Disclaimer: Personajes de Rumiko Takahashi

Hola!!! Aquí esta como les prometí a las que me dejaron su opinión en el oneshot de "Solo quiero que seas feliz" la continuación desde el punto de vista de Sesshomaru y Rin.

Les informo que estuve pensando hacer esta historia como un oneshot también o como una historia d 2 o 3 capis, pero luego recordé que también quería hacer un fic grande de esta pareja con algún toque de acción… y obvio romance, así que pensé… Por qué mejor no lo pongo todo junto? Ahorro tiempo y además aprovecho para seguir escribiendo como loca antes d que sea marzo y entre a la universidad después de unas largas vacaciones ^_^

Advertencia de Spoilers: A consejo de Sango24, les digo que este fic sigue la historia después del final del manga. Si quieren saber en que termina búsquenlo en el internet, ahí esta para q lo lean y así puedan entender mejor!!!

Sin decir más las dejo leer…Espero que mi historia les guste!!!!!


Capitulo 1: El plan de acción

Tres años…

Tres años habían pasado…

Para él, un Daiyoukai, esa cantidad de tiempo no significaba absolutamente nada, era como el simple paso de tres días… Pero sabía que para cierta humana, no era así. El factor tiempo era todo para ella.

Pero por qué había pasado estos últimos tres años sin ver a su protegida? Por qué evitar a Rin?

Su mente decidió viajar en el tiempo… Para recordarlo


Hacía 13 años había tenido una pelea con su tonto hermano hanyou Inuyasha por la katana herencia de su honorable padre; la Tessaiga. En un desafortunado giro del destino ( o eso era lo que pensaba en aquellos momentos) Inuyasha pudo descubrir la corriente del viento que hacía que su energía y la de él chocaran provocando la ruptura que le permitía ver el Kaze No Kizu, y ejecutó dicha técnica con mucha fuerza, empujándolo con potencia y acabando casi con su vida. Si no hubiera sido por el otro colmillo heredado de su padre, Tenseiga, que lo protegió creando un campo protector alrededor suyo, probablemente estaría muerto.

Aun así, el arma no pudo evitar que saliera herido y que su armadura se destruyera por completo. Cuando se transporto del lugar de la batalla, cayó en un árbol y decidió descansar allí, mientras recuperaba sus fuerzas.

A pesar de que estuviera lastimado, sus sentidos youkai estaban activos, pendientes de cualquier amenaza. Así que no le fue muy difícil escuchar unos pequeños pasos avanzando escondidos detrás de un arbusto. Notó el aroma de un humano… Una niña humana específicamente. Vio que no tenía ningún sentido matarla así que solo decidió espantarla mostrándole su fiero rostro de monstruo. Pero no contaba con que la pequeña no se asustaría, al contrario, se acercó a él y le vació un recipiente con agua en la cabeza.* No le habló en ese momento, pero pensó

"Ella… quiere ayudarme?"

Al rato, sintió que venía de nuevo, esta vez traía consigo una hoja con comida humana. En su mente, eso le hizo un poco de gracia. La chiquilla depositó los alimentos en el suelo y se dispuso a marcharse, pero se detuvo al escuchar

- No es necesario que hagas eso. Si hay algo que detesto es la comida que ingieren los humanos

La niña solo lo miró tristemente, recogió la hoja y se marchó.

Él le había dicho eso realmente para que ya no volviera más. En cierta forma lo incomodaba pero no lo desagradaba del todo. Por un breve instante se preguntó el porqué no habría dicho ninguna palabra. Desecho el pensamiento y siguió descansando.

A la mañana siguiente pudo sentir como se acercaba de nuevo, con otra hoja en la mano y con diferente comida*. Esta vez, había algo diferente. Pudo oler ciertos rasgos de sangre seca en su cuerpo… Además por el rabillo del ojo había visto que uno de sus ojos estaba cerrado e hinchado

- "No quiero"- le había dicho, ella mudamente insistió-

- "Ya te dije que no quiero nada"

Noto que ella bajo su cabeza en señal de derrota. En ese momento, sintió un impulso extraño…

- "Quién te hizo eso en el rostro?" –ella solo lo miró expectante, no le contestó de nuevo-

- Está bien, no es necesario que me lo digas

De pronto pasó algo que sin duda él no se esperaba. En el momento en el que volvió a verla, la pequeña niña le sonrió tiernamente.

