Un Inuyasha que se hace el muerto, un Inuyasha muerto y fantasma, que Kagome esta casa con Kouga ¿Cuál será el desenlace de todo esto? Espero que este final les guste y no se decepcionen.


XX. Desde ese día.

−Deja de llorar, a tu papá no le gustaría verte triste el día de tu cumpleaños.− trataba de animar Sango.

− Pero...

− Si dejas de llorar mañana iremos a donde tú quieras.− ofreció su abuelo.

− Recuerda que eres un Taisho y nosotros no lloramos ¿verdad papá?− agregó Tora, Sesshoumaru se levanto y lo cargo.

− Tío Sesso...− el pequeño abrazo a su tío y lloro en silencio en su hombro.− Quelo a mi papá.− pidió de nuevo entre hipo e hipo por tanto llorar.

− Cachorro deja de llorar ya estoy aquí.− le "regaño" y el pequeño dejo de llorar de inmediato.

− ¡Papá!− se limpio las lagrimas y su tío lo llevo a su padre.

− La próxima vez que llore por tú culpa será mejor que te cuides.− le amenazo en broma y no.

− Lo sé.− tomo a su cachorro y lo alzo sobre sus hombros.

Sesshoumaru aunque no lo quisiera admitir tenía un gran cariño por ese niño y haría lo que fuera por él, claro que igual por su hija, pero desde antes de nacer ese pequeño había pasado por tantas cosas que no soportaba la idea de verlo sufrir, además la sangre llama a la sangre ¿verdad?

− Me tarde porque fui por tu regalo ¿Cómo te has portado con mamá? ¿Les cuido bien Kouga?

− Mien, yo le aude a guidal.

− Hola pequeñas.− se acerca a su esposa que los observaba, la tomo de la cintura y la beso sin importarle de los espectadores que tenía, ¡Por Kami llevaba dos semanas sin su familia!

− No beses.− Hikaru le jalo el cabello a su padre y él dejo de besarla, cuando lo vieron tenía sus bracitos cruzados y sus cachetes inflados.

− ¿Por qué no?− lo bajo de sus hombros y espero la respuesta de su hijo.

− Es mía.− aun en los brazos de su padre se estiro para abrazar a su madre.

− ¿Pero qué?− pregunto sorprendido.

− Déjalo, es igual de celoso que tú.

− ¡Feh!− no dijo más ya que los presentes se estaban riendo de él y bajo a su hijo.

− Mila papi.− una vez en el suelo, tomo de la mano a su padre y lo llevo a mostrarle sus regalos.− Tío Koda me dio un pelito, tía Sango lopa como tuya.− Sango le había confeccionado un haori rojo, porque una vez había visto a su padre entrenar con algo así y él quería uno.− Belito un calo y belita cuos medadela.

− Cubos de Madera.− le corrijo su madre.

− ¿Sabes que traje yo?− su hijo esperaba impaciente.

− No ¿Qué, qué, qué?− preguntaba emocionado e hiperactivo.

− Cierra los ojos...− Hikaru cubrió sus ojitos con sus manos y esperaba inquieto.− Ábrelos.− dijo por fin Inuyasha.

− ¡Una lota! Vamo jugal papá.

− Mañana ya es noche.− trato de hacerle entrar en razón, ya era muy noche y se debía ir a dormir.

− Hoy... papá hoy...− insistía con ojitos suplicantes e Inuyasha se arrepintió de dársela.

− Mañana muy temprano.− intervino su abuela.− Y también jugarán tu abuelo y tíos.− agregó para hacer la oferta más tentadora.

− ¿Si belita?

− Por supuesto, si no se levantan temprano nosotras te ayudamos.− fue ahora Rin quien hablo.

El abuelo y los tíos estaban más que sorprendidos ¿Ellos en qué momento habían terminado en la negociación?

− Ta bien, peo manana ¡muy! tenpano.

Lo bueno de su casa es que tenían mucho espacio y los invitados se habían podido a quedar a dormir allí. Hikaru ya estaba profundamente dormido junto a su prima en su recamara e Inuyasha y Kagome por su parte ya estaban acostados, esperando dormirse hasta que el chico la abrazó más fuerte y acaricio su abultado vientre de cinco meses.

