Al fin actualice! Estaba medio bloqueada con este capitulo, por eso me tarde, perdón! T.T Esta es la continuación del capítulo pasado, espero q Iggy no me haya quedado muy ooc, a ver que opinan ustedes XDDD Ah! Y tbn este va dedicado para Daina-chan, porq me ayudo a salir de mi bloqueo ^^ (para q veas q si te quiero ¬¬)

Aviso que me voy ir de viaje a…no tengo idea, no he preguntado …mañana y volveré…tpco tengo idea…bueno, supongo q para el lunes o martes estaré de vuelta y actualizaré alguno de mis otros fics.

Disclaimer: Hetalia no es mío y nunca lo será, porq siempre tengo q repetirlo? T.T


-¡Ay, Arthur! De verdad lo siento. Peter fue a visitar a Raivis y no volverá hasta mañana, si nos hubieras avisado antes que vendrías…

Inglaterra bebió un sorbo de su te y contempló a las dos naciones frente a él sin inmutarse. Había ido a visitar a Suecia y Finlandia para hablar del comportamiento de Sealand, claro que no les había dicho sus verdaderas intenciones y en lugar de eso había argumentado que simplemente quería visitar a su hermano menor. Agradeció mentalmente de que el niño no estuviera presente, puesto que así podría discutir el tema con sus padres adoptivos sin preocuparse de que fuera a interrumpirlos o a espiarlos.

-De Igual manera no creo que le hubiera entusiasmado verme.

-¡Por favor no digas eso!-exclamó Finlandia-Después de todo eres su hermano mayor, podrá no admitirlo abiertamente, pero nosotros sabemos que Peter de verdad te extraña. ¿Verdad, Su-san?

A su lado, el sueco asintió con la cabeza y centró su atención en la nación visitante, quien tuvo un escalofrío. Se cuestionaba seriamente si haber dejado a Sealand a su cuidado había sido una buena idea. Pensó que lo mejor era hablar directamente, si bien una parte de él tenía miedo de que al escucharlo, Suecia tuviera el impulso de arrancarle la cabeza. O si hiciera llorar a su esposa con sus comentarios seguramente le iría diez veces peor.

-¿Te gustaría quedarte a cenar?

La voz de Finlandia lo sacó de sus pensamientos.

-¿Qué…?¡Ah! Supongo que…ya que lo piden de manera tan amable, aceptaré-bebió el resto de su te.

-¡Bien!-el finlandés sonrió-Íbamos a empezar a cocinar cuando llegaste.

-¿No necesitan ayuda?

-No-interrumpió rápidamente Berwald antes de que el finlandés aceptara, había escuchado de numerosas fuentes lo peligroso que podría resultar la comida de Inglaterra- E'es n'estro i'vitado, e'tá b'en así.

Y prácticamente arrastró a Tino a la cocina, dejando solo a un confundido inglés.

Arthur suspiró. Se suponía que sólo pretendía tener una rápida discusión con ellos, no quedarse a cenar. Sentía que aquello se le había ido de las manos. A simple vista, ambos parecían personas perfectamente normales (o al menos Finlandia), pero Inglaterra no iba a dejarse engañar tan fácilmente. Sealand sin quererlo, le había contado lo suficiente sobre ellos como para saber que eran una mala influencia para el niño.

Con esa idea mente, fue rumbo a la cocina, decido a hablarles de una vez por todas, pero sus planes tendrían que esperar un poco más.

-Si me gustaría, pero no estoy seguro…

Reconoció la voz del finlandés. Al parecer los nórdicos tenían su propia discusión sobre algo.

-P'ro d'jiste que si q'rías. Y por mí e'tá b'en.

-No creo que él…-un ruido llamó su atención-¿Arthur?

-Eh…si…-balbuceó apenado el inglés al saberse descubierto. ¿Cómo podía llamarlos malas influencias luego de haber sido atrapado espiándolos?-Pensé que…era muy descortés de mi parte dejarles todo el trabajo.

-Muchas gracias, que amable-dijo Tino antes que el sueco pudiera intervenir- ¿Podrías pelar las zanahorias?-Inglaterra asintió y tomó el cuchillo- sólo ten cuidado de no…

-¡Auch!

