5 años después
Rose y Alice siempre habían estado de acuerdo en todo, y usualmente siempre hacían las cosas al mismo tiempo pero llevaron esa tradición al extremo el día en que tuvieron a sus bebés. Mis amigas habían logrado coincidir hasta en la fecha de parto y es que las dos habían entrado en labor de parto el mismo día, justo en mi baby shower. La primera en empezar fue Alice por lo que todos salimos volados al hospital para que justo al llegar Rose anunciara que ella también estaba teniendo contracciones, dos horas después nació mi segundo sobrino, Evan Swan Hale, y tres horas más tarde los gemelos de Alice llegaron a nuestras vidas, Bastien y Sophie Hale Brandon. Los tres bebés eran hermosos y ahora la única que faltaba por dar a luz era yo, esta vez Edward y yo habíamos decidido no averiguar el sexo del bebé por lo que esperábamos ansiosamente la llegada de nuestro segundo bebé.
Dos semanas después no tuve más que esperar, las contracciones llegaron y Edward y yo llegamos al hospital en tiempo record, después de tres horas el momento llegó y esta vez Edward se mantuvo cuerdo y sin desmayarse. Finalmente el doctor anuncio la llegada de nuestra segunda princesa, Elizabeth Cullen Swan, mi pequeña Lizzie era como una mini yo, sus rasgos eran muy parecidos a los míos, su cabello era castaño y ondulado pero sus ojos, esos definitivamente eran como los de Edward, del mismo tono verde y con la misma intensidad en la mirada que los de su padre.
En cuanto a carácter Nessie era exactamente igual a su padre, amaba la música, y tenía esa forma de andar tan impecable justo como la de Edward, el dibujo y el diseño eran una de sus pasiones, es una niña bastante segura de sí misma y siempre sabe que es lo que quiere y hace de todo con tal de conseguirlo y si no fuera por el hecho de que mi hija es una niña podría afirmar que es un clon de su padre. Por otro lado esta Lizzie, esa niña no podía negar que es mi hija, es igual de torpe y distraída que yo, vive prácticamente en las nubes y tiene una imaginación enorme, es bastante testaruda y cuando se le mete una idea en la cabeza es muy difícil hacerla cambiar de opinión pero aun así puede llegar a ser la niña más dulce del mundo, ella al igual que yo sueña con cuentos de hadas, castillos en el cielo y príncipes azules.
Todo mundo podría pensar que por el hecho de que Lizzie es la más pequeña podría ser la favorita de Edward, pero en realidad no es así, mi marido no hace diferencia entre ninguna de nuestras niñas a las dos las ama por igual y no sé como lo hace pero siempre logra darle su espacio a cada una e involucrarse con los gustos de nuestras pequeñas, si bien le es más fácil convivir con Nessie por sus gustos similares cuando se trata de pasar tiempo con Lizzie no duda en disfrazarse de príncipe o en sentarse y jugar a la hora del té con nuestra pequeñita.
Hoy Lizzie y Nessie habían ido a pasar la tarde a casa de Alice con Bastien y Sophie, Edward estaba un poco celoso pues aunque Elizabeth tenía apenas 5 años podía notarse la conexión que existía entre ella y el hijo de mi mejor amiga, esos dos siempre han estado juntos. Bastien es tan solo dos semanas mayor que mi niña pero aun así es demasiado sobreprotector y en cuanto a Lizzie se refiere es capaz de todo con tal de cumplir sus deseos, estaba segura de que mi niña sin siquiera empezar a buscar ya había encontrado a su príncipe, y como todo un papá celoso a Edward no le agradaba la idea de que su bebé encontrara al dichoso príncipe.
En cuantos mis hijas regresaron de casa de su tía Alice, Nessie y Lizzie subieron corriendo los escaleras hasta mi recamara y en cuanto llegaron se lanzaron a mis brazos y me llenaron de besos, ellas siempre hacían eso cuando se separaban de Edward o de mi por un rato. Las tres nos quedamos tiradas en la cama por un rato hasta que Lizzie comenzó a hablar.
- ¡Ma! ¿verdad qué los príncipes azules si existen?
- Liz ya te dije que no, Ethan dice que no y él sabe porque es más grande ¿verdad ma que no existen?
