EPILOGO

Las estrellas giraban en la misma dirección que siete años atrás, sin embargo Neptuno brillaba de una forma especial en el firmamento esa noche, más que cualquier noche anterior en la historia, el planeta hacía juego con las innumerables auroras boreales que producían un espectáculo de luces inigualable color verde marino en el cielo de aquella ciudad.

Al parecer todo estaba listo para la inauguración de aquel evento en el que Michiru había sido invitada como anfitriona y con esto su carrera daría un salto hacia el estrellato y los esfuerzos de su trabajo durante todo este tiempo empezarían a verse recompensados como debía. La princesa del último planeta del sistema solar había dedicado todo este tiempo para concentrarse en sólo eso, su música, que se había convertido en el medio por el cual dejaba filtrar desde sus sentimientos más rebeldes hasta los más tranquilos y puros.

Estaba muy bien preparada para una ocasión así siendo una artista de tan amplia trayectoria musical, sin embargo, los nervios aparecían por segundos y la invadían como si se tratara de la primera vez que se presentase a un escenario al estar a pocos minutos de su gran debut en el país Americano.

Repasaba mentalmente las notas del comienzo de la primera canción que interpretaría aquella noche mientras buscaba entre sus prendas el collar que le había obsequiado Setsuna para aquella ocasión especial.

"Sé que estaba en esta cajita… mmm ~ "

Dijo mientras tarareaba el estribillo de aquel tema, sin embargo, de un momento a otro el silencio invadió hasta el rincón más profundo de aquella habitación cuando escuchó sin querer parte de la conversación que se establecía en el pasillo.

"… deberías descansar Tenoh has estado practicando mucho últimamente …"

Los mareos la invadieron en ese instante y su vista se arremolinó como lo hace el mar al desatarse la furia del viento sobre él de una forma impredecible. La presión de su sangre ascendió al igual que el ritmo de los latidos de su corazón. Trató de recuperarse y controlarse a sí misma, respirando hondo y exhalando levemente.

"¿Michiru? … ¿Estás lista? Salimos en 10 minutos…"

"¡Aquí está!" Dijo la violinista para sí misma al encontrar el obsequio que le había dado la representante del tiempo.

Trataba de ponerse la alhaja mirándose al espejo, pero no daba con el cierre, la desesperación la estaba invadiendo junto con los nervios que le había ocasionado la situación anterior.

Cuando por fin cerró la joya, respiró hondamente, colocó sus manos en el tocador que tenía en frente apoyando todo su torso sobre sus brazos, dejó caer su cuello hacia delante y exhaló, repitió esta acción unas dos o tres veces. Sus cabellos se habían dirigido un poco hacia su rostro y lo habían cubierto parcialmente, luego levantó su cabeza y enfocó sus ojos en el espejo que tenía en frente y al observarlos un par de segundos se llenó de toda la seguridad y energía que necesitaba para aquella ocasión.

Sintió en su mano derecha aquel objeto que había sido guía y guardián durante tantos años, el Espejo de Neptuno. Lo empuño y mirándose en él, sabía que había llegado aquel momento por el cual temía y había esperado tanto al mismo tiempo.

Agarró su violín y salió del camerino con la cabeza en alto. Una sonrisa se camufló en su rostro y con pasos firmes y seguros se dirigió hacia el escenario donde interpretaría la canción perfecta para iniciar con la velada más inolvidable de toda su vida.

Haruka se encontraba ajustando sus zapatos en su camerino con un pie sobre una de las sillas mientras su mente estaba divagando en la rutina que seguiría en aquella ocasión, conocía el circuito de carreras como a la palma de su mano y quería conseguir el primer puesto para la firma de Motocross que la había contratado hace años atrás confiando en sus excelentes capacidades como corredora de carreras.

En pocos minutos saldría a las pistas, por lo que terminó de ajustar los puños de su traje, pasó las manos por sus finos y rubios cabellos peinándolos hacia atrás. Tomó la chaqueta con su mano derecha y la apoyó sobre su espalda sin colocársela, el casco de la moto lo tomó con su mano izquierda y salió hacia las pistas de carreras donde nunca se imaginó lo que estaba por vivir.

Llega a su moto, impecable como siempre, deja el casco amarillo sobre la misma, mira su reloj y se da cuenta que es hora de prepararse.

En el escenario luego de una merecida presentación a la violinista que estaba por comenzar con su repertorio, la representante de Neptuno se posa en el medio de la escena con un vestido blanco que le talla toda su silueta logrando ser el centro de atención de todo aquel que estaba observando en esa dirección.

La mujer de cabellos marinos toma elegantemente su violín y por un momento olvida con cual era la canción que empezaría. Por su mente solo pasaba el apellido que acababa de escuchar minutos atrás. "Tenoh… Sabía que este momento llegaría… pero… Concéntrate Michiru, concéntrate"

Sin marcha atrás y debido al público expectante, Michiru coloca el instrumento en posición y empieza a entonar una melodía que no estaba en el repertorio ni mucho menos ensayada, una canción que hace muchos años no tocaba pero que se sabía mejor que su propio nombre, automáticamente el clásico comenzó a sonar en todas direcciones, era aquel que las representaba a las dos en sus momentos de lucha, en sus batallas y en esos más íntimos recuerdos de los cuales sólo ellas dos eran testigos.