-…cortarte…

Nada más oír su exclamación de dolor, Berwald salió corriendo a buscar un botiquín. Tino se colocó al lado de Arthur y lo condujo al lavabo, dejando que el chorro de agua cayera sobre su dedo herido.

-Estoy bien, no fue nada-repuso algo apenado por la indeseada atención.

-Todavía está sangrando, espero que no haya sido muy profundo.

Suecia entró momentos después y presionó una gasa contra la herida, que poco a poco dejó de sangrar. Le indicó a Finlandia con la mirada que le alcanzara algo del botiquín y Tino así lo hizo.

-¿Qué esto no es para niños?-cuestionó Inglaterra al ver la bandita adhesiva color azul y con un pequeño dibujo de un conejo que pretendían usar.

-Son las que le gustan a Sea-kun-explicó el finlandés-¿Te duele?

-Estoy bien-repitió molesto y se sobresaltó al sentir que el sueco lo miraba algo…¿preocupado?-Um…gracias por molestarte y lo siento-agregó sonrojándose. Se sentía como un niño de cinco años.

Y su vergüenza se hizo más grande cuando Tino tomó su mano y besó con cuidado la herida.

-¿¡Qué…!

-Perdón-ahora era él quien sonaba apenado-Es la costumbre, siempre que Sea-kun se lastima, eso lo hace sentir mejor.

El inglés pensó que Finlandia estaba muy metido en su papel de madre. Con razón Suecia decía que era su esposa. No alcanzó a notar que el de lentes le había susurrado algo al de ojos violetas y éste estuvo de acuerdo.

-Hana-Tamago debe estar extrañando mucho a Peter-habló el finlandés- ¿Por no vas y juegas con ella hasta que la cena está lista?

-¿Yo?-se señaló a sí mismo con el índice lastimado y suspiró. Ahora verdaderamente lo estaban tratando como a un niño. Iba a seguir alegando cuando un ladrido llamó su atención.

La mascota acababa de entrar. Empujó una pelota con el hocico y luego se alzó en sus patitas traseras, intentando llamar su atención y volviendo a ladrar. Inglaterra se le acercó sin querer y la perrita se tiró al suelo, para que pudiera acariciarle la barriga.

-Le ag'adas-dijo Suecia, y Finlandia soltó una risita.

-Bueno, entonces…-estaba totalmente cautivado por aquella linda y tierna cachorrita-Creo que le haré compañía.

Había pasado ya un rato desde que Arthur salió a jugar y entonces recordó que algo así le había pasado antes. También había ido a hablar con Suecia sobre Sealand, pero al verlos tan entretenidos con su mascota, terminó por acompañarlos y se olvidó por completo de su propósito inicial.

-¡Wof wof!-ladró Hana-Tamago al ver que se habían olvidado de lanzarle la pelota.

Inglaterra miró a la perrita, que daba de saltitos entusiasmada tratando de que le hiciera caso. Le sonrió y se agachó para acariciarla. Hacía mucho que no pasaba un momento de tanta paz y tranquilidad. Lamentablemente, se vio interrumpido cuando del cielo empezaron a caer gotas de agua. Levantó la cabeza. Tan sólo unos minutos atrás apenas había unas cuantas nubes, en cambio ahora parecía que estaba por caer una gran tormenta. Se escuchó un trueno y Hana-Tamago empezó a llorar. Arthur se apresuró tomarla en sus brazos y entrar a la casa, casi estrellándose con Berwald, aparentemente había pensado en ir a buscarlo.

-La c'na e'tá li'ta-anunció.

El inglés sintió un escalofrío. Sabía que Suecia sólo intentaba ser amable, pero no podía evitar ponerse nervioso cada vez que le dirigía aquella intensa y penetrante mirada, era casi como si lo estuviera examinando. Por suerte Finlandia intervino.

-En el reporte del clima dijeron que habría una tormenta. Um…-miró fugazmente al sueco, quien se limitó a asentir como respuesta- ¿Por qué no te quedas esta noche? Sería peligroso si te vas con este tiempo.

