Conquistando a una Lesbiana


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Capitulo VII.

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El celular no paraba de sonar, la primera vez que revise el identificador me encontré con el nombre de Mikoto, de seguro ya se había enterado que había salido de la ciudad.

No era necesario saber que cuando regresara habría consecuencias. Podría ser que toda una catástrofe en el imperio Uchiha suscitara por mi arranque emocional.

Un segundo… ¿Qué estoy haciendo?

- ¿Sasuke estas seguro de lo que estas apunto de hacer? – Una cosa es segura, no me iba a echar atrás.

Estacione mi auto cerca de la facultad, había demasiado trafico. Ahora la cosa era por donde iba a comenzar a buscar a esa cosa. Esto es gigantesco como podría decir esto… ¿¡Como es que no pensé en esto antes!?

Con el dedo iba dándole vueltas a las llaves, una mano en mi bolsillo y mirando a todas partes. Debía de parecer normal, relajado así pensaría mejor. Tal vez debería de comenzar a preguntarle a la gente, pero seria extraño, dudo que alguien la conozca, ella es ese tipo de persona que mejor le sacas la vuelta. No viste bien, es fea, no tiene buen cuerpo ni tampoco una gran personalidad, así que dudo que alguien la conozca, agregando que ha faltado sabe cuanto tiempo a la escuela.

- Maldición. – Masculle bajo cuando mis llaves cayeron en un arbusto.

Lo que me faltaba, tener que agacharme por estas estúpidas llaves.

Me hinque y las tome, al momento de alzar mi cabeza vi un caminado bastante peculiar.

- ¡Hey! – Grite, pero no volteaba así que tuve que apresurar el paso, ella comenzó a saludar a unas personas en unas mesas, raro.

Cuando por fin le alcance tome su brazo, era más delgado.

- ¿Pasa algo? – Dijo la chica, error.

- Oh. – Me apure a soltarla. – Perdona pensé que eras otra persona. – Asintió comprensiva.

La chica traía un gorro sobre su cabeza ocultándole el cabello.

- Dime su nombre tal vez podría ayudarte. – Se acomodó su maletín negro sobre el hombro. – Conozco a la mayoría de los estudiantes aquí, no es por alardear ni nada. – Sonrió nuevamente mostrando su blanca y perfecta dentadura. – Así que déjame ayudarte.

No puedes perder nada Sasuke.

- Bien. – Dije suspirando. – Es una chica como de tu estatura con un cabello muy llamativo. – Rio y me alentó hablar mas moviendo su mano. – Su cabello es rosa y se llama... – Su rostro resplandeciente se apagó y sus ojos azules se abrieron.

- ¿Rosa? – Trago saliva y voltio hacia todas partes. – Conozco a una pero no creo… - Se llevo su mano a la boca y mordió la manga de su bata blanca.

- ¿La conoces? – Y me miro nuevamente y "sonrió".

- ¿No tienes su celular o algo? – Asentí.

- No responde.

- Oh, que problema odio cuando pasa eso. – Comenzó a reír nerviosa, enarque las cejas. – Ah jaja… - Y se detuvo al mirarme serio.

- Dices que conoces a una persona con ese cabello… - Espere su respuesta, ella dudo.

- Espera un minuto.

Saco su móvil y llamo un número.

- ¡Ino! – Dijo la voz en la línea. – Te estoy buscando, estoy aquí en la universidad ¡por fin! – Corto la llamada.

Palideció.

- Oye tengo mucho trabajo que hacer. – Camino hacia atrás. – Perdóname por no poder ayudarte. – Guardo su celular en su bolsillo. – Espero encuentres a tu amiga. – Y se giro por completo para apresurar su paso hacia los edificios centrales de la facultad.

Si lo que había escuchado era real y no un producto de mi imaginación era seguro que ella es la persona que espero que sea.

Con tranquilidad camine a una distancia bastante moderada de la chica del gorro, iba por muy lejos pero no la había perdido de vista.

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La chica salió de la facultad y llego a uno de los edificios externos de la universidad, cruzo la calle y empujo una reja vieja para entrar a unos departamentos.

Hice lo mismo de ella, para mi desgracia la había perdido de vista ya que una estudiante me intercepto.