− Te amo, los extrañe mucho.− esas dos semanas fueron un tormento, se vio obligado a ir a las tierras del Este nuevamente porque ya iban a destruir todas las cosas que había en el palacio de justicia. Estar nuevamente en ese sitio le trajo muy malos recuerdos, jamás imagino que tuviera que regresar, pero debía estar seguro que todo lo de ese lugar desapareciera para siempre, lo que más le había perturbado fue encontrar en una de las celdas las sandalias que su esposa llevaba ese día.

El día que vio que la última piedra de ese lugar era quitada sintió un gran alivio y más al enterarse que Naraku había muerto de pulmonía unos días antes de terminar la demolición, nunca jamás ese sujeto se volvería acercar a su familia. Antes de regresar paso por donde estaba la cabaña donde había vivido con Kagome y Kaede, de esa cabaña solo quedaban escombros y una pequeña lapida, era la tumba de Kaede la anciana había sucumbido ante la extraña enfermedad que ataco esas tierras hacia dos años, Kagome había quedado devastada ya que esa mujer había sido una segunda madre para ella y cumpliendo su última voluntad de la anciana mujer habían dado sepultura donde una vez estuvo su campo de hiervas medicinales. Dejo una flor sobre la lapida y emprendo el camino de regreso a su hogar.

− Nosotros igual ¿Te volverás a ir?

− No, ya no.− beso la frente de su esposa para sellar su promesa. Ella no sabía que había regresado a ese lugar, le había mentido y dicho que debía hacer una diligencia al Sur, ni loco le decía que en verdad iría al Este, si lo hacía se pondría agitada y alterada, lo que menos quería era mantenerla preocupada por dos semanas y más en su condición, ya suficientes sustos tuvieron con Hikaru.

− Me alegro, dame tu mano.

− ¿Para qué?− dejo que ella tomara su mano y la llevara hacia su vientre, su niña se estaba moviendo, su corazón se aceleraba y se llenaba de gozo.− Se está moviendo, me recuerda a Hikaru.− su hijo había tardado más tiempo en dar señales de vida, cosa que los mantuvo preocupados, temían que lo que su madre había pasado hubiese afecto al bebé, pero por el sexto mes se había hecho notar, y al final nació muy bien, fuerte, sano y muy hiperactivo.

− Solo espero que no patee tanto y tan fuerte como él.− y es que después de no haberse movido por meses, cuando al fin lo hizo no dejaba que su madre durmiera, a toda hora se mantenía inquieto y no decir cuando la besaba o intentaba hacerle el amor, era cuando más se agitaba. Desde ese entonces no le gustaba la idea de que acaparara a su mamá.

− Yo espero que me deje estar contigo.− le recordó.

− Podrías averiguarlo.− sujeto a su esposo por el cuello y lo besó, de inmediato el se acomodo y desato la yukata de dormir de ella.

− No es mala idea.

Lo siguiente que se escucho fueron los gemidos de los dos inundando toda la habitación. Un grito de puro y celestial placer salió de boca de Kagome al sentir a Inuyasha nuevamente en su interior, ya decía ella que extrañaba esa sensación. Inuyasha trataba de contener sus gemidos, era consciente que él tenía un tono mayor que ella y sus gemidos se escucharían por toda la casa, por ello se limito a gruñir y más porque sabía que a ella le encantaban. Entrar y salir de ella era la cosa más divina que sintiera, saber que estaba embarazada solo lo provocaba más, pero debía ser cuidadoso no quería lastimar a su pequeñita, y eso se le complicaba porque por más que quisiera ir despacio parecía que su esposa tenía otros planes, ella movía sus caderas incitándolo a ir más rápido, al final lo que hizo flaquear su fuerza de voluntad fue el sentir como si las paredes de ella le succionaran de nuevo al él salir de su interior, y en unos cuantos embistes más se había liberado en el interior de ella.

Se incorporo para verla y la vio respirar agitadamente, tal vez se había pasado un poco, pero por Kami que ella no le puso las cosas fáciles.

− ¿Estás bien?

− Muy bien, solo cansada, no dejas de sorprenderme.− ambos se sonrojaron por el comentario de ella, la chica se acurruco en el pecho de él y poco a poco cerro sus ojos.