Eso tocó algo en su interior…

- Por qué te pones feliz? Solo te pregunte como estabas

La niña es extraña, pensó. Él nunca en todos sus años de vida había recibido la cálida sonrisa de una niña, mucho menos una humana.

Siempre las expresiones que había recibido de dichos seres tan repulsivos eran de odio o pavor, pero nunca, nunca, una de felicidad.

La niña se marchó y él solo pudo observarla irse… Descansó un poco más y luego se dispuso a marcharse. Después de encontrarse con su molesto sirviente pudo percibir un fuerte aroma a lobo y dentro de eso el aroma de sangre humana… Uno en particular.

De forma automática siguió el rastro que le trajo el viento y allí la encontró. La niña estaba llena de sangre tirada en el piso con múltiples heridas y apestando a saliva de lobo. La escena era grotesca en si. No escuchó cuando Jaken le pregunto si la conocía, en ese momento solo una imagen se le vino a la cabeza.

La niña sonriéndole

Por alguna extraña razón, su mente maquinó el pensamiento de que era una lástima que esa pequeña no volviera a sonreír. Él nunca había sentido lastima por alguien más, mucho menos por un sucio humano, pero por unos segundos se permitió el obviar ese detalle. Además… ella era la única persona que no le había demostrado miedo, si no que le había brindado una atención… aunque fuera inútil.

De repente recordó que la Tenseiga no mataba, pero podría traer a los muertos a la vida, siempre y cuando los sirvientes del Meikai estuvieran aún cerca del cadáver. Desenvainó y los vio. Decidió que aprovecharía la oportunidad para probar esa katana y ver de qué era capaz realmente.

Blandió y eliminó a tan asquerosos seres. De nuevo impulsivamente se arrodillo para poner a la niña en su regazo esperando que el efecto curativo de la espada hubiera dado resultado. Sorpresivamente escuchó unos leves latidos y luego… Unos ojos cafés se posaron en los suyos y lo miraron con sorpresa.

Le mantuvo la mirada por un momento y luego la dejo levantarse

El mismo se levanto sin decir una palabra y se fue, dejando atrás a la reciente resucitada y al llorón sapo. Pensó en que la espada le pedía que salvara a los humanos… Eso era simplemente ridículo… ¿El? ¿Salvando humanos? Imposible. Había revivido a la niña solo para poner a prueba su katana. Eso se dijo y siguió caminando

Por alrededor de 2 horas caminó y se dio cuenta que la niña los seguía a él y a Jaken. El pequeño youkai por todos los medios le decía a la pequeña que se fuera, pero ella parecía no escucharlo. Iba caminando ida viendo la figura del imponente mononoke.

Recordó que Jaken no se callaba y seguía insistiéndole que se marchara, en un momento la amenazó con el báculo de dos cabezas y en el instante en que iba a lanzar fuego lo detuvo autoritariamente

- "Jaken! Déjala"

Su sirviente no daba crédito a lo que escuchaba, ¿Por qué su amo le permitía a una chiquilla humana que lo siguiera? Esa inquietud se quedaría con el por el resto de sus días.

La niña solo le limito a sonreírle de nuevo y mirarlo con gratitud.

Siguieron caminando y para cuando llegó la noche, escucho un leve rugido proveniente del estómago de la niña

- "Si tienes hambre… Procúrate tu propio alimento"

De nuevo lo miro y sonrió. Asintió y se dispuso a caminar, pero paró en seco y lo miró de nuevo, expectante, como queriendo preguntar algo, pero no podía. Al parecer la niña era muda totalmente. Recordó también que Jaken se exasperó

- "Uy niña tonta! Por qué te quedas parada ahí sin decir nada? Pero que chiquilla de lo más rara amo bonito… Oye ya te dijeron que si tienes hambre que busques tu comida, o no me digas que le piensas decir al amo que te la traiga? Por que eso sería el colmo de los colmos, tu solo eres una…"

- "P-p-po-por… Por qué me dice tonta?! Mi nombre es Rin!!!"