- ¿A dónde va? – Me pregunto con brazos cruzados. – Son cuartos exclusivamente para las estudiantes. – Mierda.

- Si lo se. – Enarco una ceja y comenzó a mover sus zapatillas contra la loseta. - Acabo de ver a mi hermana y olvido su medicamento. – Me miraba directamente a los ojos. Busque rápido en mis bolsillos y saque mi caja de pastillas para la migraña. – Le dan unos dolores horribles en periodo de exámenes.

- ¿Ah si? ¿Cómo se llama tu hermana?

- Es la chica que acaba de entrar la del gorro.

- Su nombre.

- Ino. Debo darle sus pastillas estoy apresurado. – Entrecerró los ojos pero por fin se quito del camino para el elevador.

- Es el piso numero 7 cuarto 204. – Gracias por el dato.

Me apure a poner el numero en el elevador, cerro sus puertas y se fue – para mi suerte – directamente al piso numero 7.

El elevador abrió las puertas y me encamine por el pasillo largo alfombrado. Iba observando cada uno de los números de las puertas, gire por otro pasillo buscando el número correcto.

¿Me habrá dado el número correcto la chica? Comenzaba a dudarlo.

- ¡Zorra! – Escuche gritar por el lado contrario al que iba. - ¡Muérete zorra! – Rápido fui hacia donde era la discusión.

- ¡Basta! No era planeado, solo sucedió. – Gire por el otro pasillo que había dejado pasar y ahí la encontré…

Solo la vi de espaldas pero supe que era ella, traía el vestido negro con rojo que le había obsequiado aunque lo había terminado de arruinar con unas mallas negras gruesas y abajo traía una camiseta manga larga cuello de tortuga.

- Solo te pedí que me esperaras unos meses. – Alzaba la mano y casi no le salía voz por el llanto ahogado que se le enredaba en la garganta. – Y te acuestas con el. – Pareciese que quisiera gritar. ¡Abandone todo por ti!

- Yo no te pedí que hicieras nada de eso. ¡Tu te jodiste solita la vida Sakuri… - No alcanzo ni terminar la oración para cuando le estrello la mano contra la cara a la chica del gorro.

- No sabes lo que dices ¡No lo sabes! – Desgarro en un grito.

Salió corriendo en mi dirección pero no se percato de que yo estaba ahí solo paso alado de mí rompiendo en llanto.

Mire al lado contrario y estaba "Ino" con su mano sobre la mejilla que recibió el impacto sorprendida.

- ¡Alto! – Le grite a Haruno pero no me escucho, crucé todo el pasillo hasta llegar al elevador casi cerraba pero alcance a detenerlo. – Sakura alto ya. – Dije agitado entrando y este se cerró a mi espalda.

Levanto el rostro y me observo sorprendida traía el cabello echo un desastre por debajo de esa gorra, todo el rostro rojo.

- Sasuke… - Hablo con lentitud y entre sollozos. Quise abrazarla y decirle que todo estaba bien pero se alejó de mi topándose con la pared del elevador. - ¿Por qué?

Me volví acercar a ella y le tome el rostro. Ella cerro los ojos respirando con dificultad, me acerque... me acerque un poco mas…

- Sakura… - Solté su nombre sobre sus labios quebrados labios rosados. – No te alejes de mí.

Sentí como levanto sus brazos y los puso sobre mi cabello empujando mi cabeza y estrellando sus labios contra los míos. La sentí cerca como tanto lo deseaba pero ese vacío que sentía cuando se fue no se lleno.

Sabia que me estaba besando por despecho, porque estaba dolida y quería callar sus fantasmas conmigo, calmar su dolor para olvidar debía de detenerla pero no quise hacerlo.

¿Cuándo me había vuelto tan idiota?

En vez de pararla seguí el juego, la bese con toda la ansiedad que sentía por su partida quería transmitirle con este beso todos mis sentimientos que ella pudiera palpar como la necesitaba conmigo.

El beso era salado, podía sentirlo en sus labios sus lagrimas no paraban de caer y mojar sus mejillas y por consecuente las mías pero ninguno de los dos se separaba del otro, solo podía sentir lo desesperaba que se sentía por querer detener el tiempo y fundir su boca con la mía, lo sabía por los movimientos frenéticos de sus manos sobre mi cabello.