-Realmente no importa, estoy acostumbrado-nuevamente sintió que Suecia tenía vista su fija en él-Pero…ya que insisten, acepto.

Sin mencionar que tenía un motivo oculto. Tal vez así pudiera apreciar mejor el tipo de vida que llevaba Sealand al lado de los nórdicos y evaluar si era prudente dejarlo ahí.

La cena transcurrió con normalidad. Además del hecho de que Tino le insistió a su huésped que se comiera todos sus vegetales ("Ya no soy un niño" expresó ligeramente molesto la nación de ojos verdes y el finlandés se disculpó de inmediato), mismos que habían sido acomodados con la forma de una carita feliz ("Su-san tiene que acomodarlos así para que Sealand se los coma"), no pasó nada más. Inglaterra experimentó una ligera nostalgia. Era la primera vez en mucho tiempo que disfrutaba de una tranquila y placentera cena. Bueno, Alfred en ocasiones lo acompañaba, pero su compañía era todo menos tranquila y casi siempre terminaban peleando porque al americano le encantaba criticar su comida. Aquello era diferente, casi se sentía como parte de la familia.

-Puedes tomar un baño si quieres-le dijo Finlandia cuando terminaron-Te prestaré ropa. ¡Ah! ¿Te molestaría quedarte en el cuarto de Peter? Es que los demás están muy desordenados.

-No es como si el cuarto de Sealand estuviera muy ordenado-expresó en voz alta el inglés nada más entrar en la habitación.

Concluyó que al niño le faltaba disciplina y que Suecia y Finlandia lo consentían demasiado. ¿Y así esperaba convertirse en una gran nación?

-A mí nadie me consintió de pequeño-dijo con algo de amargura en su voz, pero inmediatamente sacudió la cabeza con fuerza para quitarse esa idea. Si cualquiera lo hubiera escuchado habría parecido como si estuviera celoso.

De mal humor, comenzó a arreglar un poco el lugar, recogiendo algunas cosas del suelo. Notó unos papeles tirados y al examinarlos con cuidado, descubrió que se trataba de dibujos. En uno aparecía un pequeño perro blanco, en otro aparecían Berwald y Tino y lo que más le sorprendió, fue ver que también había un dibujo de él. Recordó las palabras de Finlandia.

"Podrá no admitirlo abiertamente, pero nosotros sabemos que Peter de verdad te extraña"

Tal vez tenía razón.

Observó el siguiente dibujo y su enojo reapareció con más fuerza. También era de él, pero aparecía usando un bonito uniforme rosa con una linda faldita.

-Bloody brat…

Se disponía a romperlo cuando alcanzó a escuchar unos pasos fuera de la habitación. Arrojó los dibujos y saltó a la cama, pretendiendo que no había visto nada.

-Sólo queríamos ver si necesitabas algo.

-Eh…gracias, pero estoy bien-repuso con una sonrisa forzada. De pronto recordó la supuesta fiesta de disfraces en casa de Japón y no tardó en relacionar aquello con el dibujo.

Miró a sus anfitriones parados junto a la puerta. Quién sabe en qué situaciones los habría descubierto Sealand.

-En ese caso, buenas noches-el finlandés le sonrió-y si necesitas cualquier cosa, no dudes a avisarme a mí o a Su-san.

-Ajá…

Por ningún motivo pensaba ir a su cuarto durante la noche. Si bien el ruido de la tormenta seguramente cubriría cualquier otro tipo de sonido…se sonrojó. No quería pensar en eso.

-¡Oi! ¿!Qué ha…!

De improviso, Suecia se acercó a él y lo besó en la frente.

-B'enas n'ches.

Inglaterra se cubrió completo con las sábanas y sólo se asomó cuando escuchó la puerta cerrarse. Se tocó la frente. No era la primera vez que alguien tenía ese tipo de gestos con él. Alfred, cuando mostraba su ternura oculta (muy, muy oculta), también solía hacer lo mismo. Pero eso se había sentido diferente y no estaba seguro porqué. Seguramente era la costumbre con Peter.