- Que si
- Que no
- QUE SI, ma dile a Ness que si existen y que hay que besar a muchos sapos para encontrarlo
- ¿es verdad ma? ¿tú tuviste que besar sapos? ¡eww!
- Jajaja… si, Liz los príncipes azules si existen, cuesta trabajo encontrarlos y a veces hay que esperar mucho, normalmente no vienen montados en un corcel blanco ni usan espada… Mmm ¿quieren que les cuente una historia?
- SII
- Bien, entonces aquí va
Erase una vez una princesa que vivía en el reino de Forks, ella y sus mejores amigas la adivina Alice y la hermosa Rosalie soñaban con encontrar a su príncipe azul. Un día la princesa Bella creyó haberlo encontrado pero finalmente todo resulto ser tan solo una ilusión y el príncipe se volvió sapo. La princesa Bella desilusionada dejo de creer en la existencia de los príncipes azules y simplemente dejo de buscar. Sus amigas insistían en que ella no debía darse por vencida pero la princesa era muy terca y no les hacía caso. Un día mientras la princesa corría por el bosque choco contra alguien, ese alguien era un apuesto caballero de cabellos color bronce y ojos como las esmeraldas, desde aquel día la princesa y el caballero se hicieron mejores amigos y una noche estrellada después de que la princesa se hubiese perdido en el bosque el caballero confesó estar enamorado de ella y así comenzaron una vida de felicidad, o al menos así fue hasta que la bruja Tanya los separo y la princesa huyo, el caballero nunca se dio por vencido y decidió buscarla por todo lados, finalmente con la ayuda de la adivina Alice el caballero encontró a su princesa. Ellos se casaron y tuvieron a dos hermosas princesitas, una de ojos como el chocolate y el cabello del color del bronce y la segunda con ojos esmeralda iguales a los de su padre y el cabello color caoba como el de su madre. Desde entonces la princesa que no creía en los cuentos de hadas volvió a creer y ahora sabe que los príncipes azules si existen.
- Mami las princesas se parecen a Ness y a mi… y el príncipe a mi papi
- Liz eso es porque nosotras somos las princesas y mi papi el príncipe ¿verdad ma?
- Si mi amor, ustedes son las princesas más lindas y su papi el príncipe más guapo
- ¿Así que soy el más guapo eh?
- ¡papi!
- Hola mis amores, ¿Qué estaban haciendo?
- Mamá nos estaba contando un cuento de cómo encontró a su príncipe azul porque Ness no cree que existan
- ¿Ah no?
- Bueno, no porque no conocía a nadie que hubiese encontrado uno pero mi mami ya me explico que es porque no siempre llegan en un corcel blanco, a veces solo chocan con la princesa así como tú y ella.
- Jajaja, así es Ness
- Ves, yo tenía razón los príncipes azules si existen, y yo ya encontré al mío
- ¿Qué?
- Si papi, Bastien es mi príncipe azul y cuando sea grande me voy a casar con él y vamos a vivir en un castillo.
- De ninguna manera Elizabeth
- Pero ¿Por qué papito?
- Porque eres mi bebé y ¿si tú te vas con Bastien entonces quien va a ser mi bebé?
- Papi, yo siempre voy a ser tu bebé
Después de eso Edward atacó a Lizzie y a Ness con cosquillas y por supuesto después los tres se pusieron en mi contra y comenzaron a atacarme a mí, en momentos así simplemente no podía pensar que la vida pudiera ser mejor.
10 años después
Era un día normal en casa, bueno al menos lo era hasta antes de que Nessie entrara corriendo y gritando a la casa.
– ¡Mamá! ¡Mamá! Tienes que escuchar esto
– Ok Ness, ¿Qué pasa? ¿por qué gritas?
– ¿Qué por qué grito? Ma, a que no adivinas
– ¿Qué es lo que no adivino?
– Alec, ¡Alec Vulturi me invito a salir este fin de semana! Y no sabes ma, fue mágico. Como los cuentos que me contabas cuando era chiquita, fue por mí a la escuela y ahí enfrente de todos y del tarado de Mike me invito. Obvio todas mis amigas se morían de celos y las mariposas en el estomago hicieron su aparición y es que imagínate es Alec Vulturi el chico más lindo del mundo, me siento en las nubes
– Oh cariño eso es genial, siempre supe que entre Alec y tu había algo
– Lo sé mami, te juro que es lo mejor que me ha pasado en años
– ¿qué es lo mejor que te ha pasado princesa? – al parecer Edward había llegado a casa y escucho la última parte de nuestra conversación
– Pues que Alec me invitara a salir – dijo Ness en un grito de emoción
– ¿Alec? ¿Qué Alec? ¿no estarás hablando de Alec Vulturi o sí?
