Moon Dance

Hola a tod s he vuelto y estaba vez e vuelto con todo y con ganas de seguir con todos mis fics así q no les extrañe si próximamente termino todos y cada uno de mis fics para iniciar con nuevos, pero esta vez no abra fics nuevos hasta acabar con todos los que ya tengo, siento mucho la demora en verdad lo siento y no voy a decir que tengo una excusa porque no es así, solo que mi mente estaba en la luna y fue por mucho tiempo, pero ya Alina28 ha vuelto chic s jajajajaja

Disclearmi: Naruto o cualquiera der los personjes de Naruto no me perteneces, yo solo juego con ellos

Prologo: La elegida

Hinata Hyūga se encontraba en su habitación, recriminándose por su primera misión fallida como Jounin. Había perdido un documento muy valioso que debía de llevar al País del Remolino. Tsunade le había dicho que no era algo tan importante y que iba a enviar un misiva al para informar de la pérdida; la kunoichi seguía deprimida, además su padre también se había enterado y le había regañado como nunca antes en su vida, la joven no sabía qué era peor: si ser una vergüenza como kunoichi o como una Hyūga.

Cuatro figuras se encontraban sobre la rama de un gran árbol frente a la mansión Hyūga, estas habían ido con una única razón, encontrar a la que sería la portadora oficial de la siguiente guardiana del aire. Ya habían encontrado a la candidata perfecta, una kunoichi sumamente fuerte, pero delicada, pura e inocente; era la persona perfecta para ser la que llevara consigo a la nueva guardiana, solo había un pequeño inconveniente: la joven elegida, era muy insegura de si misma, aparte de que todos los miembros de su clan no la veían como una líder, a pesar de que era primogénita del Clan Hyūga; por la inseguridad de ella, solo hacía que sus planes fueran un pocos más difíciles.

Las cuatro figuras miraron hacia el cielo, la luna ya estaba en lo alto y de color rojo, tenían que hacerlo en ese momento o perderían su única oportunidad para restaurar el equilibro entre el bien y el mal. Las fuerzas del mal ya habían superado los límites.

Las cinco sacerdotisas había luchado contra la organización Akatsuki, pero la batalla solo había terminado con la vida de la mayor de las cinco sacerdotisas, logrando que el equilibro fuera roto. Los Bijū habían sido capturados por la organización Akatsuki, el único que no había sido capturado era el Kyuubi, el cual ellas también desconocían donde estaba.

—Es hora Saory-chan —dijo una de las cuatro figuras ocultas bajo una capa de color aguamarina, dirigiéndose a la joven que traía una capa igual pero de rojo fuego.

—Está bien, Sasuna, Sesina ustedes háganse cargo de que Konoha se entere, Seriny vamos. —La chica corrió hacia la mansión Hyūga seguida de Saory.

—Buena suerte, onee-sama —susurró una de las chicas que se había quedado, la cual traía una capa de color verde bosque.

—No seamos pesimistas Sesina-chan, tengo la ligera impresión de que nuestra nueva hermana será una de los sacerdotisas más poderosas de todas —habló la última chica con un capa de color blanco como la nieve.

— ¿Por qué estás tan segura de eso Sasuna-chan? —preguntó la chica mirando a su hermana.

—Porque esa kunoichi es realmente fuerte, solo tiene que aprender a confiar en ella misma. —Una leve sonrisa apareció en su rostro.

—Pero sabes que eso no es suficiente —dijo Sesina.

—Lo sé, pero también siento una gran cantidad de chakra que se encuentra en esta aldea.

— ¿En verdad? —La chica cerró los ojos y se concentró en el chakra que se encontraba en la aldea, abrió los ojos sorprendida al detectar la gran cantidad de chakra en ese lugar—. Este chakra es…

—Creo que el padre de nuestra nueva hermana será elegido esta misma noche.

—Entonces vamos, ya nos hemos retrasado demasiado.

Ambas chicas hicieron unos sellos con sus manos, sus cuerpos poco a poco empezaron a elevarse, hasta posarse por sobre todo Konoha.

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Dentro de la mansión Hyūga, en la habitación de la joven Hinata, dos de las chicas se encontraban cada una parada al lado de la cama de la chica; en cuanto sintieron que sus dos hermanas ya habían iniciado el ritual de convergencia, la chica de capa aguamarina, sacó un pequeño cofre con el símbolo del aire; la otra chica hizo un sello de liberación y la caja se abrió. Una pequeña esfera de color azul celeste salió, posándose encima del cuerpo de la chica, que no se había percatado de lo que estaba ocurriendo a su alrededor. Hinata seguía dormida plácidamente como si nada.

