Prefacio
Una pequeña familia se dirigía a la estación de tren el día 1 de septiembre. Aparcaron el coche enfrente de esta y sacaron del maletero un baúl de color magenta y rosa y una jaula con ¿una lechuza? dentro. El padre y el hijo menor, los dos pelirrojos, fueron a buscar un carrito para el baúl de la niña. Madre e hija, ambas castañas, se quedaron esperando fuera del coche, viendo pasar a los transeúntes.
-Esto… Mamá, ¿cómo es Hogwarts?- le preguntó la niña a su madre con ojos ilusionados,
-Hogwarts es maravilloso hija.- le dijo su madre.- Es un sitio dónde enseguida haces amigos, aprendes muchas cosas que en un colegio muggle no te enseñan, ovbiamente, y…
La madre se vio interrumpida por un grito de su esposo, que estaba discutiendo con el hombre del alquiler de los carritos.
-¡Hermione! ¡Este hombre me está intentando timar!
-Vamos antes de que tu padre le saque los ojos al señor o le haga el hechizo de los moco murciélagos que aprendió de Tía Ginny.- dijo Hermione.
Hermione y Rose se acercaron a el puesto de alquiler de carritos y Hugo agarró a Rose de la mano y se rieron los dos entre dientes.
-Señora, no intento timar a su marido.- le dijo el señor muy apurado.- Le he pedido cinco libras y me ha dado un billete de una libra y se ha puesto como un energúmeno.
-¿A quién llama usted energúmeno? Estúp… ¡AY!- gritó Ron, pues había recibido un buen pisotón de Hermione.
-Ronald, calladito estás más guapo.- le dijo con aires de mandona.- Perdone a mi esposo.- le dijo Hermione al señor del alquiler de carritos.- Aún no se maneja bien con el dinero inglés, lo siento mucho.- explicó mientras rebuscaba un billete de diez libras y se lo daba al vendedor.- Quédese las vueltas por las molestias ocasionadas por mi esposo.- y dicho esto Hermione y los niños se dirigieron a la puerta del coche, seguidos por un enfurruñado Ron.
Hermione colocó el baúl y la jaula de Rose en el carrito y le dio un beso a su esposo en la mejilla y le susurró algo al oído para que los niños no lo oyeran. A este se le quito el mal humor de repente.
-Bueno niños, vamos al andén, vuestros tíos y primos ya estarán ahí esperando el tren.- dijo Ron con una sonrisa.
Pasaron por la pared del andén 9 y ¾ y Rose emocionada dejó el carrito a su madre y se puso a correr por el anduve intentando ver el tren al completo. Y entonces…
-¡Ay!- dijo Rose al caer al suelo.
-Mira por donde andas- dijo un niño rubio y altanero que tendría unos 11 años.
-Mira tú también, que al parecer no era yo la única que no miraba.- dijo Rose cabreada. Cuando se enfadaba tenía el carácter de su madre.
-Por lo emocionada que estás diría que eres una sangre sucia.- dijo el niño sacudiendose los pantalones.
-Pues no, soy hija de magos y de los mejores.- dijo Rose presumiendo.- Y al parecer por la pinta de "guay" que llevas diría que eres un hijo de Slytherins.
Se dio la vuelta y empezó a buscar a su hermano y a sus padres.
Les encontró con Tío Harry y Tía Ginny, y con James, Albus y Lily.
-¡Hola!- gritó Rose mientras corría hacia sus tíos y primos. Les abrazó y agarró a Albus del brazo.- ¡Estoy emocionadísima! ¿Tú no?
-Yo tengo miedo, pero no se lo digas a James, que se reirá de mí todo el año.- le dijo Albus a Rose.
-¿Porqué tienes miedo?- le preguntó Rose.- No te preocupes, sea lo que sea vamos a estar juntos primito.- y dicho esto le dio un abrazo.- Voy a buscar a la prima Dominique y al Tío Bill y la Tía Fleur. ¿Quieres venir?