– Ay pa obvio si, de que otro Alec podría estar hablando – dijo mi hija en un tono de obviedad y entonces el rostro de Edward palideció
– Oh no, eso sí que no señorita. Tú no puedes salir con él – soltó enojado
– P… ¿pero por qué no?
– Es tres años más grande que tú
– ¿y qué? Tu eres tres años más grande que mamá
– Si pero solo tienes 17 años
– Eso no es pretexto
– Bueno, no lo conozco lo suficiente
– Papá lo conoces desde que es un bebé, por si no lo recuerdas es el hijo del ex jefe de mamá y te llevas genial con él
– Pero no se sus intenciones – Edward estaba dando pretextos tontos y no entendía porque así que decidí intervenir
– Ok basta. Ness, amor ve a tu cuarto tu papá y yo tenemos que hablar
– Ok ma – dijo mi hija en un tono de resignación
– Edward Cullen ¿Qué es lo que te pasa?
– Ella va a salir con un hombre
– Si ¿y?
– Es mi niña
– Amor, ella ya no es una niña es una adolescente
– No, ella es mi bebé. Una bebé no puede salir con un hombre
– Edward, actúa como un adulto por favor. Renesmee no es más una bebé y si, para nosotros siempre lo será pero no puedes negarle todos los permisos para salir con chicos.
– Es que Bella, este no es cualquier chico. Ella ha estado enamorada de él desde siempre, no es una cita con cualquier tarado, es " la cita"
– ¿Y tu como sabes eso?
– Bella ella también es mi hija y hasta hace un par de años yo era su mayor confidente, ella lo ama y él por fin la ha invitado a salir ¿no te das cuenta de lo que eso significa?
– Si me doy cuenta y por eso mismo no le puedes negar que salga con él. Tu lo has dicho esta es "la cita", es importante para ella y necesita el apoyo de su papá no tus arranques de celos porque te van a robar a tu bebé. Ella necesita a su confidente no a su papá celoso y sobreprotector
– Ok, pero espera a que Emmet y Jasper sepan de esto, seguramente ellos me apoyaran.
– Mmm…. Tal vez pero para eso están Rosalie y Alice al rescate y ellas tampoco permitirán que tu, Jasper y mi hermano arruinen la cita de Nessie
– Como digas – dijo mientras se enfurruñaba como niño chiquito
– Ok, entonces necesito dinero
– ¿qué? ¿para qué?
– Bueno no pensaras que dejare que mi hija vaya vestida como vagabunda a su cita con Alec ¿no? – Edward no contesto nada y simplemente me entrego su billetera – así me gusta amor, ¡Ness! ¡baja nos vamos de compras! – y en menos de dos segundos mi hija estaba parada a mi lado lista para irnos a conseguir el outfit perfecto
Esa tarde todas las chicas salimos a comprar, todas teníamos opiniones distintas acerca de lo que mi hija debería utilizar pero finalmente con la ayuda de sus tías, su hermana, Sophie y yo lo encontramos. Yo mejor que nadie sabía lo importante que podía ser la primera cita con tu primer amor y por eso estaba dispuesta a ayudar a mi hija en todo, incluso en mantener a raya los celos de su padre y sus tíos, Emmet y Jasper.
Ese fin de semana toda mi familia estaba reunida en mi casa, y con todos me refiero a Emmet, Rose, Jasper, Alice y mis sobrinos. Estábamos en la sala platicando mientras esperábamos a que Nessie bajara y a que Alec llegara por ella. Por supuesto los hombres estaban en su posición de machos celosos, enfurruñados en el sillón. De pronto el timbre sonó y el primero en correr a la puerta fue Ethan, mi sobrino al no tener hermanas había adoptado a Renesmee y a Elizabeth como sus pequeñas hermanas y desde siempre había sido un hermano sobreprotector, de hecho esa era una de las razones por las que muchos chicos evitaban a mis hijas y es que tenían miedo de que el pequeño monstruito de Emmet les fuera a partir la cara si se atrevían a acercarse a sus primas.