—Sesshime hermana, es hora de decir adiós —dijo Seriny mirando la esfera, la cual empezó a tomar la forma del rostro de una persona.

—Seriny, Saory. —La voz de aquella persona era dulce pero triste.

—Llego la hora Onee-sama —habló Saory mirando por última vez a su hermana.

—Entiendo, es tiempo de volver a ser humana. —Vio a la que de ahora en adelante sería su madre y sonrió, el mundo a veces podía ser tan pequeño—. Hinata Hyūga ¡Eh!

— ¿La conoces? —preguntaron las dos chicas al mismo tiempo.

—La había visto antes, aunque en ese entonces solo era una niña de 4 años, siempre supuse que ella sería algo importante en mi vida.

—Entonces ella es la indicada, ya me había preocupado de que no fuera la elegida —suspiró aliviada Seriny.

— ¿Sabes quién será tu padre? No hemos encontrado a nadie que pueda darte parte de su chakra. —Saory aún seguía preocupada por ese pequeño detalle, ya que una vez que su hermana y Hinata fueran una sola, necesitarían del chakra de un chico o si no su esfuerzo sería innecesario.

—De eso no se preocupen —La chica sonrió antes de volver a transformarse en esfera—. Todo pasará a su debido tiempo.

—Adiós hermana —dijeron ambas al mismo tiempo.

Ambas hicieron un último sello y la esfera entró al cuerpo de Hinata, un extraño brillo de color turquesa la cubrió por completo, y fue disminuyendo hasta concentrarse en su vientre; ambas chicas sonrieron y desaparecieron para reunirse con sus hermanas.

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Sobre Konoha, las dos chicas se unieron a sus hermanas, las cuatro se tomaron de las manos y empezaron a girar, dejando caer sobre la aldea una lluvia de flores de sakura, estas flores eran de un color plateado, varios Shinobi que se encontraban vigilando, o llegando de alguna misión, al ver las flores caer del cielo se sorprendieron; muchos no sabían lo que aquello significaba, pero los más viejos sí. Shizune al ver aquel espectáculo, corrió hacia la oficina de la Hokage, abrió la puerta de golpe, logrando que la Hokage cayera de espaldas derramando todo su preciado sake.

— ¡Shizune! —gritó la mujer furiosa al ver su amado sake esparcido en su ropa.

—Tsunade-sama mire por la ventana —señaló la mujer.

— ¿Ver qué? —preguntó un poco ebria, pero al notar que su ayudante no iba a contestar, se volteó a ver qué era lo que llamaba tanto su atención. Al ver como caían las flores de sakura, no lo pudo creer, abrió la ventana y un pétalo cayo en su mano—. ¿Esto es… lo que creo que es?

—Felicitaciones Hokage-sama. —Cuatros figuras descendieron del cielo, hasta quedar frente a frente con Tsunade.

—Ustedes son… las Miko de los elementos.

—Así es Tsunade-san —afirmaron todas a la vez.

— P-pero… ¿Qué acaso no eran cinco? —Preguntó Shizune caminado hacia donde estaba Tsunade—. ¿Dónde está la quinta Miko?

Tsunade al ver la tristeza en la mirada de las cuatro, supo la respuesta, además del significado de la lluvia de pétalos.

—Nuestra hermana el viento ha muerto, pero volverá a renacer en esta aldea —empezó a hablar Sasuna.

—Akatsuki –—respondió Serina a la pregunta que Shizune iba a hacer—. Ellos nos atacaron y nuestra hermana pereció en la batalla.

—Eso explica el por qué muchos de los Bijū han sido capturados. —Se escuchó una voz a la espalda de las dos mujeres, ambas voltearon y se encontraron con cinco chunin y un sanin.

—Kurenia, Asuma, Kakashi, Gai, Iruka, Jiraya. —Tsunade dijo el nombre de cada uno de las personas que se encontraban ahí—. ¿Qué hacen aquí?

—Hokage-sama vimos la lluvia de pétalos y tuvimos el presentimiento que debíamos de venir aquí —respondió Kurenia por todos sus compañeros.

—Entonces nuestras suposiciones eran ciertas —habló esta vez Jiraya caminado hacia donde se encontraba las cuatros chicas flotando—. Las Mikos han perdido al viento, por eso Akatsuki ha podido controlar el poder de los Bijū a su voluntad.

