos y jugar con ellos, sus piernas eran larga y estilizadas, puedo sentir su miembro endureciéndose en sus pantalones y le demando que diera una vuelta, fue mas de lo que pudo soportar, sus nalgas eran visibles. Snape golpeo la mesa y dejo salir un pequeño gemido, cerrando los ojos. Estaba a punto de decirle a Hermione que saliera de su despacho sintió el calor de su cuerpo al lado.

-Señor ¿Se encuentra usted bien?

Snape sabia que no era lo correcto pero de todas maneras agarro a su estudiante por los brazos y la beso con la furia del deseo que había despertado en el. Hermione no tardo en responder a aquel beso con igual o mayor pasión con él. Snape al ver que ella respondía, llevo ese beso al siguiente nivel, su lengua ya había entrado en la de ella y tenían una pequeña guerra de roces y caricias cuando metió su mano por debajo de su baby doll y empezó a masajear uno de sus senos solo para agarrar uno de sus pezones y empezar a pellizcarlo entre sus dedos. Hermione soltó un gemido mientras sentía como la humedad se arremolinaba entre sus piernas y movió las piernas un poco incomoda. Snape la obligo a sentarse en su escritorio abriendo sus piernas y acomodándose entre ellas no sin antes bajarle el short y sus bragas. Introdujo uno de sus dedos en ella, Hermione dio un pequeño brinco y rompió el beso solo para soltar un gemido ya que Snape había metido otro dedo y empezaba a jugar con su sexo, mofándose de la manera en que su respiración se entrecortaba o gemía con solo un movimiento de sus dedos. Ahora se quitaba los pantalones dejando salir su duro miembro de su prisión de tela. Hermione se quedo impresionada por su tamaño, pero solo un pensamiento corría por la mente de Hermione, que se lo metiera y que se lo metiera ahora.

-Mételo, mételo ya – exigió la agitada adolescente con los ojos cerrados.

-Yo no se quien le dijo que me puede hablar así Srta. Granger, recuerde que sigo siendo su profesor.

Hermione quedo estupefacta por un momento antes de sentir su miembro entrando en ella con un fuerte movimiento que la hizo gritar de dolor.

-No sabía que fuese virgen Granger.

Ella no dijo nada pues se encontraba fuertemente abrazada a aquel hombre, sino fuera por que aun llevaba su camisa negra le hubiera dejado las marcas de sus uñas en la espalda. Snape se quedo dentro de ella unos momentos hasta que sintió que la fuerza con la que lo agarraba disminuía y se empezaba a relajar. Fue moviéndose lentamente dentro de ella hasta que ella volvió a gemir y empezó a mover sus caderas para que la penetración fuese mas profunda, la velocidad de sus embestidas fue haciéndose cada vez más rápidas y llevándola cada vez mas cerca de su orgasmo. Ahora el también gemía y con una ultima embestida ambos llegaron a sus orgasmos con un fuerte grito de placer, Hermione arqueo su espalda para sentir su miembro en lo mas hondo de su ser y el se dejo caer sobre su joven cuerpo. Este era de los mejores sexos que había tenido.

Sus cuerpos sudados habían regresado a su respiración normal y solo fue hasta entonces que Snape salió de ella.

- Ya puede volver a su habitación Srta. Granger.

Snape se subió los pantalones de nuevo y le dio su túnica a Hermione esperando para que ella saliera de su despacho y se pudiera ir a su habitación.