Yo enrolle su cintura con mis brazos, quería sentirla más cerca mas cerca…

Me empujo sobre la puerta del elevador oprimiendo uno de los botones del elevador, la puerta se abrió en sabe que piso, sabia que no era el lobby por que hubiera escuchado a la chica preguntona.

Nos estrellamos con una pared pero ninguno de los dos se detenía. Busco a sus espaldas la puerta abierta de uno de los cuartos pero sin éxito.

- Espera. – Se separo no a tantos centímetros de mi rostro, saco unas llaves de su bolsillo y abrió el cuarto que tenia a sus espaldas, al parecer no era casualidad haber terminado en este piso.

Me tomo nuevamente el rostro y continuo besándome, sabía que estaba mal pero no quería detenerme, había esperado tanto este momento, tanto…

- Saku… - Callo mis labios con los suyos.

- No hables. – Hablo sobre ellos.

La alce y ella enrollo sus piernas sobre mi cintura, la sostenía sobre sus nalgas. Caímos de espalda sobre un sofá y ella bajo el cierre de mi chamarra yo le seguí el juego, estaba tan drogado por sus besos que ya no recordaba lo mal que estaba esto.

Le quite el vestido y ella comenzó a mover las caderas bajándose las mallas que estorbaban, después seguí con su camiseta negra dejándola a mi merced, solo quedaba el sostén que no falto para que me deshiciera de él.

Me separe por unos instantes de ella para observarla, tenia los ojos cerrados y podía ver como seguían saliendo lagrimas de ellas, tenia las mejillas sonrojadas y el cabello mucho mas alborotado que antes.

- No puedo. – La escena me había puesto de nuevo a la tierra. – No así.

Me levante de sobre ella y me incorpore en el sillón. Lo único de ropa que tenia sobre ella eran sus bragas rosas, su piel era blanca mucho mas blanca de lo que alguna vez me imaginaba. Ella no se movió, se quedó con los brazos doblados sobre su pecho derramando lágrimas sobre su rostro.

- Sasuke. – Pronuncio después de algún lapso de tiempo. Le eche encima su vestido para taparla.

Me levante del sillón y por fin pude ver con claridad donde nos encontrábamos.

El cuarto se encontraba sucio y había dos maletas acomodadas al pie de la cama la cual estaba bien tendida con sus tres cojines sobre ella. Camine en círculos sobre el sillón y podía escuchar los sollozos que se empeñaba en ocultar pero no tenia éxito.

Incomodo, era el estado en el que me encontraba, no debí de haberle seguido el juego, sentí como se incorporo y se comenzaba a vestir, escuchaba los roces de las telas sobre su piel.

No había muchos muebles en la habitación, era pequeña y con poca luz.

- ¿Por qué viniste? – No gire a verla, tome una foto que estaba en un buro a lado del sofá. - ¿Tanto te importo que viniste a buscarme? – No sabes cuanto.

Pero no me anime a responder ninguna de sus preguntas.

Ella comenzó a llorar nuevamente y por fin me gire. Incorporada sobre sus rodillas con la cabeza gacha ocultándola con sus delgados dedos.

- Ya para de llorar. – Levanto el rostro y me observo. – No te humilles solo por una estupidez, es una molestia. – Su rostro se impacto.

- ¡Entonces lárgate! – Se puso de pie. - ¡Nadie te tiene aquí! ¿Te estoy deteniendo acaso? – Me empujo. – Creí que entendías, lo creí. – Golpeaba mi pecho. – No me interesa si me humillo o si me vez llorar. – Bajo la voz y se recargo sobre mi cuerpo. –Ya no tengo nada… - Eso no era cierto, yo estoy aquí. – Estoy sola, todos los que me han importado se han ido. – Se resbalo hasta que cayó al suelo de rodillas. – No entiendo porque fue tan cruel, yo le amaba.

Me puse a la altura de ella y le levante el rostro con mis dedos. Su vista estaba roja y debajo de sus ojos tenia unas enormes ojeras.

- Desahógate.

- Mis ojos no querían ver… - Susurro.

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Estaba en la preparatoria cuando conocí a un hombre en la escuela, había ido a dar conferencias en el auditorio para darnos a conocer diferentes formas de invertir nuestro tiempo para el tiempo futuro.