Haruka comienza a colocarse la campera impermeable, y justo cuando el cierre está por llegar al final, su sangre se heló, sus movimientos se detuvieron como si su piel estuviese convirtiéndose en una estatua que en cualquier momento se quebraría en mil pedazos.

El viento trajo a sus oídos aquella melodía tan particular, al sólo instante de percibirla, por su cuerpo empezó a correr una electricidad indescriptible, provocándole escalofríos que hicieron que toda su piel se erizara.

Sentir ese sonido suave, delicado, vibrante y con una precisión única en el timbrar de las cuerdas solo podía provenir de una persona. A la motorista se le dilataron las pupilas de sus verdes ojos, su corazón se aceleró al recordar la imagen de aquella mujer de una mirada profunda, de una sonrisa hipnotizadora y de cabellos tan agua marina como el mismo océano.

En su mente resonaba el sonido que emanaban las cuerdas de aquel violín y sin pensarlo articuló como pudo el nombre de aquella persona que nunca más pudo olvidar mientras lentamente giraba su cuerpo hacia el escenario sin poder creer la silueta que sus ojos observaban en ese instante.

"Mi… Michiru"

La última nota del violín de la diosa de los mares retumbó en toda la pista de carreras y los aplausos no se hicieron esperar, el estadio estalló en una euforia que ni la misma violinista se esperaba.

Michiru sonrió al público y les dedicó una última canción antes de marcharse. La gente estaba asombrada y deleitada por el talento de la artista y los hermosos acordes que producía con el instrumento de cuerdas. Su mirada encontró la de Haruka en cuestión de segundos, esta conexión les produjo un vuelco en el corazón a ambas y la melodía de la dueña del océano se hizo más intensa y profunda.

Haruka había quedado paralizada durante todo el concierto de la mujer de cabellos marinos, su cuerpo no podía ni quería reaccionar, su corazón latía al compás de las melodías que surgían del violín, sus manos sudaban de los nervios, no podía creer lo que estaba viviendo, viendo y escuchando, la mujer que estaba sobre el escenario era aquella que aparecía en sus sueños todas las noches durante todos estos años que había estado en América.

La última canción estaba por terminar y la motorista se encontraba caminando hacia el escenario. Un hombre de su equipo de entrenamiento se percató y la llamó preocupado.

- Tenoh! La carrera comenzará en unos minutos... ¿A dónde vas? Tienes que esperar aquí.

La rubia siguió caminando extendiendo una mano hacia arriba dando la señal que estaba todo bien, que no se alarmase y siguió con paso firme...

Entró al pasillo donde estaban todos los artistas que se presentarían y que ya habían hecho su repertorio y decidió esperar a Michiru en la puerta del camerino. La violinista termina su última interpretación y es alabada por su público, saluda cordialmente y se retira del escenario dejando lugar al comentarista para que siguiera con el guión de la inauguración.

Al caminar por el pasillo la esperan unos cuantos fans quienes le piden autógrafos, ella muy amablemente y con una sonrisa se dispone a firmar posters con su imagen, fotografías y papelitos en blanco sin dejar de caminar entre tanta habladuría y emoción por parte de sus seguidores, en un momento alzó la vista en dirección a donde la estaba esperando justo la persona con la que quería encontrarse, no pudo evitar sentir nuevamente aquel vuelco en el corazón que le provocaba saber que otra vez estaba ahí, a metros de la mujer que la desquiciaba en todo sentido. Siguió avanzando notando una indiscutible debilidad en sus piernas como si toda la sangre de su corazón bombeara hacia su cabeza haciendo que se sonrojara sin poder evitarlo, pero tratando de conservar su calma y la elegancia que siempre caracterizaban a la hija de Neptuno.

La motorista se encontraba en el marco de la puerta donde apoyaba el codo del brazo izquierdo mientras jugaba con sus labios dejando entrever la sonrisa que se escapaba de su boca y sin quitar un solo segundo sus ojos de los de Michiru.

Trataba de controlar la situación pero esto era algo que la ponía en sus límites, esperó a que la artista se desocupara de aquel grupo de seguidores que venían acosándola desde que dejó el escenario y justo cuando esto sucedió ambas quedaron frente a frente a poco más de un metro de distancia.

Ahí, mirándose por lo que fueron quizás segundos eternos, como si fuese la primera vez, Haruka se deleitó y sumergió en la mirada más profunda que conoció jamás y Michiru logró ser hipnotizada por el torbellino que se formaba en los incontables tonos verdosos de los ojos de la deportista, nuevamente, las palabras eran innecesarias para ellas dos.

Más aún la violinista intentó quebrar con aquel silencio.

Ha…

Antes de que pudiese pronunciar algo, Haruka la interceptó.

Permítame que me presente princesa: Haruka Tenoh. Mucho gusto.

Al decir esto, la rubia de cabellos cortos se inclinó haciendo una leve reverencia e inmediatamente tomó una de sus manos y le dejó un tierno y cálido beso en esta.

