Disclaimer: No es casualidad que reconoscan a los personajes y lugares de este Fic, porque Dah, no son míos; toditito es de Jotaká Rowling. Soy una persona justa y no pagué por nada, por tanto no cobro. Ya me las arreglaré yo con mi problemas financieros u.u

Escuché: Song to say goodbye, Placebo.


Despedida


Albus le dijo esa mañana que tenía un carácter de mierda, así, sin más.

Lo raro es que Albus no es una de esas personas que uno diga que tiene la sinceridad a flor de piel, generalmente tira la verdad bien suavecita y por encima, así como quien no quiere la cosa. Sólo la larga sin medirse cuando está increíblemente harto, al parecer, como en esta ocasión.

— ¿Sabes Scor? no sé que bicho te picó —ruge Albus en la sala común— pero lo que sea que te haya pasado suéltalo rápido porque parece como que te pudres por dentro y me estás comenzando a molestar más de lo que puedo aguantar. Aparte ni siquiera haz comenzado a ordenar tus cosas y mañana el tren parte a primera hora.

Scorpius se lo come con la vista destilando veneno, Albus cambia la expresión de fastidio a una de ligero nerviosismo, porque de repente tiene una fugaz imagen de si mismo reventado en mis pedazos después de esa mirada cargada de rabia. Para suerte suya, Scorpius se levanta del sillón sin emitir palabra alguna y sale de la sala común haciendo tronar sus pasos contra el piso.

Con Hogwarts temblando bajo sus pies.

Avanza por los pasillos chocando con medio mundo porque en ese día todos parecen estar demasiado felices en cambio él no, y eso lo encabrona mucho más.

Malditos sean todos

Dobla en la esquina próxima y el ambiente cambia, divisa una melena pelirroja con un montón de libros sobre sus manos, riéndose a carcajadas con sus compañeras leoncitas.

Y se encabrona todavía más.

Cuando llega a su lado Rose se voltea y le sonríe, pregunta Qué ocurre con un parpadeo y Scorpius responde que no entiende lo de la otra vez.

—Tú ya sabes, esa cosa de encantamientos.

Rose capta la indirecta y con un inocente permiso se pierde junto a Scorpius en un pasillo vacío tras una estatua.

Entonces le besa.

Le besa fuerte con la boca abierta, con la lengua curiosa y con el corazón desbocado porque Rose es la única quien puede calmar un poquito la rabia que le merma el cuerpo. Ella le responde sorprendida, ya que Scorpius no suele ser tan impulsivo, y es ahí cuando se da cuenta que algo no va bien, pero no apresura las cosas, ella sabe que el rubio se lo dirá más temprano que tarde.

Cuando la suelta para coger aliento la abraza fuerte por la cintura y ella le susurra su nombre sobre el cuello, se lo pregunta sin decir nada. Scorpius responde empujado por los puros sentimientos:

—No quiero irme mañana, no quiero que termine este año porque cuando te vea alejarte con tus padres en la estación tendré que decirte Adiós con la mano y de bien lejos para que tu padre no me mate, cuando bien podría estar rompiéndote la boca como Merlín manda, pero no, será una despedida ñoña y sin gracia. Además no te veré dos meses completos Rosie. ¡Dos meses! ¿Sabes lo que es eso? quizá no me vuelva loco, pero te extrañaré demasiado, así como, mucho, mucho, mucho, demasiado. No podremos encontrarnos porque de lo contrario soy Malfoy muerto. ¿Me imaginas entrando por tu chimenea y preguntando por ti? Sería algo como:

Hola Señor Weasley ¡que bien luce hoy! ¿Está Rose por casualidad?

Tú mal nacido bla, bla, bla ¿Le tocaste un pelo a mi hija? ¡Hermione trae mi varita que le sacaré el corazón a este Malfoy del demonio y me lo comeré con lechuga!

¿O tu por la mía y preguntándole a Draco si estoy arriba en mi habitación? No ¿cierto? Me he quebrado para cabeza pensando como hacerle para toparnos por ahí, pero no funciona porque tienes un montón de primos y familiares aproximadamente en todas partes del universo, y tú andas por ahí riéndote de quien sabe que con tus amiguitas mientras yo peleo con Albus porque el sólo pensar en no verte me pone un humor de perros. Estoy antipático y no puedo hacer nada contra los dos meses que nos escupen en la cara.

— Espera, espera. —interrumpe Rose— ¿Puedes imitar a mi padre otra vez? Morí con lo de la lechuga.

— ¡Ni siquiera estás escuchándome!

— Claro que sí, dijiste que mi padre se comería tu corazón con lechuga, ¿Qué querías que hiciese si no reírme? Eres un paranoico y muy poco imaginativo.

Era lo único que le faltaba, que la chica se burlara de él. No, definitivamente hoy no era su día. Rose prosigue con voz cantarina, así como si fuera demasiado obvio:

—Nos veremos en verano porque tu mejor amigo es Albus Potter, quién coincidentemente y por esos azares de la vida, resulta ser mi primo.

Maldita sabelotodo.

—Y si no quieres tener una despedida más efusiva que un simple estrechón de manos en la estación de trenes, — continúa Rose con tamborileo de pestañas— bésame por todo lo que no me besarás allá.

—No es porque no quiera—replica Scorpius— es cuestión de supervivencia.

—Oh, ¿debo suponer que no quieres besarme entonces?

Se miran de nuevo después de un par de risotadas, dejan de pensar y se enfrascan en uno de esos besos interminables y con sabor a prohibido que tanto les gustan mantener por largo rato. Al menos hasta que recuerdan que podría venir algún Weasley o Potter entrometido que le vaya con el chisme a Ronald-me-comería-el-corazón-de-Scorpius-con-ensalada-Weasley.


Este es el primer no se si viñeta o OneShot de mi primera tabla ._. es para la comunidad de los 30vicios y como que en verdad no se si quedó bien. Me hubiese gustado comenzar de mejor forma, la verdad. La serie de viñetas derán independientes porque soy incapaz de armar algo tan grande y restrigido. Me gusta tener mucha libertad :). En fin ¿alguna crítica? ¿Tomatasos?¿Un vociferador con un testamento sobre porque no debería escribir y me debería dedicar a estudiar? Ya saben ps, las letritas verdes y bla, los quiero. ¡Besos!