Sí, mátenme o hagan lo que quieran, por haberme demorado toda una eternidad en subir el siguiente capítulo... un simple disculpas no vale, lo sé.

Y doy gracias a crazy-mile por haberme mandado ese comentario, q... de verdad, gracias a al comentario recordé el fanfic. Había estado un poco dejada porque, en la otra página donde publico mi fanfic, borraron a todos los autores ¬¬ y tube que empezar desde cero u_ú

Pero aquí les dejo el siguiente capi ;D


~ MI GATO GUARDIÁN ~


Capítulo XXI

Academia Imperial

No podía creer que verdaderamente esa limosina negra tan llamativa fuera mi vehículo del que hablaba Tamotsu, le miré incrédula y él asintió sonriendo.

—Vamos princesa, llegaremos tarde —dijo bajando las escaleras para luego abrir la puerta del la limosina. Le seguí caminando aun dudosa, abrió la puerta de la limosina, me senté y encontré a dos hombres frente a mí, vestidos de negro con gafas negras, y tenían exactamente la misma mirada uno del otro. Dentro de la limosina habían unos asientos frente al que iba yo, ellos miraban hacia atrás mientras que yo miraba al frente, más adelante se subió Tamotsu y echó a andar el "vehículo", miré nuevamente a esos tipos de negro, no sabía si me miraban ya que sus gafas negras no veía sus ojos, pero los sentía de forma intensa sobre mí, pasaron unos minutos y seguían con la misma postura, mirándome. Me puse algo nerviosa, ¿Acaso serían mis guardaespaldas o algo así como en las películas?, revisé mi mochila a pesar de no estar buscando nada en particular, sólo quería hacer algo para intentar desvanecer ese ambiente algo tenso que había, entonces mi celular hiso un sonido y en la pantalla decía "Batería baja".

—Maldición, no lo cargué —me quejé bajito, entonces dos manos aparecieron frente a mí sosteniendo unos cargadores, eral esos hombres de negro, les miré algo dudosa—Gracias —dije tomando uno, luego los otros los guardaron en una cajuela que abrieron de la pared del auto—Pero, ¿Cómo lo voy a cargar? Necesito un enchufe —dije para mí.

—Princesa, apreté el botón verde que está a la izquierda —aconsejó, miré y ahí estaba dicho botón, lo apreté y se abrió una puerta alargada, con un montón de entradas para computadores, parlantes, micrófonos, y ¿Un enchufe? Sí, lo era. Lo enchufé y cargué mi celular, bajo la atenta mirada de esos hombres.

— ¿Q-quienes son ustedes? —pregunté, casi parecían gemelos, eran tan iguales.

—Perdone nuestra falta de modales —dijo el de mi izquierda, su voz era tan baja como me lo había imaginado—Soy el código 312 —se ¿presentó? Al parecer sí, quizás no tenían nombre, qué tontería.

—Soy 309, es un placer princesa —dijo el de la derecha, alcé mi ceja sin comprender.

— ¿Sus nombres? —pregunté.

—Lo sentimos, pero no podemos revelar nuestros nombres, sólo nuestros códigos. Es por su seguridad —dijo nuevamente el… 312.

—Oh, bien —dije, no quería saber más de ellos, me parecía algo ridículo que se pusieran códigos. El 309 parecía ser el que menos hablaba, comenzó a mirar por la ventana y me fijé de que en su oído derecho tenía un cable que salía desde su ropa hasta su oído, quizás era para hablar con los otros códigos—vaya, ahora yo también estoy hablando raro—suspiré.

Miré por la ventana, mucha gente se quedaba mirando la limosina, claro, justo al frente traía las banderas de Konoha, una con los colores nacionales y la otra con el escudo nacional, todos sabían que quién iba dentro de esta limosina era una persona muy importante para el país, todos sabían que debería ser el rey o la reina, pero nunca pensarían que realmente es la princesa que viene aquí adentro como prisionera de dos locos que se creen agentes secretos y un viejito que extrañamente va conduciendo por una calle que conozco muy bien.