En ese momento la había mirado. Al fin había hablado e incluso dijo su nombre. Uno muy corriente por cierto.

A partir de ese momento, la niña nunca se separó de su lado. Conforme pasaban los días se iba enterando de cosas, que no le interesaba, pero las escuchaba de todas formas por que ella se las contaba a Jaken. Escuchó que su familia había muerto terriblemente a manos de bandidos y que ella desde ese día vivía sola y que no hablaba desde entonces, hasta ahora. Además que no le gustaban mucho las personas y menos los lobos.

Sesshômaru pensó en que debía dejarla en una aldea humana pero al oír que ella más bien les tenía algo de miedo decidió que no tenía nada de malo que ella los acompañara. Mandó a que Jaken le trajera ropa nueva y le presentara al dragón Ah-Un, el cual de inmediato hizo migas con ella.

Pasaron los meses y ella siguió ahí, como si nada, hasta que un día una de las extensiones del hanyou Naraku, la dominadora de los vientos Kagura se la llevo en su ausencia utilizándola como señuelo para que matara a Inuyasha.

Sesshômaru se rio mentalmente de la idea considerando que era ridículo que usaran a una niña indefensa para ordenarle el hacer algo. Definitivamente iría a matar a Naraku por su atrevimiento. Se habían burlado de él.

Después de batallar e intercambiar un momento con su medio hermano. Se dirigió silenciosamente a buscar a la niña, ya que escucho que Naraku había preparado todo para que fuera asesinada. La sola idea de verla muerta nuevamente no le agradó en lo más mínimo. Siguió su olor y la encontró inconsciente a los pies de otro niño que sostenía un arma de exterminador. El niño lo desafió y cuando lo iba a atacar Inuyasha intervino separándolo. Pero el lo mataría sin duda. Cuando lo tomo del cuello, su mirada fría le provocó repulsión y se dio cuenta que era lo que Naraku quería. No iba a caer en su juego así que lo soltó para que escapara.

Más tiempo siguió pasando… Ahora perseguía a Naraku y Rin seguía a su lado. Pronto más de sus enemigos se dieron cuenta de que la chiquilla podía ser usada para amenazarlo. Tal como lo hicieron dos de los siete guerreros. Esto lo llenaba de furia… ¿Cómo era posible que lo subestimaran de esa manera? Y lo peor de todo que usaran a una niña humana para lograr sus cometidos?... Era ridículo, aunque una parte en su interior se decía que no podía abandonarla a su suerte. No entendía por qué.

El tiempo siguió transcurriendo y la niña seguía ahí, y a él parecía no molestarle. La verdad es que no le prestaba mucha atención, pero a veces, esa niña le rompía sus preconceptos de ciertas cosas de una forma inesperada.

Como cuando la vio escalar un risco muy alto para conseguir una planta para salvar a Jaken de un envenenamiento o cuando le deseo buena suerte cuando se adentró en las ruinas del Monte Hakurei para buscar a Naraku. Pero el momento en el que si lo desubicó por completo llegaría un día en que la fue a buscar cuando la secuestró el youkai Ongokuki.

Cuando volvieron y mandó a Jaken a buscar a Ah-Un, ella corrió hacia unas tumbas olvidadas y susurró…

- "Oiga, Sesshômaru-sama…"

- "Qué?"

- "Algún día, cuando yo muera… Le promete a Rin que no se olvidara de ella?"

Nunca se había preguntado eso anteriormente, y eso lo dejo sin habla por unos segundos. En ese momento le respondió que no preguntara tonterías, pero en su interior se dijo a si mismo que eso no era ninguna tontería… Al contrario

¿Qué pasaría cuando Rin muriera?

Recordó que un extraño sentimiento lo embargó… Temor…

Inmediatamente lo suprimió y se dijo a si mismo que el no sentía miedo de que una simple criatura humana muriera… Era por demás ridículo y estúpido.

