Nota: Ninguno de los personajes me pertenece, solo las aventuras que vivirán en este fic.

EL AMOR LLEGA LENTAMENTE

Por Scarleth

-¿Dónde está la niña? – preguntó con voz impaciente.

-Debe llegar de un momento a otro.

-¿No habrá ningún problema?

-No lo habrá Señor, puede estar seguro de ello.

Los ojos azules del joven brillaron con triunfo… lo había logrado.

Pasaron unos cuantos minutos antes de que un automóvil hiciera su aparición en la mansión. Estaba parado frente al ventanal y lo vio llegar. Una sonrisa enigmática curvó sus labios y dando un trago al vaso de licor que sostenía en su mano volvió la vista hacia el escritorio.

-No hay plazo que no se cumpla – murmuró dejando todo de lado y caminando hacia la salida de su despacho para dirigirse a la entrada.

Durante el trayecto fue recordando un juramento hecho años atrás. Ahora la tendría con él. Todo sería tal como se planeó esa vez.

Caminaba con aire ganador, su elevada estatura siempre llamaba la atención así como su bien formado cuerpo. Era joven, quizá un poco más de 20 años, unos profundos y penetrantes ojos azules eran lo más llamativo de su hermoso rostro. Un hombre sumamente guapo, con cabellera rubia y personalidad misteriosa.

No muchos lo conocían realmente, era muy reservado en sus relaciones personales a pesar de lo poderoso de su apellido, pero no por eso dejaba de ganarse el respeto y la admiración de los pocos afortunados que convivían con él.

Al llegar a la entrada contempló desde lo alto de la escalera el auto. El chofer abrió la portezuela e intentaba ayudar a bajar a alguien.

-¡Suélteme! … no necesito su ayuda – se escuchó en el interior.

-Vaya carácter – pensó el rubio divertido desde su lugar.

Dejó espacio libre y una pequeña de 12 años de edad bajó disgustada. Sus ojos mostraban enojo y a la vez desilusión. Era un linda pecosa de llamativos ojos verdes y larga cabellera. Sus dorados rizos caían graciosamente alrededor de su rostro y espalda. Vestía de manera sencilla pero elegante, además del porte que ya se adivinaba en ella a pesar de su corta edad.

Esa niña ahora estaba en sus manos, pensaba mientras bajaba las escaleras para ir a su encuentro.

La recién llegada volteó a mirarlo con coraje y recelo.

-¿Así que tú eres? – le dijo desdeñosa y sin miedo.

-¿Yo soy quien? – le preguntó acortando la distancia con la chiquilla que ni siquiera le llegaba al pecho.

-El ridículo millonario que me separó de mi familia.

-¿Ridículo millonario? – pensó sonriendo a su pesar – Sí, yo soy el ridículo millonario que hizo eso- le dijo pausadamente - pero que no se te olvide que ahora estás bajo mi cargo y me debes respeto, si no tendré que corregirte y no te agradará que lo haga. – terminó diciendo sumamente serio y mirándola fijamente para intimidarla.

-No me dan miedo tus palabras y no creo que lo hagas. ¿Qué se puede esperar de un tipo al que no le importa separar a una niña de su familia?

-Malcriada la chiquilla – pensó.

Estaban uno frente al otro. No era hueso fácil de roer y eso ya lo estaba dejando claro, pero Albert tampoco era fácil de amedrentar y una vez tomada una decisión no había poder humano o divino que lo hiciera cambiar o retroceder y esta niña no sería la excepción.

-Te recuerdo que no eran tu familia. Tus padres murieron y en la carta que tenía en mi poder, comprobé que me cedieron la patria potestad a mi, si mi padre no podía hacerlo y al cumplir yo la mayoría de edad, estoy en todo mi derecho de hacer valer los deseos de tus padres.

-Pues no entiendo por qué hicieron semejante tontería.

-Te guste o no tendrás que vivir aquí y acatar mis ordenes. Yo soy tu tutor y por algunos años no tendrás otra alternativa.

-¡Claro que sí la tengo! me fugaré y no sabrás de mi. No tengo por qué soportar tu prepotencia – dijo desdeñosa y dándose la vuelta para dejarlo con la palabra en la boca. Sus rizos se sacudieron por lo brusco de su movimiento y brillaron intensamente bajo la luz del sol.

Albert se puso serio y dispuesto a demostrar quién mandaba, aunque tuviera que ser un poco rudo.

-Y yo tampoco tengo por qué soportar a una chiquilla insolente – dijo tomándola bruscamente del brazo y obligándola a subir las escaleras con él – que te quede clara una cosa Candice, si por algún motivo cometes la tontería de escaparte, te encontraré aunque tenga que llegar al fin del mundo y entonces sí que desearas no haber escuchado jamás mi nombre – completó enojado y con voz capaz de hacer temblar a cualquiera.