Michiru sentía el correr de su sangre por sus mejillas y su corazón palpitar a mil por segundo, siempre pensó que no lo sabría hasta que llegaría aquel momento, nunca sabría cómo reaccionaría al verla justo en frente de si, imaginó mil formas de cómo se desenvolvería frente a ella cuando por fin se encontraran porque desde la última vez que la vio sabía que aquel día llegaría más no tuvo prisa porque todo estaba destinado para ocurrir así. Para ser perfecto.

La representante de Urano levantó su mirada lentamente detallando cada centímetro del cuerpo de la diosa de los mares de abajo hacia arriba y finalmente clavándola en aquellos ojos acuáticos de la forma en que ella sólo sabría hacerlo.

TENOH!

Se escuchó a unos metros de ellas dos.

Te están buscando todos como locos, en 3 minutos comienza la carrera! Vamos!

Le insistió el joven de cabellos castaños que portaba la misma camiseta de su equipo.

Dame 2 minutos y en 1 estoy en la pista lista para salir a ganar!

Le contestó la rubia guiñándole un ojo a su compañero de equipo.

En ese instante, Haruka toma del brazo a la mujer de cabellos aguamarina y ambas se adentran al camerino de la violinista.

Ves! Vas a perder como te quedes aquí.

Le dijo Michiru algo nerviosa en su tono de voz.

Haruka se acerca lentamente al cuello de Michiru y quitando parte de su cabello huele disimuladamente su perfume, levanta un poco su cabeza y le dice suavemente al oído.

Te tengo como mi amuleto. Contigo no voy a perder.

La carrera se desarrolló sin contratiempos, la motorista llegó a último minuto y terminó de ajustar su traje, se puso el casco rápidamente y se subió en la moto, de inmediato se escuchó el conteo regresivo para empezar la competencia.

"3, 2, 1 GO!"

Veloz como un guepardo y sin mayor dificultad, Haruka se mantuvo al frente durante toda la carrera hasta el final ganando el primer lugar en la competencia por una ventaja bastante apreciable.

"Casi nos matas del susto cuando te perdiste Tenoh! Mil felicitaciones, te lo mereces!"

Le dijo su compañero de equipo dándole un abrazo fraternal al mismo tiempo cuando se bajaba del podio, Haruka se sonrojó un poco y respondió algo avergonzada.

"Ehhh, bueno gracias Will!"

"¡Nada de gracias amiga! ¿Irás a la fiesta de celebración de esta noche?"

"¡Probablemente!"

En eso una chica de cabellos largos y castaños se acercó a Haruka dándole un fuerte abrazo y mirándola como una heroína le habló

"Por fin te puedo conocer en persona Haruka! Mucho gusto, soy Alice!"

"¡Primita! Pudiste venir!" – Interrumpió Will, el colega de Haruka.

"Así es, pero no te emociones, vine por un autógrafo de Haruka! Mi novio te admira demasiado pero es muy tímido para pedírtelo en persona." – Dijo refiriéndose a la motorista y sin apartar la mirada ni un segundo de su vista.

En ese momento Alice sacó un pedazo de papel con un lapicero y la rubia ganadora de la competencia le firmó complaciéndola.

"¿Eso es todo pequeña?" – Le pregunta Haruka en tono amable.

"Por supuesto que no, para mí un beso y un abrazo."

Y sin preguntar le dio un beso en la mejilla y la abrazó fuerte de nuevo, casi estrujándola, en esto Haruka le dice con la voz un tanto asfixiada:

"¡Hey! Es la segunda vez que me abrazas sorpresivamente."

"¡Lo siento, lo siento!" – Argumentó la admiradora de la corredora soltándola de inmediato.

"No te sorprendas si yo también actúo de sorpresa." – Dijo la motorista con un tono de picardía en su voz y acto seguido le guiña un ojo a la chica de cabellos castaños.

En eso su compañero y colega se sobresalta y le pega un leve codazo para neutralizar la situación al tiempo que Alice se sonroja sin poder evitarlo.

Haruka se ríe y finalmente les dice que tan sólo era una broma. Se acerca a su moto, toma su casco con la mano y se despide de ambos en dirección al vestuario que se le había asignado a su equipo de carreras y donde estaban todos los artistas invitados al evento, entre esos Michiru.

La violinista no perdió a Haruka de vista ni un segundo, vio toda la carrera e incluso la escena anterior desde un palco preferencial. No entendió mucho lo que estaba sucediendo, si bien no sabía nada de la vida de Haruka, se consternó un poco y hasta sintió temor de que estuviera con alguien más.

Para ella todo podría ser posible e imaginó mil situaciones e historias en menos de un segundo en su cabeza. Llegó a pensar inclusive que Alice era su actual pareja, por la forma en cómo la fue a saludar.

Volvió a su camerino con preguntas que le barrían la cabeza como un tornado y al entrar cerró la puerta tras sí, suspiró para relajarse un poco y encendió la luz. Lo que vio la paralizó por un par de segundos.

"Ha… Haruka! ¿Qué haces aquí?"

"Ehh, disculpa si te molestó, vine a… Preguntarte si vas a la fiesta de celebración de esta noche."

"No lo sé. Estoy con alguien así que depende si él quiere ir."