Pronto se daría cuenta que no era ridículo…

Cuando visitó a su madre para saber más de Tenseiga y como usar su nueva técnica, el Meidô Zangetsuha, un perro del Meikai se llevó a Rin y al niño exterminador Kohaku, que ahora por azares del destino los acompañaba a ese horrible lugar. Él por supuesto no tardó en ir hacia allá para fortalecer su katana y de paso sacar a Rin de allí. Cuando logro extraerla del estómago de ese perro se sintió tranquilo al ver que seguía con vida, vio que el niño se levanto y le dijo que la cargara. Pero mientras caminaban mas adentro en la oscuridad…

- Sesshômaru-sama… Rin no respira

Su mundo se detuvo momentáneamente al escuchar la frase "Rin no respira", retomo su forma estoica y fría y se dispuso a revivirla de nuevo. Cual fue la horrible sorpresa de que no habían sirvientes del Meikai que cortar, por ende, no podía revivirla. Se arrepintió de haberla dejado venir con él… Que hubiera sido lo mejor que se quedara en una aldea humana…

No pudo pensar mucho más porque la oscuridad arrastro el cuerpo inerte de la niña hacia el fondo. No dudo en correr por ella al escuchar que ella podía ser revivida si cortaba al guardián del Meikai. Derrotó al sujeto y sostuvo a Rin esperando que despertara. Pero nada… Luego escucho a su madre decir nuevamente que si había sido traída a la vida con anterioridad por Tenseiga no reviviría más…

No podía salvarla… No podía salvar a Rin…

Soltó su espada y la contemplo muerta con la cabeza apoyada en su mokomoko… No había cosa más horrible que eso…

Había permitido que muriera y todo por entrenar una espada, y ahí fue cuando pensó la verdad más absoluta de su vida

- "Nada puede valer más… que la vida de Rin"

Y así era… Ahora la vida de una humana se había convertido en lo más valioso de su existencia… Por más que quisiera, el Daiyoukai no podía escapar de esa realidad.

Volvieron al final al mundo real. Después de escuchar las palabras de aquella fría mujer que le decían que debía tener compasión a la hora de pelear y que no era ningún dios para evitar la muerte cuando él quisiera, vio como ella lo miró y se dio cuenta de que había tristeza en su corazón.

Lo siguiente que observo fue a ella acercándose a Rin mientras le colocaba la piedra esa… Una luz apareció y de repente… Ella abrió sus ojos.

No lo pensó dos veces y puso una mano en su rostro y la miró fijamente, complacido de verla con vida nuevamente. Ella le sonrió de nuevo y él sintió un ápice de felicidad en su interior. La ayudo a incorporarse y se marcharon

Después de eso… Meditó cual era la acción correcta que debía hacer con la niña. Era peligroso que siguiera a su lado pero tampoco la podía abandonar. Además ella era ahora algo valioso para él… Y si moría de nuevo… Ya no la podría traer de vuelta.

Así que cuando Naraku murió… El tomo una determinación.

Rin viviría en la aldea de Inuyasha… Para que no corriera peligro.

Al comunicar la noticia a la pequeña, esta se negó rotundamente, gritaba y lloriqueaba rogándole que no la dejara ahí, que no era lo que quería, que ella quería estar siempre a su lado.

Sus fibras emocionales (si es que tenía alguna) se volvieron a resquebrajar otra vez… Si bien no mostraba ninguno de estos sentimientos físicamente, en su mente, Sesshômaru se debatía entre dos voces que le decían que la llevara consigo y que la dejara allí. Su orgullo lastimado le gritaba que era un débil.

Él era un Daiyoukai. El mononoke más fuerte. No podía confundirse por una simple humana.

Pero él sabía que no sería correcto desligarse para siempre de ella. Así que le prometió visitarla de vez en cuando y que tal vez algún día, ella tomaría la decisión de si quería vivir ahí o seguirlo de nuevo. Eso pareció tranquilizarla y acató la orden dada por su señor.

Así, transcurrieron los años, y él, Jaken y Ah-Un la visitaban de vez en cuando. Siempre que iba le llevaba un kimono nuevo. No sabía a ciencia cierta por qué pero lo hacia. Simplemente le nacía. Además él no tenía por qué darle explicaciones a nadie. Era un Lord

Recordaba que Rin siempre se alegraba mucho por dichos regalos y les contaba anécdotas que incluían desde las labores que Kaede-sama le decía que hiciera hasta momentos chistosos involucrando a Inuyasha y más recientemente a su hija Izayoi , pero un día cuando tenia 15 años y medio le dijo

- "Sesshômaru-sama, el mejor regalo que me puede dar es que ud venga a verme…"

Una vez más… Rin le rompió sus ideas.

