Los personajes pertenecen a Stephenie Meyer, y la trama de la historia es propiedad e invención de questa signorina.

¿Creían que iba a ser tan mala como para dejarlas en suspenso este fin de semana? Está bien que me hayan dado una mala noticia, pero si yo no puedo ser feliz, ustedes no tienen por qué sufrirlo.

Les agradezco sus comentarios el día de ayer y la mañana de hoy. Así que hoy subo el capítulo final de esta historia.

Aprovecho para mandar un enorme saludo a Carito. Cariño, de nuevo siento mucho lo que te pasó. ¡Animo! Y Vicky, échale ganas en la nueva escuela. Te aseguro que los borregos no comen (más bien nos los comemos =D).

En fin, después de mucho, las dejo con el capítulo. Uy.


THE END—

La nueva novela de Jasper resultó ser todo un éxito. Ya fuera porque era una novela de romance, o porque querían saber cómo había sido su relación con la misteriosa chica de la dedicatoria, pero al fin y al cabo, el libro pronto alcanzó los primeros lugares de ventas en las listas más importantes de Estados Unidos, y a nivel mundial.

Los críticos al principio se mostraron escépticos por el abrupto cambio de temáticas: de la guerra al amor. No creían que fuera posible, y sin embargo, al leerlo, quedaron complacidos. ¿Cómo no emocionarse al adentrarse en ese relato autobiográfico de la relación del autor del momento, serio y reservado, con su primer y único amor, una joven diametralmente diferente a él? ¿Cómo no compartir su dicha al conocerla, y de igual manera, dolerse por su repentina pérdida? Era una historia que llegaba al corazón.

Hubo personas que nuevamente lo compararon con Nicholas Sparks, pero ahora por la sencillez y emotividad de la trama; aunque Jasper resultaba ganando por ser su relato un hecho verídico y lleno de sentimientos reales.

Uno de los primeros en leerlo fue Richard Paul Evans, pues su nombre aparecía en el manuscrito. Quedó fascinado por la intensidad de lo expresado, y más aún porque de manera circunstancial él resultó ser el motivo indirecto de la promesa. Pidió a la editorial ser quien escribiera la contraportada del libro, y así lo hizo. Así como Jasper había escrito el libro en memoria de Alice, él también quiso plasmar algo en recuerdo de ella, aunque no la hubiera conocido personalmente.

María, junto con la editorial, estaba encantada con las estadísticas. Los libros volaban de los estantes de las librerías y supermercados, su amigo y cliente ganaba más adeptos, y la mayoría de los programas televisivos querían a Jasper Withlock en sus programas.

Para él, sin embargo, todo eso no era realmente importante. Por supuesto que agradeció el amable gesto de Richard, y se sentía de cierta forma feliz de que tantas personas quisieran saber de su pequeña. Pero para él, la vida había perdido todo significado. Ya nada podría devolverle la sonrisa y la alegría de vivir. Así como el libro culminaba al fallecer Alice, su vida también había terminado en el funeral. Su promesa estaba cumplida, el amor que había compartido con Alice había quedado inmortalizado y ya no sabía qué más hacer. Estaba consciente de que para continuar 'viviendo' necesitaba hacer algo, pero ya no se imaginaba escribiendo arriesgadas misiones de espionaje en Europa, ni habitando un solitario departamento. No podía recordar su vida antes de conocer a esa dulce chica —mucho menos lo que hacía—, ni podía imaginar la vida sin ella.

Tal vez un viaje le sentaría bien, como le había sugerido María, pero el único viaje que se le antojaba atractivo era al pasado, a los días narrados en su libro, y dudaba que fuera posible. Las máquinas del tiempo aún no se inventaban, y si llegaran a existir no quería pasar por lo mismo que el protagonista de una película que había visto hacía tiempo, donde volvía a estar con ella, pero seguía perdiéndola una y otra vez. No sería capaz de superarlo.

Ideas y más ideas. Esos días divagaba más de lo que recordaba. Tal vez era un truco de su subconsciente para mantenerlo evadido de la cruda realidad, y que evitara pensar en la siguiente pregunta: ¿y ahora qué?

María lo instaba a que aceptara participar en entrevistas, en las giras promocionales y firmas de libros, y que de esa forma distrajera su mente. Pero Jasper se negaba. Sabía que le harían preguntas y no estaba seguro de querer —o poder— responderlas ecuánimemente. La herida aún estaba fresca y temía abrirla una y otra vez más. Así que por primera vez en su carrera, Jasper Withlock se negó a publicitar su obra.