-No, me voy a quedar aquí hablando con mi padre.- dijo Albus mirando a Harry. Quería que le tranquilizara, que le dijera que todo iba a estar bien, que no había de qué preocuparse por estar en Slytherin si es que iba a Slytherin.
-Vale te veo en el tren.- y dicho esto echó a correr buscando a Dominique. Cerca de la barrera que había que atravesar para acceder al andén encontró a Dominique, junto con Victorie y Louis. También estaba con ellos Tía Fleur.
-Hola Rose "amog".- dijo Fleur dándole dos besos en las mejillas.- ¿Dónde están tus "padges"? Tío Bill no ha podido "venig" pogque tenía tgabajo en Gringgots- dijo con su aún acento nasal francés que no se le había quitado en años. Rose dio dos besos a cada uno de sus primos y Victorie desapareció por el andén algo apurada buscando a alguien.
-Mis padres están ahí.- dijo Rose señalándoles. Fleur guiñó un ojo a Dominique y a Rose y agarró a Louis de la mano para que no se subiera al tren con su hermana y su prima.- Dom, te estába buscando. Casi es la hora. Albus está muy nervioso.
-Normal, James ya le habrá estado contando mentiras sobre la selección. Victorie me ha dicho que sólo nos ponen un sombrero.- dijo Dominique tranquilamente mientras arrastraba su carrito con su baúl floreado.
-¿Vamos al tren ya o esperamos a Albus?- preguntó Rose.
-No Rossie, Albus está aún hablando con Tío Harry a si que mejor nos montamos y empezamos a buscar un compartimento vacío.
-Bueno, yo primero me voy a despedir de Hugo, Lily y Rose mis padres, tu madre y de la Tía Ginny. ¿Vienes conmigo?
Se acercaron a sus padres con la intención de despedirse ya. Apareció un muy acalorado James con una sonrisa de pillo.
-Mamá, papá ¿a qué no sabéis lo que he visto?- dijo con voz emocionada.
-Si no nos lo dices, no lo sabremos.- dijo Ginny sabiendo que iba a chivarse de algo.
-He visto a Teddy Lupin, ¡nuestro Teddy, morreándose con nuestra prima Victorie!- dijo emocionado.
-Menos mal que no está aquí Bill paga escuchag esto.- susurró Fleur al oido de Ginny.
-¡Qué guay! Ahora Teddy se puede mudar a casa, yo le cedo mi cuarto.- sugirió Albus.
-Sí, Albus y yo podemos dormir juntos.- dijo James.
-Claro, y os estáis todo el día peleando durmiendo separados, si dormís juntos no quiero ni saber que va a pasar. Además Teddy es como de la familia, se pasa el día en casa.- dijo Harry.
Harry y Ron vieron a lo lejos a Draco Malfoy y lo saludaron con la cabeza.
-No sabía que se hubiera casado, ni que tuviera un hijo.- dijo Harry.
-Sí, el pequeño Escorpión…- se rieron juntos y recibieron miradas de soslayo de parte de Hermione, Ginny y Fleur.
Ron se agachó y le susurró a Rose.
-Gánale en todo lo que puedas.- Hermione, que le había oído le dio un codazo, y Ron intentando arreglarlo dijo.- Menos mal que has heredado la inteligencia de tu madre.- a lo que Hermione respondió sonrojándose ligeramente.
Un silbido del tren indicó a los padres que estaban acomodando los baúles de sus hijos que bajaran y a los niños que subieran, pues este estaba por partir. Rose subió con sus primos Albus y Dominique, y se fijó en el niño que su padre había llamado "Escorpión". Era contra el que había chocado antes. "Escorpión snob, te voy a machacar" pensó Rose. Si era necesario se apuntaría al equipo de Quidditch, puesto que a diferencia de su madre ella sí que era buena en eso.