Cuando la niña cumplió 17 años, notó algo diferente en ella.

Ya no tenía el cuerpo escuálido y delgado de antes. Era una niña alta de piernas bien formadas. Su cabello había crecido hasta un poco más arriba de la cintura y no lo ataba en su mechón característico hacia un lado, sino que ahora estaba suelto. Su torso también al parecer estaba a punto de terminar de formarse por completo y sus ojos, si bien aún reflejaban su inocencia innata, tenían un brillo más maduro. Además toda la contextura de su cuerpo era más fuerte, ya que la miko pareja de Inuyasha le había enseñado a usar el arco. Al parecer Rin tenía un poco de poder espiritual también. Toda la imagen era destacada con un kimono lila con detalles blancos muy hermosos. Obsequiado por él claro

Ahí se dio cuenta de algo determinante. Eso si lo había asustado…

Le dijo a Jaken que era hora de marcharse y emprendió su viaje.

El ver a la chiquilla de esa manera lo desconcertó…

En que momento Rin se había convertido en esa mujer tan endemoniadamente hermosa?

No podía dejar de pensar en ella… Simplemente no podía, así que decidió no acercarse a la aldea hasta que tuviera sus ideas y sentimientos claros.

Evaluó cual era la forma en la que él veía a la joven. Como una hija nunca la había visto, eso le quedaba claro. Tal vez pensó que era como una ahijada o algo así, pero eso tampoco encajaba en su concepto. Como cuando era una niña no le prestaba mucha atención supuso que era esa la razón. Si bien era lo más importante en su vida, no podía decir que la quería como a una hija o a un familiar.

Entonces cómo demonios la quería?

A su mente venían una y otra vez las imágenes de esa Rin convertida en casi una adulta. Su cuerpo de mujer vistiendo esos hermosos kimonos que el le obsequiaba, con su cabello al viento y sus ojos viéndolo fijamente

Se detuvo ahí, y pensó:

- "Rin… me atrae?"

Se sintió raro y asqueroso al mismo tiempo ya que recordó que Rin, aunque fuera hermosa, era humana…

Humana

La palabra recorría su mente, era imposible para él guardar tales sentimientos hacia una humana. Él repudiaba a la raza, le parecían todos un montón de ineptos sin ningún valor. Sin habilidades naturales con las cuales defenderse. Hipócritas, poco leales y cobardes.

Pero Rin era así?

Estaba claro que no

Rin era la excepción a la regla. Era más dulce que la miel y más pura que el agua. Su sonrisa iluminaria al mismo sol y su capacidad de ver por encima de las apariencias era impresionante, es decir, nunca le tuvo temor a él, un mononoke poderoso.

No era como los de su especie… Pero seguía siendo humana, y él no podía mezclarse con ellos... Odiaba a dichas mezclas… Los Hanyou

¿o no?

De repente recordó a Inuyasha. Lo había detestado toda la vida por ser hanyou y por poseer a la poderosa katana Tessaiga, herencia de su padre el comandante Inu no Taishô. Siempre lo consideró una vergüenza para la familia y que su sangre humana lo hacía un ser insignificante y débil, pero en algunas ocasiones lo había sorprendido, ya que a medida que transcurrió el tiempo su medio hermano había probado ser el verdadero dueño del arma y había incrementado sus poderes considerablemente. Por mucho tiempo pensó que el obtener a la Bakusaiga había hecho que ese odio hacia su hermano desapareciera, pero mas adelante se daría cuenta que el nunca en realidad pudo odiarlo… Tal vez solo estaba algo resentido por que pensó que su padre nunca lo había reconocido adecuadamente. Siempre le había guardado mucho respeto a su figura paternal, era un gran Daiyoukai, pero a la vez tenía ese extraño sentido de protección a los humanos. No lo entendía muy bien, pero ahora después de conocer a Rin, comprendía mejor las cosas., aunque no del todo.