—Tamotsu, ¿A dónde vamos? —pregunté, aun que mi intuición ya me decía dónde.

—Seguro ya sabe princesa —dijo viéndome por el espejo retrovisor, me acerqué a la ventana para ver mejor, sí, definitivamente este era el camino para ir al Kōkō Zenkoku, mi Instituto Nacional. Esperé a que dobláramos en la esquina, para poder verlo, entonces casi quedo en shock. Otro colegio, completamente diferente y actualizado, grande y espacioso, con muchos pisos y una entrada para autos— ¿Qué…pasó? —pregunté, ciertamente ese NO era mi Instituto, lo veía a leguas, pero… ¿Cómo es que hay otro justo en el mismo lugar donde estaba el Instituto? ¿En qué momento comenzaron a construir? ¿Tan rápido terminaron? Porque sin duda ya estaba completamente listo, ya había alumnos adentro, y en lo alto del nuevo colegio había un gran reloj que marcaba las 8:35, y una campana bajo el mismo reloj estaba sonando.

—Aquí es princesa —dijo Tamotsu parando el auto frente a la reja del colegio, abrió mi puerta mientras que yo seguía viendo todo sin poder reaccionar—Bienvenida a la Academia Imperial de Konoha princesa, esperamos que le guste —dijo sonriendo, bajé como si estuviera hipnotizada, intentando captar cada detalle, sin duda era majestuoso, me hacía recordar un poco al Palacio… ¡Momento! ¿Al Palacio?; Miré a Tamotsu con ojos sospechosos.

— ¿Qué le pasó al Kōkō Zenkoku? —pregunté ya imaginándome lo que podría ser, aun que pareciera imposible.

—Sabíamos que la princesa no querría que le diéramos clases particulares en el Palacio desde un principio —dijo sonriendo—Y en tanto aceptó venir conmigo hacia el Palacio, di la orden de que remodelaran su instituto, y que lo transformaran en la Academia Imperial —concluyó.

—Espera, ¿Academia Imperial? ¿Y qué pasó con los otros alumnos del Kōkō Zenkoku? ¿Y no había otra Academia Imperial? —pregunté rápidamente.

—Los alumnos que estaban siguen aquí, aun que para algunos les será demasiado caro pagar las cuotas y seguramente se cambiarán de colegio. Había otra Academia Imperial como usted dice, pero al transformar el Instituto Nacional en ella, transformamos a la antigua Academia Imperial en el Instituto Nacional —explicó, me quedé mirándolo repasando en mi mente cada palabra intentando comprenderlo, ¿Lo habían hecho… por mí?

—Disculpe, sonó la última campanada —informó, creo que era 312, son tan parecidos que con suerte logro distinguirlos.

—Vamos princesa, ya está atrasada —dijo Tamotsu, comencé a caminar hacia la entrada donde la reja blanca aun estaba abierta, pero escuché unos pasos a mi espalda, para ser exacta, eran dos pares de pasos. Me giré hacia ellos, ¿Pensaban seguirme?

—Em. Bien, ahora pueden irse —dije sonriendo forzosamente.

—No princesa ellos son sus guardaespaldas personales, los mejores en cuestión de seguridad. Ellos la seguirán sea donde sea que vaya —dijo Tamotsu, aun sonriendo, sentía como si conociera esa clase de sonrisa… me recordaba a alguien, alguien que siempre estaba sonriendo.

— ¿Qué? No pienso entrar con guardaespaldas a la Academia, me basta y sobra con saber que soy la princesa, no quiero que me sigan, tómense el día libre —dije, ambos hombres se miraron dudosos.

—No es algo que usted pueda decidir, si algo llegara a pasarle no hay nadie más que pueda tomar su puesto princesa, debemos cuidarla quiera o no —intentó convencer, pero no, no me voy a dejar vencer.