− Duérmete princesa.− los arropo mejor y también se dispuso a dormir con su esposa entre sus brazos, ya extrañaba dormir así, y no solo en una cama individual.

Kagome le abrazo aun más, y él le correspondió, les gustaba despertar uno al lado del otro ya que cuando no lo hacían se levantaban agitados al pensar que lo que había pasado ese día y los recuerdos recientes que tenían, habían sido un hermoso y engañoso sueño.

Logró ver como su Kagome caía al suelo y era sostenida en brazos por Kouga, ella no debía verlo morir y esas emociones pudieron hacerle daño a su bebé. Ya sentía las llamas quemarle la piel cuando escucho el galopar de muchos caballos y sobre el alboroto la voz de su padre ordenando que apagasen el fuego y tomaran a Naraku.

Hermano ¿Cómo estás?− pregunto Sesshoumaru una vez que le hubieron liberado.

Inuyasha, hijo.− llamo su padre.

Estoy bien, ¿Kagome?− se sentía morir, pero quería saber su esposa no le importaba en esos momentos él, lo que quería ahora era verla a ella para tranquilizarla.

No te preocupes, ella está bien.− contesto Sesshoumaru.

Explícate esto Naraku.− ordeno con furia el General.

Tu hijo ah confesado ser sirviente de los demonios y debe pagar, todos escucharon su confesión.− contesto Naraku con mucha seguridad, ya nadie en el pueblo les creería.

Es verdad.− grito gran parte de la multitud.

Hermano Bankotsu, Naraku nos engaño, el General no mato a nuestro padre, fue él.− la voz de otra persona penetró desde la multitud.

¿Qué dices Jakotsu?− era uno de los hermanos de Bankotsu, era en quien más confianza tenía, su mano derecha.

No lo escuches, se ha dejado influenciar por ellos ¿Acaso no vez como es?− trató de manipularle Naraku al ver que sus planes corrían peligro.

Hermano Bankotsu.− le llamó suplicante, tenía que hacer que su hermano entrará en razón.− Él no creyó en sus cuentos y por eso salió mal librado, nunca te engañaría hermano, nunca te eh mentido en nada.− era verdad incluso en cuanto se dio cuenta de sus gustos extraños, fue su hermano Bankotsu el primero que lo supo.

¡Naraku! ¿Solo nos has estado manipulando?.− gritó enojado, Jakotsu jamás le mentiría.

¡Mentira! Ellos están poseídos.

¡Cállate cobarde! Jakotsu ¿Quien te dijo como murió nuestro padre?− quería saber más sobre aquello, se suponía que ningún testigo había sobrevivido.

Uno de los guardias apareció, él me lo dijo. El General no pudo haber sido porque en ese entonces estaba en el sur y Naraku dijo que fue el General en persona quien lo mato.

Lo que iba hacer era algo muy difícil, pero debía ser valiente y asumir las consecuencias de sus actos, si quería salvar la poca reputación de su padre y su pueblo tenía que hacer lo correcto.

Inuyasha confeso eso para salvar la vida de la chica, al principio quería que ella muriera pero después acepto el intercambio de vidas.− explico de manera muy breve Bankotsu y Naraku los miraba con horror, estuvo tan cerca de lograr su cometido.

¡Traidores! Se han dejado dominar por...

¡Cállate Naraku!− la voz del General resonó por todo el pueblo, estaba furioso y ¿Cómo no? su hijo y nuera estuvieron a punto de morir.− Encarcélenlo.− le mostraría a ese sujeto porque nadie se metía con su familia.

Si General.− respondieron de inmediato los guerreros que lo tenía sometido.

Inuyasha.− llamó a su hijo menor, estaba muy preocupado por él, debían llevaron de inmediato a que le atendiesen esas heridas.

¿Por qué tardaron tanto?

Un pequeño contratiempo.− contesto Sesshoumaru.

Quiero ver a Kagome.− pidió, tenía que decirle que estaba bien, que todo ya había terminado.

Tranquilo, primero debes recuperarte. No quieres preocuparla más viendo tu estado.− su padre tenía razón, lo mejor era cambiarse y lo primero que haría era ir a verla. Su padre lo cargo es su espalda y lo llevo donde el médico.