Incluso también vino a su mente la pequeña hija de Inuyasha y la miko, que llevaba el nombre de aquella mujer de la que se enamoro su padre, Izayoi. La niña tenía los rasgos característicos de Inuyasha, cabello plateado, ojos dorados un poco más oscuros y las orejas de perro. La única diferencia eran dos mechones negros contrastando con el pelo casi blanco. Aun así su olor era más humano que el del hanyou, lo cual denotaba una mezcolanza mas profunda de sangre. Nunca le había llamado la atención conocerla pero en una de las visitas que hizo a Rin algunos años atrás, vio como la niña de 4 años no se separaba de su protegida, mirándolo con ojos curiosos y tímidos. El le dirigió su característica mirada fría, pero la pequeña no se intimido, sino que le sostuvo dicha mirada, con algo de miedo, pero curiosidad. Rin estaba parada sin saber que hacer o decir, aunque no tuvo que hablar, el mononoke se le adelantó

- Tu nombre

- Eh?

- Dime tu nombre

La niña había mirado a Rin como preguntando; y ahora qué?. La joven la animo a que respondiera.

- Anda vamos, dile tu nombre

- Bueno… Mi… mi nombre es Izayoi, señor

- Izayoi…

- Oiga, mmm… este… le puedo pedir algo?

El guardo silencio

- Ud es hermano de mi padre cierto?

- Que es lo que quieres?

- Pues yo… vera… le puedo decir ojisan?

La pregunta de la niña lo había tomado por sorpresa. No le agradaba del todo que se tomara esa confianza de buenas a primeras, incluso ya estaba escuchando a su sirviente Jaken reclamando que eso era una falta de respeto y que era una niña tonta y un estorbo. Ese sapo podía ser muy imprudente…

- Silencio, Jaken

- Eh? Si si disculpe amo bonito.

Las dos niñas lo miraban con incertidumbre, aguardando su respuesta, miró a Rin un momento, al parecer ella le pedía con los ojos que accediera a la petición de la menor. Al final, no le agradaría, pero si a Rin la hacía feliz…

- Haz lo que quieras –le había dicho-

Esas simples palabras al parecer habían alegrado a su sobrina enormemente, ya que salió saltando y gritando feliz de la vida que había conocido a su tío y que era grandioso. Pero también vio que Rin le sonreía y le agradecía el gesto.

Como era posible que algo tan sencillo la hiciera sentirse feliz? La dicha de otros al parecer también se convertía en suya. No terminaba de conocer a la humana, pensó.

Su mente regreso de nuevo al tema de inicio.

Qué exactamente sentía el por Rin ahora? Se habría enamorado de ella?

Eso era estúpido e impensable. Él era el Lord Daiyoukai de las tierras del Oeste. Simples enamoramientos no tenían cabida en su ser. Eso era de los débiles como Inuyasha. Además, ella era una humana. Con mucha menor razón era posible una unión con ella.

Pero de nuevo… Era Rin… No una humana ordinaria.


Tres años habían durado estas contemplaciones. Para él, ese tiempo no significaba nada, era como el paso de días o semanas, pero para Rin, eso no era así. Para los humanos el tiempo era crucial y pasaba por ellos con rapidez. Además que ella podría dar una interpretación equivocada de su ausencia. Podía creer que se había olvidado de ella, lo cual no tenía sentido, ya que todo este tiempo no había hecho otra cosa si no era tenerla en su memoria constantemente, meditando, decidiendo…

Cuando al fin su cerebro le dio la respuesta definitiva, decidió que era el momento de visitarla nuevamente.

Se puso en marcha junto a Ah-Un y Jaken, a quien mando que trajera un kimono y una peineta nueva. No llevaría un regalo solamente. Esta vez serían dos.

