Lo sé, lo sé: ya está aquí otra vez esa pesada insoportable con sus rollos y su verborrea insufrible. Lo siento, pero es una enfermedad, un tic nervioso, me programaron para esto, para hacer tablas sobre Lily y James. Sé que eso acabará con toda la vida en la Tierra en algún momento, pero no puedo evitarlo. Por eso he sustraído (suena mejor que robar descaradamente) esta tabla de las Leyes de Murphy (que son como mi Biblia, con esas predicciones sabias que siempre se cumplen y son todopoderosas) para dedicársela a Lily y los Merodeadores, porque ellos lo valen.

No me peguéis, que me duele.

Podéis dejar reviews, son la gasolina del mundo.

Un beso,

Kira.

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1. Para que algo se limpie otra cosa debe ensuciarse; pero se puede ensuciar todo sin limpiar nada.

- ¡Otra vez! ¡Otra vez! ¡Y todo por tu puta culpa, Pad! – exclamó James al salir del despacho de McGonagall – Es la última vez que te hago caso.

- Vamos, vamos, Jamsie, tanto estrés no es bueno.

- ¡Es la tercera vez que me castigan por tu culpa este curso! ¡Y mi madre sí que se molesta en hacerme pasar ridículos por ello! ¡Mañana voy a tener un vociferador con los cereales!

- Tengo una idea perfecta, Prongs. ¡Eh, no te vayas, escucha! Minnie cree que tú lo hiciste, cosa que es muy probable pero no del todo cierta… ¡Oye, esa patada casi me da! Si le ponemos todas las pruebas a Snivelly y hacemos que ella lo pille, seguro que lo castiga en tu lugar. Antes una serpiente que alguien de su casa – terminó, llevándose la mano al corazón y con tono patriótico.

James lo sopesó exactamente dos segundos antes de asentir con entusiasmo. Ambos corrieron hacia la biblioteca; a Sirius apenas si le llevó colarle un par de petardos encendidos en la mochila a Snape cuando McGonagall estaba justo a punto de pasar. En el momento en que slytherin y profesora se cruzaron, la mochila de Snape estalló en un caos multicolor.

- ¡Señor Snape! ¿Posesión de petardos y bengalas dentro del colegio? – dijo ella como si no se lo creyese. El chico apenas si abrió la boca para replicar – No, creo que una tarde de castigo con uno de sus compañeros le vendrá bien para que no se repita. Seguro que el señor Potter estará encantado de tener compañía el sábado.

James se giró hacia Sirius desde detrás de la armadura con la que se escondían.

- Te mato.