Ya habían pasado una semana desde que se mantenía en recuperación, le habían dicho que duro tres días sin despertar y su condición su muy delicada. Pero ahora ya se sentía mejor y quería ver a su esposa e hijo, más cuando Miroku le dijo que su Kagome y su hijo estuvieron a punto de morir y que ahora estaba en reposo obligatorio, sabía que su madre cuidaba de ella, pero él quería verla, quería ver con sus propios ojos, que se encontraba fuera de peligro.

Jovencito usted acuéstese.− le regaño Myoga al verle levantarse de la cama.

¿Dónde está?

Durmiendo, usted recuéstese de nuevo...

Quiero estar con ella.− él ya podía ponerse de pie y si ella no podía ir a él, él iría a ella.

Que terco eres, tu acuéstate.− fue ahora su padre quien le reprendió.− Ella ya sabe que estas bien, esta guardando reposo, mi nieto y ella lo necesitan. Si vas en este estado la preocuparas y no quieres eso ¿verdad?− claro que no lo quería pero él quería verlos.− Te sientes mejor por los medicamentos, pero ve mejor tus heridas apenas están cerrando y otras apenas están desinfectándose ¿Cómo crees que se pondrá al verte así?− Inuyasha bajo la mirada como perrito regañado, su padre tenía razón.

Dos semanas después ya se había repuesto lo bastante como para estar con su esposa y no preocuparla de más, ahora era ella quien le curaba pues así lo había querido la chica, él se había negado porque si todavía tenía heridas que no habían sanado por completo solo se preocuparía y no quería eso.

¿Te duele?− pregunto al aplicarle un ungüento en su espalda.

No, sigue.− le pidió mientras estaba boca abajo en el colchón, se sentía tan bien sentir las manos de ella en su cuerpo.

La mayoría todavía no cicatriza por completo.− la voz quebrada de ella le dio a saber que estaba llorando, por eso no quería que ella le curase.

Ya lo harán como lo han hecho las demás no tienes por qué preocuparte ¿Ustedes cómo están?− se giro un poco solo para poder abrazar a la chica a la altura de su vientre y besarlo, cosa que hizo que ella se sonrojara.

Bien, pensé que te había perdido.− las lagrimas de ella salieron de nuevo de sus ojos chocolate.

No llores.− se hinco frente a ella y acaricio su rostro.− Ya todo está bien. No regresaremos a ese lugar, ahora estas tierras son nuestro hogar.

Te amo.− dijo en un sollozo.

Y yo a ti.− no lo resistió más y beso a su esposa para después acomodarla debajo suyo en la cama.

Tus heridas.− le recordó.

Están bien, anda te necesito...

Inu, tengo que terminar de curarte.− no sabía si estaba bien que hicieran eso en la condición del chico, pero él era tan persuasivo.

Luego, ahora necesito sentirte muy junto a mí.− y después de un nuevo beso cargado de más pasión ella no se resistió, dejando que él se deshiciera rápidamente de la yukata que llevaba.

Dormían tan tranquilamente cuando la vocecita de una pequeña criatura lo despertó del magnífico sueño que tenía.

− ¡Papá!− se escucho el grito con mucha energía.

− Hikaru ¿Qué pasa?− le pregunto aun somnoliento y con los ojos cerrados.

− Lo pometiste.

− Más tarde, es muy temprano.− le dijo al ver que apenas el sol estaba saliendo.

− ¡Papá!− grito ahora enojado.− Voy pol la bela.− amenazo y jaló la sabana que cubría a sus padres.

− Está bien.− sostuvo mejor la sabana, lo que menos quería era que su hijo los viera en ese estado y mucho menos su madre.− Ya voy, deja me cambio.

− Si no vienes en poito vengo pol ti.− le advirtió antes de salir de la habitación, ahora debía ir por sus tíos y abuelo.

− Pequeña voy a estar con Hikaru.− le susurro a su esposa que aun dormía.

− Sí, diviértanse.− fue lo único que contesto antes de quedarse dormida de nuevo.

...