A Ethan le importo poco que Alec fuera uno de sus mejores amigos, aun así lo primero que dijo al abrir la puerta fue – Alec Vulturi, ni se te ocurra tocarle un solo pelo a mi hermanita, de lo contrario sabes lo que te espera – Alec sólo se echo a reír y prometió cuidar de mi niña.
Renesmee aun no había terminado de arreglarse por lo que solo grito – Ma, bajo en cinco minutos – después del grito de mi hija me acerque a la puerta e invite a Alec a pasar. En cuanto entró a la sala todos los hombres de la familia le enviaron miradas envenenadas, bueno todos menos Bastien ya que él tan solo tenía ojos para observar a Elizabeth. Edward en su posición de padre sobreprotector estaba a punto de comenzar con la sesión de preguntas embarazosas, pero basto una sola mirada de mi parte para que parara en seco y se comportara de forma amable con el chico.
15 minutos después Nessie por fin bajo y no es porque sea mi hija pero lucia hermosa, el vestido que habíamos elegido lucia hermoso en ella, sus rizos color bronce caían en sus hombros y sus ojos chocolates brillaban de la emoción.
EPOV
No podía creerlo, mi pequeñita iba a salir con Alec, el mismo niño del que me hablaba hace algunos años, cuando mi niña me confiaba todo. Realmente estaba teniendo un mal momento al tratar de aceptar que mi bebé iba a salir con alguien, pero es que además no era cualquier persona, yo mejor que nadie sabía todo lo que significaba para mi hija salir con Alec, él era aquello que las mujeres llaman "su príncipe azul", la forma en que se le iluminaba el rostro al nombrarlo me hacia recordar la forma en que Bella me miraba, y simplemente no podía evitar sentirme celoso, era como si me estuvieran robando a mi niña.
Hoy el hombrecito aquel iba a pasar por mi princesa y no podía pasar por esto solo, por lo que pedí refuerzos y Emmet y Jasper estaban en casa haciéndome el momento más pasadero. Emmet y Jasper habían cumplido la promesa que hicieron el día en que Renesmee nació y desde siempre han sido los mejores tíos que mis hijas pudieron tener, las cuidan, quieren y consienten como si fueran sus propias hijas y por lo mismo yo sabía que estaban pasando el mismo trago amargo que yo en este momento.
La relación con Nessie siempre había sido muy fácil, ella era muy parecida a mí y yo siempre había sido su héroe, su mejor amigo y su confidente. A diferencia de Lizzie que siempre acudía a su madre para pedirle consejos Nessie siempre acudía a mí para pedir ayuda pero esta vez ella había pedido consejo a su madre y sobre un tema en el que yo no podía ayudar, simplemente no podía evitar sentirme desplazado e inútil y ese sentimiento era realmente frustrante, lo único que podía hacer era sentarme aquí, poner mi mejor cara y esperar a que tipito aquel llegara.
De pronto el timbre sonó y de inmediato supe que el príncipe había llegado a robarse a mi princesa, Ethan corrió a abrir la puerta e hizo lo que a mí me hubiera encantado hacer pero no podía o si no Bella se encargaría de hacerme pagar, lo amenazo, ese muchachote había sido de gran ayuda en mi afán de alejar a los chicos de mis niñas pero esta vez no había mucho que pudiéramos hacer porque Alec era valiente al enfrentarse a mi enorme sobrino y bueno eso era algo que debía reconocerle al chico.
Alec pasó y se sentó en el sillón, saludo educadamente a todos y yo a pesar de mis deseos respondí el saludo. Todo estaba en un cómodo silencio hasta que Lizzie comenzó a atacar a Alec con preguntas, su madre tan solo le lanzo miradas fulminantes pero Elizabeth y Bella tenían el mismo carácter terco y rebelde por lo que Lizzie no paro con las preguntas.
- Y bien cuñado, ¿puedo llamarte cuñado verdad?
- Mmm… supongo aunque técnicamente aun no lo soy
- Pero planeas serlo ¿cierto?
- Si, si tu hermana lo desea
- Créeme, ella lo desea
- Eso espero
- ¿Entonces hoy le preguntaras si quiere ser tu novia?