Encontraron un compartimento vacío y los tres metieron ahí sus baúles y lechuzas. Dominique les dio un par de chucherías lechuciles para que estuvieran calladas durante un rato en el viaje. Dominique empezó a hacer trenzas en el pelo a Rose mientras Albus y Rose jugaban al ajedrez mágico.
-Te voy a ganar, ¿lo sabes no?- le dijo Rose a Albus.- Te gano siempre.- dijo con aires de autosuficiencia.
-No te creas, estuve practicando con mi padre este verano y le gano.- dijo Albus con una sonrisa.- A si que veremos quién ríe el último.
-Vaya cosa, a Tío Harry le gano hasta yo.- dijo Dominique deshaciendo uno de los nudos que tenía Rose en el pelo.- Rossie, voy a hacer un pequeño hechizo que me ha enseñado mi madre para alisar el pelo quédate muy quieta.
-No me quemes el pelo.- dijo Rose distraída mientras uno de sus peones machacaba al alfil de Albus.- Habrás ensayado el hechizo ¿no?- le preguntó algo preocupada.
-Sí, mamá me dejó hacer magia un rato para que aprendiera a cuidarme el pelo en el colegio. Según Victorie no es fácil parecer una belleza natural. – dijo Dominique sacudiéndose su rubia cabellera como si estuviera en un anuncio de champú mágico.
-Para ti no es tan difícil.- dijo Albus intentando arreglar la desastrosa partida de ajedrez.- Mi madre me contó que la abuela de Tía Fleur era veela, a si que…
-No te preocupes Albus, que tú eres muy guapo.- y dicho esto Dominique y Rose agarraron a su primo de las mejillas.
Se abrió la puerta del compartimento y aparecieron dos chicos y una chica, que parecían estar en el mismo curso que ellos.
-Hola, ¿podemos quedarnos con vosotros en el compartimento? Es que están todos llenos.- dijo la chica, que tenía el pelo oscuro y los ojos marrones.
-Claro- dijo Dominique empujando a Rose (que ya tenía el pelo liso) hacia la ventana y haciendo un hueco para que se pudieran sentar.
-Soy Rose Weasley.- dijo Rose saludando a los tres chicos que habían entrado.- Y estos son mis primos, Dominique Weasley y Albus Potter.
-Encantados.- dijo uno de los chicos, el moreno con ojos claros.- Yo soy Robert Finnegan, y ellos son Samantha Thomas.- la chica se sentón junto a Dominique.- y él es Liam Corner.- el chico rubio con ojos marrones se sentó junto a Albus y a Robert.
-Gracias por dejarnos quedarnos aquí con vosotros.- dijo Samantha.- Si no soy indiscreta, ¿tñu eres el hijo del famoso Harry Potter?- dijo refiriéndose a Albus.
Albus sonrojado la miró.
-Sí, es mi padre.- desvió la mirada y con una sonrisa triunfante le dijo a Rose.- Jaque Mate.
-¿QUÉ?- gritó Rose estupefacta mientras el caballo de Albus destrozaba su rey.- ¡Es imposible que me hayas ganado!
-Ya ves.- dijo Albus con aires de autosuficiencia.- Es una pena que no hubieramos apostado nada.
-Hace dos segundos no te hubieras atrevido a apostar a si que calla.- dijo Rose enfadada. No soportaba perder.
Los chicos empezaron a hablar entre ellos y pronto llegó el carrito de las golosinas. Entre todos compraron un alijo de ranas de chocolate, pasteles de calderos y grageas Bertie Bott de todos los sabores. Samantha abrió una rana y sacó un cromo de Harry Potter.
-Albus, no sabía que tu padre saliera en los cromos de las ranas de chocolate.- dijo la niña.- Toma, para ti.- y dicho esto le dio el cromo. Albus, Rose y Dominique observaron la foto en movimiento de su tío.
-Ya verás que risa le va a entrar a papá en cuanto se lo diga.- rió Rose pensando en los piques que tendrían su padre y su tío.- Mañana pienso…
La puerta se abrió de nuevo y aparecieron tres chicos, pero estos no parecían tener intención de hacer amigos, si no que iban a molestar a los demás niños. Entre ellos estaba el "Escorpión".