"Veo…"

Haruka se quedó en silencio por unos cuantos segundos y acto seguido le dijo en un tono muy tranquilo.

"Ok, no hay problema, avísame de todas formas, sería bueno poder cruzar unas cuantas palabras con una vieja… amiga."

"Si seguro. Yo me voy ya, felicitaciones por tu triunfo, es un sueño que buscaste por mucho tiempo y hoy lo has logrado."

"Gracias Mich. Ehh, disculpa. ¿No te molesta que te diga así o me equivoco?"

Michiru se quedó callada por un momento y no pudo evitar que se le escapara una risa por la pregunta que le había hecho Haruka.

"Si, si me molesta, ahora no sé qué harás para contentarme." – Dijo en tono cómplice mientras se agarraba el cabello y le daba la espalda a la rubia.

Haruka quedó en silencio, sintió una conexión fatal con la mujer que tenía en frente, pero no quería en lo absoluto demostrarle nada, no quería poner en riesgo sus sentimientos, ni con ella ni con nadie. Desde que se separaron su único amor habían sido las motos y su única ambición era ser la corredora número uno a nivel mundial.

Michiru se dio vuelta nuevamente para observarla y Haruka le sonrió y la miró como sólo ella sabía hacerlo.

En ese momento tocaron la puerta y entró el Manager de la violinista, Stephen.

"Michiru? Ya nos vamos! … Ah disculpa, no sabía que…"

"Está bien Stephen, estaba por salir, Haruka es una vieja amiga y la ganadora de la competencia de hoy."

"Mucho gusto Haruka, es un placer, felicidades por tu triunfo."

Haruka asintió sin decir nada.

Michiru tomó del brazo a su Manager y caminó en dirección a la puerta de la pequeña habitación. Finalmente le dice a la motorista:

"Te estaré avisando entonces Haruka, fue un placer volverte a ver! – Acto seguido le lanza un beso con la mano."

Haruka se mantiene en silencio y vuelve a asentir, se despide de Michiru haciéndole una seña con la mano y esbozando una ligera sonrisa. Se da media vuelta y alcanza a escuchar parte de la conversación de Michiru con el tipo que la acompañaba mientras estos caminaban en dirección opuesta…

"¡Estaba convencido que era un chico!"

"Jajaja, no sería la primera vez…"

El comentario realizado por el Manager de Michiru hizo que a Haruka se le escapara una leve sonrisa, luego fue a buscar sus cosas para irse del lugar y darse un baño, necesitaba relajarse un poco, este encuentro con la violinista la había dejado perpleja y con dudas en la cabeza.

Al llegar al cuarto del hotel donde se estaba quedando, tomó un vaso de agua, encendió la televisión tratando de distraerse con algún programa, sin embargo su mirada se perdía y su cabeza comenzaba a divagar sin darse cuenta.

Luego de unos minutos, se sacó la ropa y se metió justo debajo del agua fría y alzó su cabeza para que esta callera en su rostro, sin darse cuenta comenzó a hacerse preguntas una y otra vez acerca del hombre con el que Michiru había salido del brazo.

"¿Quién es?"

"¿Por qué la tomó del brazo?"

"¿Por qué le hacía preguntas?"

"¿Qué le importa quién soy?"

"¿Tendrán algo?"

"Ahora que me doy cuenta no se nada de su vida desde entonces…"

"¿Qué me pasa?"

Después de dar vueltas en lo mismo, sus manos se tensaron un poco y se tomó de los cabellos fuerte y gritó.

"¡BASTA!"

Haruka salió de la ducha tratando de no exponer más sus pensamientos a las preguntas que le carcomían el cerebro. Simplemente trató de automatizar sus acciones mientras se vestía para ir al evento de clausura del torneo el cual había salido victoriosa.

Sin embargo por más que trató de engañarse, su corazón latía sin permiso como un corcel indomable, se sentó en la cama y respiró profundo tratando de controlar sus emociones mientras miraba sus trajes en el guardarropas que tenía en frente.

Sin pensarlo, agarró su favorito. Un traje negro a rayas blancas tipo pianista, que le hacía resaltar sus encantos. Se miró al espejo y vio en sus ojos por un momento un brillo inusual, su mente se perdió en el reflejo del objeto y por un par de segundos percibió dentro de sus pupilas aquellos cabellos marinos que la estaban desquiciando aquella noche de abril, luego de un par de segundos se roció un poco de aquel clásico perfume que usaba desde hacía más de 10 años. Tomó las llaves de su moto y se fue rumbo a la fiesta organizada por su compañía de carreras.

Por otro lado, Michiru pidió estar sola en su habitación de hotel. Se preparó un baño de burbujas en el Jacuzzi que tenía disponible en aquella habitación presidencial. Se sacó todas sus vestimentas y se fijó que el agua estuviera en la temperatura correcta, ni muy fría ni muy caliente, luego de esto se sumergió en el elemento al que pertenecía, escabulléndose del ruido del mundo exterior. Esto era básico para que ella pudiera poner en orden más que sus pensamientos, aquellos sentimientos que acababan de aflorar nuevamente aquel día en el que había vuelto a tener noticias de la única persona a la que había amado con su mente, cuerpo y corazón.