Había pasado poco más de un año, la vida si que era tranquila ahora, y por esas fechas las tierras de Oeste se preparaban el Hanami. En su casa Kagome estaba en el jardín tendiendo la ropa acompañada de sus pequeños, mientras su esposo estaba adentro guardando las cosas de invierno. Hikaru no se separaba de su hermanita, como en esos momentos que cuidaba de ella mientras sus padres estaban ocupados, la pequeña Yukiko o Yu como él le decía, había nacido una noche de invierno cuando una ventisca muy fuerte había azotado, por ello él le había llamado Yukiko ("niña de la nieve") y ese nombre se le había quedado.

− ¡No Yu! Eso no se come.− regaño el pequeño a su hermanita que estaba en una cunita. Kagome movió la ropa que le tapaba la vista hacia a sus hijos.

− ¿Qué pasa?

− Yu esta mordiendo la sonaja, se va a lastimar.

− No se va a lastimar, deja que lo haga.− se arrodillo frente a ellos.− La muerde porque tiene comezón.

− ¿Por qué?

− Le están saliendo sus dientes, mira.− le mostro un pequeño puntito blanco y él le miro sorprendido.

Una vez que Kagome termino con la ropa, pasaba del medio día y debían comer, le llamo a su hijo y no respondió.

− Hikaru vamos adentro.− fue hasta ellos y los vio dormidos ya se le había hecho extraño no escucharlos.− Colmillo.− le llamo a su fiel mascota.− Ve por Inuyasha.− de inmediato el can le obedeció.

Poco después se escucho a su esposo pelear con el perro, era muy divertido verlos, Colmillo lo venia jalando de la ropa.

− ¡Suéltame ya entendí a donde quieres que vaya!

− ¡Shh! Están durmiendo, le dije que te trajera para que me ayudaras a cargarlos.

− Cuando duermen se ven tan tranquilos.− comento al verlos dormir, cuando estaban despiertos eran como un tifón.− Lo bueno es que duermen mucho.− se sentó junto a ella y sus hijos.− Porque así puedo tenerte solo para mí.− abrazo a su esposa y cayeron al pasto.

− Esa idea me gusta mucho, pero antes vamos a acostarlos.− Inuyasha estuvo de acuerdo con ella y los cargo para llevarlos a su recamara.

...

A la siguiente semana estaban bajo su árbol de sakura celebrando el hanami, Hikaru estaba jugando con colmillo con una pelota y Yu se mantenía dormida junto a ellos.

− ¿Qué pasa?− se extraño al sentir a Inuyasha abrazarla de pronto y enterrar su cabeza en el cuello de ella, no es que no hiciera a menudo, pero esto se sentía diferente.

− Gracias, gracias por darme esta familia.− llevaba rato observándolos y no pudo contenerse, la abrazo, antes de su partida al Este y de conocerla, no quería saber nada de formar una familia propia, pero ahora se daba cuenta que no lo quería porque no había conocido a la persona indicada con quien hacerlo, esto era lo más hermoso que le pudo suceder, el tener a unos pequeños que eran parte suya y parte de ella, y tener a esas tres personas que dependían de él le hacía sentir de una manera que le era difícil de explicar.

− Yo soy la que te debo agradecer, tú me liberaste, me has dado tanta felicidad, me protegiste cuando más lo necesite.

− Y lo volvería hacer.− ese día cuando pensó que moriría, tenía miedo pero le reconfortaba saber que su sacrificio serviría para salvar a su familia, si su destino hubiera sido morir ese día lo abría aceptado, pero el destino le tenía preparado otra cosa.− Pero ya no hay que pensar en eso.− sabía que si seguían por ese rumbo pronto ella comenzaría a llorar y preocuparía a su pequeño que le era muy apegado.− Vamos a disfrutar de la hermosa tarde que tenemos.− ella afirmó y se besaron, pero no duro mucho pues fueron interrumpidos.

− ¡Papá!

− Ven cachorro celoso.− se levanto y persiguió a su hijo alrededor del árbol.

− ¡Mía!− grito al llegar con su madre y abrazarla.

− Te gano otra vez.

− Eso cree, solo lo dejo porque es mi cachorro y quiere mucho a su madre.

Escucha como su hija se movía dentro de la sabana que la tenía envuelta, la levanto y acuno en sus brazos, la pequeña al ver a su padre le balbuceaba y él le hacía trompetillas, provocando risas por parte de su hija.

− Tengo hambre.

− ¿Quieres bolitas de arroz?− Kagome saco la comida que tenían preparada para ese día y le sirvió a su hijo.