- Sí, eso pretendo
- Bien porque déjame decirte que espero que tus intenciones con mi hermana sean serias, de lo contrario debes saber que te enfrentaras a la furia de todos los hombres de esta familia, que como veras no son pocos
- Vaya que eres ocurrente
- Lo sé, es parte de mi encanto
- Elizabeth, basta – dijo Bella en tono desafiante pero Lizzie le contesto de la misma forma
- Ay ma a Alec no le molesta ¿o sí?
- No realmente
- Ves ma
Elizabeth hubiese seguido con las preguntas indiscretas de no ser porque en ese momento Renesmee llego a la sala y vaya que lucía hermosa. El vestido que llevaba la hacía lucir bellísima, su maquillaje era ligero, su cabello caía sobre sus hombros y su rostro irradiaba felicidad, en cuanto sus ojos chocaron con los de Alec brillaron de una forma especial y entonces observe al chico, el también lucia feliz, parecía un ciego que observa la luz del día por primera vez, la miraba con adoración y ternura, de alguna forma me hizo recordarme a mi mismo cuando observaba a Bella y entonces al observarlos a los dos supe que todo iba a estar bien, mi niña no corría ningún riesgo y en caso de que algo saliera mal yo siempre iba a estar aquí para apoyarla y cuidarla como me lo prometí desde el primer día en que la sostuve en mis brazos. Mi hija pareció leer mis pensamientos y antes de irse me abrazo y susurro a mí oído – papi, tú siempre serás mi héroe – y en ese momento mi corazón saltó de felicidad, ella siempre seria mi bebé y yo siempre seria su héroe.
17 años después
BPOV
Me encontraba parada en el umbral de la puerta del cuarto de Elizabeth, intentaba con todas mis fuerzas no llorar y mostrar una sonrisa de inmensa felicidad pero era realmente difícil, a partir de aquel día mi niña no viviría más en casa y dejaría de ser Elizabeth Cullen para ser Elizabeth Hale, partir de se día mi pequeñita comenzaría una nueva vida y a pesar de sentirme inmensamente feliz por su felicidad me pesaba saber que mi bebé no estaría más a mi lado, no la escucharía gritar y correr de arriba hacia abajo.
Mientras la observaba arreglándose para el momento más feliz de su vida no podía dejar de recordar el primer día en que llegue con ella en brazos, era realmente pequeñita y al igual que paso con Renesmee ame a esa niña desde el primer momento, recordé la primera vez que observe sus ojitos y la forma en que estos me hechizaron, su primera palabra, sus primeros pasos, su primer día de escuela, las tardes de juegos, recordé todos y cada uno de los momentos que vivimos y no pude evitar que una lagrima solitaria escapara de mis ojos, en ese momento Lizzie volteo a verme e inmediatamente se levanto y corrió a abrazarme al igual que cuando era pequeña.
- ¡mamita! No llores, hoy debe ser un día lleno de felicidad
- Lo sé amor, lo sé. Es sólo que no puedo evitar sentir que te vas y esta casa se va a quedar muy sola. Primero fue Nessie y ahora eres tu
- Ma, no estés triste y no llores o me vas a hacer llorar
- ¡eso si que no! ¡Elizabeth Cullen Swan tienes prohibido llorar el día de tu boda!
- Esa es mi mamá, siempre dando órdenes jajaja
- Jajaja
- Mami, muchas gracias
- ¿gracias de que bebé?
- Por todo, pero en especial por volver a creer
- ¿de qué hablas Liz?