Una tarde de septiembre, luego de que estuviera lloviznando gran parte de día, el sol se mostró con sus tardíos rayos antes de ocultarse en el poniente. Jasper tomó una chaqueta ligera y se encaminó al cementerio, el lugar al que había evitado regresar desde que fuera el funeral. Llevó consigo un ejemplar en pasta dura del libro y caminó hasta la florería más cercana a comprar un ramo de fresias y lilas, las flores que pensaban utilizar en la boda, pensó con tristeza. Tomó un taxi, ya que había dejado el auto en el estacionamiento del edificio. Como era la hora en que la gran mayoría de las personas salían de sus trabajos, el tráfico era un caos, pero no le molestó. Hacía bastante que el tiempo carecía de sentido para él.

Al llegar al cementerio la solemnidad del lugar lo envolvió como un viento helado. Se estremeció. Mientras caminaba hacia la tumba que buscaba admiró el lugar. Era casi irónico que algo tan bello, tan pacífico fuera el último destino de vidas marchitas y penas profundas. Sin embargo, cumplía su cometido: era un verdadero remanso de paz y tranquilidad para el descanso eterno.

Por fin la halló. La última vez que había estado allí tan sólo era un montículo de tierra recién removida y una sencilla cruz blanca de madera. Se encontró con que el pasto había comenzado a crecer y que ya había una lápida de mármol con una bella cruz, sustituyendo a la primera. Tenía una inscripción grabada.

Alice Brandon

1986 — 2008

Amada hija, hermana, amiga y prometida

"Nuestro amor por ti vivirá por siempre.

Tú, sin embargo, no lo hiciste." (1)

Había algunas flores, margaritas en su mayoría —como las que aparecían en la portada de la novela—. Unas estaban frescas, otras estaban marchitas. Jasper apartó estas últimas y acomodó las primeras antes de depositar las flores que él le llevaba en el espacio que dejó justo en medio de las demás. Las lágrimas habían empezado a recorrer sus mejillas sin que se diera cuenta, y se las limpió con el dorso de la mano. Se hincó frente a la marmórea lápida.

—Yo... —la voz se le quebró—. Siento no haber venido antes. Simplemente no podía, no me sentía listo para afrontarlo. Tu partida aún me duele, y mucho, pequeña. No sabes cuánto te echo de menos, cuánta falta me haces.

Un sollozo desde el fondo de su ser le impidió seguir hablando. Lloró como había hecho los primeros días en su departamento, aferrado a la ropa que todavía conservaba su aroma, y tirado en el piso en posición fetal. Tardó un momento en tranquilizarse, en recuperar su temple.

—Vine a mostrarte esto —prosiguió, tomando el libro entre sus manos, acariciando el relieve de la portada—. Es el libro que escribí, es nuestra historia, cielo… la que me pediste que hiciera. —Se limpió las lágrimas que seguía escapando de sus ojos—. ¿Recuerdas que todo comenzó por hablar de los libros de Evans? Pues hasta él participó en el proyecto. Escribió la contraportada. Te la leeré —procedió a dar lectura en voz alta de los tres párrafos—. ¿Sabes? Mucha gente quiere que les cuente de la historia pero me he rehusado.

» Todo está ahí, desde el primer instante que llegaste a mi vida hasta que partiste, amor. No entiendo qué más quieren saber. Además no sé si soportaría hablar de ti. Tú más que nadie sabe que no soy muy dado a expresar mis sentimientos hablando. Fue sencillo escribirlos, más no lo sería contándolos. Por eso te extraño, entre un millón de cosas más, porque contigo una sola mirada era suficiente. Con ella, al mirarnos, sabías todo lo que había en mi alma y yo en la tuya. Éramos las dos partes de un todo, cielo —otro sollozo salió de su garganta—. Antes de conocerte yo estaba solo, mas no lo sabía, hasta que llegaste tú, llenando mi vida de una forma imposible de explicar. Pero ahora que te has ido... la soledad me atormenta a cada instante, con cada latido, con cada respiración. Sin ti me siento más solo que nunca. Soy como un ciego al que por un instante se le permitió ver un precioso campo en primavera, y sufre al volver de nuevo a la oscuridad. No lo puede asimilar. Ni yo.