—Estoy en la Academia Imperial ¿No? Conocida como el "hogar" de todos los niños millonarios y mimados de todo Konoha ¿Qué podría pasarme? Ni si quiera saben usar un cuchillo o un lápiz como arma, además, para ello cuento con mi chakra, y soy más rápida que antes, no podrían alcanzarme nunca —expliqué, lo último lo comprendió a la perfección, pero aun veía que no estaba conforme.

—No creo que…

—Tamotsu, no me pasará nada, aquí es donde están mis amigos —le corté. Nos quedamos mirándonos por un momento, luego suspiró rendido y sonreí victoriosa.

—Bien princesa, que tenga un buen día —dijo caminando hacia la limosina.

—Tenga, use este celular por favor —dijo 312, lo tomé, era uno de los mejores último modelo de color rosa.

—Gracias —dije, y ellos subieron y se fueron. Caminé dando saltitos de felicidad hasta que llegué frente a la inspectoría, donde me cortó el paso el inspector al parecer.

—Disculpe, ¿Es nueva? —preguntó y le sonreí asintiendo— ¿Podría darme su pase? —preguntó extendiendo la mano ¿Pase, qué pase? ¡No me dijeron nada de un pase!

—Oh, eh, verá… ¿Cuál pase? —pregunté.

—Cuando vienen a matricular a alumnos se les entrega un pase con el que tienen que venir el primer día de clases —dijo cambiando el tono de voz a uno molesto.

—No…lo…tengo…

—Vuelva a su casa entonces —dijo caminando nuevamente a la inspectoría.

—Pero está muy lejos —me quejé bajito, sin embargo el hombre se volteó, me había oído.

—Caminar es saludable —dijo y se fue sin más.

—Maldito —murmuré.

Escuché el motor de un auto, me volteé sonriendo, de seguro se acordaron del pase, pero era otra limosina sin banderas, el hombre que conducía rodeó el auto y le abrió la puerta a un chico que traía el uniforme de la academia, era pelirrojo y alto.

Muy guapo, por cierto, dijo la vocecilla.

—Cállate —susurré.

El chico venía caminando en mi dirección, miraba al frente pero no me veía—que complicado—y si no me muevo, habría pasado por encima de mí, ya que ni si quiera me pidió que me corriera o algo, simplemente, cuando ya lo vi muy encima me di cuenta de que pasaría estuviera o no ahí frente a él—que tipo más antipático—.

— ¿Qué no tienes lengua para hablar? —pregunté y él dejó de caminar—Por lo menos di "permiso" o "disculpa" —dije molesta, se volteó mirándome como si fuera un insecto.

—La única que tiene que pedir una disculpa eres tú —dijo, vaya, hacía cuánto que nadie me hablaba así, de alguna forma me hiso sentir feliz que me hablara como a alguien inferior o…. Un igual.

—Yo no estaría tan segura, ya que fuiste tú el que poco menos me pisa para pasar ¿Qué te costaba pasar por al lado? —pregunté dejando mis manos en mi cintura, mirándolo desafiante.

—Cállate, nunca te había visto por aquí, de seguro no sabes quién soy ¿No? —preguntó sonriendo arrogante, cosa que me hiso recordar a Sasuke…

Sasuke-kun

—Ahora por tu culpa me siento triste —dije sin pensarlo, me había hecho recordar a Sasuke, ¿Qué estará haciendo? ¿Tamotsu lo estará vigilando? ¿O estará discutiendo con Taisho?

— ¿Qué? —preguntó confundido.

—Como sea, me debes una disculpa —dije retomando el tema.

— ¿Ah?

— ¿Es que eres tonto, sordo o imbécil? Te estoy diciendo que… —me tomó del brazo y me acercó hacia a él mientras apretaba fuerte con su mano.

—Nadie me habla así niñita —dijo muy enojado.