Pudo sentir su olor cerca y reconoció también el del resto de humanos que vivían ahí, así como el de los dos hanyous y el kitsune. También percibió el arma de una nekomata y el de aquel chiquillo Kohaku, muy cercano al de Rin. Esto le causo incomodidad inmediata. El exterminador no había sido de su agrado nunca, debido a que por órdenes de Naraku había intentado matar a su protegida, aunque después a petición de la humana, lo había salvado del miasma inyectado por las serpientes de Byakuya de las ilusiones meses después. El niño los había acompañado incluso durante su estancia en el Meikai. Rin le tenía aprecio, y si eso era así, pues debía aceptarlo. Pero ahora que había crecido, noto en las veces que visitó la aldea y él se encontraba ahí que miraba a la chica con ojos ilusionados, ojos de enamoramiento. La sola idea de que le pidiera a Rin que se uniera a él le pareció repugnante. Pero en el fondo sabía que Rin no lo aceptaría. Por que se había dado cuenta la última vez que la vio, que ella se ponía nerviosa con su presencia.

No era temor, solo un nerviosismo extraño. Incluso veía como en ocasiones se sonrojaba más de la cuenta y hablaba tartamudeando. Su cara de felicidad ya no era la misma de cuando era una niña, ahora tenía un significado diferente. Lo cual hacía muy obvio lo que sentía.

Ella se había enamorado de él, un mononoke. Era muy evidente.

Eso lo confundía aun más, e incluso le infundía cierto temor, pero no por él, por ella. Sabía que el amar a un youkai traía graves consecuencias para una humana. Eran rechazadas y despreciadas, y en el peor de los casos; amara a un mononoke traía la muerte. Mentalmente se reprendió, él nunca permitiría que Rin pereciera por algo así. No valía la pena morir por amor.

Al fin llego cerca del riachuelo que pasaba por la aldea. Como era usual desde que Izayoi lo llamara ojisan, fue la primera en salir a recibirlo. Seguía siendo una niña, solo que ahora más crecida, de 9 años calculó.

- Sesshômaru-ojisan!! Que bueno que has llegado!!!

- Izayoi

- Ya había pasado mucho tiempo desde que venías a visitarnos!!-ella siempre estuvo convencida de que venían a verla a ella también- Hola Jaken-sama!!!

- Si, si, oye chiquilla no grites tanto! Que insoportable eres!! Sin duda alguna eres igualita al tonto de tu padre, no puedo creer como mi amo bonito te permite esas confiancitas de "ojisan" y no se que, yo si estuviera en su lugar te…

- Jaken!

- S-s-si Sesshômaru-sama

- Silencio

- Ay si, perdón amo!!

- Rin se pondrá muy feliz de que hayas vuelto!! Te ha extrañado muchisisisisisimo

Como usual, Sesshômaru no dijo nada, solo se le quedo viendo y pensando si realmente eso era cierto. Izayoi seguía curiosa y ahora le intereso saber el contenido de la caja en la espalda de Ah-Un

- Jaken-sama, esa caja en la espalda de Ah-Un trae un kimono para Rin cierto?

- Pues claro, como siempre, oye que no estas más grande que la última vez que nos vimos?

- Obvio, han pasado años, que esperaba que me quedara igual que antes?

- Niña insolente!! Te voy a…

- Jaken

- Ayy!! Si amo?

- Saca la peineta de Izayoi de la caja

Los irises ámbar de la niña se iluminaron al instante, ¿le trajo un regalo a ella también? Que felicidad!!!

Sesshômaru siempre noto que la niña miraba por largo rato los kimonos y peinetas de Rin y siempre le pedía que se los prestase, esta vez ya no tendría que hacerlo.

De repente Izayoi recordó que en las ocasiones en las que su célebre tío venia debía hacer algo…

- RIN-CHAAAAN!!!! Sesshômaru-ojisan esta aquí!!!!!!!!

La niña se le adelantó, así que después de decirle que se quedara con Jaken y el dragón allí, se dirigió hacia el lugar donde estaba su protegida. Mientras caminaba, escuchó que Izayoi le contaba a su sirviente que la miko Kaede había muerto recientemente.

La anciana era la encargada de la custodia de Rin mientras permaneciera allí. Sesshômaru lo había dispuesto así ya que notó que esa mujer era la más venerada, por decirlo así, del lugar y era quien daba ciertas órdenes, como una líder.

Su plan de acción no cambiaba mucho con este evento, pero debía ser un poco más sutil a la hora de ponerlo en práctica.