- Recuerdas el cuento de la princesa que dejo de creer en los cuento de hadas
- Claro que la recuerdo, era tu historia favorita de pequeña
- Y siempre me la contabas antes de dormir, me encantaba el final cuando me decías que la princesa volvió a creer y por eso te agradezco. Gracias a ti y a que volviste a creer nos diste a Nessie y a mí la oportunidad de confiar, de creer, de enamorarnos. Gracias por estar siempre a mi lado, por tus consejos, por nunca dejarme caer. Mami, siempre tuviste razón. Gracias por todo, gracias por enseñarme a creer en los cuentos y en los príncipes, gracias por hacer de mi vida un cuento. Te amo ma
- ¡Corazón! Yo te amo aun más, muchísimas felicidades bebé te deseo toda la felicidad del mundo y ya basta de charlas porque hoy no podemos derramar lagrimas ok
- Ok mami
Después de nuestra conversación madre-hija Elizabeth continuo arreglándose, minutos después Alice llego y abrazo a mi hija, ella siempre ha querido a Lizzie y a Nessie como sus propias hijas y que mejor que una de mis hijas se convirtiera en su nuera y yo estaba feliz de que Bastien, aquel chiquillo que siempre estuvo enamorado de mi hija fuera el que compartiría su vida con mi Elizabeth. Finalmente Lizzie estuvo lista, verla vestida de novia fue impactante y emocionante, no había más palabras que mi hija y yo pudiéramos decirnos por lo que tan solo nos abrazamos y minutos después Edward entró a la habitación para llevar a Elizabeth al altar.
EPOV
Hoy era uno de los días más difíciles de mi vida, hoy tenía que renuncia a mi bebé. Dos años atrás Renesmee se había casado con Alec y aunque fue difícil dejarla ir el sentimiento de aquel día no se comparaba con lo que estaba sintiendo en esos momentos, esta vez se trataba de mi bebé, de mi pequeñita, era a aquella niñita dulce y cariñosa, aquella que me consideraba su héroe, su príncipe, su todo, era mi bebé a quien estaba a punto de entregar.
En cuanto entre a la habitación logre componer una máscara de felicidad para que mi hija no sospechara nada, aun recuerdo aquel día cuando me dijo que Bastien sería su príncipe azul y se la llevaría a vivir a un castillo, en aquel momento la idea de que mi hija pudiera alejarse de mi lado parecía tan lejana pero al parecer el tiempo no pasa en balde y el día había llegado, hoy tenía que entregar a mi hija a otro hombre.
Elizabeth lucía realmente hermosa, el vestido blanco la hacía lucir como un ángel, su cabello caoba estaba recogido y sus ojos verdes resplandecían de felicidad, mi hija lucía tan hermosa como su madre el día de nuestra boda, en cuanto me vio mi pequeña se lanzo a mis brazos y me abrazo con fuerza, yo le regrese el abrazo y así estuvimos durante unos segundos, finalmente llego el momento de irnos así que salimos de la casa y partimos hacia la hacienda Cullen, porque si, mi hija tenía los mismos gustos que su madre por lo que su boda al igual que la nuestra se celebraría en aquel lugar.
Aun recuerdo aquellos dia en que Elizabeth y yo jugabamos a vivir en un cuento de hadas, cuando yo era el principe y ella la princesita más bonita de todo el universo, en aquel instante la sola idea de que mi niña se alejara de mi lado parecía lejana pero ahora todo estaba ocurriendo, yo ya no era más el príncipe de su cuento, ahora alguien había usurpado mi lugar y se llevaba a mi pequeña princesa, a mi niña, a mi bebé. El día en que Bastien y Elizabeth anunciaron su noviazgo sentí miedo, mucho miedo, fue como si desde aquel día yo supiera que Bastien se llevaría a mi bebé. Ese chico siempre había sido como un hijo para mí, creció a lado de mis hijas y jamás pensé que podría sentirme celoso de aquel niño pero en algún momento se convirtió en otro chico que tan solo quería robarme el amor de mi princesa.
De pronto me vi parado en el pasillo, sujetando a mi hija del brazo, la marcha nupcial comenzó a sonar y nosotros comenzamos a avanzar. Todos los invitados tenían una sonrisa pegada a la cara, Bella intentaba contener las lágrimas y todo sucedió en cámara lenta. A cada paso que daba mi corazón se encogía y la urgencia de mi hija por correr a los brazos de su futuro esposo se hacía más palpable, más pronto de lo que imagine estaba enfrente de Bastien entregándole a mi hija y no pude evitar que todos los recuerdos se agolparan de golpe en mi mente, el día en que nació, la primera vez que la sostuve en mis brazos, la primera vez que me llamo papá, los cuentos que leíamos, cuando me nombro su príncipe oficial, las tardes jugando a la casita, todo vino a mi mente como una ráfaga de recuerdos, en ese momento toma la mano de Elizabeth y la coloque en la de Bastien y entonces por primera vez me detuve a observar al ladrón, a Bastien, y lo que vi en sus ojos simplemente logro que mis celos, mis temores y mi dolor desaparecieran, lo único que pude ver en los ojos de mi futuro yerno fue un infinito amor hacia mi hija, amor puro, de ese que te hace cometer locuras, el mismo que yo sentía por mi esposa y en ese momento supe que todo iba a estar bien, ella iba a ser inmensamente feliz y entonces yo también lo seria.