—Pero yo si puedo, ahora suéltame —dije forcejeando—Te digo que me sueltes —continué forcejeando, entonces le pisé el pie con todas mis fuerzas, él se quejó— ¡Ah, pervertido, pervertido! —repetía a gritos una y otra vez, algunos alumnos se detuvieron a mirar, el chico me soltó empujándome.

— ¡Deja de decir estupideces! —dijo furioso.

— ¡Es la verdad, bruto animal, abusa de las mujeres indefensas! —dije apuntándolo, de repente lo tomaron dos hombres y lo tiraron al suelo con las manos en la espalda mientras dejaban una rodilla sobre él— ¿312 y 309? ¿Qué hacen aquí? —pregunté sorprendida.

—Discúlpenos, pero cuando íbamos llegando al Palacio descubrimos que no le habíamos entregado el pase. Aquí tiene —dijo Tamotsu, quién luego miró al chico en el suelo como un criminal—Ah, es Sasori el hijo de Chiyo de la Compañía de Juguetería más grande el mundo —dijo al verlo—Suéltenlo, no queremos tener problemas —dijo y los 300 lo soltaron.

— ¿Tan…importante? Y yo que comencé a discutir con él —dije preocupada.

—No se preocupe, nadie puede hacerle daño ni hacerla sentir inferior —dijo 312, ya comenzaba a diferenciarlos, 312 tenía la voz un poquitito más chillona que 309—que con suerte hablaba—.

— ¿Qué están locos? ¡Esa niña fue quién comenzó a molestar! —dijo Sasori apuntándome.

— ¡Mentira, tú ibas a pasar sobre mí y a arrancarme el brazo! —dije, entonces en un segundo 309—que por cierto era algo más alto que 312—apuntó a la garganta de Sasori con una pistola.

— ¿A caso quieres morir? —preguntó con una cara de asesino que el terror llegó a recorrer mi espalda.

— ¡Santo cielo! —dijo el inspector que miraba mi pase que le había entregado Tamotsu, levantó sus ojos hacia mí con asombro, ya creía lo que acababa de leer. Literalmente se tiró al suelo haciendo reverencias una y otra vez mientras pedía mil disculpas por todo lo que acababa de suceder. 309 y 312 se pusieron atrás de mí, el inspector tomó de la nuca a Sasori y lo obligó a inclinarse—Lo sentimos mucho su Alteza, no volverá a suceder, por favor perdónenos —dijo.

¿Qué tal si…?

— ¿Perdonarlos? Es decir, aquí hay alumnos tan salvajes como los cavernícolas dispuestos a levantarle la mano incluso a una mujer, ¿Qué clase de hombre se atreve a golpear a una mujer? ¿Qué tan bajo puede caer para llegar a tal extremo? Y encima no reconocer sus errores, que es lo peor. Esto simplemente es imperdonable —dije cruzándome de brazos mientras interiormente me moría a carcajadas. Veía caer el sudor por la cien del inspector, y la cara de confusión de Sasori— ¿Aun no sabes quién soy? —pregunté viéndolo con ojos superiores, así como lo hacía Sasuke-kun. Sasori tragó.

— ¿Princesa?

— ¿Qué clase de pregunta es esa? —preguntó 312—Obviamente es la Princesa Haruno Sakura de Konoha —dijo, aun que me habría gustado que se lo guardara.

— ¿Qué está pasando aquí? ¿Por qué hay tanto alboroto? —preguntó una mujer rubia que salía de inspectoría— ¿Sakura? —preguntó al verme.

— ¡Tsunade-sama! —dije corriendo a abrazarla— ¿Sigues siendo la Directora? ¡Eso es genial! —dije viéndola tan asombrada que no podía ni hablar.

— ¿Ya lo sabes? —preguntó en un murmullo, le miré algo dudosa, pero comprendí lo que quiso decir.