Quede fascinada por la manera de hablar de él, un genio… Pensé cuando comenzaba a hablar de toda su vida laboral, un hombre inteligente y con grandes habilidades.

Cuando termino y todos salieron yo le espere en la puerta, quería saber mas sobre su vida.

Hablamos un buen rato y reímos. Nunca me había sentido así con nadie ni con mi mejor amigo. Ese hombre era tan natural y maduro que no quería dejar de hablar con el.

Divertido, inteligente, talentoso, brillante…

Perfecto.

Comenzamos a salir y me sentía tan especial que flotaba. Me encantaba estar a su lado y que todos me miraran a lado de él.

No se como paso que nos convertimos en pareja, en algo oficial. Todos en la escuela me saludaban y me sonreían. "Sakura esta con un hombre mayor" Hablaban por los pasillos cuando pasaba, "Si eso escuche y es guapísimo", charlaban. Era como si me idolatraran, popular

Lo único malo de toda esa felicidad eran mis padres, a ellos no les agradaba nada mi novio, decían que era muy mayor para mi y que solo me veía como un juego. Me enojaba la manera en como hablaban de él y que no confiaran en mi, "Tengo 17 soy lo suficientemente madura para saber lo que hago", pensaba.

Un año de relación cumplimos en abril, mi último año de preparatoria.

'La perfección no dura para siempre', había leído en un libro en la clase de literatura con Miss Carreño.

Mi noviazgo con él era así, era belleza al principio pero se fue degradando.

"No seas niña" Me comenzó a decir en nuestro aniversario "Madura ya" No paraba de repetírmelo y me hería. Tenia miedo de perderlo pero me asustaba dar ese paso en mi vida.

El comenzaba a enfadarse conmigo y me evitaba, yo solo quería poder estar con el como siempre pero él se negaba por mi negación sobre el asunto.

Un sábado salimos a cenar y comenzamos a reírnos como no lo habíamos hecho en semanas, me sentí feliz nuevamente, nos besamos y el me abrazaba haciéndome sentir la persona mas especial del mundo. Me murmuraba cosas bellas al oído, mi corazón estallaba de felicidad que me cegué.

Me deje llevar, me deje llevar…

Ese sábado perdí más de lo que pensé que podía ganar.

Le entregue mi pureza, mi juventud y el me humillo.

No falto tanto para que el comenzara a pedir mas de mi, mas, mas… Yo no quería, no era que no me haya gustado, me había encantado, pero estaba asustada, asustada de que mis padres descubrieran lo que había hecho.

Un día que estaba en su casa viendo películas llegaron sus amigos y comenzaron a decirle que era bonita que si de donde me había sacado y me preguntaban que si no tenia una hermana o primas. Yo me sentí nerviosa y las manos me sudaban. Con la cabeza gacha negaba a sus preguntas.

Sus amigos dejaron de acosarme y me dejaron sola en la cocina para seguir a mi novio a la sala donde había cambiado el canal al de deportes. No pude escuchar las palabras que se decían entre ellos aunque presentía algo malo. Los bellos de mi nuca se erizaban, me sentí mas asustada. Ellos solo reían, no paraban de hacerlo.

Camine hacia ellos con los vasos de soda y se los repartí a cada uno. No dejaban de mirarme. Tome del brazo a mi novio y le dije que si podía llevarme a casa el asintió y caminamos hacia la entrada.

"Sakura ¿me amas?" Yo le mire extrañada y le respondí que por supuesto que lo hacía, que lo amaba demasiado. El me beso "Entonces ¿harías cualquier cosa por mi?" Yo asentí y le devolví el beso, "Cualquier cosa" Le respondí.

Fui estúpida y ciega, demasiado ciega.

- No quiero que me hagan daño otra vez... – Se quedó en silencio.


Mis mil disculpas por haber subido otra vez el mismo capitulo. Tambien por (8 no haber actualizado desde hace mas de un año, no tengo perdon.

Pero si tengo una buena excusa. Estudio Medicina y no quiero reprobar. Lo bueno que no les subi mi tarea de leucemias.

Pero pss ahi me dicen si lo subi bien si no tiene errores, ya vienen las vacasiones, ya lo llevo adelantado y ps ya actualizare bien.

Y ps nomas.