Lo primero que quería ver era a Rin, no tardó mucho. Ella lo veía sorprendida y pudo oler que la emoción la embargaba, a su lado estaba Kohaku, quien lo miró con rencor. Vio que tuvo el impulso de detener a la joven y eso lo enojó. Quien rayos se creía ese niño que era? Optó por darle una mirada amenazadora intentando decirle "Lárgate" y se la sostuvo. Pero en cuando vio a Rin al frente suyo, tuvo que modificarla.

Vio que ya no había ningún vestigio de su niñez. Ya era toda una adulta. Ligeramente más alta que la ultima vez y en la plenitud de su desarrollo físico. Incluso su semblante era diferente, mucho más maduro que antes, pero que conservaba la pureza de siempre. Pudo notar momentos después como Kohaku se alejaba de ahí, pero Rin ni atención le puso. Era lo mejor

Ninguno de los dos parecía querer hablar, así que ella decidió romper el hielo.

- Sesshômaru-sama… Que alegría que este aquí… -sus ojos brillaban como nunca-

- Rin… has estado bien?

- Si, si mi señor he estado muy bien. Ha pasado mucho tiempo… desde la última vez que nos vimos.

- Así parece.

- Y… usted… ha estado bien?

Pudo oler la esencia de sal en sus ojos. Se dio cuenta que estaba reteniendo las lágrimas para que no la viera llorar.

- Si

- Que bueno… Y Jaken-sama y Ah-Un? No vinieron?

- Están atrás con Izayoi

- Oh, ya veo

Hasta su voz era diferente… Sonaba alegre, pero más elegante. El cambio sin duda era radical. Ya Rin no era la misma de siempre. El sentimiento del que se dio cuenta hacía tres años apareció de nuevo

- Sesshômaru-sama…

- Que?

- Ya se entero de que Kaede-sama…

- Si, ya lo se

- Entiendo… Dígame… Ahora que pasará conmigo?

- A que te refieres?

- Bueno, cuando usted me dejó aquí me dijo que algún día yo debía tomar una decisión, si quedarme o seguir a su lado, yo quiero saber si aun puedo tomar esa decisión, o usted ya ha decidido algo?

Lo miro con cierto grado de tensión, esperando la respuesta

- No

- De acuerdo

- Tú tienes que decidir eso

- Disculpe?

- Te doy 3 días para que lo pienses

- Pero señor yo…

- Piénsalo bien, la determinación que tomes será definitiva.

- Y usted se quedará aquí esos tres días

- Si, por los alrededores

- Que bueno, al menos no se irá…

Después de eso, le dijo que podía ir a ver a Jaken y su mascota dragón. Sesshômaru quería que ella estuviera totalmente segura de lo que iba a hacer. Tal vez si lo seguía a él extrañaría a las personas con las que vivía ahí, pero si se quedaba, él no volvería más, y ella no querría eso.

Pensó en darle menos tiempo, pero dadas las circunstancias prefirió esperar. Además no debía ser sencillo para ella y honestamente no se lo quería hacer más difícil. Pero no evito sentirse impaciente y hasta ansioso de saber que escogería ella. Claro, esto nunca lo mostró externamente. Su semblante estoico y frío era algo que no perdería nunca.

Así que resolvió aguardar los tres días, esperando la decisión de Rin.

Continuara...


Ahhhh ya termine. Escribir esto me llevó 2 días, pero espero que el esfuerzo haya valido la pena y les haya gustado

Agradezco a todas las chicas que me pidieron la continuación en el oneshot anterior a esta loca historia… Esto es para ustedes.

Se que tal vez lo que escribí no concuerde con la personalidad del enigmático y repapacito Lord del Oeste… Pero lo importante es que nunca expreso abiertamente sus sentimientos, solo los pensó, y lo que esta en la mente no lo podemos controlar jeje

* Eso de que le hecho agua encima se ve en el manga, en el anime no. Me parecio lindo incluirlo!!! ^_^

Me despido y nos vemos en el próximo capitulo, donde sabremos la decisión que tomará Rin… Cual será?!?! Ni yo lo se… (aja…)

Gracias nuevamente!!