—Sí, ahora soy la princesa que viene a la Academia Imperial —dije sonriendo— ¿Tú… lo sabías desde un principio? —pregunté, ella asintió— ¿Y nunca me lo dijiste? —pregunté molesta.

—Tu madre me dijo que no te lo contara, pero no creo que este sea el mejor momento para arreglar las cosas personales ¿No? Las clases ya comenzaron, y debo seguir las reglas. —dijo sonriendo.

—Princesa…

—Que me digas Sakura. —repetí.

—Sakura-sama —dijo sonriendo Tamotsu— ¿Aun quiere que nos vayamos? —preguntó sonriendo, entonces recordé dónde había visto esa clase de sonrisa… Sai.

—Si, recuerda cuidar bien de… de…. Tú sabes —dije, no podía decir "cuida de Sasuke", estaban los guardaespaldas y de seguro sentirían curiosidad de saber quién era ese tal Sasuke.

— ¡¿Qué miran? —preguntó Tsunade-sama a los otros ojos que nos miraban, siempre tan gruñona—Tú —dijo apuntando a Sasori—Ven a mi oficina —dijo… pobre de él.

—Bye-bye —dije a Sasori mientras se iba—Te veo en el más allá —dije sonriendo a carcajadas mientras entraba a la academia, bajo la mirada molesta de Sasori. Tamotsu se fue junto con los 300.

Comencé a caminar sin rumbo, apreciando la academia, tenía un montón de salas, y varios alumnos estaban caminando hacia sus salas, me percaté de que había varios cursos de 3ºmedio. Choqué con alguien, muy alto, casi no parecía alumno—sino un gorila—me miró como si fuera a pisarme como una cucaracha.

—Ten más cuidado enana —dijo, alcé una ceja ¿Es que todos en esta Academias se creían lo mejor?

— ¿Ah, me hablas a mí? —pregunté haciéndome la loca.

—No te conviene provocarme chiquilla, así que ve a jugar con tus muñecas —bien, ahora así que se estaba buscando una buena paliza este grandulón.

— ¿No tienes nada mejor que hacer más que molestar a los más pequeños? —pregunté molesta—Ah, claro… mientras más grandes, menos cerebro —dije riendo. Sin dudarlo dos veces, me tomó por la ropa y me levantó del piso poniéndome contra un pilar a mi espalda.

Hoy me eh metido en puros líos por no poder cerrar mi boca, pensé.

—Repítelo mocosa —dijo cerca de mi rostro.

— ¡Pero qué aliento más asqueroso! —dije tapándome la nariz—De seguro tienes halitosis —dije intentando alejarme de él, vi de reojo que preparaba un puño, golpeé entremedio de sus piernas justo cuando iba a plantarme el puñetazo en la cara, me dejó caer casi de forma inconsciente y su feroz puño quedó ensartado en el pilar.

Vi que contenía las ganas de gritar y llorar, me miró sosteniendo su mano herida con la otra… quizás se había roto los dedos.

—Eso te pasa por meterte con gente más pequeña que tú —dije mientras me iba, él y sus amigos quedaron ahí mismo donde estaban, diciendo algunas cosas de mí a las que les resté importancia.

Creo que me eh puesto más habladora y algo molesta, pensé mientras caminaba.

Me dirigí a la formación de los cursos que estaban haciendo en el patio, en los parlantes oía a Shizune-san que hablaba, en el piso tenía escrito los cursos que representaba cada fila, encontré divisé a Hinata y a Naruto entre la gente, y me puse a la fila del menor a mayor—fui a la última—. Era el primer día de clases para la Academia Imperial después de ser inaugurada.