No sabía si aceptar la invitación que le había ofrecido Haruka acerca de ir a la celebración que se estaba llevando a cabo. Se quedó viendo a la nada por unos cuantos minutos, se hundió dentro de la bañera cerrando sus ojos. Sus oídos se taparon con el agua que la rodeaba, lo único que podía escuchar eran los latidos de su corazón y vio dentro de su mente, la silueta de la diosa del viento, se estremeció, salió del agua agitada, no pensó. Michiru es de esas personas que cree que el pensar de más en casos como estos atormenta, prefiere simplemente que las cosas sucedan como el destino convenga.

Salió de la bañera, se detuvo un par de minutos para secar cada parte de su cuerpo y aplicarse crema en sus piernas y brazos. Tomó uno de sus vestidos blancos con piedras color marino incrustadas en él con un corte a media pierna que dejaba entre ver su silueta de una forma muy sutil, elegante y provocativa al mismo tiempo y bajó al Living del hotel.

En ese momento ve a su manager charlando con el personal del hotel y se acerca cuidadosamente.

"¿Stephen?"

El ejecutivo voltea la mirada hacia la violinista y se queda sin palabras detallándola de abajo hacia arriba, era sabido que Michiru se robaba la mirada de más de uno y esa noche se veía indiscutiblemente hermosa. Más aún ella disfrutaba causar esas reacciones en las personas.

Un poco coqueta le pide a su asesor:

"Por favor, me llevarías a la clausura del evento de motociclismo que se celebra esta noche?"

Stephen contesta:

"Deseo concedido bella Mademoiselle"

Minutos más tarde, Michiru se encontraba llegando al lugar dónde se celebraba el evento y sus nervios afloraron en una descarga de adrenalina cuando a la distancia pudo reconocer los cabellos dorados y el singular traje de Haruka Tenoh.

Todos reconocieron de inmediato el auto del cual se estaba bajando la princesa de Neptuno y en cuestión de segundos una docena de papparazzi rodeó a la famosa violinista al despuntar el brillo de sus zapatos de tacón en la antesala del evento.

Haruka se percató del bullicio a la entrada del salón e inmediatamente giró hacia la dirección donde ocurría el suceso, ahí, la vio salir del largo automóvil negro en el cual la transportaba, tuvo escalofríos, trató de tragar, pero se le dificultó, le arrebató una copa de vino que transportaba uno de los mozos, en eso uno de sus colegas se acerca y le pega una palmada por la espalda.

"¡Tenoh! ¡Felicidades! Y dime… ¿Desde cuándo te alcoholizas? ¿No habrás usado drogas también para la competencia verdad?"

Se trataba de Kameda, su compañero y rival en la firma que estaba representando. Nunca se llevaron bien, de hecho, Kameda, siempre intentó ganarle el lugar a Haruka para poder reemplazarla en las carreras que se habían celebrado hoy pero nunca lo logró.

Haruka lo miró desafiante y muy seria y sin decirle una palabra se tomó toda su copa de vino y luego se la dejó justo en el pecho y se apartó de su vista. Subió las escaleras que la llevarían a uno de los balcones del lugar donde tenía una vista mucho más privada y privilegiada para ver a Michiru y detallarla como ella deseaba… sin ser vista.

Justo ahí, logró ver cuando la famosa artista saludaba a la multitud que la rodeaba, Haruka se quedó atónita al verla tan bella y radiante, era como una fantasía de aquella noche de primavera. Miles de pensamientos se cruzaron por su cabeza, era como si alrededor hubiera dejado de existir, lo único que enfocaban sus ojos era aquella silueta a lo lejos que la hacía estremecer hasta la más ínfima hormona de su cuerpo.

Sin embargo, sintió confusión y desapruebo cuando momentos después se acercó tras la chica de cabellos marinos el joven que la había estado acompañando aquella tarde, le ofreció el brazo, que ella aceptó y ambos entraron al recinto en el cual estaba ya el evento para comenzar.

Haruka bajó rápidamente del segundo piso en el que estaba hacia los baños, pasando desapercibida por la mayoría de personas, luego, otro de sus compañeros, que la ve saliendo de los tocadores le dice:

"¡Hey Haruka! Aquí estás, sino estoy mal, te estaban buscando los chicos del staff para que des inicio al evento."

"Q… ¿Qué?"

"Si, ya sabes, como ganaste, debes decir algunas palabras."

"Pero yo… No preparé ningún discurso."

"¡Ah no se amigo, eso fue lo que me dijeron!"

El muchacho se aleja y Haruka se va directo al pequeño escenario armado para ese día.

Michiru la vio pasando por entre medio del lugar rumbo a la escena, sintió ganas de irla a saludar, pero la vio bastante ocupada y tampoco quería molestarla. Esperaría entonces la ocasión ideal.

Se ve que la rubia habla con algunos de sus directivos quienes le insisten para que sea ella quien haga la apertura del evento, sin opciones, Haruka sube al escenario se aclara la garganta ante la gente del lugar y los micrófonos lanzan un tono agudo por la cercanía con los parlantes del lugar. Luego de un par de ajustes se escucha por todo el salón:

"Ehmm Buenas Noches…"

Con la atención de todos en ella, la rubia no pudo evitar sonrojarse, trató de no pensar y decir algo rápido para bajarse de ahí inmediatamente.