La niña se quedó estática ante lo que le dijo. Sus ojos le decían que no bromeaba en lo absoluto y no tuvo valor para continuar la pelea.

La soltó y se volvió para alejarse.

-En unos momentos vendrán por ti Candice para mostrarte tu habitación.

-No me gusta que me digan Candice. Mi nombre es Candy.

-¿Perdón? – preguntó volviéndose.

-Candy … no Candice – replicó.

Albert se sintió conmovido por la repentina actitud de la niña. No era más que eso, una pequeña necesitada de protección o al menos eso parecía, pero no se daría el lujo de dejarse ganar por ella.

-Vendrán por ti en seguida …. Candy – concluyó dándose vuelta y adentrándose en la mansión.

Se quedó parada en medio de la estancia. Era un lugar precioso sin lugar a dudas, parecía la casa de un rey. Todo relucía a la luz del sol y se sentía como la protagonista de un cuento de hadas … quizá encontraría a su príncipe algún día.

Continuaba en su minuciosa inspección cuando una mujer hizo su aparición.

-Bienvenida Srita – le dijo amablemente tomando su equipaje.

-Candy – completó ella admirando la belleza de la recién llegada – mi nombre es Candy ¿Cuál es el tuyo?

-Dorothy y soy a partir de hoy su mucama señorita.

-Dime solamente Candy por favor – pidió mientras avanzaban hacia las escaleras.

Durante el recorrido pudo comprobar la suntuosidad con la que vivía su tutor. La casa estaba finamente alfombrada, los corredores adornados por valiosos cuadros y de un gusto exquisito, pero lo que más le gustó fue la alcoba que habían designado para ella.

-¡Es hermosa! – exclamó con la emoción propia de una niña de su edad.

-En efecto señorita, es la mejor habitación con que cuenta la casa.

-Por favor llámame Candy.

-Pero señorita ... no puedo …

-Si quieres hacerme sentir mejor, llámame por mi nombre – pidió la niña con una sonrisa.

La mujer vio su infantil e inocente rostro y sonrió. Después de todo, esperaba no fuera tan difícil complacerla.

-Como guste … gustes Candy.

-¡¡Gracias!! Así está mucho mejor ... mucho mejor – dijo animada por primera vez en lo que iba del día.

Dorothy abandonó la habitación y la rubia se dispuso a sacar sus cosas para acomodarlas ya que no quiso que le ayudaran. Algo parecido a la resignación estaba naciendo en su corazón, pero eso no significaba que le haría las cosas sencillas al distinguido Sr. Andrey. Se arrepentiría cada segundo de su vida de haberla traído sin su consentimiento, eso podría apostarlo.

Pasadas algunas horas se aventuró a salir de su alcoba, caminó por el amplio pasillo, bajó las escaleras y tuvo nuevamente tiempo de admirar lo bien decorada que estaba la mansión. Salió al jardín y se sintió completamente absorta por lo que veía.

-¡Qué hermoso! – exclamó realmente emocionada.

El maravilloso jardín de rosas se dejaba contemplar en todo su esplendor. La niña no dejaba de mirar y de admirar.

-Nunca pensé que un lugar como este existiera – decía mientras daba vueltas y llenaba sus pulmones del aroma dejado por las rosas que por cientos la rodeaban.

Corrió para despejar su mente y sentirse libre aunque fuera sólo una vez más. Amaba la naturaleza, el perfume despedido por el bosque, las rosas, el trinar de los pájaros … el sol.

Después de un rato regresó a la casa. Al entrar Dorothy la alcanzó para decirle que era hora de arreglarse para bajar a cenar, así que sumisa subió para estar lista.

-Perfecto Candy, te ves muy hermosa. El Sr. Andrey estará muy complacido.

-Gracias Dorothy, ahora si me haces el favor de decirle que no pienso cenar con él te lo agradezco.

-¿Perdón?

-Eso mismo Dorothy .. que por nada del mundo cenaría con él … no le haré esto sencillo.

Continuará ...


Holaaaaaaaa de nuevo!!! Ya se!!! no me canso de subir fics verdad?? Pues nooooooooooo porque ya me emocione jijijiji!!

Este fic se puede considerar mucho mas largo que los que he subido con anterioridad (mi mejor esfuerzo por que asi sea), con situaciones de diferentes tipos pero espero que de todas maneras, ya sea que les guste o no me lo hagan saber!!! siempre estoy abierta a comentarios y criticas constructivas. Ojala les gusten las locuras que pienso hacer que ocurran en este Albert Fic, porque yo para no variar me la paso de 10 escribiendo.

Besos!!!

Scarleth

p.d. No sean malitos, en caso de que me escriban (que me encantaria!) para comentar el fic, dejenme su mail para poderles contestar (a los que no estan registrados)

p.d. Si no puedo subir un cap. diario, lo hare cada 2 o tres dias pero no me tardare mas de ese tiempo, para que no se enfrie la emocion!!!