—Esperamos que este año sea bueno y que los alumnos antiguos sean amables con los nuevos —finalizó Shizune-san, que estaba parada en el balcón de la Directora en el segundo piso con el micrófono en la mano. Se acercó Kakashi-sensei y le entregó un papel, ella lo leyó un momento y pareció sorprenderse—Antes de ir a sus salas, debo darles una noticia que de seguro los va a sorprender a todos. No acostumbramos a recibir a la Realeza dentro de nuestro Insti, digo, Academia —corrigió algo nerviosa—Pero este año nos acompañará la Princesa de Konoha, quién solicitó venir aquí específicamente, su nombre es Haruno Sakura; ¿Está aquí, podría pasar adelante por favor? —eso sí que no me lo esperaba, ¿No podía seguir todo normalmente y comenzar las clases ya?

Solté el aire de golpe, molesta…

Molestia, resonó en mi mente la voz de Sasuke, cuánto lo extrañaba…

Caminé entre la gente y de paso saludé con la mano a Hinata y a Naruto—que por cierto estaban tan sorprendidos que incluso estaban boquiabiertos—y llegué adelante, Kakashi-sensei me guió para que subiera las escaleras—ya que ahora el colegio había cambiado tanto que no sabía ni dónde estaba parada—y me paré al lado de Shizune-san, que aun estaba sorprendida pero sonreía.

—Princesa, ¿Por qué decidiste quedarte, digo, venir aquí? —preguntó, aun algo nerviosa por estarce equivocando.

— ¿Eh? Porque aquí tengo a mis amigos, claro —dije con aire despreocupado, varios me miraban confundidos—Bueno, verán, mi historia es muy larga pero en resumen: yo estudiaba aquí, en el Instituto Nacional cuando aun existía, era una estudiante normal como todos ustedes, y de un día a otro descubrí que era de la realeza, la princesa de Konoha, unos hombres me fueron a buscar y me llevaron al Palacio Real de Los Haruno. Entonces… no quería cambiar mucho y decidí venir —dije, todos me miraban como si fuera una loca hablando.

— ¡Sakura-chan, no lo puedo creer, yo pensé que ya lo sabías! —gritó desde abajo, ¿Qué ya lo sabía?

— ¿Qué? —pregunté confundida, Shizune-san me tomó el hombro dando finalizada mi presentación, bajé las escaleras y me reencontré con mis amigos— ¡Naruto, Hinata y Sai! Siento como si hubieran pasado décadas desde que no los veía —dije abrazando a Hinata.

—Te echamos de menos, llamamos a tu casa pero no respondías y tu celular tampoco, fuimos a verte pero nadie abrió —dijo Hinata.

— ¿Uh, mi celular no recibe? Qué raro, lo eh tenido prendido todo este tiempo —dije.

—Sakura-chan, de verdad que pensaba que ya sabías sobre tu realeza —dijo Naruto.

—No te entiendo, ¿Tú lo sabías? —pregunté arqueando una ceja.

—Claro, recuerda que eh pasado mis años con el teme, todo lo que él sabe, lo sé yo —dijo, riendo abiertamente mientras dejaba sus manos en la nuca.

— ¿Qué pasó con Sasuke-kun? —preguntó Hinata.

—Ah, lo dejé en el Palacio, se cayó de la escalera y quedó inconsciente así que lo tengo haciendo cama —expliqué y Naruto estalló en carcajadas.

— ¡Un… un gato que no puede…caer de pie! —decía entre risotadas.

—Fue mi culpa, estaba practicando con los tacones y me caí, pero me alcanzó a atrapar antes de caer.

—Eso es lo que tienen que hacer todos los Guardianes —comentó Sai.

—Sí, lo sé pero… —me quedé helada, ¿Qué acababa de decir? — ¿Sai? —pregunté y él sonrió asintiendo— ¿Cómo, digo, en qué momento? ¿Cómo lo sabes? No me digas que…

—Soy un Mamoru —explicó, ¿Mamoru… un protegido?

— ¿Y quién es tu…?

—Yo —dijo alguien, me volteé y encontré a la rubia que era nueva, quién con Karin intentaban conquistar a Sai desde un principio—Yamanaka Ino, un gusto verte de nuevo Sakura, ¿Te molesta si te digo "frentona"? Es que de verdad que tienes la frente ancha —dijo viendo mi frente con concentración, mientras sentía mis venas hervir.