"Bueno, jeje soy buena con las motos, no con este tipo de cosas…"

Los asistentes lanzaron unas pequeñas risas por el mal preparado discurso de la motorista, todos la observaban atentamente. Una luz de fondo la iluminó solo a ella quedando lo demás en una tenue y cómoda oscuridad.

"¿Pues qué puedo decir? Gracias a todos por venir, pásenla bien y diviértanse."

Se despide saludando con su mano en la frente y sonriendo brevemente. Acto seguido habla un animador quien propone que sea Haruka quien comience el baile de la noche.

Entre sonrisas y bromas, Haruka intenta no cumplir con la petición del animador del evento, pero todo el personal se unió a la gran idea y no tuvo otra alternativa que hacer caso a la multitud. En instantes se dirige hacia la parte posterior del salón donde estaba Michiru y otras dos chicas más, con la mirada clavada en la sirena camina en su dirección, pero en cuestión de un segundo, cambia su parecer y le pide la mano para bailar a la prima de su colega: Alice.

Michiru siente confusión y aunque intenta disimularlo la sangre le hierve por dentro como agua en ebullición, se siente al mismo tiempo confundida y no pudo evitar sentir celos de aquella chica… Quiso agarrar sus cosas e irse pero eso sería tonto y cobarde de su parte y ella no era así en lo absoluto. Al contrario de eso, se sentó, cruzó las piernas y sonrió con la elegancia que la siempre la caracterizaba.

Duró un par de minutos sentada, inmediatamente que los chicos de la fiesta notaron que la violinista estaba sin pareja y vinieron a pedirle que bailara con ellos, sin embargo su respuesta fue –"Lo siento mucho, será la próxima vez"- mientas tomaba la mano de Stephen con quien se dirigió a la pista en breve.

Durante todo el baile Michiru no le quitó los ojos de encima a Haruka, obviamente, como toda mujer, poseía la cualidad de disimular muy bien este tipo de maniobras. Sin embargo en un momento se encontraron sus miradas nuevamente, si algo no había cambiado en todo este tiempo era aquella conexión que tenían con tan sólo verse directamente a los ojos. Ambas, sintieron ese vínculo fatal que las extasiaba. En un momento Michiru escucha que le hablan…

"…iru…. Michiru… MICHIRU!"

"¿Ah? ¿Qué? Dime… ¿Qué pasa?

"¿Estás bien? ¿Pasó algo con esa chica? No has parado de mirarla en toda la noche y no me escuchaste lo que te dije"

"Ah si si, perdón Steph, y no no pasa nada con ella, discúlpame, es sólo que la función me dejó demasiado cansada, vine solo por el compromiso social"

"Está bien, tienes que descansar, cuando desees nos marchamos"

"¡NO! … Digo, todavía no, es temprano, yo te avisaré"

En ese momento miró a Stephen, le sonrió dulcemente y siguió bailando con él como si nada hubiera pasado y vuelve sus ojos a la rubia motorista quien ya había dejado de bailar con Alice.

Haruka se desentendió del compromiso del baile y se unió a un grupo de motoristas que estaban charlando en la escena, se podía escuchar unas cuantas risas de lejos que provenían de la improvisada reunión y una conversación bastante predecible, marcas de motos, torneos, etc… Pasaron unos 10 minutos y la gente empezó a disfrutar de las bebidas y el baile, cada quien estaba en lo suyo y Haruka se quedó un rato hablando con su colega y amigo William.

Su conversación con William sobre mecánica fluía como el agua del mar, pero sus pensamientos estaban tan congelados como un iceberg con una única persona. Michiru. William notó que algo le sucedía a su colega y no tuvo más remedio que preguntarle:

"¿Te sucede algo Haruka?"

"'¿Eh… Por qué lo preguntas?

"¡Vamos! Te conozco lo suficiente como para saber que algo te da vueltas en la cabeza… O debería decir ¿Alguien?"

Haruka no pudo evitar sonrojarse ante el comentario de William. Bajó su cabeza y luego la alzó mirando directamente a Michiru en la pista de baile. William entendió de inmediato a qué se refería su compañera de carreras.

"¡Vaya! Eres complicada Tenoh… ¿Siempre por las grandes ligas no?"

A Haruka le causó gracia su pregunta y se sonrojó un poco mientras reía para sí intentando disimular su reacción con Will.

"Tranquila, está todo bien conmigo tú lo sabes"

"Si lo sé, gracias, por cierto… Es sólo que esta vez necesito un favor tuyo"

William se sorprendió un poco y sin dudarlo preguntó.

"¿Y para qué soy bueno?"

"Verás… Te lo diré sin rodeos… Quiero saber si Michiru… está con ese tipo o no…"

"Ohhh veo, bueno… ¿Sabes por qué soy corredor de carreras?"

"Mmm… ¿Por?"

"Porque nunca me fue bien de detective jajaja!"