La ceremonia pasó volando y en menos de lo que jamás hubiese pensado mi hija estaba casada, ahora un nuevo príncipe ocupaba m lugar, él la llevaría a vivir a un nuevo castillo, y la ayudaría a encontrar su felices por siempre. Lentamente me acerque a los novios y felicite a mi nuevo yerno, lo felicite sinceramente y por primera vez lo llame hijo, después me acerque a mi pequeñita y la envolví en un abrazo asfixiante, quería que a través de ese abrazo ella supiera y sintiera todo mi amor pero entonces la respuesta de Lizzie me sorprendió y me aseguró que pasara lo que pasará todo estaría bien.
- Papi, solo quiero que sepas que nada ha cambiado tú sigues siendo mi príncipe oficial, el número uno, y yo siempre seguiré siendo tu bebé. Te amo pa.
20 años después
La vida se nos pasa volando, sin saberlo el tiempo pasa a nuestro alrededor y si no disfrutamos el día a día es probable que en algún momento cuando volteemos hacia atrás no arrepintamos por todas aquellas cosas que no vivimos, las oportunidades que dejamos pasar y las experiencias que no disfrutamos. Afortunadamente eso no me ha pasado a mí, siempre eh vivido como eh querido, disfrutando, riendo y sobretodo amando. Y es que el amor es lo que más ha sobrado en mi vida, el amor por mis amigos, por mi hermano, por mis hijos, sobrinos, nietos y sobre todo el amor por mi esposo. Desde que conocí a Edward todo ha sido mágico, todo ha sido como el cuento que siempre soñé y él es la principal razón por la que a mi vida no le ha faltado nada.
Hoy a más de 20 años de habernos conocido, hemos decidido regresar a donde todo comenzó, a Londres, y es que ese lugar es mágico para nosotros, en un vuelo a ese lugar nos vimos por primera vez, nuestra primera hija nació ahí y ese mismo lugar presencio nuestra reconciliación después de 8 largos meses de separación. Por eso y sin avisarle a nadie hemos tomado nuestras maletas y estamos aquí abordando un vuelo a nuestro lugar mágico.
Mientras volamos hacia Londres no puedo evitar recordar todo lo que me ha pasado desde la primera vez que tome un vuelo similar y conocí a cierto idiota de cabellos broncíneos e hipnotizantes ojos verdes. Desde aquel día mi vida cambió mucho, intente dejar de ser aquella niña ingenua que creía en los cuentos y los príncipes, me convertí en la princesa que no creía en los cuentos de hadas, como me llaman mis hijas, pero un día la ilusión y la felicidad regresaron a mi vida y me trajeron mucho más de lo que cualquier princesa puede obtener, más allá de la leyenda "fueron felices por siempre" a mi me dieron una vida entera de felicidad, me dieron unas hijas hermosas, amigos de toda la vida y hermanos del alma, me dieron unos sobrinos hermosos, unos nietos lindísimos, dos yernos encantadores y lo mejor de todo y en lo que nunca debí dejar de creer me dieron un príncipe azul, porque si desde que lo encontré y hasta el día de hoy nadie puede negarme que lo príncipes azules existen, tal vez sean una especie en peligro de extinción pero basta abrir los ojos y sobre todo el corazón para encontrarlo así que no se den por vencidas y busquen, los príncipes azules si existen.
¿Y? ¿qué tal? ¿les gusto? ¿fue muy largo? bueno realmente espero que el epilogo haya sido de su agrado, perdón por tardar tanto en subirlo pero es que de verdad necesite mucha inspíración para escribirlo y bueno al final me ha gustado el resultado y espero que a ustedes igual. y bueno finalmente quisiera agradecerlas a todas aquellas que se han dado la oportunidad de leerme y aquellas que dejaron review tmb millones de gracias.
Besos mil y espero nos veamos en proximas historias.
Lori