— ¿Disculpa? ¿Te puedo decir "cerda" entonces? —pregunté molesta, ella rió forzosamente.

— ¿Creí oírte decir "cerda" frentona? —preguntó aun con esa sonrisa que a leguas se veía que era falsa.

—Sí cerdita, es lo que acabo de decir —dije, entonces ella rió de verdad y pasó su brazo sobre mis hombros.

—Me caes bien frentona, lo digo en serio, creía que serías algo amargada como Akane… no, definitivamente eso sería terrible para el pobre Sasuke-kun, tener que soportar a una igual —dijo como si estuviera hablando de un ser maligno.

— ¿Quién es Akane? —pregunté, Ino me miró y luego sonrió.

—Parece que tenemos muchas cosas que contarte de tus antepasados Haruno actual —dijo riendo con algo de malicia.

— ¿Qué hacen aquí? Las clases ya comenzaron —dijo Kakashi-sensei, leyendo exactamente el mismo libro de toda la vida.

— ¿Eh, Sakura-chan es la princesa, no? Entonces no puedes obligarla a nada Kakashi —dijo Naruto con mucha familiaridad.

—Naruto, respeta a tus mayores —susurró Hinata.

— ¿Por qué? Tenemos la misma edad, sólo que él está más viejo porque Tsunadeobaa-chan no quiere tener hijos ni morir —dijo y un puñetazo lo sacó lejos del lugar.

— ¡Uzumaki, que no me llames vieja! —dijo la Directora transformada en demonio, mi tía no biológica.

Me quedé analizando el ambiente por un momento, todos éramos Mamoru con sus respectivos Guardianes, y verlos así, hablando de ayer—cuatro siglos atrás—y cosas así, de mis antepasados. Era un ambiente amistoso, me sentía feliz ahí, todos compartíamos este secreto que nadie más puede saber. Me di cuenta de que no todas las relaciones entre Mamoru y Guardián son iguales: Tsunade usa a Kakashi más como una herramienta pero él no se ve afectado por ello. Naruto y Hinata así como… yo y Sasuke-kun, somos pareja—parejas muy diferentes—. Ino y Sai parecen ser amigos.

—Oigan, ¿Había reunión y nadie me dijo? —preguntó Temari algo molesta.

—Qué problemático, no quiero reuniones —se quejó.

—Hinata, no me dijiste —dijo Neji con voz fría.

— ¡No se te ocurra hablarle así a mi Hinata! —dijo Naruto levantándose de la tumba, mientras se ponía entre Hinata y Neji, mostrándole el puño al primo de su novia.

— ¿Quieres discutir? —preguntó Neji con arrogancia.

—Naruto, ni se te ocurra molestar a mi protegido —dijo sacando unas orejas redondas ¿Oso?

—Yo te ayudo a patearle el trasero Tenten —dijo Temari, mientras que de sus manos sacaba unas feroces garras arqueadas, como las de ¿Un pájaro?

— ¡Hey! ¿Hay que golpear a Naruto? Yo también me uno —dijo Kiba mientras que salía una cola y orejas de alguna clase de ¿Perro de trineo?

—Nosotros también unámonos —decía Chouji a una chica nueva, Reika.

—Nosotros no tenemos ventaja aquí —explicó cruzándose de brazos.

— ¡Wow, sí, vamos Riku, aquí hay pelea! —decía Lee, mientras la recién nombrada reía con malicia sacando la lengua de ¿Serpiente?

—Ayudaré también —dijo Shino junto a una chica, extendió sus brazos y salieron abejas.

~ Continuará ~


En el próximo capítulo: ¡¿Familiares?

- Tabla Mamoru-Guardián.

- ¡¿Kakashi...casado'?

- ¿Itachi...? ¡¿Uchiha?