Haruka se rie ante el comentario de su amigo y le ruega un par de veces más que le haga el favor hasta que este accede, un par de minutos después, Haruka se dirige hacia una de las escaleras para subir al balcón al cual sólo tenían acceso celebridades y personas con acceso V.I.P. donde esperaría a William con la respuesta de su inquietud.

Entre tanto, William buscaba la forma de acercarse a Michiru o de observarla para ver si notaba algún comportamiento comprometedor con el chico con quien había pasado todo aquel día.

La diosa del mar notó que aquel chico que hacía un rato estaba con Haruka estaba mirándola de más… Esto la incomodó un poco y sin pensarlo dos veces ella se acercó a las mesas de bebidas donde él estaba para preguntarle:

"¿Sucede algo?"

"No no Señorita Michiru, ¿Por qué lo dice?

"Vamos, ¿Qué pasa?"

William se sintió intimidado ante las preguntas de la violinista y sus pocas habilidades detectivescas no le dejaron otra opción que decirle lo que pasaba.

"Disculpe que la moleste, pero por favor no me delate…"

"No tranquilo, ¿Qué sucede?"- Pregunta Michiru preocupada.

"Haruka… desea saber si usted…"- William hace una pausa tratando de hacer la pregunta correctamente

"Si yo…"

"¡Si usted tiene algo con ese sujeto!"

Michiru intenta contener la risa pero no puede y finalmente ríe ante la pregunta del motorista.

"Eso no te lo puedo responder a ti querido agente… Tranquilo no le diré a Haruka que has hecho su trabajo mal… pero dime… ¿Dónde está ella?"

"Por favor Señorita Michiru, me mataría Tenoh si se entera que ella me mandó a preguntarle esto"

"Ya te he dicho que no te delataré, ahora… ¿Dónde está Uran… emm… Haruka?"

"Está bien, muchas gracias, tampoco le diga que yo le conté dónde se encontraba ¿Sí?... Está en el balcón V.I.P."

"Gracias… tu nombre?"

"Will…"

"Gracias Will"

Michiru se despide dándole un beso en la mejilla al colega de Haruka y este queda encantado, de inmediato, pide acceso al balcón de celebridades, el cual se lo conceden inmediatamente y al subir las escaleras, ve de lejos a Haruka. La luna era la única fuente de luz del lugar en el que se encontraba la chica de cabellos dorados, sin embargo, no hacía falta más que aquella subliminal iluminación para lo que estaba a punto de ocurrir.

Michiru se acercó cautelosamente por detrás de Haruka mientras la rubia sostiene una copa de vino tinto y le da vueltas mientras juega con las luces que se filtran al líquido a través del vidrio. Michiru se queda unos cuantos segundos sin saber qué decir, por más que lo disimulara, también sentía nervios y vértigo por ver de nuevo a su amada.

Por fin se decide a saludarla y trata de hacerlo lo más naturalmente posible:

"Qué bella que está la noche…"

Haruka reconoce de inmediato la voz de Michiru quién estaba ligeramente detrás de la motorista quien tarda unos cuantos segundos en voltear a verla.

Con la copa en la mano, por fin se voltea en dirección a la violinista y se mantiene apoyada de un solo lado al balcón, trata de disimular al máximo su encanto a la mujer que tenía en frente y las ganas de recorrerla con la mirada centímetro a centímetro, en vez de esto, la mira fijamente a los ojos, los cuales se veían tan oscuros y profundos como el mismo mar.

"Si… Puede ser… Sin embargo… La belleza de la noche no se compara con otras majestuosidades que he visto el día de hoy…"

Michiru no pudo dejar aflorar su ego y sin pensarlo mucho contestó con un - "Gracias…" -

Haruka se acercó lentamente y se aprovechó de la situación para deleitarse observándola de pies a cabeza un poco sobrante, caminó por detrás de Michiru, quien no se movió un céntimo y por detrás de ésta se acercó a su oído y le dijo: - "No he dicho que se trate de ti preciosa" - Haruka no pudo evitar sonreír a medio lado y volvió a mirarla a los ojos iluminados por el satélite natural.

Michiru sintió una sensación helada dentro de sí, un poco de ira e indignación al mismo tiempo, pero no exteriorizó ninguno de estos sentimientos a Haruka. A contra de esto, también le siguió el juego y no pudo evitar reírse con ella, e incluso un poco más.

"¿Qué es tan gracioso?" – Le pregunta Haruka a la artista.

"Eres tan mala para estas cosas"

"¿Qué cosas?"

"Mmm… A ver, cómo te lo digo…"

"Pues… Con palabras." – Haruka se seguía sintiendo confiada en sí misma.

"¿Querías saber si estoy con Steph no es así?"

En ese momento la corredora de carreras se paralizó y se ruborizó inmediatamente, no supo qué contestar, pensó en un segundo un millón de cosas, entre esas matar a William cuando lo vea o por lo menos darle una buena paliza en sentido figurado… Sus latidos por segundo empezaron a aumentar y dejó de mirar a Michiru a los ojos y bajó la vista.

En esto la sirena muestra una cara de complacencia y placer indiscutible, pudo notar de inmediato que Haruka se había enrojecido ante su comentario y la tomó del mentón para verla a los ojos nuevamente.