− ¡Con bolitas de pulpo!− de inmediato Hikaru comenzó a comer, tenía un enorme apetito como el de su padre.− ¿Cuando son los fuegos artificiales?

− Cuando oscurezca.

− Falta mucho.− otra cosa en que era como Inuyasha, tenían poca paciencia.

− Entonces duerme y se te pasa rápido.− contesto su padre.

− Papá ¿Tú me quieres?

− Pero que pregunta tan tonta, claro que si ¿por qué lo preguntas?− esa pregunta los había sorprendió a ambos e Inuyasha no pudo evitar sentirse mal, su hijo pensaba que no le quería, él le era especial, ambos hijos lo eran pero de diferente forma, Hikaru había sido su luz después de la oscuridad vivida.

− Es que solo juegas a Yu.− el corazón de Inuyasha se tranquilizo al saber que era por eso y no por algo grave.

− Solo juego con ella porque tu estas comiendo.− Inuyasha vio como le miraba apenado.− Ven acá.− le dio a Kagome a Yu y levanto a su cachorro en el aire, sabía que le gustaba que hiciera como si fuera un ave.

Ya por la noche, sus hijos habían caído rendidos después de ver los fuegos artificiales y más si se habían pasado toda la tarde jugando.

− Me sorprende la energía que tienes para seguirles el ritmo.

− Tengo buena condición.− se le quedo viendo a su esposa que estaba acostada en su pecho.

− ¿Ahora qué pasa?

− Trato de imaginarme una vida sin ustedes y no puedo. Desde el principio nuestras familias estuvieron ligadas, tu y yo nacimos para estar juntos y amarnos.

− ¿Por qué lo dices?− le era extraño que Inuyasha le hablara de esa manera.

− Si mi madre no hubiera huido y mi padre la hubiese encontrado yo no habría nacido. Si tu padre no se hubiera enamorado de tu madre no habría tenido porque cruzar las montañas, no hubieras nacido.− hizo una breve pausa, se puso sobre su esposa y la miro a los ojos.− Tu padre encontró al mío y le pidió ayuda, él llegó justo a tiempo para salvarlas, yo me vi obligado a ir al Este y de todas las personas en ese pueblo termine conociéndote, termine enamorado de ti desde el primer momento.

− Y yo de ti.− recordó la primeras vez que vio ese color de ojos poco común y como su corazón se acelero.

− Te amo tanto mi princesa.− la beso solo con cariño, con devoción, con amor, un beso en el que transmitía sus más profundos y sinceros sentimientos.

Tal vez ella si tenía algo de bruja, porque desde el principio quedo atrapado por su dulce mirada chocolate y su inocencia.

Aunque bien podría ser él quien tuviera la magia, ya su cuñada Rin quedo enamorada de Sesshoumaru al ver sus ojos que no muestran signo de emoción alguna, mi madre de mi padre cuando vio sus ojos a la luz de la luna y Kagome de él cuando intercambiaron miradas por vez primera. Y hay que admitir que ese color de ojos no es normal.

Pero también existía la posibilidad que ambos tuvieran algo de magia y se hubieran hechizado mutuamente.

Fuera como fuera, solo sabían una cosa con absoluta certeza, estaban total y completamente enamorados uno del otro.

FIN

...

Después de mucho tiempo eh aquí el final de esta historia que comenzó un 23 de noviembre de 2009 en un pequeña libreta y a pesar de haber sido terminada el 25 de diciembre del mismo año, hasta hoy 24 de marzo es que la pude terminar transcribir (con algunas modificaciones del original) y darles a conocer el final.

Mil gracias a quienes la siguieron y dejaron su humilde opinión. En verdad espero no haberlos decepcionado con este final, no tendrá epilogo porque ¿Qué más se puede decir?

Gracias a Maritza que desde el comienzo a seguido esta historia, amiga perdón por el gran atraso que tuve.

Nos estamos leyendo espero que pronto, tengo muchas ideas para nuevas historias, pero lo que me falta luego es tiempo y espero sus mensajes para saber que les ha parecido este final ¿Se esperaban algo así? ¿Hago alguna otra historia o ya no sigo escribiendo? jejejeje

Se cuidan y nos leemos.