-A nadie le importa lo que tu pienses.- dijo el niño.- No me lo creía cuando me dijeron que había Weasleys y Potters en el tren. Al parecer se juntan con los hijos de la chusma de amigos de sus padres.
A los niños les hervía la sangre y como buena parte del humor de su abuela Molly corría por las venas de los tres primos estos se levantaron del asiento.
-Cállate niñato.- le dijo Albus.- No tienes ni idea de donde te estás metiendo.
-¡Oh, mira, el hijo de Potter me va a pegar! ¿Qué vas a llamar a toda tu mugrienta familia?
-¿Perdona?.- dijeron Dominique y Rose a la vez.- Aquí el único mugriento eres tú, tu abuelo está en Azkaban por mortifago y a tu padre poco le falto.- esto lo dijo Rose.- Y ahora lárgate de aquí o te hechizo, estúpido escorpión.
-Vámonos, no nos juntemos con esta gentuza.- dijo Scorpius y se marcharon.
-Qué valientes habeis sido -dijo Liam. Yo nunca me habría atrevido a meterme en una pelea.
-Parece que sois tres Gryffindor en potencia.- dijo con una risita Samantha.
El resto del viaje fue bastante tranquilo, se pasaron el rato jugando al ajedrez y a las cartas mágicas. Cuando Rose vio que se acercaban a Hogwarts se pusieron las túnicas nuevas. Dominique no las iba a dejar a Samantha y a Rose que hicieran la prueba del sombrero despeinadas a si que la mitad femenina del compartimento empezó a colocarse el pelo y Dominique intentó ponerlas máscara de pestañas pero Rose no la dejó.
Unos minutos después se oyó un pitido y se notó que el tren iba frenando poco a poco para que sus ocupantes no salieran despedidos. Bajaron del tren confiando que los encargados no se olvidaran de sus baúles ni de sus pobres lechuzas. No sabían exactamente hacia donde dirigirse y tenían pensado seguir a los demás, pero entonces oyeron una potente voz llamarles la atención:
-¡Los de primer año por aquí!.- gritó Hagrid. A los tres primos se les iluminó la cara y fueron a saludar a su amigo gigante.
-¡Hola Hagrid!- dijeron los tres a la vez.
-¡Hola chicos!- les sonrió Hagrid.- ¿Cómo están vuestros padres? Espero que os porteis mejor de lo que se portaron ellos.
Los niños se rieron.
-Hagrid, ¿cómo vamos a ir al castillo? ¿Hay que hacer magia?.- esto le provocó al gigante una gran carcajada.
-¿Hacer magia? ¿James os ha estado hablando de Hogwarts? Ese pillo… -dijo Hagrid.- No niños, no teneis que hacer magia, Vais a atravesar el lago en barcas.- los niños suspiraron de alivio.
-Yo ya sabía eso.- dijo una voz altanera tras ellos.- Sólo los bobos no lo saben.- cómo no, era Scorpius.
Rose suspiró y le empezó a hervir la sangre. Dominique y Albus le agarraron de los brazos para que no le partiera la cara, aunque Albus también se estaba conteniendo. Dominique, que era más tranquila simplemente le ignoraba.
-Bueno gordote, ¿cuándo nos movemos?- dijo Scorpius, a lo que Rose le respondió con una sonora torta.
-Baja esos humos de niñato consentido si no quieres que te los baje yo.- le dijo esta muy enfadada.
-Bueno, bueno niños, no quiero peleas.- dijo Hagrid apaciguadoramente.- Vosotros dos ireis en barcas diferentes.- les ordenó a Scorpius y Rose.
-No habrá problema Hagrid.- dijo Rose mientras se agarraba del brazo de sus primos y sus nuevos amigos se colocaban detrás de ellos.