Jasper refrenó de nuevo el llanto que había estado manteniendo a raya. Después le contó algunas cosas más y le leyó un fragmento del libro.

"Dedicado al amor de mi vida.

Un día le prometí escribir una historia de amor y ella propuso que escribiera la nuestra. Por azares del destino no pudo leerla, sin embargo es un tributo a su memoria y a los bellos momentos que compartimos."

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Capítulo Uno: The First Sight

"Estoy esperando la casualidad de mi vida, la más grande, y eso que las he tenido de muchas clases..."

Los amantes del círculo polar

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Aquel día comenzó para mí de la peor manera. Retraso tras retraso, error tras error, y parecía que la suerte no me favorecería. Pero así fue. Dicen que las cosas pasan cuando menos te lo esperas, al igual que encuentras algo cuando no lo buscas. Es muy cierto. Ese día ni lo esperaba ni lo buscaba, y sin embargo, ocurrió: la encontré.

Sé que para mí fue algo inesperado, pero para ella fue la casualidad que estaba esperando, como me dijo después, pues ella tenía una frase favorita, de una película española, que decía así....

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Siguió leyendo hasta que el sol se ocultó y la oscuridad no le permitió continuar. Cerró el ejemplar y se quedó un momento más, en absoluto silencio.

—Es hora de irme, cariño. Prometo venir seguido y estar lo más cerca de ti que pueda para recompensar estos meses que permanecí lejos. Te extraño —suspiró hondo—. Y te amo. Siempre lo haré, mon petit ami.(2)

El rubio acarició la blanca superficie marmórea, siguiendo con la yema de los dedos los contornos del grabado de las letras. Alice Brandon. Se puso de pie, con el libro en mano, y se alejó paso a paso del lugar donde descansaba su pequeña.

Releer el libro le había traído la multitud de recuerdos, y caminó hacia la salida pensando en ellos. Para tomar un taxi de regreso a casa debía caminar dos calles hasta la avenida principal. Avanzó en completo ensimismamiento y paró apenas llegar a la acera de la importante vía. Aunque no venían autos, esperó su turno par cruzar. De pronto, al otro lado vio una silueta demasiado familiar dándole la espalda. Se giró hacia él y Jasper sofocó un grito. Era ella. La misma nívea piel y el cabello negro y corto, tal y como la recordaba. Incluso su sonrisa. ¿Alucinación? ¿Memoria materializada? Sin pensarlo siquiera avanzó hacia ella con el corazón desbocado.

Dio tres pasos. Escuchó vagamente el sonido de un claxon. Sintió un golpe en el costado. Lo siguiente que sintió fue cuando cayó bruscamente en el pavimento.

—Alice —susurró con una sonrisa en el rostro ensangrentado antes de cerrar los ojos... y no abrirlos otra vez.

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EL GREMIO LITERARIO ESTÁ DE LUTO

Anoche, alrededor de las ocho y media de la noche, el célebre autor best seller, Jasper Withlock, falleció en un percance automovilístico en la avenida Masen. Según testigos de los hechos, el joven escritor pareció reconocer a alguien en la acera contraria y cruzó la calle para encontrarse con la persona, pero no se percató que un camión acababa de doblar la esquina y fue impactado por el vehículo, muriendo de forma casi instantánea.

Continuación, página 3

FIN —


(1) Dedicatoria del libro La habitación de los reptiles, de la colección Una serie de catastróficas desdichas.

(2) Mí pequeña amiga en francés.


Lo sé, pueden matarme, lincharme, torturarme de la peor manera (de todas formas ya pasó lo peor), pero es que así tenía que ser. Recuerden el summary: "...eran las dos partes de un todo, y sin uno no podía existir el otro...", así que con Alice muerta, Jasper simplemente no podía seguir vivo.

Les doy muchísimas gracias por haber estado al pendiente del desarrollo de la historia. No saben lo qué significa para mí, especialmente en estos momentos. Así que como una última petición, espero que me dejen en su comentario qué les pareció la historia, qué pensaron, qué sintieron, etc, etc. Me encantará recibir sus opiniones.

En fin... Disfruten su fin de semana. Y nos vemos pronto.

Ciao!

PD. Hace tiempo participé en un reto "A César lo que es de César", que trató de escribir viñetas sobre Jasper. Participé con tres, y ahora es el tiempo de las votaciones. Así que aquí les dejo el link por si quieren ir a dar un vistazo.

http : //www . fanfiction . net/topic/43931/17373731/1/