Mientras tanto, la micronación se movía inquieta en la cama. Tenía algunos problemas para dormir, puesto que había recordado que su madre había comentado en la mañana que se aproximaba una gran tormenta.

Sealand suspiró. A su lado, Raivis abrió lentamente los ojos.

-¿Peter?-preguntó algo adormilado-¿Qué pasa?

-Estaba pensando si papá y mamá estarían bien-volvió a suspirar-Sea-kun no está para cuidarlos y no quiero que vayan a asustarse.

-¿Lo dices por la tormenta?-se incorporó ligeramente y el otro asintió-Pero…um…Suecia y Finlandia ya son adultos, seguro que estarán bien.

Peter no estaba tan seguro. En aquellas noches, los relámpagos y truenos lo ponían algo nervioso (no asustado, sólo nervioso, los grandes imperios no se asustaban por algo como eso). Estaba seguro que sus padres se sentían de la misma manera porque entonces solían ir a su habitación a hacerle compañía y llevarle una taza de chocolate caliente. ¿Qué harían al no estar él en casa?

-No deberías preocuparte-intentó calmarlo Letonia-Ya verás que estarán bien.

Miró a su amigo unos instantes y volvió a asentir. Raivis tenía razón. Papá-Suecia y mamá-Finlandia podrían arreglárselas solos por una noche, sentía que los estaba consintiendo demasiado. Además le preocupaba que el chocolate caliente seguramente se desperdiciaría.

-¿Está bueno?

Arthur levantó la mirada de la taza que sostenía y centró su vista en la pareja de nórdicos, quienes luego de que un fuerte trueno los despertara en la madrugada, habían acudido presurosos a su habitación a ver que estuviera bien y llevarle una taza de chocolate caliente. Supuso que debían de hacer lo mismo con Sealand en las noches de tormenta y que aquella acción había sido más que nada por instinto. Seguramente se habían olvidado que era él quien ocupaba su cuarto. Bebió un poco.

-Sí, está muy bueno.

Todavía le molestaba que lo trataran como a un niño de cinco años. Pero a fin de cuentas la tormenta lo había despertado a él también (y había interrumpido un muy agradable sueño donde Francia reconocía su genialidad y superioridad postrado de rodillas), así que decidió seguirles la corriente un rato, además que rechazar aquel gesto habría sido bastante descortés.

-El chocolate que prepara Berwald es delicioso-expresó alegremente Finlandia y la nación a su lado se ruborizó por el comentario- Es la costumbre, espero no te ofendas pero…¿Quieres que nos quedemos a hacerte compañía hasta que vuelvas a dormirte?

-No es necesario-terminó de beber el contenido de su taza. El chocolate lo había relajado y puesto de buen humor-Pero gracias por preocuparse de todas formas.

Tras recordarle que no dudara en avisarles si cualquier cosa pasaba, Suecia y Finlandia regresaron a su habitación. Inglaterra se acomodó en la cama y entonces notó a una pequeña intrusa. Hana-Tamago debía de haber aprovechado que estaban distraídos para colarse dentro del cuarto y se había acostado a su lado. Arthur sonrió y le acarició el blanco pelaje. Pensaba que podía llegar a acostumbrarse a ese tipo de vida.

Y más aún cuando vio el desayuno a la mañana siguiente.

-¡Scones!-exclamó alegremente corriendo a sentarse a la mesa, ignorando la sonrisa de sus anfitriones, que resultaba más obvia en el finlandés.

No sólo eso, habían preparado un típico desayuno inglés: huevos sobre pan tostado, tocino, salchichas, tomates fritos y por supuesto té. Tomó un scone y lo probó.

-Delicioso. Casi podría jurar que lo hice yo.

-Me alegra que te guste-sonrió Finlandia.

Suecia alzó una ceja y probó uno de los scones luego de examinarlo para comprobar que sabía bien. Tino lo jaló levemente por la manga de su camisa y le indicó con un movimiento de cabeza que se sentara. Arthur parecía estar de un excelente humor, por lo que era momento de pasar al siguiente paso de su plan.

