Disclaimer: CCS no me pertenece, es de las increíbles CLAMP.


Siete cosas que odio de ti


—¡Ah! ¡Voy a llegar tarde!

Se levantó y casi tropezó con los zapatos que se encontraba a la mitad de su habitación, no se había sorprendido encontrar todo prácticamente regado por todos lados, hasta en los lugares que no veía de seguro se encontraba mal, después arreglaría, en la noche… y ojala que pudiera ser en la noche.

El día anterior había ido de un lado para el otro, con periódico en mano mientras miraba la dirección que estaba anotado en el papel que había adquirido, suspiraba y seguía con la mirada al frente. Estaba buscando trabajo y era la primera vez que lo hacía, así que rogaba que todo pudiera salir muy bien.

En tres lugares le dijeron que no, y ella seguía andando.

Casi se estaba resignando pero olvidó rápidamente todo eso, se pegó suavemente las mejillas dándose ánimos ella misma, ¡estaba más que segura que sí podría hacerlo! Nadie le dijo que sería fácil, pero tenía ánimos por todos lados. De su padre, hermano y por supuesto, de Eriol.

Lo más seguro es que a su madre le haya sucedido lo mismo, cuando esta era joven y necesitaba trabajo para poder vivir bien con su padre, para que su familia no rechazara la relación que esta tenía. Así fue que su madre se hizo modelo y eso era justo lo que Sakura quería, ser modelo igual que su madre.

Quizás fuera la cantidad de fotos dónde se podía ver a su madre, hermosa y sonriente en cada uno de esos retratos que su padre cambiaba con ahínco cada día cuando ella era una niña, las fotos eran maravillosas y te recordaban lo hermosa que puede ser una persona o momento, además quedaban como prueba de que alguna vez, estuviste en este mundo.

Si no fueran por esas fotos, Sakura hubiera estado segura dudando de que alguna vez haya tenido madre, aunque eso sería imposible, ella simplemente no recordaba. Y eran esas mismas fotos las que retrataban momentos especiales dónde su madre la abrazaba cuando recién nació y cuando estuvo en sus tres primeros cumpleaños. Las fotos eran, son y serán, lo más maravilloso que ella tenía.

Por esa razón quería ser modelo y no importaría que tan duro sea, lo tenía que conseguir.

Intentó por última vez, y quizás mañana sería un mejor día, pero afortunadamente no tuvo que esperar otra vez. Una mujer, alta y hermosa le había sonreído diciéndole que justo en ese momento necesitaban a personas para las fotos de la ropa de invierno, y que la mayoría de las modelos en ese momento se encontraban en desfile.

Sakura sonrió y aceptó gustosa todas las indicaciones, afortunadamente para ella aparte de gustarle mucho las fotos su mejor amiga, Tomoyo, era una fanática de la ropa extravagante, además, algunos modelos eran muy hermosos y justo esas fotos es las que Sakura había llevado.

¡Ya tenía trabajo!

—¡Ya tengo trabajo! —gritó feliz y la puerta se abrió de golpe cuando había ingresado al departamento dónde ahora ella vivía, hubiera sido capaz de ir de un lado al otro sonriendo y saltando alegre sino hubiera sido que Eriol se encontraba en ese sitio, y la había abrazado con todas sus fuerzas en ese momento.

—Felicidades —le había sonreído y Sakura lo abrazó aún más fuerte.

Se dejó caer abatida en el mueble de su sala descansando su cuerpo en los cojines que estás tenían. Estaba agotada, había pasado todo el día buscando y los pies le dolían mucho. El cuerpo pesaba y no había ido a comer por lo preocupada que se encontraba de no encontrar nada. Ya era de noche y ella tenía mucho sueño.

—Al parecer no fue fácil —comentó el chico y Sakura asintió en ese momento, ya entendía porque su hermano llegaba prácticamente muerto después de los trabajos o como, la primera vez que Eriol había ido también a conseguir uno, se había quedado dormido después de darse un baño. Y ella que creía que los demás estaban exagerando.

Eriol se sentó al lado de ella y esta apoyó su cabeza en los muslos de este. El chico sonrió y empezó a acariciar las mechas castañas y cortas que su novia tenía y Sakura creyó estar en el paraíso en ese momento, ya entendía el dicho que no hay nada mejor que llegar a casa, pero siempre y cuando haya alguien esperándote en casa, Eriol era lo mejor en ese momento.

Pero tenía que levantarse, darse un baño y comer, aparte que tenía que buscar y elegir las mejores fotos que ella tenía, debía llevarlas el día siguiente porque eso se lo habían pedido y lo único bueno es que tenía muchas de que elegir porque su amiga era un fan de tomarle muchas fotos. Tomoyo era muy buena en eso.

Se dejó arrullar un momento, y el sueño empezó a invadirla, las manos de Eriol eran lo mejor al momento de sentirse querida y reconfortada después de un día trabajoso.

Al día siguiente se vio en la cama con su ropa de dormir, la luz del día ya estaba en su ventana y alguno que otro rayo de sol se encontraba adornando sus sábanas. Sakura giró la cabeza con terror al ver el reloj que se encontraba en su velador a su lado izquierdo.

—¡Ah! ¡Voy a llegar tarde!

Las caricias de Eriol no eran nada agradable cuando a llegar temprano a primeros trabajos se refieren.


TBC


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