Pronto montaron en sus barcas. Al ser solo para cuatro alumnos cada barca, los tres primos se montaron con una chica con el pelo rubio muy clarito y cara de soñadora y sus nuevos amigos se montaron en otra barca, cerca de ellos. Afortunadamente ese día no llovía y su viaje al castillo fue bastante tranquilo. Cuando entraron estaban ligeramente entumecidos del frío, pero en el vestíbulo pronto entraron en calor. Una profesora bastante anciana y con pinta de ser bastante seria les recibió.
-Hola, bienvenidos a todos, soy la profesora Minerva McGonnagall, directora de la institución. En breves instantes dará comienzo la ceremonia de selección en la que sereis nombrados alfabéticamente y os pondréis este sombrero.- dijo levantando uno muy viejo y ajado.- Cuando os diga en que casa estais ireis a reuniros en la mesa con vuestros compañeros de casa. Luego, después del banquete vuestros prefectos os guiarán a la sala común. ¿Está todo claro o alguien necesita una aclaración?.- dijo mirando a los niños por encima.- ¿No? Pues síganme entonces.- y dicho esto dio media vuelta y seguida por los niños entró en el Gran Comedor, donde inmediatamente se hizo silencio. Los niños eran observados desde todas las mesas del Gran Comedor, y algunos se sentían bastante cohibidos. Entre ellos Rose y Albus, en cambio Dominique parecía bastante tranquila y segura de si misma.
-¿Ves Rose?- le susurró Dominique a su prima al oído- Si me hubieras dejado ponerte rimmel (máscara de pestañas) ahora no estarías como un tomate.- a lo que su prima respondió poniendose más roja aún.
-Chicas.- suspiró Albus, también rojo.
La profesora McGonagall les fue llamando uno a uno y Robert estaba en Gryffindor, Samantha en Ravenclaw y Liam en Hufflepuff. Malfoy (cómo no) fue enviado a Slytherin y los tres primos (como todos en su familia) fueron enviados a Gryffindor.
Los tres se sentaron con sus primos y recibieron montones de abrazos y saludos de sus compañeros de mesa. Rose notó una mirada clavada en ella desde la otra punta del salón. Miró y como ya imaginaba era Scorpius el que la miraba mal. Le dirigió una mirada llena de odio y desde ese instante supo que se iban a odiar hasta el fin de los tiempos.
¡Hola!
Bueno, esta historia la tenía en la cabeza desde hace bastante tiempo, y no me decidía a escribirla, pero cuando volvió Harry Potter este verano pues como que volvió la fiebre Pottera y nada me puse a escribirla. Es una de las historias a las que más tiempo dedico, y las descripciones (espero) me salen mejor que otras que he hecho. Normalmente me resulta más fácil escribir en primera persona, pero esta vez decidí que fuera en tercera (porque ya que la tenía de hace tiempo en la cabeza... =D).
Quiero advertiros de algo. Bueno esto es el prefacio, pero a medida que va avanzando la historia os dareis cuenta de que no se centra solo en Scorpius y Rose, si no que los demás personajes también cuentan bastante y creo que tendrán un papel bastante importante. Además la trama no sólo es de amor y blablabla... Si no que tiene aventuras y misterio y muchas cosas que tendrá que aún no se me han ocurrido porque aún sólo he llegado al capítulo cuatro.
Me gustaría conocer vuestra opinión sobre el prefacio y sobre ¿qué os gustaría que pasara en la historia?. No aseguro que tenga en cuenta todas las opiniones, pero alguna de las que me deis me puede servir para hacer algo inesperado en la historia.
Algunos capítulos tendrán música, que no siempre tiene que ver con la temática del capítulo, si no que escribí escuchando esa canción y pues como que fue de donde me salió la inspiración.
Un beso, gracias por leer, quiero decir que ADORO los reviews, me hacen mucha ilusión, y que si no entendeis algo o hago algo mal me lo digais porque soy nueva por aquí y aún no me manejo muy bien, o al menos no tanto como me gustaría.
Elle