Inglaterra estaba demasiado contento para notar aquella actitud sospechosa. Definitivamente todo parecía muy agradable. Ya ni recordaba para qué había ido a verlos en primer lugar. De hecho se sentía como en casa.

-Um…Arthur-lo llamó Finlandia con suavidad- ¿Te…te gustó estar aquí?

-Claro-respondió sin darse cuenta y se sirvió más té-Dejando de lado la tormenta, pasé muy buena noche y la comida es casi tan sabrosa como en mi casa.

-E-entonces…Berwald y yo estábamos pensando…

-Q'date un p'co más.

-El tiempo que quieras.

El inglés dejó de comer y observó confundido primero a Suecia y luego a Finlandia. ¿Por qué le estaban diciendo eso? Tardó unos minutos en comprenderlo.

-No están pensando en comprarme como a Sealand, ¿verdad?

Los nórdicos intercambiaron una mirada llena de preocupación.

-Comprar es una palabra muy fuerte-repuso el finlandés jugando a entrelazar sus manos- Su-san y yo preferimos pensar que es una "adopción voluntaria".

-¡Bloody…!-se levantó golpeando la mesa- ¿¡Ésta era su intención desde el principio!-olvidó temporalmente su furia para morder un scone y pasárselo con algo de té, pero volvió a enfadarse inmediatamente después-¿¡Con quién creen que están tratando! ¡Yo soy Inglaterra, una gran nación perfectamente capaz!-comió a toda prisa el resto de su desayuno y bebió el resto de su té-No tengo tiempo para estos juegos. Me voy.

Y se dio la media vuelta. Alcanzó a escuchar que los otros lo seguían, pero simplemente aceleró el paso hasta llegar a la puerta principal. La abrió y fue embestido por un niño con uniforme de marinerito.

-¡Mamá!¡Papá!-Sealand corrió hacia sus padres- Los extrañé mucho, ¿y ustedes no extrañaron a Sea-kun?

-Claro que te echamos de menos-lo abrazó Finlandia, y Suecia la acarició la cabeza- Pensamos que regresarías hasta más tarde.

-Estonia me trajo. Estaba preocupado por la tormenta, que se hubieran asustado y eso, por eso vine.

-T'nemos un muy b'en h'jo-casi sonrió Berwald. Tino asintió.

-Claro, ¿qué harían sin Sea-kun para cuidarlos?-el niño sonrió lleno de suficiencia.

Ahora que la familia estaba reunida, parecía que la discusión con Inglaterra nunca había ocurrido. Arthur los observaba algo alejado, los tres se veían muy bien juntos. Suecia notó que aún estaba ahí.

-Lo s'ento-se disculpó-Fue mi i'ea, c'mo ya t'nemos a P'ter…

-Yo también lo lamento-continuó Finlandia-No pretendíamos ofenderte. Por favor siéntete libre de visitarnos cuando quieras sin ningún compromiso.

Inglaterra reflexionaba lo ocurrido. Sí, la mayoría del tiempo se había sentido como un niño pequeño, pero honestamente no había sido desagradable del todo. Sólo que no pensaba admitirlo, nunca. Tenía que darles crédito, Suecia y Finlandia eran buenos padres a pesar de todo.

-¡No le digas eso mamá! ¿Qué vamos a hacer si en serio viene?

Y especialmente buenos si tenían que tratar con alguien como Peter.

Frunció el ceño e iba a contestarle al niño, pero en lugar de eso terminó por sonreír, al mismo tiempo que le lanzaba una desafiante mirada.

-¿Saben qué? Voy a hacerlo. Lo que es más, voy a visitarlos más seguido.

Y se marchó, todavía alcanzando a escuchar los gritos de protesta de Sealand, quién no podía explicarse para qué sus padres querrían tener en casa el idiota de Inglaterra cuando ya lo tenían a él.


Siento q me quedó un poco largo…porq será q todo me queda tan largo últimamente? No tengo idea! T.T Y lo del desayuno inglés lo saque de wikipedia XDDD...por cierto, tengo hambre T.T

Si tienen alguna sugerencia, háganmela llegar con un review! Me motivan a escribir y me levantan la moral ^^

Reviews plz?