—Así es. —Saory se adelantó a sus hermanas—. Y como ustedes bien saben, solo el viento protector, es el único con el poder suficiente para devolver el equilibro perdido al mundo, pero con nuestra hermana muerta, no nos ha quedado de otra más que buscar a alguien que fuera la madre para nuestra futura hermana.

— ¿Y esa persona es…? —preguntó Iruka un tanto curioso.

—Hinata Hyūga —dijeron las cuatro al mismo tiempo.

— ¡¿Qué?! —gritaron todos sin poder creérselo.

—Así es, Hinata Hyūga fue la elegida para ser la portadora del poder del viento y de nuestra hermana —habló Saory con una sonrisa en su rostro.

Nadie dijo nada, todos se quedaron en silencio aún procesando la información que las cuatro mikos les acaban de dar. Hinata Hyūga una de las kunoichis más débiles y un tanto torpe, había sido elegida para ser la madre de la futura miko del viento.

— ¿Están seguros de que ella es la indicada? —preguntó Kakashi un tanto incrédulo.

—Ella es la indicada, además nuestra hermana ya la había elegido desde años atrás. —Saory sabía que Hinata no era considerada una kunoichi fuerte, pero si su hermana había elegido a esa joven era por algo.

—Pero ella es…

—Kakashi aunque tú no lo creas, Hinata es una kunoichi ejemplar, solo tiene que tener más confianza en ella misma y sacará lo mejor de ella, eso te lo puedo asegurar —dijo Kurenia defendiendo a su aprendiz, pues ella sabía que su protegida tenía el potencial para ser una gran kunoichi.

—Pero si Hinata fue la elegida, eso quiere decir que la joven Hyūga estará en peligro de ahora en adelante. —No fue una pregunta por parte de Jiraya sino una afirmación.

—Me temo que si la organización Akatsuki estará buscando a la nueva portadora de nuestra hermana, Orochimaru también, es por esa razón que nosotras decidimos no mostrar a la que será la guardiana y protectora de nuestra hermana, por lo menos no ahora —explicó Seriny un tanto seria.

—Entiendo, así que temporalmente el nacimiento de la próxima miko deberá permanecer en secreto. —Asuma era consciente de que Akatsuki querría el poder de la futuro miko.

—Así es, por eso pedimos absoluta discreción —habló Sasuna con frialdad, ella no confiaba mucho en los humanos como sus hermanas.

—Solo las personas que se encuentren en este lugar deberán de saber sobre esto, ninguna otra persona, ni siquiera la misma Hinata deberá saberlo; no hasta que sea completamente necesario —agregó Sesina.

— ¿Y creen que Hinata no se dará cuenta de que algo anda mal con ella? Inclusive los Hyūga se darán de cuenta. —Gai sabía que los Hyūga iban a notar que algo raro le estaba pasando a la joven y sabía también que Hinata sufriría.

—Entonces que el líder de los Hyūga esté al tanto de esto, pero nadie más, no podemos permitir que la vida de nuestra hermana y Hinata esté en peligro. —Saory dio su aprobación para que el líder de lo Hyūga estuviera al tanto de la situación, aún cuando estaba preocupada por eso—. Es hora de marcharnos a nuestras tierras, pero volveremos dentro de un tiempo para ver los avances de nuestra hermana.

—Por favor protejan a Hinata, sin ella la vida de todo el mundo se perderá.

Con estas últimas palabras las cuatro hermanas desaparecieron, dejando una lluvia de pétalos plateados caer por todo Konoha. Los ninja que se encontraban con la Hokage, seguía admirando aquel espectáculo aun preocupados, el destino de todo el mundo ahora estaban en las manos de una kunoichi débil y temerosa de sí misma.

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No muy lejos de ahí, un rubio de ojos azules estaba pacíficamente durmiendo, mientras el Bijū que estaba sellado en su cuerpo, se había despertado por un dulce aroma muy conocido para él. Cuando el joven que servía como su contenedor se durmió profundamente, usó su chakra para levantar el cuerpo del chico y caminar hacia la ventana, para ver el espectáculo que estaba ocurriendo allá afuera, una sonrisa un tanto llena de ternura se formó en su rostro; solo había una sola persona que sería el padre de una de las mikos más poderosas que se haya conocido; era él y solo él y más si la miko que nacería era la que él había deseado desde que la había visto.

—Esta vez serás mía Wind, tú y tu madre serán solo mías —dijo mirando como el último pétalo caía en su ventana.