"No me contestaste…"

"Ehh, yo…"

Haruka levanta milímetros su vista, estaba muy sonrojada y finalmente se pierde en los ojos de Michiru, sus miradas hablan por sí solas y finalmente sucede…

Los recuerdos de aquella noche serían inolvidables, las horas se hicieron segundos y los días a partir de ahí estuvieron completos de nuevo. Ambas se olvidaron de sus miedos y se entregaron en alma y cuerpo.

Habían pasado 2 meses desde aquel reencuentro, todo estaba yendo de maravillas, sin embargo, lo que pasaría esta noche en la fiesta de bodas de Serena no se lo esperaba nadie…

-¡Michiru, Haruka, vengan, estamos aquí!- Gritó mina desde lejos.

Michiru, con una risa un poco tímida se acercó a la mesa en dónde se encontraban reunidas todas sus amigas. La fiesta siguió la tradición, todos bailaron el vals, brindaron y había llegado el momento en el que la novia tirara el ramo de flores a la próxima que le tocaría casarse!

-Jajaja! ¿Quién será la próxima víctima?- Dice Mina a las chicas mientras codea a Michiru.

La violinista, muy elegante esa noche, no pudo evitar sonrojarse y reírse ante el comentario de su amiga.

A lo que todas se ríen e inmediatamente Amy increpa. –Mina, deja a la pobre, tu no cambias más… a todas estas, ¿dónde está Haruka?-

- No lo sé- Se escuchan las demás respondiendo entre murmullos…

Serena, se veía radiante, hermosa, esta vez no llevaba 2 chonguitos como solía hacerlo cuando era una adolescente, ahora, todas eran unas mujeres maduras y la Princesa de la Luna llevaba su cabello recogido con un moño excelentemente elaborado que le hacía relucir sus facciones de una forma espectacular… Muy delicadamente toma el micrófono con una mano y el ramo de flores con el otro y se dirige a sus invitados.

-"Gracias a todos por venir y por acompañarme a vivir conmigo este maravilloso momento, ahora quiero a todas las chicas solteras se coloquen aquí en frente para sortear mi ramo de flores"-

En ese momento, se acercan entre 15 y 20 mujeres de todas las edades, entre tanto Mina le dice a Lita y Rei siendo bien dramática… -"¿Qué aquellas no se ven muy viejas para casarse?... Que nos dejen la posibilidad a nosotras que estamos jóvenes y bellas"-

Michiru estaba dudosa de ir, pero luego de cruzar un par de palabras con su vieja amiga Setsuna se animó sólo para jugar un poco…

-"¡Vamos! Será divertido, yo también te acompañaré"- Dijo la guardiana del tiempo.

-"¿Pero dónde está Haruka?"- Preguntó Michiru.

-"Ahh, no se, ya sabes, quizá se escondió en el baño para evitar estos momentos BOCHORNOSOS"- Le contestó Setsuna, haciendo incapié en la última palabra

Michiru, se rió y asintió. -"Si… no sería nada raro…"-

En realidad la diosa del viento, si estaba en el baño, pero transpirando frío y de colores, esperando el momento justo para hacer la pregunta de su vida…

Serena cuenta hasta tres y tirá el ramo para atrás mientras tiene los ojos tapados.

Para sorpresa de todos los que estaban en el evento, el ramo cae directo a las manos de la hermosa chica de cabellos marinos.

Todos aplaudieron y Michiru no sabía ni qué hacer con el arreglo floral, ni dónde meter su cara que estaba pasando a tomar el color de una cereza.

-"Ehhh… bueno gracias"- Dice la artista, dando la vuelta y abriéndose paso para volver a su asiento, pero justo antes de que pudiera dar un paso, se escucha en el micrófono la voz de alguien que no se esperaba que hablara en ese momento.

-"Espera preciosa no te sientes aún…"- Haruka se aclaró la garganta mientras trataba por todos los medios de esconder su nerviosismo. Sus manos sudaban, su pulso se aceleró y sus mejillas se enrojecieron un poco… Siguiendo con su pequeño discurso, la rubia tomó firme el micrófono y prosiguió.

-"No creo en esos sorteos de ramos de bodas, pero esta vez no se equivocó."-

Michiru abrió sus ojos y se tornaron tan azules como lo más profundo del mar, sus piernas estaban a punto de perder el equilibrio ya que no entendía, o mejor dicho, no quería creer lo que estaba a punto de escuchar…

-"Quiero pedirte delante de toda esta gente… que seas mi esposa"-

Michiru, sin darse cuenta dejó caer el ramo de flores al suelo, sus ojos se llenaron de lágrimas y trató por el mismo Neptuno de no derrarmar ni una… en vano.

Salió corriendo a los brazos de su amada para confirmarle la propuesta con un beso mientras se desvanecían entre los aplausos de la gente.

Finalmente Michiru contestó. –"Esta vez el destino me ha dado una de las misiones más importantes de mi vida"-

Haruka inquieta le pregunta… -"¿Ah si? Y… se puede saber, ¿cuál es?"

La dueña de los mares le contesta dulcemente –"Hacerte feliz hasta el fin de los tiempos"…

FIN