Disclaimer: los personajes son propiedad de S.M yo solo m adjudico la historia.


¿Creen en los cuentos de hadas? De pequeña yo solía hacerlo y junto a mis vecinas y mejores amigas, Alice y Rose, soñábamos y jugábamos a encontrar a nuestro príncipe azul, siempre supe que los sueños se hacen realidad y que cuando deseas algo con bastante fuerza todo el universo conspira para que esto se cumpla. Toda la vida crecí con esa idea y estaba segura de la verdad que existía en estas palabras.

Mi nombre es Isabella Swan, hace un mes por fin cumplí 18 años y mis padres Renee y Charlie Swan decidieron regalarme un viaje a Londres, la ciudad de mis sueños. La idea de viajar completamente sola y sin la supervisión de mis padres o mi hermano Emmet, el cual por cierto es un hermano sobreprotector, es un sueño hecho realidad, al parecer las estrellas si cumplen deseos después de todo.

La única mancha negra en este cuento es dejar a mi novio Jacob atrás, no me gusta mucho la idea de dejarlo todo un mes solito, sobre todo cuando al parecer él se irá a la universidad en Florida y ya no podremos vernos tan seguido.

Jacob y yo nos conocimos hace 8 años cuando él y su familia se mudaron a Forks, al parecer mi papá y el suyo habían sido amigos hace algunos años cuando ambos iban al instituto, pero cuando ambos se graduaron y siguieron su camino el papá de mi novio se fue a estudiar a Florida donde conoció a la mamá de Jacob y se casaron, aun así mi papá y él no perdieron el contacto del todo por eso cuando mi novio y su familia decidieron regresar a Forks en seguida se pusieron en contacto con mi papá y fue así como nos presentaron. Desde el momento en que lo vi, y a pesar de tener tan solo 10 años, supe que estaba enamorada y que quería pasar toda mi vida con él.

Cuando éramos unos niños Jake vivía prácticamente en mi casa y junto con mis amigas, mi hermano y Jasper, el hermano de Rose y amor platónico de Alice, éramos incontrolables, nos la pasábamos haciendo travesuras o inventando ideas y locuras, con el paso del tiempo todo mundo en Forks sabía que nosotros éramos "el clan" por decirlo de algún modo, nadie se metía con nosotros o habría problemas, y como no temernos teniendo a un monstruo como Emmet, los 6 hicimos nuestro recorrido a través de la secundaria y más tarde a la prepa.

Durante todos esos años aun no había pasado nada entre Jake y yo, el hecho de que ambos nos gustábamos era un secreto a voces, pues siempre nos tratábamos de forma cariñosa y especial el uno al otro pero todavía no nos decidíamos a declararnos hasta ese día.

Flashback

Era nuestro primer día en la preparatoria y Alice, "the fashion queen" como ella misma se apodaba, se había encargado de elegir mi outfit y por supuesto yo iba guapísima y estaba segura de que muchos caerían a mis pies, aunque a mí solo me interesaba que uno lo hiciera. Ese día todas decidimos llegar tarde para demostrar que a partir de ese momento "las chicas del clan" de Forks estarían asistiendo a la preparatoria y así a nadie le quedaría duda de nuestra importancia. El showcito que armamos las 3 al entrar al pasillo de la escuela era para recordarse, incluso los de último año voltearon a vernos y estaban a punto de babear. La hora del almuerzo llego así que nos dirigimos hacía el comedor donde ya nos esperaban mi hermano, Jasper y Jake. Nos sentamos en una de las mesas que estaba junto a la de los "populares" y ahí fue cuando todo empezó. James, un tipo nefasto de último año y con quien por cierto tomaba una clase, no paraba de voltear a verme y coquetear conmigo, yo solo evitaba voltear a verlo, me desagradaba la forma en que me veía, de reojo logre ver a Jake quien se ponía verde cada vez que James volteaba a nuestra mesa, de pronto Jake ya no aguanto más que James me estuviera coqueteando y se paró a reclamarle.

Óyeme idiota podrías dejar de ver así a Isa –

Uy uy uy… que miedo me das, además ¿Por qué vienes a reclamarme? Que yo sepa Isabella no es novia de nadie ¿o sí? –

No, aun no. Pero eso está a punto de cambiar.

En ese momento Jake regreso a la mesa donde estábamos sentados y sin más me tomo de la mano y lo soltó así, enfrente de toda la cafetería y con todos los alumnos observándonos.

Isa, tu sabes y no es un secreto para nadie que te quiero desde el primer día que te vi – Jake seguía hablándome pero yo ya no escuchaba, simplemente imaginaba que mi cuento se volvía realidad, que mi príncipe azul llegaba en su corcel blanco a rescatarme del dragón, o en este caso del tipo con mirada lujuriosa, de pronto una pregunta me saco de mis ensoñaciones – entonces que me dices, ¿quieres ser mi novia? – me quede en shock y tarde un par de segundos en recuperar mi voz para entonces contestar.

¡Claro que si Jake! Siempre he querido ser tu novia – en ese momento me abrazo y me beso en frente de todos para finalmente agregar.

Damas y señores a partir de este momento y para siempre Isabella Swan es mía y solo mía – dijo recalcando la última parte y volteando a ver a James quien solo le enviaba una mirada envenenada. Yo solo volví a besar a Jake y añadí.

Solo tuya –

Fin flashback

A partir de ese momento y hasta el día de hoy, tres años después, hemos estado juntos y yo lo amo, estoy segura de querer pasar toda la vida con él y no puedo pedirle más a la vida, mi cuento de hadas es perfecto, tal y como siempre soñé que sería además yo sé que a pesar de que se irá a estudiar lejos, y de que aun no sabemos la fecha en la que tiene que irse, él siente lo mismo por mi y eso ni el tiempo ni la distancia podrán cambiarlo aunque ayer cuando le hable para despedirme él actuó un poco extraño y nuestra conversación me saco muchísimo de onda:

- Hola amor, oye ya no te vi pero mañana me voy a Londres y quería despedirme de ti –

- Ah si... oye la verdad estoy un poco ocupado y no puedo hablar ahorita, te llamo al rato ok-

- Pero es que planeaba dormir temprano, mañana me voy a las 3 a.m. –

- Bueno pues quieres que te llame o ¿no?-

- Si, si llámame yo dejo prendido el cel y espero tu llamada-

- Ok bye-

- Bye-

O sea, que había sido eso, bueno tal vez en verdad está ocupado y yo con mis paranoias, fue lo que pensé, pero ahora estoy aquí en el aeropuerto, son las 7 de la mañana, mi vuelo está a punto de salir y aún no hay respuesta de él, ¿se habrá olvidado de llamarme? No, no, no obvio no él jamás haría eso, el me ama. ¡O no! La hora de abordar había llegado y yo aun no había podido despedirme de él, asi que decidí dejarle un mensaje antes de despegar:

- Jake, corazón ya no pude despedirme de ti. Sabes que te adoro y por favor no t vayas a ir sin decirme nada aunque sea mándame un mail ok…. Te quiero muchísimo y te voy a extrañar bye byeee.

- Todavía no despegamos y ya estas llorando por tu casa, ay pobrecita de la nenita- dijo alguien en tono burlón, mi reacción inmediata fue voltear al pasillo y ahí estaba un idiota, que al parecer sería mi compañero de asiento, viéndome con una sonrisa burlona en la cara.

- ¿Qué? Acaso no te han enseñado a no escuchar conversaciones ajenas, además aunque no debería decírtelo porque ni siquiera te conozco, no estaba llorando por mi casa ni hablando con mi mami como tú piensas, estaba despidiéndome de MI novio- y tuve que aguantarme la ganas de enseñarle la lengua para no parecer una niña chiquita.

- Pues yo no planeaba escuchar tu conversación, pero tus lamentos y despedidas empalagosas se escuchaban hasta el otro lado del avión, así que no pude evitar escucharte... pero tengo una pregunta, ¿siempre eres igual de empalagosa? Porque si es así pobre de TU novio- dijo resaltando el tu- debe estar ahogándose en caramelo jajaja- se rio el muy idiota, de verdad ¿quién se había creído? Que tipo tan nefasto. Decidí que lo mejor sería ignorarlo durante el vuelo así que me voltee con un gesto de indignación y no volví a dirigirle la palabra en las casi 12 horas de vuelo, aunque a veces sentía sus miradas…. Pero no, eso no podía ser seguro que eran imaginaciones mías.

Finalmente el vuelo aterrizo y yo ¡gracias a Dios! Había despertado antes y pude arreglarme antes de bajar del avión, pero mi compañero nefasto no tuvo la misma suerte y cuando despertó estaba hecho un desastre, en cuanto lo vi no pude evitar soltar una carcajada, cosa que pareció no gustarle mucho pues me lanzó una mirada fulminante, pero en realidad no me importo yo baje del avión aun riéndome de él. Después de documentar y recoger mis maletas partí al hotel esperando no volver a ver al tipo nefasto del avión, pero que mal me había caído eh. El mes en Londres se me pasó volando, hable muy pocas veces con mamá y sólo me conecte un par de veces en las cuáles no había ningún mail de Jacob, lo cual me hacía pensar que cuando regresará a casa él estaría ahí esperando por mí pues dudaba mucho que quisiera despedirse de mi vía mail, él era mucho mejor que eso, y ese pensamiento me relajaba enormemente. Por otro lado a pesar de mis ruegos para no volver a ver al tipo de avión, de cuál ni siquiera sabía su nombre, lo vi un par de veces, una en un restaurante, y otra en un museo, y el muy idiota en cuanto me reconocía comenzaba a reírse.

El día de regresar a casa había llegado, la verdad quería regresar para ver a mi familia y novio pero me había enamorado de Londres, sin duda alguna tendría que regresar algún día. Al abordar al avión iba demasiado distraída pensando en el regreso a casa y en lo mucho que extrañaría la ciudad cuando de pronto al encontrar mi asiento también me encontré con mi pesadilla, el nefasto, y aunque se me olvido mencionarlo antes, guapísimo tipo del avión. No podía ser, ¿de qué se trataba esto? ¿Acaso era una broma? En fin de cualquier modo no iba a permitir que me arruinara el viaje nuevamente, necesitaba esas horas de vuelo para descansar así que llegue y me acomode en mi asiento voltee a verlo con y rodee lo ojos pero lo que me sorprendí fue su reacción pues me regalo una sonrisa encantadora, la cual por un momento logro deslumbrarme un poquito pero que en cuanto reaccione se la regresé amablemente, al parecer él venía en son de paz así que yo no puse ninguna barrera entre nosotros, después de un rato comenzamos a hablar y me pidió disculpas por haber sido tan grosero la última vez y también me dijo que me había visto un par de veces pero que cuando quería acercarse para saludarme yo desparecía de inmediato, después de esto platicamos la mayor parte del vuelo, me dijo que vivía en Seattle y que era hijo único, era un año más grande que yo y que estaba estudiando arquitectura, me conto de su pasión por su carrera, yo le conté que apenas me había graduado este semestre y que planeaba estudiar marketing, seguimos platicando de nuestra experiencia en Londres y de porque estábamos ahí y así seguimos un buen rato hasta que el cansancio nos venció y nos quedamos dormidos, no despertamos hasta que estuvimos a punto de aterrizar, cuando nos despertamos y nos vimos igual de despeinado no pudimos evitar reinos el uno del otro, cuando iba bajando del avión me di cuenta de que en las casi 12 horas de vuelo habíamos hablado de muchísimas cosas pero nunca habíamos preguntado por el nombre del otro y al parecer él se había dado cuenta de lo mismo porque de pronto alguien me grito – ¡por cierto mi nombre es Edward!- y yo solo pude responder con otro grito que decía –¡Isabella!- y así nos despedimos sin saber si nos volveríamos a ver algún día.